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- La iniciativa del Consell, accesible desde la pasada semana, contabiliza en la comarca la represión de la dictadura, los paseos de las milicias republicanas, los fallecidos por los bombardeos y las tumbas de los combatientes
- Aporta datos inéditos sobre más de cien asesinatos
- Dénia: De la fosa de los marineros abatidos por la aviación italiana a las exhumaciones de los republicanos fusilados
- Benissa: Una nueva investigación descubre soldados del Ejército Popular enterrados en el camposanto
- Pego: De los agricultores fallecidos en la prisión franquista al panteón de los caídos por España
- Xàbia: Zapatos y cinturones en una sima del Montgó
Las huellas aún visibles de tiros en la tapia del cementerio de Dénia en 1939. Conselleria de Justicia/Institut Cartogràfic Valencià
En un monumental trabajo para que ninguna víctima caiga en el olvido, la Conselleria de Justicia ha confeccionado la primera versión del mapa de las fosas comunes de la Comunitat correspondiente a la Guerra Civil (1936-39) y a la posguerra más inmediata, y que visualiza de forma tan gráfica como contundente toda una geografía del terror. Era un requisito imprescindible de la Ley de Memoria Democrática que ha impulsado el Consell de PSPV y Compromís.
Por el momento y según Miquel Mezquida, arqueólogo director de la asociación científica ArqueoAntro que ha colaborado con el Institut Cartogràfic Valencià en la elaboración del mapa, éste únicamente incluye las comarcas alicantinas –en breve se hará lo mismo con las de València y Castelló– y por lo tanto la Marina Alta, con 9 fosas comunes: cuatro en Dénia, dos en Benissa y Pego y una en Xàbia. Aclara en total el destino de más de un centenar de ajusticiados, aunque no puede darse una cifra exacta. Veremos porqué.
Los enterramientos cartografiados obedecen a la represión fraquista durante la dictadura (color amarillo), la de la retaguardia republicana producida de forma descontrolada al principio de la guerra (hasta diciembre de 1936, color malva), las tumbas de combatientes, siempre republicanos en esta comarca (verde) y las víctimas de los bombardeos de la aviación italiana (azul).
Dénia: Dos fosas de los republicanos asesinados (más enterramientos en El Verger)
Conselleria de Justicia/Institut Cartogràfic Valencià
Las fosas DÉNIA II y DÉNIA III, como las del resto de esta ciudad, se hallan localizadas en el cementerio, y obedecen a un suceso bien conocido, aunque el Mapa de la Memoria arroja más matices: los fusilamientos acaecidos en seis días diferentes de octubre y noviembre de 1939 de 52 militantes republicanos tras ser sometidos a «juicio sumarísimo» y «sentenciados a muerte» por las autoridades franquistas, incluidos tres alcaldes socialistas de Dénia, Pedreguer y Xaló.
En la fosa original, datada como DÉNIA III, quedarían todavía 24 víctimas. La razón de este número tan reducido es que tras su exhumación parcial a finales de los años setenta, otras 17 fueron trasladadas a otra fosa del mismo camposanto. Sería la fosa DÉNIA I. Además, restos óseos pertenecientes a otros 8 asesinados, 2 de ellos naturales de Pego y otros 6 de El Verger, fueron enterrados después en esta última población.
Homenaje a los republicanos fusilados en Dénia. Conselleria de Justicia/Institut Cartogràfic Valencià
Como evidencias de tales aseveraciones, el mapa alude al memorial instalado sobre la misma tapia del antiguo cementerio civil de Dénia ante la que se realizaban las ejecuciones y donde las huellas de los disparos aún son visibles.
Las fichas de ambas fosas indican que los ajustados procedían de Dénia, Murcia, Ondara, Pego, l’Alfàs del Pi, Callosa d’En Sarrià, Confrides, Xaló, Pedreguer, Benissa o València. En su mayoría eran labradores y jornaleros, aunque también escribientes, procuradores, albañiles, chóferes, carreteros, maquinistas, mecánicos, empleados, zapateros, electricistas, barberos y camareros.
Dénia: Las víctimas del “terror rojo”
Una lápida en recuerdo del «terror rojo». Conselleria de Justicia/Institut Cartogràfic Valencià
El camposanto de Dénia también tiene sus rincones que dan testimonio de la represión incontrolada que se produjo en 1936 por parte de las milicias republicanas -los famosos paseos de La Pepa– y que cesaron cuando se constituyeron los tribunales populares ya a partir de 1937. Aunque esos testimonios se agrupan en la fosa DÉNIA II, en realidad no se trata de una fosa común: engloba los restos de al menos 6 personas en cuyos nichos se nombra que fueron víctimas del «terror rojo». Serían homenajeadas por el franquismo.
Al acabar la Guerra Civil, diferentes familias dianenses empezaron a trasladar al camposanto los cuerpos de sus parientes asesinados por La Pepa desde el lugar original donde habían sido hallados los cuerpos durante la guerra, en Xàbia, Gata o Pedreguer.
El mapa alude así a la lápida del nicho de Enrique Sahuquillo, asesinado el 1 de noviembre de 1936, al Hipogeo en el que se encuentra el capellán Felipe Ciscar, asesinado en Gata el 8 de septiembre o al nicho con los restos de Luis de Diego Carsi y Luis de Diego Arguimbau, asesinados el 28 de septiembre de 1936 y que fueron encontrados en Xàbia, hasta su posterior traslado en 1939 al Cementerio de Dénia.
En total, están documentadas por estas circunstancias 6 personas, todas ellas nacidas en Dénia: dos propietarios, un industrial, un capellán, un agricultor y un comerciante. No obstante, el número podría ser mayor: según la historiadora Teresa Ballester, hasta 38 personas de Dènia fueron ejecutadas por los republicanos en diferentes caminos y carreteras de la comarca.
Dénia: Marineros de un mercante francés acribillado por la aviación de Mussolini
Memorial por uno de los marineros fallecidos. Conselleria de Justicia/Institut Cartogràfic Valencià
La última fosa del camposanto dianense, DÉNIA IV, contendría restos de las cinco víctimas mortales -3 francesas- del mercante de bandera gala Brisbone, que resultó hundido durante el bombardeo de la aviación Legionaria Italiana sobre el puerto el 9 de junio de 1938. La ficha admite que «se desconoce el paradero real y las posibles afecciones que ha podido sufrir la fosa de los 5 marineros muertos, pero sí que se encuentra un pequeño memorial con uno de los nombres de las víctimas,Yaya Benhamou».
Y no sólo eso: el memorial de Benhaumou se halla en el mismo espacio en el que durante años se encontró una placa que presentaba los nombres ilegibles de tres de estos marineros, «según el testimonio oral de los funcionarios del cementerio». Si bien las evidencias históricas apuntarían a que en esa fosa estarían enterrados los cinco tripulantes, no existe una certeza absoluta ya que los restos no han sido identificados.
Y es que Mezquida insiste en que el mapa aún «se encuentra abierto, pendiente de más información y de nuevos hallazgos históricos». Por ejemplo, durante la investigación su equipo halló evidencias de que también podría encontrarse en el cementerio de Dénia la tumba de un brigadista internacional.
Benissa: Brigadistas fallecidos de tubercolsis y otras enfermedades
Conselleria de Justicia/Institut Cartogràfic Valencià
Durante los años más oscuros de la dictadura, Benissa albergó en silencio las fosas de diez brigadistas internacionales fallecidos en el Hospital Militar que hubo en el Convento de los Franciscanos. Con la democracia, comenzó en el municipio un conocido proceso de rehabilitación histórica de aquellos combatientes: tal y como detalla el cronista oficial, Joan Josep Cardona, en octubre de 2001 se llevó a cabo la exhumación parcial de 5 cuerpos, que fueron trasladados a un hipogeo del nuevo cementerio de la localidad, donde están inmortalizados los nombres de todos ellos. Procedían de Francia, Polonia, Italia, Yugoslavia y Austria.
La ficha de BENISSA I recoge que todos ellos fallecieron entre junio de 1937 y marzo de 1938. Ocho lo hicieron de tuberculosis, mientras George Joulvet murió de una angina de pecho y Robert de Lisle (responsable militar del Hospital), perdió la vida en un accidente de tráfico entre Dénia y Benissa.
Benissa: Una investigación aún inédita sobre los soldados del Ejército Popular
La historia de los brigadistas era conocida, pero había que empezar por ella para comprender mejor las investigaciones que ahora mismo está desarrollando Robert Llopis sobre BENISSA II y cuyos resultados son inciertos: la existencia de soldados republicanos ya en este caso de origen español porque pertenecían al Ejército Popular, y que de hecho utilizaron el citado hospital militar tras la orden de evacuación de los brigadistas, en abril de 1938 y hasta la llegada de las tropas sublevadas un año después.
Llopis está trabajando en la localización exacta de estas fosas, probablemente afectadas por traslados en el antiguo cementerio municipal, y en el número de soldados republicanos que allí yacen. En los registros de la localidad se puede constatar el fallecimiento y enterramiento de diferentes combatientes , «aunque aún no podemos cuantificar ni exponer todos sus nombres». Sin embargo, los primeros datos contrastados apuntarían a que allí están enterrados tres soldados procedentes de Dénia, La Línea y Minglanilla.
Pego: Agricultores fallecidos en la cárcel franquista
Conselleria de Justicia/Institut Cartogràfic Valencià
También en Pego habría rastros de la represión de los militares rebeldes: el mapa apunta a una fosa aún no intervenida en la que «podrían encontrarse los restos de los represaliados». El enterramiento habría sufrido alteraciones ya que ahora es un jardín. Por los estudios de Vicent Gabarda «tenemos constancia de dos muertes en la prisión de Pego, los días 4 de julio y 9 de septiembre de 1939»: se trata de un jornalero y un labrador, ambos vecinos de la localidad y que tenían la misma edad: 62 años. Es PEGO I.
Pego: Panteón a los caídos
En todos los casos se repite una pauta similar: mientras los misterios aún cercan a los ajusticiados por el fascismo, el destino de los asesinados a manos de los republicanos fue conocido casi desde el mismo momento en que finalizó la Guerra. Es el caso de PEGO II: a partir de 1939, diferentes víctimas de la represión en la retaguardia republicana naturales de Pego fueron trasladados a un Panteón a los Caídos construido “ex profeso” en el cementerio y en el que aún descansan gran parte de los represaliados.
«Panteón de los caídos» en Pego. Conselleria de Justicia/Institut Cartogràfic Valencià
Tras el fallido Golpe de Estado de 1936, hasta 16 personas de Pego fueron asesinadas según Gabarda. Estas ejecuciones se produjeron principalmente en pueblos cercanos, como Oliva, Gandia o Vall de Gallinera. Entre las víctimas, oficiales del ayuntamiento, militares, médicos, propietarios, sacerdotes, agricultores y un abogado.
Xàbia: Zapatos y cinturones en una sima del Montgó
Conselleria de Justicia/Institut Cartogràfic Valencià.
Es el caso más conocido de represalia republicana, pero también sigue envuelto de incógnitas: la famosa matanza de la Nit de l’Avenc, que tuvo lugar el 2 de noviembre de 1936 y por el que las víctimas de la saca, naturales de Dénia, fueron arrojadas a una sima del Montgó de Xàbia. El mapa constata la localización de restos óseos a nivel superficial y de materiales como zapatos y cinturones entre las rocas, observados en varios descensos a la sima (el primero, el 18 de julio de 1953 y el último el 20 de junio de 2013).
Según los especialistas, entre 13 y 21 personas fueron arrojadas allí. El propio Memorial instalado por los familiares de las víctimas reconoce sólo los nombres de 13 de los represaliados, aunque uno de ellos desapareció dos días antes. Por otro lado, la ficha agrega los nombres de dos víctimas que en principio formaron parte de la saca de aquella infausta jornada. El mapa cuenta así 15. No se ha identificado ningún resto. Los asesinados eran comerciantes, propietarios, abogados, empleados, labradores, comerciantes, un capitán de la marina, mecánicos, estudiantes o jornaleros.
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