La Sublevación del 17 de julio de 1936 en Melilla fue el inició de la Guerra Civil. Gobernaba el Frente Popular, pero la mayoría de la guarnición se rebeló. Los Republicanos carecían de armas, no pudieron resistir. Fueron detenidos o fusilados los personajes más influyentes, concejales del Frente Popular, sindicalistas, reformistas sociales, las directivas casi al completo de partidos de izquierda, Republicanos, logias masónicas.
La represión fascista, muertes, incautaciones, depuraciones, confinamientos, represión cultural y religiosa, tuvo un carácter premeditado, sistemático, institucionalizado, un objetivo en sí mismo, la utilización de la violencia como estrategia militar, un estudiado programa de juicios, paseos, fusilamientos en tapias, cunetas, asesinatos rápidos y espontáneos. Los falangistas realizaron junto con los militares toda clase de actos violentos, ultrajando, violando y realizando arbitrariedades sobre gran parte de la población. Acudían a casas de ciudadanos, a las prisiones, sacaban a las víctimas de madrugada para pasearlos de noche y ejecutarlas en cualquier lugar de la ciudad. Desde julio de 1936 a noviembre de 1938 se contabilizan al menos 316 asesinatos, 204 de civiles y 112 de militares.
Rapidamente fusilados el último alcalde socialista Antonio Diez, Diego Jaén figura emblemática del socialismo. El 22 de agosto de 1936 fue fusilado en Rostrogordo el secretario del PSOE Marcelino Martín Villasclaras, el secretario del PCE Salvador Calatayud Agazo y los comunistas Abselad Ben Moh-en y Mimon Moh- Hadu. También Julio Caro concejal republicano de la logia masónica “14 de Abril”; el 4 de agosto los funcionarios municipales Salvador Santana, y el 17 de mayo 1937 Luis Vicente. Cayeron también David Bitan, José Castellanos, Diego Haro, Eulogio Martínez Ledod, Jaime Romero, Eduardo Reyes y Manuel García Martín.
Muchos asesinados eran jornaleros, o civiles de diferentes profesiones, Ricardo Rodríguez Salmerón con 16 años, el 27 de julio el médico Aurelio Solís concejal de Izquierda Republicana y directivo del Ateneo, el 14 de agosto Cándido López Castillejos, militar, abogado, arabista, de Izquierda Republicana. El dirigente de la CNT y del Ateneo Libertario Pedro Navarro, el fiscal de Nador Vicente Palazón, concejales como Francisco Uclés, José Marín Figueras, Ángel Gómez Mullor, el juez de instrucción Joaquín Polonio fusilado el 23 de julio de 1937, el socialista Bienvenido Rutland, Manuel Cámara de izquierda Republicana, el presidente de UGT Diego Gómez Mullor, o Diego González Doña.
A finales de julio fue asesinado el comerciante Enrique Gutiérrez Quiñones y el zapatero José Estapé. Las JSU fue masacradas: El 20 de julio fue asesinado Fortunato Mahfoda, el 23 Rafael Montoya, José Gallego el 30, el 31 Ricardo Cantón, el 4 de agosto Manuel Tárrago y José Martín Peña. El 6 Manuel Rosa, el 10 Manuel Ramírez Valdeiglesias, el 11 el Secretario General Pedro Salazar, y Manuel Gómez Galindo, el 14 su hermana Carmen, y el 23 de febrero de 1937 José, hermano de ambos. El 12 de agosto Juan Lomeña, y el 7 de mayo de 1937 Enrique Pérez.
En los primeros días muchos militares cayeron asesinados por no adherirse a la rebelión. El 28 de agosto de 1936 el Comandante General de Melilla Manuel Romerales, fue fusilado tras Consejo de Guerra en el campo de tiro de Rostrogordo. Igualmente fusilados el Alférez Emilio Soler, el 3 de diciembre el Comandante Pablo Ferrer de Madariaga, en mayo de 1937 el Brigada Jose Batlle. El 23 de Julio cayó fusilado el héroe del Rif en 1921 capitán Luis Casado Escudero junto al capitán de Cazadores Joaquín Fernández Gálvez, y el 24 el Brigada Pedro del Pozo.
Fusilados los miembros del Batallón de Transmisiones de Marruecos Francisco Tonda, José Caballero, Martín Vázquez, Luis Toledo y el trompeta José Sanz. Pena de muerte para los soldados del Batallón de Cazadores Marcelo Campins y Manuel Luaret, José Pardela sargento del Tercio, Francisco Calatayud soldado de Aviación. Eliminados en el mes de julio José Alvarado Sargento de Artillería, Juan Villasán Comandante de Caballería, Manuel Zaldivar Teniente de Cazadores y secretario general de la UGT, Pascual Sánchez Pujalte sargento de Ingenieros. El Comandante Virgilio Leret y los alféreces Armando González y Luis Calvo fueron los primeros fusilados de la guerra, al amanecer de 18 de julio, combatieron hasta el final defendiendo la base de Hidroaviones del Atalayón de los ataques fascistas.
Mención especial merece el campo de concentración de Zeluán, a 30 Km de Melilla, los franquistas lo utilizaron para detener a los que se opusieron al golpe de estado o que destacaron por su militancia política o sindical, funcionarios, autoridades municipales, sindicalistas, militares. Fueron tratados con objetivos aniquiladores, degradados, obligados a realizar actos fisiológicos en público, la suciedad como ofensa, meses sin lavarse, prisioneros torturados de manera salvaje, colgados de las manos, sacándoles las uñas con cuñas, violencia gratuita dirigida hacía la eliminación física y moral del detenido, gran parte de los presos mantuvieron lesiones de por vida, como cojeras y cegueras llegando incluso a fallecer.
La democracia trajo una amnesia colectiva, nadie había sido falangista, franquista, sin conciencia de los crímenes y asesinatos pocos querían remover el pasado. Los criminales falangistas y militares nunca fueron perseguidos, continuaron su carrera civil sin ser molestados, en sus despachos actuaban como demócratas, denunciando incluso a los que sacaban a la luz sus crímenes, obligando a olvidar, negando los hechos. Es hora por el bien de España de recordar, rescatar y comprender la historia silenciada, que va aflorando en discursos, libros, artículos de prensa bien documentados.
Documentos originales: Guerra civil en Melilla (Carlos Esquembri, Juan Díaz). Guerra Civil y Revolucion Social. Melilla Izquierda (Carlos Esquembri). Agradecimiento muy especial a la doctora Maria Elena Fernández Díaz por su excelente trabajo, Violencia política y represión. Melilla después del alzamiento: el campo de concentración de Zeluán
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