http://www.andalucesdiario.es/ciudadanxs/la-represion-franquista-a-lo-mejor-no-se-le-llama-tecnicamente-genocidio-pero-se-le-parece/
El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Pablo de Olavide,Manuel González de Molina cambia el prisma de la memoria histórica. La llamada memoria democrática es el camino que busca para crear el consenso frente a la fractura entre los bandos de la Guerra Civil. Para Molina no fueron todos culpables y por ello no se busca enemigos, aunque declara que la solución resulta muy complicada en medio de una derecha española con actitudes “tardofranquistas”.
Ahondando en el concepto de memoria histórica, del que habla en el libro ‘La Memoria de Todos’, ¿diría que falta aún mucho por recuperar?
Yo en mis estudios diferencio perfectamente el concepto de memoria democrática de la memoria histórica, en el sentido que la memoria democrática es algo más amplio y no solo se centra en la Guerra Civil y en la represión franquista posterior. Yo lo que planteo es un ciclo más abierto donde el enfrentamiento fundamental se da entre quien es partidario de un régimen democrático y de quien ha luchado por construirlo. Esto parte de un concepto de democracia que no se queda en la cuestión del régimen representativo con elecciones y parlamento. Va más allá.
¿A qué momento se remontaría esa cultura democrática?
Pues esa visión comenzaría en el siglo XIX teniendo muchos momentos de avances y de retrocesos. Y partir de ahí podríamos decir que de esa memoria democrática hemos recopilado bastante en torno a la lucha por la democracia en el tramo final del franquismo y en el acceso a la transición y al nuevo régimen democrático que nace en el 78. Hemos recuperado una parte del conocimiento que los ciudadanos tienen de la represión que hubo en el régimen del Franco. Nos queda que recuperar todo el período anterior a la Segunda República, a la lucha que hubo durante muchísimo tiempo por la democracia prácticamente desde el inicio del régimen de la restauración en 1874 y la revolución que hubo en 1868, que fue segada por un golpe de estado que un grupo de militares dio en el Congreso. Como se puede ver, esto demuestra que no era una cosa sola lo de Tejero, ya que antes también habían ya entrado de la misma forma. Desgraciadamente se puede ver que se ha recuperado una pequeña parte y además incompleta porque todavía desconocemos la entidad real de la represión, desconocemos la mayor parte de los nombres, de las biografías, de la trayectoria, de la contribución que toda la gente hizo al desarrollo y al bienestar de este país.
¿Es la derecha culpable de esta falta de cultura democrática?
La memoria histórica ha contado con una oposición férrea por parte de la derecha tradicional con los sectores más conservadores del país, que estaban claramente en el otro bando. También la izquierda ha intentado mantener una postura de falso compromiso histórico de no ha pasado nada aquí, se puede reconstruir de nuevo y eso ha hecho que todavía no se sepa ni el número exacto de víctimas, ni las consecuencias económicas de la represión. Desconocemos prácticamente todo y por decirlo de una manera más cruda, no tenemos una comisión de la verdad que, al margen de lo que haya ocurrido en Argentina o en Chile, ponga negro sobre blanco y diga lo que pasó en este país y haga una evaluación de todo esto.
En esta visión del falso compromiso de la izquierda del que habla, también existe esa visión anquilosada de que todos fueron culpables por igual en ambos bandos…
Para evitar estos malentendidos hay que superar la idea tradicional de la memoria histórica centrada en la Guerra Civil y en la posterior represión. La guerra fue un enfrentamiento civil con excesos por parte de un bando y de otro. Entonces hay buenos y malos en los dos bandos y parece que gusta repartir la culpa por igual y decir que todos fueron responsables de esto. Unos por olvido, otros por acción y otros por omisión, del tal manera que se genera como una especie de sentido de ‘corramos un tupido velo sobre esto porque en el fondo todos hemos sido responsables’. Esto ocurre porque se han enfrentado posiciones de la izquierda extrema y por otro lado los planteamientos de la derecha en torno a distintas corrientes monárquicas y falangistas. Y todo esto ha cristalizado en un enfrentamiento en el cual los dos polos son igualmente responsables y resulta una visión muy peligrosa. Primero porque reduce el problema a un episodio muy concreto que es de febrero de 1936 a abril de 1939, al pleno enfrentamiento entre facciones y eso olvida que había mucha gente que no estaba dentro de ninguna de las dos facciones y que fueron represaliados. Recuerda que muchas de las posiciones que tuvo que tomar la izquierda fue por el bloqueo férreo que le hizo al régimen republicano la derecha. Y si empiezas a aclarar el asunto te das cuenta que la guerra termina en el 39 y la represión franquista dura hasta 1975, con mayor o menos intensidad en un régimen que utiliza el terror para eliminar al enemigo. Entonces no podemos decir que sea lo mismo en ningún caso.
Y si ese balance de víctimas no está aún documentado en cifras oficiales y se conocen nuevas fosas cada día ¿cómo se puede hacer un verdadero cómputo de toda la represión?
Cada día aparece una nueva noticia, aunque no esté en todos los periódicos, de que en el pueblo tal, hay una fosa común en la que hay no sé cuántos cuerpos de la guerra y de la represión posterior. Por tanto, no tenemos un dato definitivo porque desgraciadamente al no existir una comisión de la verdad que haya hecho esto, todo está fiado a que el pueblo tal o la asociación tal de la Memoria Histórica tengan éxito y consiga con suerte dinero para las excavaciones.
Cuando hablamos de represión franquista ¿se puede decir que fue una represión generalizada o podemos hablar de genocidio?
Hablar de genocidio es hablar de una palabra que está tipificada desde el punto de vista penal por el Tribunal Penal Internacional. Ahora mismo yo pecaría de imprudente si dijera si entra dentro o no de esa caracterización, pero no tengo por qué ser desde el punto de vista jurídico muy conocedor del asunto, aunque desde un punto de vista ciudadano puedo decir todo lo que implica una represión brutal sin clemencia alguna sobre un segmento tan alto de la población es muy parecido. La represión franquista a lo mejor no se le llama técnicamente genocidio, pero se le parece.
¿Piensa que la derecha española es totalmente negacionista con el tema de memoria histórica?
Completamente. A diferencia de la derecha que ha habido en otros países con una tradición democrática más fuerte que aquí y una actitud quizás más abierta. Por ejemplo, el régimen nazi perdió la Segunda Guerra Mundial, en Italia los fascistas perdieron también. En España no ocurre eso, no han perdido y ellos mismos son los que conducen el proceso de evolución hacia la democracia con un pacto de no agresión que implica a ambos bandos. Ellos no han tenido que variar su versión y por eso la derecha no tiene cultura democrática. En ningún periodo de la historia de España, la derecha se ha integrado de manera democrática en los regímenes que han existido. Ellos hacen hincapié que en todo momento la izquierda también cometió muchas tropelías y no se pueden comparar porque no son similares las acciones cometidas en medio de un enfrentamiento bélico como fue la guerra que los actos de la posterior represión institucionalizada por parte de la dictadura. Esta fue sin duda la más importante desde el punto de vista cuantitativo.
Sin embargo, hay ejemplos en la derecha, como el caso del Ayuntamiento de Málaga, que ha hecho una encomiable esfuerzo por la recuperación de víctimas en el cementerio de San Rafael, ¿ve este caso como un hecho aislado?
Es una excepción. Yo dudo mucho que la derecha de este país en general sepa hacer este tipo de acciones. Lo normal es la actitud del Ayuntamiento de Granada, que se negó durante mucho tiempo a poner una simple placa en el cementerio que recordara que allí habían sido fusilado a miles de personas. Y mantuvo hasta hace dos meses un monumento fascista en pleno centro de la ciudad. Te das cuenta que ellos son herederos. No ha habido ninguna voluntad por parte de la derecha de asumir este tema y eso tiene mucho que ver con el enfoque negativo que se le da. Mientras por parte de la derecha y algunos sectores de la izquierda esto sea un enfrentamiento de posiciones políticas extremas, no tendrá solución.
En medio de esta asignatura pendiente ¿ve alguna posibilidad de solución?
Yo veo que hay solución por parte de administraciones como la Junta de Andalucía, que hacen en esta materia una labor encomiable pero demasiado lenta, dado que los recursos que tiene no son muchos en una situación de crisis.
¿Cree que se llegara a un consenso en esta materia?
Con las actitudes que tiene esta derecha, que son tardofranquistas en muchos casos, no será factible introducir la memoria democrática y será una tarea muy importante que va a tener que seguir llevando la izquierda.
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