Traicionaron a su bandera y a su juramento de fidelidad a la Constitución, como resultado de sus acciones cientos de miles de españoles murieron
Los nietos de los ex-generales Dávila y Saliquet (1) entienden bastante poco de lo que implica ser militar y servir al pueblo y honrarlo, algo previsible visto el historial de sus parientes. Sus respuestas a la retirada de los indebidos honores a sus parientes en las calles de Madrid así lo demuestran. Saliquet, responsable del asalto a la comandancia del ejército en Valladolid y de tomarla a punta de pistola contra los oficiales leales, asumió ilegalmente el mando sobre la sangre de sus camaradas de armas y daría las ordenes que llevarían a la espantosa masacre de población civil en Castilla León. A día de hoy, 2015, siguen apareciendo en Valladolid y Burgos, decenas de fosas comunes incluso con centenares de personas asesinadas. Castilla León vivió un verdadero horror y el nombre de Saliquet está indisolublemente ligado a él. Las protestas del nieto lo que demuestran es la atrofia moral en la que se educó y el desprecio total y absoluto a las víctimas. O eso o que, efectivamente, este buen señor no comprende nada.
En realidad es todo mucho más sencillo. Dávila y Saliquet traicionaron a su bandera y a su juramento de fidelidad a la Constitución, como resultado de sus acciones cientos de miles de españoles murieron, fueron encarcelados o marcharon al exilio y España entera vivió décadas de una dictadura atroz. Dávila y Saliquet, de haberseles podido poner a disposición de la justicia —como Fanjul o Goded— habrían tenido un juicio justo y ocasión de haber acabado sus vidas dignamente ante un piquete; hasta es posible que hubieran recapacitado y se hubieran arrepentido de sus crímenes contra el pueblo español. Lo que resulta lamentable es que sus parientes, en vez de limitarse a expresar su opinión en lo referente a lo personal —muy respetable—, insistan en justificar sus crímenes y su actuación pública. Que no teman, la impunidad lograda en la Transición sigue casi intacta.
Lo ocurrido —esta tardía y tímida decisión municipal— es sólo un poco de higiene pública. Es en realidad hacer menos visible la presencia de los golpistas declarados para que otras injusticias puedan seguir intactas.
(1) El dia 22 de julio de 2015 se publicó en la Gaceta ( 22/071936 Gaceta de Madrid. Nº 204, p.770 ) el cese en el ejército del los generales golpistas. El decreto señalaba:
MINISTERIO DE LA GUERRA DECRETOS A propuesta del Ministro de la Guerra, y de acuerdo con el Consejo de Ministros, Vengo en decretar lo siguiente:
Artículo lº Los Generales de división D. Francisco Franco Bahamonde, D. Manuel Goded Llopis, D. Miguel Cabanellas Ferrer, D. Gonzalo Queipo de Llano Sierra, D. Joaquín Fanjul Goñi y D. Andrés Saliquet Zumáta causaran baja definitiva en el Ejército, con pérdida de empleos, prerrogativas, sueldos, gratificaciones, pensiones, honorarios, condecoraciones y de más que les correspondan».
Artículo 2° El Gobierno dará en su día cuenta a las Cortes del presente De creto.
Dado en Madrid a veintiuno de Julio de mil novecientos treinta y seis. MANUEL AZAÑA El Ministro de la Guerra, Luís Castelló Pantoja. ( 22/071936 Gaceta de Madrid. Nº 204, p.770) Descargar texto.
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