dilluns, 13 d’octubre del 2014

Camposancos. El Mathausen de los asturianos



Luis Miguel Cuervo Fernandez ha añadido 2 fotos nuevas.
Camposancos. El Mathausen de los asturianos.
En Asturias los tribunales militares franquistas nacen con la entrada de las fuerzas nacionales en la región. Los cargos más utilizados contra los reos serán los de auxilio a la rebelión y rebelión armada, sin duda toda una paradoja y más viniendo de quienes habían protagonizado un golpe de Estado contra la legalidad vigente.
Los primeros tribunales permanentes se establecieron en Luarca y Oviedo, pero pronto fueron creados otros en Cangas del Narcea, Tineo y Pravia. Tan sólo unas semanas antes de la caída del frente Norte, se constituye el de Llanes y a partir de octubre de 1937 comienza a funcionar el de Gijón.
Algunos tribunales excepcionalmente llevarán a cabo juicios fuera de su jurisprudencia, encaminados principalmente a aterrorizar a la población. Este será el caso de los consejos de guerra realizados en Mieres y Sama de Langreo, que intentarán dar apariencia legal a la ejecución de veinticinco personas.
Creado en un antiguo colegio de los jesuitas en la desembocadura del río Miño, el campo de concentración de Camposancos comenzaría a funcionar en octubre de 1937, llegando a pasar por él unos 3.000 presos, en su mayoría asturianos, aunque también había leoneses y vascos, todos ellos capturados cuando intentaban evacuar por mar.
Tuvieron que sufrir un agobiante hacinamiento, recibiendo un trato brutal, padeciendo sed y hambre, además de continuas palizas, falleciendo 13 de ellos a causa de las malas condiciones.
Pero sin duda la noticia más terrorífica para los reos se produjo el 16 de mayo de 1938 con la llegada de los componentes del Juzgado Permanente nº 3 de Gijón, visita que se prolongará hasta el 19 de octubre. En ese periodo se llevarán a cabo numerosos consejos de guerra, que tendrán como consecuencia varios cientos de condenas a muerte, cumpliéndose doscientas once ejecuciones, que se llevarán a cabo en el cuartel de San Francisco, en Ourense; el lazareto de San Simón, en Redondela, y los cementerios de Pontevedra, Pereiró, Vigo, La Guardia y Tuy.
Verdad, Justicia y Reparación.