https://www.elplural.com/politica/2018/02/11/fusilados-y-enterrados-bajo-el-agua-de-pantanos-en-espana
Los otros "vuelos de la muerte" : víctimas que nunca serán encontradas
Los otros "vuelos de la muerte" : víctimas que nunca serán encontradas
Dom, 11 Feb 2018
La barbarie fascista durante la Guerra Civil española así como la represión franquista tienen aspectos que aún se desconocen o que no han sido difundidos en su totalidad. Por ejemplo, recientemente en ELPLURAL.COM publicamos como se reprimía a las mujeres con un plus de humillación y vejación mediante el rapado de su pelo y su exposición pública. Gracias a las informaciones y estudios del cordobés Arcángel Bedmar, colaborador del proyecto Todos los Nombres y asesor de la Cátedra de Memoria Histórica del Siglo XX de la Universidad Complutense de Madrid, estos hechos, así como otras vertientes sobre las víctimas y los verdugos, se conocen con más claridad y profusión.
"Los "vuelos de la muerte" españoles
En un país como España con tristes similitudes solo con Camboya en el número de fosas comunes existentes, hay testimonios y hechos que sorprenden aun más por su ignominia y por su simple existencia. Una de estas realidades es la de las fosas comunes "enterradas" bajo el agua de los pantanos. Víctimas que fueron acribilladas o fusiladas en pueblos donde presas y embalses posteriores taparon para siempre los restos de estas personas. Son restos humanos de víctimas y fosas comunes que jamás serán encontradas. Por hacer una fúnebre analogía con determinadas víctimas de la dictadura militar argentina, España también sufrió esa especie de exterminio consistente en arrojar personas al mar desde aviones militares. Los represaliados españoles "desaparecidos" en los pantanos son las víctimas de nuestros propios "vuelos de la muerte".
En un país como España con tristes similitudes solo con Camboya en el número de fosas comunes existentes, hay testimonios y hechos que sorprenden aun más por su ignominia y por su simple existencia. Una de estas realidades es la de las fosas comunes "enterradas" bajo el agua de los pantanos. Víctimas que fueron acribilladas o fusiladas en pueblos donde presas y embalses posteriores taparon para siempre los restos de estas personas. Son restos humanos de víctimas y fosas comunes que jamás serán encontradas. Por hacer una fúnebre analogía con determinadas víctimas de la dictadura militar argentina, España también sufrió esa especie de exterminio consistente en arrojar personas al mar desde aviones militares. Los represaliados españoles "desaparecidos" en los pantanos son las víctimas de nuestros propios "vuelos de la muerte".
Nunca podrán ser encontrados
Para Arcángel Bedmar, encontrar los restos de estas personas es tarea inconseguible: "Es imposible saber dónde están", afirma el historiador. "Nunca podrán ser buscados, porque las aguas cubren los lugares en los que pueden estar enterrados, esas personas gente estarán enterradas ahí toda la vida”. En su opinión, y es la opinión de un gran experto en la represión del franquismo en Andalucía, solo cabría organizar actos de reparación y recuerdo de esas víctimas.
Para Arcángel Bedmar, encontrar los restos de estas personas es tarea inconseguible: "Es imposible saber dónde están", afirma el historiador. "Nunca podrán ser buscados, porque las aguas cubren los lugares en los que pueden estar enterrados, esas personas gente estarán enterradas ahí toda la vida”. En su opinión, y es la opinión de un gran experto en la represión del franquismo en Andalucía, solo cabría organizar actos de reparación y recuerdo de esas víctimas.
Este profesor de Jaén pero con segunda patria en Córdoba, ha realizado un importantísmo trabajo de búsqueda y compilación de testimonios de personas que vivieron en estas aldeas cordobesas. En concreto las de El Remolino, San José y las Huertas de la Granja. Ahí, en Iznájar y núcleos rurales limítrofes se construyó el pantano de mayor tamaño de Andalucía. Y también ahí, la represión fue de una extrema crueldad. Se fusiló en esos poblados, en casas de diseminados rurales y en esos entornos que, posteriormente, fueron sepultados por las aguas del pantano de Iznájar.
Despoblación posterior
Como dato curioso habría que tener en cuenta que entonces, durante la Guerra civil, Iznájar y sus aldeas tenían una población importante para la zona en la que se halla enclavada, unos 13.000 habitantes. La despoblación, el exilio, la consecuente emigración por la construcción del propio pantano y desaparición de sus casas provocó que ahora tenga poco más de 4.500. Muchos emigraron a Cataluña, entre ellos el padre del ex President de la Generalitat, el socialista José Montilla.
Como dato curioso habría que tener en cuenta que entonces, durante la Guerra civil, Iznájar y sus aldeas tenían una población importante para la zona en la que se halla enclavada, unos 13.000 habitantes. La despoblación, el exilio, la consecuente emigración por la construcción del propio pantano y desaparición de sus casas provocó que ahora tenga poco más de 4.500. Muchos emigraron a Cataluña, entre ellos el padre del ex President de la Generalitat, el socialista José Montilla.
Los Montilla viván en la aldea de El Remolino formada por unas 40 casas y unos 200 vecinos". Allí nació y se crió el que más años sería líder socialista catalán, en una humilde casa, en un ambiente rural y en una familia que trabajaba en el campo". Mediada la década de los 60, su familia se marchó a otra localidad cordobesa, Puente Genil. Años más tarde, con 16 años, la familia y él emigraron a Cataluña.
A Arcángel Bedmar le llegaron informaciones sobre lo sucedido en la Guerra civil en esa zona iznajeña por una llamada del padre de José Montilla, Antonio Montilla Cordón. Este se puso en contacto por su deseo de contar que había ocurrido en la aldea de El Remolino. A pesar de que Montilla tenía entonces -1936- sólo once años se acordaba de todo de una manera prodigiosa. Fue otra persona que no quería que haya "verdades dormidas" o silencios de la historia ocultos y que no quería que "la historia se perdiera” como ocurre con otras.
Bedmar amplió información, contactó con otras personas y pudo constatar como un Consejo de Guerra corroboraba los contenidos adelantados por Antonio Montilla. Esos datos cuantificaban en 57 el número de personas asesinadas en la aldea de El Remolino. Tras el golpe de Estado del 18 de julio fueorn muchas las barbaridades cometidas por el lado de los "nacionales", falangistas y guardia civil. Bedmar ha llegado a afirmar que las formas represivas que usaron fueron "técnicas bárbaras vistas en las guerras coloniales en Marruecos".
La propia justicia franquista inició actuaciones
Piensa Bedmar que estamos ante uno de los pocos casos en los que la justicia inició una actuación por los excesos cometidos por los derechistas. "Abusos sexuales contra las mujeres, amputaciones de partes del cuerpo y fusilamientos extrajudiciales son algunas de las técnicas represivas documentadas" por expertos como Bedmar y recogidas en Hipertexto. El historiador jiennense subraya que se trataron de técnicas “mucho más esporádicas” en la España republicana dado que eran métodos que se aplicaban en la guerra racial y colonialista en el continente africano, del que procedían muchos militares que se levantaron en julio.
Piensa Bedmar que estamos ante uno de los pocos casos en los que la justicia inició una actuación por los excesos cometidos por los derechistas. "Abusos sexuales contra las mujeres, amputaciones de partes del cuerpo y fusilamientos extrajudiciales son algunas de las técnicas represivas documentadas" por expertos como Bedmar y recogidas en Hipertexto. El historiador jiennense subraya que se trataron de técnicas “mucho más esporádicas” en la España republicana dado que eran métodos que se aplicaban en la guerra racial y colonialista en el continente africano, del que procedían muchos militares que se levantaron en julio.
Curiosamente el Consejo de Guerra que juzgó a los represores -así sería de grave y cruel los métodos represivos- se abrió por la denuncia del jefe de La Falange de Iznájar. Este obligó a la justicia franquista a evaluar la represión de la zona. Muchos de los asesinados en aquellos días reposan hoy bajo el embalse de Iznájar, inaugurado por Franco en 1969. “Se ha perdido también la orografía del terreno situado bajo el pantano. Es imposible plantearse un trabajo (de búsqueda y exhumación) así, por eso es importante rescatar la historia”, apunta el investigador en una entrevista a Hipertexto.
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