Jorge Díaz, nieto de Pedro Díaz Clemente, natural de Santa María de Poyos, valora muy positivamente la moción aprobada en la Diputación y el Ayuntamiento para homenajear a los guadalajareños deportados a campos de concentración nazis.
Pedro Díaz-Clemente nació en el pueblo alcarreño de Santa María de Poyos(actualmente bajo las aguas del embalse de Buendía). En 1940 fue deportado al campo de concentración nazi de Mauthausen y pocos meses después murió gaseado en el castillo de Hartheim. Durante muchas décadas se le consideró como desaparecido y no fue hasta 2006 cuando su familia descubrió cuál fue el final de su vida.
El nombre de Pedro Díaz-Clemente ha sido uno de los últimos en incorporarse a la lista de 129 guadalajareños que fueron deportados a los campos de concentración, casi todos a Mauthausen. Todos ellos recibirán pronto un homenaje por parte de la Diputación y el Ayuntamiento de Guadalajara que, a instancias del grupo Ahora Guadalajara, el Foro por la Memoria de Guadalajara y la Amical de Mauthausen, han aprobado dos mociones que reivindicaban precisamente ese reconocimiento.
En SER Guadalajara hemos hablado con Jorge Díaz, sobrino nieto de Pedro Díaz Clemente, que ha valorado muy positivamente la aprobación de estas mociones. “Es algo muy grande. Mi tío era un apátrida doble. Se quedó sin país porque lo echaron y sin pueblo porque lo derribaron. Se quedaba en nada, y ahora tendrá el homenaje que se merece. Además, es importante que se haya aprobado por unanimidad. Parece que se están empezando a dar pasos adelante”.
En esa misma línea se ha expresado Conchi Díaz, presidenta de la Amical de Mauthausen, la única asociación española que reúne a los deportados españoles y a sus familiares. “Estamos encantados. Llevamos años potenciando este tipo de acciones y nos alegramos mucho de que haya sido por unanimidad. Demuestra una especie de sensibilidad mayor con este tema que estuvo tan olvidado durante muchos años en España”.
Trabajo difícil
Inicialmente se incluyó a Pedro Díaz Clemente como natural de Madrid, pero gracias al trabajo de Jorge y otras personas que le han ayudado, consiguieron confirmar que procedía de Santa María de Poyos. “Ha sido difícil porque al no existir ya el pueblo era más complicado conseguir los documentos. Pero gracias a la ayuda de muchas personas pudimos confirmar que había nacido en esta localidad”.
Las mociones incluyen dos homenajes diferentes: uno en Guadalajara, donde deberá colocarse un monolito, y otro en el propio campo de Mauthausen, donde Jorge espera poder acudir pronto. “No sé cuándo, pero es algo que tengo que hacer”.
Pero éste no es su mayor logro. “Lo mejor es que, después de 75 años, haya podido abrazar a la hija de Pedro. Si nos está viendo seguro que está echando una carcajada”.
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