Felipe Camino Galicia de la Rosa, conocido como León Felipe, nació en Tábara (Zamora) en 1884 y falleció en Ciudad de México (México), en el país donde se había exiliado tras el triunfo del golpe de estado fascista en España, el 18 de septiembre de 1968. Este año se cumplirán 50 años de su fallecimiento en el exilio y algunas instituciones, especialmente la Junta de Castilla- León y la Fundación León Felipe, están ya preparando actos para conmemorarlo y recordar la obra poética de León Felipe.
A nosotras y nosotros, como memorialistas, nos interesa tanto su obra como su compromiso con la II República Española.
León Felipe, tras haber vivido y trabajado varios años en el continente americano, volvió a España poco antes del golpe de Estado perpetrado por militares fascistas contrarios a la libertad de pensamiento y al desarrollo cultural que durante los años de la II República se estaba desarrollando en todo el territorio del Estado español.
La Institución Libre de Enseñanza, a través de las Misiones Pedagógicas, estaba llevando la cultura, el teatro, el arte y la poesía a poblaciones recónditas del Estado donde el nivel de analfabetismo propiciado por los gobiernos dictatoriales y monárquicos previos a la II República alcanzaban porcentajes muy elevados de la población adulta y gran parte de la población infantil seguían teniendo dificultades para escolarizarse.
Un mes después del golpe de Estado, uno de los poetas más internacionalmente reconocidos, Federico García Lorca, que había colaborado con la Misiones Pedagógicas con su compañía de teatro “La Barraca”, fue asesinado por los fascistas, el 18 de agosto de 1936, por ser poeta, por ser homosexual y por ser republicano.
Miguel de Unamuno, que en un principio había apoyado a los golpistas, se arrepintió públicamente. El 12 de octubre de 1936, en el paraninfo de la Universidad de Salamanca de la que Unamuno era rector, durante el acto de apertura del curso académico, el golpista José Millán-Astray interrumpió el discurso de Unamuno a gritos de “¡Mueran los intelectuales! ¡Viva la muerte!”. Unamuno le respondió que ““Venceréis, pero no convenceréis”
Los últimos meses de vida, desde octubre hasta diciembre del 36, los pasó bajo arresto domiciliario en su casa y dos meses antes de su muerte, el golpista Franco firmó un decreto de destitución del rector.
León Felipe participó junto a otros reconocidos personajes de la cultura como Antonio Machado, Jacinto Benavente, Margarita Nelken, María Teresa León, José Bergamín, Rafael Alberti, Miguel Hernández o María Zambrano; en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura que tuvo lugar en julio de 1937 y que fue inaugurado por el presidente de gobierno Juan Negrín.
León Felipe estuvo en España apoyando la legalidad de la II República hasta 1938, año en que se exilió definitivamente a México, donde pasó a ser agregado cultural de la embajada de la República española en el exilio, única reconocida por el Gobierno mexicano presidido por Lázaro Cárdenas del Río, quien acogió a unos cuarenta mil exiliados republicanos españoles.
León Felipe fue también víctima del régimen dictatorial franquista, como los miles de personas que tuvieron que exiliarse por todo el mundo para evitar la represión y los asesinatos masivos de personas vinculadas a la cultura que siguieron a la proclamación del triunfo del fascismo y la ocupación ilegal del poder por el golpista Francisco Franco.
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