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(DES)MEMORIA HISTÓRICA
La entidad franquista ingresó casi 173.000 euros en el 2015 y los beneficiarios de sus actividades son "indeterminados"
Luis Rendueles / Juan José Fernández
La Fundación Francisco Franco ingresó 172.977,77
euros en el año 2015, el último del que figuran las cuentas presentadas
ante el Ministerio de Justicia. Esas cuentas, a las que ha tenido acceso El
PERIÓDICO, reflejan que la entidad registró unas pérdidas de 1.283,96 euros. En
aquel año, recibió 75.372,46 euros procedentes de donaciones de "personas
físicas" que pudieron desgravarse y pagar
menos en su declaración de Hacienda. La documentación presentada por la
fundación refleja la contabilidad del 2013 (ganó 1.049,6 euros) y el 2014
(cuando perdió 48,43 euros).
Las cuentas revelan cierta contención de gastos, solo
interrumpida por el pago de 37.152,85 euros como gastos
extraordinarios por la celebración del 20-N (el aniversario de la
muerte del dictador) y una ofrenda floral. Es decir, gastan uno de cada cinco
euros del presupuesto en esos homenajes, según sus datos. Otra buena parte del
presupuesto (15.500 euros) se lo lleva su página web, donde se ensalza la
figura de Franco y se asegura que merece dar su nombre a una plaza o una
avenida en cada pueblo y ciudad española.
Escasez de actividades
Llama la atención la escasez de actividades (en sus estatutos
fundacionales se hablaba incluso de ofrecer becas) y que las personas que
se han "beneficiado" de consultar su archivo con más de 30.000
documentos del dictador sean "indeterminadas" en el
2013, el 2014 y el 2015. Lo mismo ocurre con los beneficiarios de
sus boletines informativos y del "desarrollo de
delegaciones" por España, los tres objetivos que la fundación dijo
haber realizado. Todos esos datos ponen en tela de juicio el supuesto
"interés general" de la fundación, necesario para que obtenga
los beneficios fiscales de los que disfruta (al mismo nivel que
cualquier oenegé) y que el PSOE ha pedido que se eliminen.
El patronato de la fundación, creada en 1976, siempre ha de
contar con un miembro de la familia Franco en su presidencia de honor. Ese
puesto lo ocupó la hija del dictador, Carmen Franco, hasta su
fallecimiento, el pasado diciembre. En el patronato figuran, según la
documentación entregada al ministerio, dos nietos de Franco: José
Cristóbal Martínez-Bordiú Franco (exmarido de la presentadora de
televisión Jose Toledo) y Francisco Franco Martínez-Bordiú, que
recientemente ha sido condenado a dos años y seis meses de cárcel por arrollar
con un todoterreno a dos guardias civiles en la provincia de Teruel.
También, Francisco Franco Suelves, hijo de Francis y biznieto del
dictador.
Apellidos ultras
Algunos hombres y mujeres de la Fundación Franco tienen
apellidos conocidos o vinculados a la familia de la ultraderecha española. Así,
en la documentación oficial están Ricardo Alba, que fuera dirigente de
Fuerza Nueva; el general Blas Piñar Gutiérrez, hijo del fundador de ese
grupo; Antonio Muñoz Perea, abogado, yerno de Blas Piñar y defensor de uno
de los implicados en el asesinato de la joven Yolanda González durante la
transición; y Luis Felipe Utrera Molina, descendiente del ministro
franquista, cuñado de Alberto Ruiz-Gallardón y albacea del testamento de Carmen
Franco. Junto a ellos aparecen en el patronato de la fundación el empresario
vasco Iñigo Susaeta Córdoba, y la que fuera espía, Aline Griffith
Dexter, condesa viuda de Romanones.
Otros cargos relevantes los ocuparon los hermanos Jaime y José
Ángel Alonso García. En 2016, cuando Jaime era vicepresidente de la fundación
Franco, ambos trataron de avalar con cuatro fincas en Canarias el dinero
necesario para que Mario Conde saliera de prisión. Los hermanos Alonso García
conectaban la fundación Francisco Franco con el pseudosindicato Manos
Limpias, cuyo dirigente, Miguel Bernad, está acusado de extorsiones y
estafas por los que la fiscalía le pide 24 años de prisión. Bernad era un viejo
dirigente del Frente Nacional que ejercia de supuesto azote de la corrupción
entre otros, en el caso de la infanta Cristina.
Los gastos de la infanta
El dinero de un franquista fallecido en una residencia de
religiosas en Madrid en agosto del 2013, Eduardo Cuadros Cuesta, sirvió
para dar oxígeno a las dos organizaciones. Así, Cuadros legó 179.331 euros a
Manos Limpias. En varias entrevistas, Miguel Bernad indicó que ese dinero había
servido para sufragar los gastos derivados de ejercer la acusación particular
en solitario contra la infanta Cristina. En cuanto a la Francisco Franco, sus
cuentas del 2014 reflejan también la generosa donación de Cuadros. A ellos les
dejó 87.205,19 euros. El resto de su patrimonio quedó en otras manos: las de
algunas órdenes religiosas y la oenegé Manos Unidas.
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