dissabte, 31 de març del 2018

MEMORIA/CAMISA ROJA Francisco Pimentel.


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(Publicado en Ronda Semanal el Sábado 31.03.2018) 

Me contaba mi abuela que todos los días iba a llevar comida a la cárcel para su marido y su hijo. Igual que hacían todas las mujeres. Luego su hijo, mi padre, fue excarcelado pero a cambio de no matarlo fue condenado a un batallón de choque. Ese era el enfrentamiento entre hermanos que decían los fascistas. Republicanos condenados a avanzar matando a republicanos o a morir siendo matados por republicanos o a morir por los militares golpistas si se negaban a avanzar. Guerra civil le llaman !!!… las patrañas y mentiras del franquismo que aún nos siguen contando hasta historiadores que dicen que son de izquierdas. 

Un día mi abuela, una de aquellas tardes que íbamos paseando hasta las fosas así como distraídamente recogiendo las florecillas del campo, me contó que la última vez que supo de mi abuelo fue un día que le llevó la comida pero los perros guardianes falangistas no la dejaron pasar. Al momento le trajeron una camisa roja de sangre que seca se la pusieron de pie en el suelo y le dijeron que ya podía irse. Nunca supo decirme que día fue ese nefasto día. Luego en 1981 averigüé que fue el 14 de Marzo. Lo habían matado aquella madrugada igual que a Agustín Heredia, Antonio Avilés y 41 mujeres y hombres más, todos socialistas-libertarios-republicanos. 

Hace unos años, cuando conocí a Ana Avilés, me contó que su madre había pasado por las mismas circunstancias y que la última vez que vio a su marido éste le había dicho que le habían torturado tanto que había firmado todo lo que le habían puesto delante porque ya no aguantaba más y que prefería que lo mataran a seguir siendo apaleado, maltratado y vejado de aquella manera tan feroz. 

Uno de los hijos de Agustín Heredia, Antonio, sigue también esperado verdad, justicia y reparación para su padre que, siendo también socialista, además era gitano y eso en manos de los fascistas era un plus para destrozarlo aún más. Agustín era un magnífico artesano que hacía maravillas de hierro en su fragua. Pero eso, ni que mi abuelo fuera un extraordinario zapatero, ni que Antonio Avilés fuera un incansable comerciante de la dita, significaba nada para aquellos-estos malditos fascistas que se propusieron terminar con la cosa pública (res-pública) exterminando a los republicanos. 

Así que a la vuelta de la huida empezaron a matar sistemáticamente con farsa de juicio mediante (a petición de los fascistas italianos) y tirarlos a las 20 fosas que ya tenían abiertas desde primeros de Diciembre. Antes, desde el 16 Septiembre 1936, habían matado a muchos pero aún no hemos encontrado documentos ni dónde los echaron. 

El día 14 mataron a los 44 primeros en la tapia del cementerio cuya lista publiqué la semana pasada. El día 15 mataron a 24 más: Francisco García Ríos, Manuel Díaz Ríos, Agustín Pereña Quintana, Juan Martín Muñoz, José Ramírez García, José Mora Cantos, José Mª Ramírez Ramírez, Manuel Vivas Cantero, Manuel Muñoz Cantos, Antonio Agüera Chaves, Juan Espinosa Pato, José Espinosa Pato, Manuel López Oliva, Juan
Muñoz Beltrán, José Medina López, Pedro Gómez Ríos, Francisco Gómez Ríos, Silvestre Florido Pizarro, Francisco Ríos Moreno, Francisco González Beltrán, Antonio Vivas Ramírez, Juan Romero Rosas, Antonio Domínguez Muñoz, José Lagares Vallecillo. 

Francisco Pimentel 
Memoria histórica de Ronda 
memoriaronda@gmail.com