Dentro de dos meses y
medio, el 16 de Febrero de 2016, se cumplirá el 80º aniversario de la victoria
del Frente Popular en las últimas elecciones democráticas celebradas en España.
En el próximo octogésimo aniversario cabe recordar el documento que publicó el
PCE en el septuagésimo aniversario (2006) y sobre todo el PROGRAMA con el que se
presentó y ganó entonces el FRENTE
POPULAR.
Salud y Restablecimiento
de la Legalidad Republicana en España.
Benjamín Bono
Miembro del Ateneo
Republicano Español de Bélgica,
PROGRAMA DEL FRENTE POPULAR
(Publicado en Madrid el 15 de enero
de 1936)
Los Partidos republicanos Izquierda Republicana, Unión Republicana y
el Partido Socialista, en representación del mismo y de la Unión General de
Trabajadores, Federación Nacional de Juventudes Socialistas, Partido Comunista,
Partido Sindicalista, Partido Obrero de Unificación Marxista, sin perjuicio de
dejar a salvo los postulados de sus doctrinas, han llegado a comprometer un
plan político común que sirva de fundamento y cartel a la coalición de sus
respectivas fuerzas en la inmediata contienda electoral y de norma de gobierno
que habrán de desarrollar los partidos republicanos de izquierda, con el apoyo
de las fuerzas obreras, en el caso de victoria. Declaran ante la opinión
pública sus bases y los límites de su coincidencia política, y además la
ofrecen a la consideración de las restantes organizaciones republicanas y
obreras por si estiman conveniente a los intereses nacionales de la República
venir a integrar en tales condiciones el bloque de izquierdas que debe luchar
frente a la reacción en las elecciones generales de diputados a Cortes.
I. Como
supuesto indispensable de paz pública, los partidos coligados se comprometen :
1.° A conceder por ley una amplia amnistía de los delitos
político-sociales cometidos posteriormente a noviembre de 1933, aunque no
hubieran sido considerados como tales por los Tribunales. Alcanzará también a
aquellos de igual carácter no comprendidas en la ley de 24 de abril de 1934. Se
revisarán con arreglo a ley las sentencias pronunciadas en aplicación indebida
de la de Vagos, por motivos de carácter político; hasta tanto que se habiliten
las instituciones que en dicha ley se prescriben, se restringirá la aplicación
de la misma, y se impedirá que en lo sucesivo se utilice para perseguir ideas o
actuaciones políticas.
2.° Los funcionarios y empleados públicos que hayan sido objeto de
suspensión, traslado o separación, acordado sin garantía de expediente o por
motivos de persecución política, serán repuestos en sus destinos.
El Gobierno tomará las medidas necesarias para que sean readmitidos en
sus respectivos puestos los obreros que hubiesen sido despedidos, por sus ideas
o con motivo de huelgas políticas, en todas las Corporaciones públicas, en las
Empresas gestoras de servicios públicos y en todas aquellas en las que el
Estado tenga vínculo directo.
Por lo que se refiere a las Empresas de carácter privado, el
Ministerio de Trabajo adoptará las disposiciones conducentes a la
discriminación de todos los casos de despido que hubieran sido fundados en un.
motivo político-social, y que serán sometidos a los Jurados mixtos para que
estos amparen en su derecho, con arreglo a la legislación anterior a noviembre
de 1933, a quienes hubieran sido indebidamente eliminados.
3.° Se promulgará una ley concediendo a las familias de las víctimas
producidas por hechos revolucionarios o por actos ilegales de la autoridad y la
fuerza pública en la represión la adecuada reparación del daño inferido a las
personas.
II. En defensa
de la libertad y de la justicia, como misión esencial del Estado republicano y
de su régimen constitucional, los partidos coligados:
1.° Restablecerán el imperio de la Constitución. Serán reclamadas las
transgresiones cometidas contra la ley fundamental. Y la ley Orgánica del
Tribunal de Garantías habrá de ser objeto de reforma, a fin de impedir que la
defensa de la Constitución resulte encomendada a conciencias formadas en una
convicción o en un interés contrarios a la salud del régimen.
2.° Se procederá a dictar las leyes orgánicas prometidas por la
Constitución que son necesarias para su normal funcionamiento, y especialmente
las leyes Provincial y Municipal, que deberán inspirarse en el respeto más
riguroso a los principios declarados en aquella. Se procederá por las Cortes a
la reforma de su reglamento, modificando la estructura y funciones de las
Comisiones parlamentarias, a cuyo cargo correrá, con el auxilio de los
organismos técnicos a ellas incorporados, el trámite formativo de las leyes.
3.° Se declara en todo su vigor el principio de autoridad; pero se
compromete su ejercicio sin mengua de las razones de libertad y justicia. Se
revisará la ley de Orden Público, para que, sin perder nada de su eficacia
defensiva, garantice mejor al ciudadano contra la arbitrariedad del Poder,
adoptándose también las medidas necesarias para evitar las prórrogas abusivas
de los estados de excepción.
4.° Se organizará una justicia libre de los viejos motivos de
jerarquía social, privilegio • económico y posición política. La Justicia, una
vez reorganizada, será dotada de las condiciones de independencia que promete
la Constitución. Se simplificarán los procedimientos en lo civil; se imprimirá
mayor rapidez al recurso ante los Tribunales contencioso-administrativos
ampliando su competencia, y se rodeará de mayores garantías al inculpado en lo
criminal. Se limitarán los fueros especiales, singularmente el castrense a los
delitos netamente militares. Y se humanizará el régimen de prisiones aboliendo
malos tratos e incomunicaciones no decretadas judicialmente.
5.° Los casos de violencia de los agentes de la fuerza pública,
acaecidos bajo el mando de los gobiernos reaccionarios, aconsejan llevar a cabo
la investigación de responsabilidades concretas hasta el esclarecimiento de la
culpa individual y su castigo. Se procederá a encuadrar las funciones de cada
instituto dentro de los fines de su respectivo reglamento; serán seleccionados
sus mandos y se sancionará con la separación del servicio a todo agente que
haya incurrido en malos tratos o parcialidad política. El Cuerpo de Vigilancia
se reorganizará con funcionarios aptos y de cumplida lealtad al régimen.
6.° Se revisarán las normas de disciplina de los funcionarios,
estableciendo sanciones graves para toda negligencia o abuso en favor de
intereses políticos o en daño del Tesoro público.
III. Los
republicanos no aceptan el principio de nacionalización de la tierra y su
entrega gratuita a los campesinos, solicitada por los delegados del Partido
Socialista. Consideran convenientes las siguientes medidas, que se proponen la
redención del campesino y del cultivador medio y pequeño, no solo por ser obra
de justicia, sino porque constituyen la base más firme de reconstrucción
económica nacional :
1.a Como medidas de auxilio del cultivador directo:
- Rebaja de impuestos y tributos.
- Represión especial de la usura.
- Disminución de rentas abusivas.
- Intensificación del crédito agrícola.
- Revalorización de los productos de la tierra, especialmente del
trigo, y demás cereales, adoptando medidas para la eliminación del
intermediario y para evitar la confabulación del harinero.
- Estímulo del comercio de exportación de productos agrícolas.
2.a Como medidas para mejorar las condiciones de la producción
agrícola:
- Se organizarán enseñanzas agrícolas y se facilitarán auxilios
técnicos por el Estado.
- Se trazarán planes de sustitución de cultivos e implantación de
otros nuevos con la ayuda técnica y económica de la Administración pública.
- Fomento de los pastos, ganadería y repoblación forestal.
- Obras hidráulicas y obras de puesta en riego y transformación de
terrenos para regadío.
- Caminos y construcciones rurales.
3.a Como medidas para la reforma de la propiedad de la tierra:
- Derogarán inmediatamente la vigente ley de Arrendamientos.
- Revisarán los desahucios practicados.
- Consolidación en la propiedad, previa liquidación, a los
arrendatarios antiguos y pequeños.
- Dictarán una nueva ley de arrendamientos que asegure: la estabilidad
en la tierra; la modicidad en la renta, susceptible de revisión; la prohibición
del subarriendo y sus formas encubiertas; la indemnización de mejoras útiles y
necesarias llevadas a cabo por el arrendatario, haciéndose efectiva antes de
que el cultivador abandone el predio, y el acceso a la propiedad de la tierra
que se viniera cultivando durante cierto tiempo.
- Estimularán las formas de cooperación y fomentarán las explotaciones
colectivas.
- Llevarán a cabo una política de asentamiento de familias campesinas,
dotándolas de los auxilios técnicos y financieros precisos.
- Dictarán normas para el rescate de bienes comunales.
- Derogarán la ley que acordó la devolución y el pago de fincas a la
nobleza.
IV. Nuestra
industria no se podrá levantar de la depresión en que se encuentra si no se
procede a ordenar todo el complejo sistema de protecciones que el Estado
dispensa según criterio estricto de coordinada subordinación al interés general
de la economía. En su consecuencia procede:
1.° Dictar una ley o sistema de leyes que fijen las bases de la
protección de la industria, comprendiendo las arancelarias, exenciones
fiscales, métodos de coordinación, regulación de mercados y demás medios
auxiliares que el Estado conceda en interés de la producción nacional. Promover
el saneamiento financiero de las industrias, a fin de aligerar cargas de
especulación que, gravando su rentabilidad, entorpecen su desenvolvimiento.
2.° Crear instituciones de investigación económica y técnica donde
pueda el Estado adquirir elementos para su dirección política y también los
empresarios para mejor regir sus iniciativas.
3.° Adoptar aquellas medidas necesarias de especial protección a la
pequeña industria y al pequeño comercio.
4.° Levantar la actividad de nuestras industrias fundamentales,
mediante un plan de obras públicas a que luego se alude, urbanizaciones y
saneamiento de la población rural, en el que se calcularán de antemano los
materiales que se han de consumir y sus precios, a fin de asegurar la
rentabilidad de estas obras.
V. Los
republicanos consideran la obra pública no solo como modo de realizar los
servicios habituales del Estado o como mero método circunstancial e imperfecto
de atender al paro, sino como medio potente para encauzar el ahorro hacia las
más poderosas fuentes de riqueza y progreso, desatendidas por la iniciativa de
los empresarios:
1.° Se llevarán a cabo grandes planes de construcciones de viviendas
urbanas y rurales, servicios cooperativos y comunales, puertos, vías de
comunicación, obras de riego e implantación de regadíos y transformación de los
terrenos.
2.° Para llevarlas a cabo se procederá a una ordenación legislativa y
administrativa que garantice la utilidad de la obra, su buena administración y
la contribución a la misma de los intereses privados directamente favorecidos.
Los republicanos no aceptan el subsidio de paro solicitado por la
representación obrera. Entienden que las medidas de política agraria, las que
se han de llevar a cabo en el ramo de la industria, las obras públicas y, en
suma, todo el plan de reconstrucción nacional, ha de cumplir, no solo su
finalidad propia, sino también el cometido esencial de absorber el paro.
VI. La Hacienda y la Banca tienen que estar al servicio del empeño de
reconstrucción nacional, sin desconocer que fuerzas tan sutiles como la del
crédito no se pueden forzar por métodos de coacción ni estimular fuera del
campo seguro de aplicaciones provechosas y empleo remunerador.
No aceptan los partidos republicanos las medidas de nacionalización de
la Banca propuestas por los partidos obreros; conocen, sin embargo, que nuestro
sistema bancario requiere ciertos perfeccionamientos si ha de cumplir la misión
que le está encomendada en la reconstrucción económica de España. Como mera
enumeración ejemplar señalamos las siguientes medidas:
1.a Dirigir el Banco de España de modo que cumpla su función de
regular el crédito, conforme exija el interés de nuestra economía, perdiendo su
carácter de concurrente de los Bancos y liquidando sus inmovilizaciones.
2.a Someter a la Banca privada a reglas de ordenación que favorezcan
sus líquidos, sobre los principios clásicos que ha puesto de nuevo en relieve
la experiencia de las últimas crisis, a fin de afirmar la garantía de los
depositantes y el servicio de las necesidades financieras de la política de
reconstrucción económica que aquí se promete.
3.a Mejorar el funcionamiento de las Cajas de Ahorros, para que
cumplan su papel en la creación de capitales; dictando también aquellas medidas
necesarias para proteger el ahorro privado y de responsabilidad de los
promotores y gestores de toda clase de Compañías.
Respecto a la Hacienda, se comprometen a llevar a cabo una reforma
fiscal dirigida a la mayor flexibilidad de los tributos y a la más equitativa
distribución de las cargas públicas, sin acudir al crédito público para
finalidades de consumo:
1.° Se revisará a fondo la tributación directa, detenida en su
desarrollo normal; reorganización sobre bases progresivas.
2.° Se reformará la tributación indirecta buscando la coordinación del
gasto privado con el gravamen del consumo.
3.° Se perfeccionará la Administración fiscal, para que sirva de
instrumento eficaz a la nueva política tributaria.
VII. La República
que conciben los partidos republicanos no es una República dirigida por motivos
sociales o económicos de clase, sino un régimen de libertad democrática,
impulsado por razones de interés público y progreso social. Pero precisamente
por esa definida razón, la política republicana tiene el deber de elevar las
condiciones morales y materiales de los trabajadores hasta el límite máximo que
permita el interés general de la producción, sin reparar, fuera de este tope,
en cuantos sacrificios hayan de imponerse a todos los privilegios sociales y
económicos.
No aceptan los partidos republicanos el control obrero solicitado por
la representación del Partido Socialista. Convienen en:
1.° Restablecer la legislación social en la pureza de sus principios,
para lo cual dictarán las disposiciones necesarias para dejar sin efecto
aquellas que desvirtúen su recto sentido de justicia, revisando las sanciones
establecidas a fin de asegurar el más leal cumplimiento de las leyes sociales.
2.° Reorganizar la jurisdicción de trabajo en condiciones de
independencia, a fin, no solo de que las partes interesadas adquieran
conciencia de la imparcialidad de sus resoluciones, sino también para que en
ningún caso los motivos de interés general de la producción queden sin la
valoración debida.
3.° Rectificar el proceso de derrumbamiento de los salarios del campo,
verdaderos salarios de hambre, fijando salarios mínimos, a fin de asegurar a
todo trabajador una existencia digna, y creando el delito de envilecimiento del
salario, perseguible de oficio ante los Tribunales.
Aunque la política de reconstrucción económica debe conducir a la
absorción del paro, es menester además organizar administrativa y técnicamente
la lucha, estableciendo los servicios que sean necesarios de estadística, clasificación,
Oficinas de colocación y Bolsas de trabajo, preocupándose de modo especial del
paro en la juventud y sin olvidar tampoco las instituciones de previsión y
seguro que prometidas por la Constitución deben disponerse a ensayo sobre bases
de tipo social.
Los republicanos han de dedicar a la asistencia pública, beneficencia
y sanidad, la atención que merece en todo pueblo civilizado, sin regatear
sacrificios. Unificarán, bajo la dirección del Estado, las diversas
instituciones de fundación privada, totalizando sus recursos, sin perjuicio del
respeto a la voluntad del finado.
VIII. La
República tiene que considerar la enseñanza como atributo indeclinable del
Estado, en el superior empeño de conseguir en la suma de sus ciudadanos el
mayor grado de conocimiento y, por consiguiente, el más amplio nivel moral, por
encima de razones confesionales y de clase social:
1.° Impulsarán, con el ritmo de los primeros años de la República, la
creación de escuelas de primera enseñanza, estableciendo cantinas, roperos,
colonias escolares y demás instituciones complementarias. Se ha de someter a la
enseñanza privada a vigilancia, en interés de la cultura, análoga a la que se
ejercita cerca de las escuelas públicas.
2.° Crearán las enseñanzas medias y profesionales que sean necesarias
para dar instrucción a todos los ciudadanos en condición de recibir la de estos
grados.
3.° Concentrarán las enseñanzas universitarias y superiores para que
puedan ser debidamente servidas.
4.° Pondrán en ejecución los métodos necesarios para asegurar el
acceso a la enseñanza media y superior a la juventud obrera y, en general, a
los estudiantes seleccionados por su capacidad.
Los partidos coligados repondrán en su vigor la legislación autonómica
votada por las Cortes constituyentes y desarrollarán los principios autonómicos
consignados en la Constitución.
Se orientará la política internacional en un sentido de adhesión a los
principios y métodos de la Sociedad de Naciones,
El Socialista, 16 de enero de 1936.
___________________________
70 Aniversario del Frente Popular
El 16 de febrero
se cumplen 70 años de la victoria del Frente Popular en las elecciones de 1936,
la últimas verdaderamente democráticas que hemos conocido en España.
No podemos dejar pasar
este aniversario sin recordar a los trabajadores, a la juventud revolucionaria
y a todos los demócratas de verdad el extraordinario significado de aquella
fecha que, aún hoy, sigue plenamente vigente. Los fascistas iniciaron una
sangrienta guerra civil el 18 de julio de 1936 para liquidar las grandes
conquistas obtenidas gracias a la victoria electoral del Frente Popular y, en
primer lugar, la liberación de todos los presos políticos. El 16 de febrero de 1936 la naturaleza política de la II República dio un vuelco: lo que el 14 de abril empezó siendo sólo una esperanza, un sueño para las masas oprimidas que la burguesía trató de utilizar para engañarlas y seguir con su opresivo festín, se convirtió en una realidad, en una República Popular al servicio de los trabajadores, la República de la libertad, la de la tierra para la que la trabaja. No hubiera sido posible resistir tres años de terrible guerra civil si las amplias masas no hubieran estado absolutamente convencidas de que, por fín, aquella sí era su República, no la de los señoritos, no la de los curas, no la de los explotadores; no hubiera sido posible si el Frente Popular no hubiera unido en un solo puño de hierro a todos los antifascistas, a los republicanos, a los socialistas, a los anarquistas, a los independentistas y a los comunistas.
Todos los oprimidos, los que durante negras décadas habían sido explotados y perseguidos, sintieron aquella victoria electoral como algo propio: por fin habían ganado, por fin se habían sacudido de encima a la España negra, la de los caciques y los oligarcas. Éstos se tuvieron que pasar entonces a las filas del terrorismo y el golpismo y, por su parte, el pueblo tuvo que defenderse durante tres años de una feroz agresión, tratando de convertir la victoria electoral en una victoria militar.
Desde entonces en este país no hemos vuelto a conocer lo que es la libertad y lo que es la democracia. Hoy hay quien dice combatir la democracia porque combate al actual Estado. Sin embargo, este Estado no es en absoluto democrático; sigue siendo un Estado engendrado por los fascistas después de tres años de guerra civil. Como en los peores años, los explotadores siguen en el poder por el miedo y el terror que siembran cada día entre los trabajadores. Por eso sigue siendo imprescindible y necesario defender las conquistas que permitan a los trabajadores organizarse para abrir una brecha en ese blindaje de cartón del que se ha rodeado el régimen actual.
El fascismo no es todopoderoso, como aparenta; si resistimos, si nos unimos, es posible derrotarle, y hacerle retroceder. La República Popular que nuestro Partido propugna, resume y simboliza esa batalla que, por lo demás, está hoy indisolublemente vinculada a la batalla por el socialismo.
Por eso, ante este aniversario, al igual que en febrero de 1936, nuestro Partido lanza un llamamiento a forjar entre todos la unidad más estrecha en torno a unas reivindicaciones mínimas y a crear y reforzar las organizaciones populares que sean necesarias para lograrlas.
En primer lugar, debemos luchar por liberar a todos los presos políticos antifascistas en España y en Francia, exigir el cierre de los sumarios y expedientes abiertos así como la anulación de todas las extradiciones reclamadas.
Debemos reclamar la derogación de las leyes represivas, de la ley de partidos políticos, de la ley antiterrorista, de la Audiencia Nacional.
Debemos exigir el pleno reconocimiento de todos los derechos de las nacionalidades oprimidas, fomentar su idioma, su cultura y su territorialidad.
Debemos conquistar el pleno reconocimiento de todos los partidos, sindicatos y organizaciones populares, así como su derecho a reunirse, manifestarse y expresarse libremente.
Debemos salir de la OTAN y de cualquier bloque militar imperialista, oponernos a las guerras de agresión y preservar la paz y la amistad entre todos los pueblos.
Debemos separar a la Iglesia católica del Estado y, especialmente, del sistema educativo, que tiene que ser único y gratuito
...
Seguro que nos hemos olvidado de muchas otras reivindicaciones; seguro que tú las formularías mejor; y seguro que tú mismo eres capaz de ponerte en marcha, organizar su difusión, unirte con tus colegas, crear comités, convocar actos, proyectar vídeos y documentales, programas de radio... Ahora no es el momento de los debates estériles sino el de unirnos todos en torno a un programa y a unas consignas para la lucha, para hacer retroceder al régimen.
Lo que nosotros decimos hoy es que toda esta amplia lucha se resume en la consigna de la República Popular y que esto ni es un sueño ni tampoco está lejano. Son ellos, los fascistas de toda la vida, los que sueñan si creen que van a seguir eternamente como están. Por nuestra parte, nosotros tenemos una confianza ilimitada en nuestra clase, en el proletariado y estamos absolutamente convencidos de que se va a levantar contra sus enemigos de siempre. Así ha sido en el pasado y así será en el futuro. Por eso, ¡hay que estar preparados!
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