dissabte, 15 de desembre del 2018

César Orquín.



https://www.facebook.com/groups/231378513588537/permalink/2053368591389511/




Natalia Grzona ha publicat una publicació

Mi ABUELO! ...ese fue Cesar Orquín! ...el que costruyó una vida en Argentina! ...el que ponía la música fuerte, ponía chocolate rayado arriba de las tostadas con manteca en el desayuno, el de los paseos de los domingosa la mañana con nosotros en su auto, el de las paellas! ...ese también fue Cesar, mi yayo! ...y hoy gracias a Guillem Llin Llopis también podemos enorgullecernos de aquel que fuera durante la guerra, cuidando a sus hombres, a sus conciudadanos, a todos aquellos que como a él España olvidó! 
Tal vez este reconocimiento llegó tarde para él, que tal vez no lo buscaba, pero a tiempo para nosotros, su familia, que nos hace estallar el corazon!
Nuevamente ...Gracias, gracias, gracias Guillem Llim Lloris por tu trabajo y tu compromiso para con su historia!
Guillem Llin Llopis
Bien. ¿Quién fue César Orquín Serra? Por decirlo en pocas palabras fue un héroe de la II Guerra Mundial. Valenciano, de la calle Alboraia, hizo la guerra española en la XV Brigada Internacional como traductor. Hablaba francés y alemán. Al terminar el conflicto armado, marchó exiliado y estuvo en los campos franceses de Argelés y Saint-Cyprien. Salió en una CTE que fue destinada a la Alsacia, a la Línea Maginot, donde los nazis le hicieron prisionero y, después de encerrarlo en el stalag de Estrasburg, llegó al campo de concentración de Mauthausen. 

Con una personalidad desbordante, no solo tuvo claro desde el primer momento dónde se encontraba sino, además, se armó con la convicción total que él se iba a salvar. Pero para hacer más complicado su reto, se propuso salvar a todos los republicanos que fuera posible. Ideó un plan que pasaba por convencer al comandante en jefe de Mauthausen, Franz Ziereis, de que le dejara salir en sucesivos kommandos a hacer obras que habían quedado paralizadas por la guerra. Así estuvo en Vöcklabruck (unos 350 deportados republicanos, la mayoría anarquistas), en Ternberg (500 deportados republicanos, con abundante presencia anarquista) i en Redl-Zipf (300 deportados republicanos, en su mayor parte anarquistas).

Consiguió su objetivo después de cuatro años y medio de cautiverio. Todos se salvaron (excepto unos pocos que murieron en accidentes de trabajo mientras hacían una presa en Ternberg). Después de la guerra se quedó a vivir en Austria y rehízo rápidamente su vida. 

Pero había un problema. Había hecho toda la hazaña en solitario, sin permitir que nadie le interfiriera, cosa que a la organización comunista del campo le sentó muy mal. Y fueron los comunistas quienes difundieron el relato que había enviado hacía el final de la guerra a muchos comunistas a Gusen para que murieran. Y ese relato fue el que quedó. 

Al final, harto de controversias después de haber hecho una proeza sin parangón posible en el campo de concentración de Mauthausen, se cansó y se apartó de en medio. Se fue a la Argentina, donde cosechó un buen número de éxitos profesionales alejado de España, los comunistas, los nazis, y de todo lo que representaban… Nunca más volvió. Nunca más le oyeron decir una palabra. Nunca más se supo de él. Nunca más contestó a las insidias que los comunistas siguieron lanzándole. Nunca más. 
(CONTINUARÁ)
http://holocaustoenespanol.blogspot.com/2010/03/el-kommando-cesar-un-oberkapo-espanol.html

El Kommando Cesar, un Oberkapo español en Mauthausen

Cargando..
El kommando César es uno de los Kommandos de Mauthausen, conocido así por estar controlado por el jefe de los kaposCésar Orquín i Serra, un valenciano con formación universitaria y musical que había pertenecido a la CNT y hablaba perfectamente el alemán. A Orquín, unos le acusan de déspota y otros de bienhechor. Hombre con cierta capacidad persuasiva con los SS, sugirió, con la promesa de obtener mayor capacidad productiva, la formación de un kommando especial formado por republicanos españoles con mejores condiciones de alimentación para trabajar en fábricas e infraestructuras en localidades próximas a Mauthausen. Tuvo a su cargo 460 españoles.

Hay deportados que le consideran responsable del envío de muchos españoles al campo de Gusen para ser eliminados, y hay deportados que  consideran que salvó a muchos españoles.

Para José Alcubierre no se portó mal, sino que tenia que tener contentos a los oficiales SS y por eso aparentaba dureza, ya que era oberkapo. Para Alcubierre el hecho de ser destinado a este kommando quería decir que "eran unos enchufados porque eso les libró de ir a la cantera".

Juan Camacho sólo tiene palabras de agradecimiento hacia César Orquín i Serra. De él dice que "era una persona muy culta, educada, refinada, atenta, con gustos y sabores musicales y que nunca le dirigió una mala palabra o un mal gesto. Allí, los comunistas lo quisieron involucrar en sus acciones pero él se negó, porque él no era comunista, él sólo se consideraba republicano. Eso lo salvó también cuando un grupo de españoles del kommando, muchos de ellos comunistas, serían enviados al campo central y a Gusen."

Para Jose Maria Aguirre, era un "hombre temperamental y de gran genio, se enfrentó a los alemanes y exigió tener a trabajadores españoles a su cargo para realizar trabajos de construcción. Al final, gracias a su tesón, consiguió salvar a más de doscientos compatriotas de la muerte". Gracias a César Orquín, el grupo de trabajo del que formaba parte José María Aguirre recibía doble ración de comida y un trato un poco –sólo un poco– mejor que el resto de deportados. Y Aguirre nunca se olvidaba de recalcar que él no había sido un héroe ni un luchador, "sólo un superviviente". Y que si no fuera por el "Kommando César", el temible capitán Bachmayer, también conocido como "El gitano", habría acabado con él.

En cambio, para otros como  Mariano Constante o Manuel Razola, era un preso de derecho común y provocador.

Francisco Batiste, en su libro "El sol se extinguió en Mauthausen" dice en su capítulo "Kapos Españoles": "(...) El denominado "Kommando César" fue el más "ilustre" y conocido por nuestros deportados. César Orquín, cabeza visible de los kapos, creó una siniestra leyenda a su alrededor. Yo, al haber convivido con él en el campo de concentración francés de Agde y en la misma Compañía de Trabajadores Españoles creada al inicio de la Segunda Guerra Mundial, tuve ocasión de conocerle personalmente. (...) Pese a sus contradicciones plasmadas en considerarse poeta en un momento dado para pasar después a ser autor dramático, doctor o ingeniero, podíamos definirle como un sujeto muy inteligente.
César intentó sacar el mayor provecho posible de la situación tan irreal en la que estábamos inmersos los españoles. Hablando casi correctamente el alemán, no tardó en poner su capacidad intelectual al servicio de los SS. Alcanzada la confianza absoluta del capitan Bachmayer y del Legerkommandant (jefe supremo) Zereis, se le concedió el grado de Oberkapo (cabo superior) con la responsabilidad de organizar un colectivo formado exclusivamente de excelentes trabajadores españoles. Así nació el que simbólicamente conocimos como el Kommando César.
No le resultó difícil agrupar a unos cuatrocientos de nuestros camaradas, imaginando todos ellos que, abandonar el terrorífico trabajo de la cantera de la muerte y estar bajo el mando de un Superkapo español les depararía un trato más humano y ampliaría sus posibilidades, por tanto, de sobrevivir al infierno de Mauthausen.
¡Vana ilusión! Tanto Cesar como sus ayudantes nombrados por él para "tratar" a sus trabajadores, eran, ante todo, lacayos de los SS., y el comportamiento de alguno de ellos para con sus compatriotas superaba, con creces, el instinto sanguinario de los kapos triángulos verdes alemanes.
Empleados en la industria de armamento en la ciudad deTernberg, cercana a Linz, el ritmo de trabajo era infernal. Uno de mis amigos, el también valenciano Manuel Ginestar, veterano, junto a otros testimonios, pese a alguna divergencia, llegan a la conclusión de que la conducta de César resultó despiadada, sobresaliendo entre sus ayudantes hispanos su "preferido", un tal Flor de Lis, un joven muchacho de apenas veinte años lleno de instintos criminales que contribuyó enormemente a que el "Kommando César" fuese uno de los que, a ser posible, teníamos que evitar.
 Al igual que todos los oberkapos, César Orquín tenía a sus preferidos. Estos, una minoría, llegado el día de la liberación defendieron su actuación fundamentándola en que bajo su mando murieron únicamente cuatro españoles, por agotamiento físico y que bajo la dirección de kapos alemanes el porcentaje hubiese superado el 50%.
La realidad fue otra más diabólica, centenas de nuestros camaradas, debilitadas sus fuerzas que les imposibilitaban ya ser productivos, no debían morir allí, siendo trasladados a Mauthausen y Gusen donde eran eliminados definitivamente.
El regreso desde Ternberg de numerosos camiones con su triste cargamento y la elección de nuevas víctimas, nos hacía imaginar lo que ocurría en el grupo mandado por el inteligente y a la vez despreciable compatriota. El cinismo de César Orquín llegaba al extremo de elegir entre los desgraciados deportados a cuantos no eran partícipes de sus ideas."

Aquí están las dos caras de la misma moneda, bueno y malo. Una versión para cada vivencia.
"Y es que en este mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según el cristal con que se mira." - Ramon de Campoamor
votar

César Orquín, l’heroi desconegut de Mauthausen

Més de 300 republicans van sobreviure al camp nazi gràcies a un anarquista valencià mort fa 30 anys

EVA TEROL

César Orquín, el primer per la dreta, amb un grup d’expresoners republicans acabat d’alliberar Mauthausen / FAMÍLIA GRZONA-ORQUÍN

“Si César Orquín hagués sigut comunista, a hores d’ara seria una celebritat. Però era anarquista i això el PCE l’hi va fer pagar car. Els mateixos comunistes del camp de concentració el van acusar de ser col·laboracionista i de fugir a l’Argentina amb els nazis, quan en realitat va ajudar a sobreviure més de 300 republicans deportats a Mauthausen, molts d’ells catalans i valencians”. Guillem Llin, estudiós de la deportació republicana als camps de concentració i extermini nazi, té clar que Orquín va ser “víctima de les desavinences brutals entre comunistes i anarquistes”. Això explicaria que la seva acció heroica i molt poc coneguda, tot i que testimoniada en diverses obres, s’hagi perdut en la nebulosa de l’oblit.
“Orquín era un home amb una personalitat desbordant i una intel·ligència enorme. Les seves dots de persuasió devien de ser extraordinàries”, afirma Llin, autor de Valldalbaidins a Mauthausen (2013), un llibre en què refà les biografies dels setze veïns d’aquesta comarca valenciana que van ser confinats al camp de concentració austríac. “Orquín procedia d’una família benestant -continua Llin-. Era un home que no tenia por de res. Res no l’aturava. Es creia superior i per això va idear una estratègia per guanyar-se la confiança dels nazis i intentar salvar el màxim nombre de companys”, remarca l’investigador d’Ontinyent.
“Qualsevol ha sentit a parlar de Francesc Boix, el fotògraf que va retratar l’horror de Mauthausen; de Joaquim Amat-Piniella, que va novel·lar a K. L. Reich les seves vivències al camp; de Mariano Constante, excel·lent divulgador de la deportació, o de Joan de Diego, tercer secretari de Mauthausen i a qui es deuen les llistes completes de deportats republicans. Pocs, en canvi, han sentit mai el nom de César Orquín. És hora de reivindicar i restituir la seva memòria”, declara.

Francesc Boix, les fotografies de guerra abans de Mauthausen
Igual que vora mig milió de defensors de la República, a principis del 1939 Orquín va travessar els Pirineus per fugir de l’ofensiva franquista. Encara no havia fet els 22 anys i ja podia acreditar un bon historial d’accions armades i enfrontaments, sempre des de les files anarquistes.
A França, igual que milers de dones, homes i xiquets, passa per diferents camps de refugiats, com els del Barcarès, Agde i Sant Ciprià, però com que parla francès amb fluïdesa sempre el trien com a intèrpret. Esclata la Segona Guerra Mundial i vora 50.000 republicans canvien les penoses condicions dels camps per les Companyies de Treballadors Estrangers. Són enviats al front, a prestar suport a l’exèrcit francès. Orquín és assignat a la Línia Maginot, amb la qual els francesos pretenien impedir la invasió alemanya. Però els nazis decideixen entrar al país pel nord, i no pel nord-est, i fan presoners els espanyols. Durant uns mesos, demanen insistentment al govern de Franco què fer amb els presoners, però el dictador nega la identitat als republicans i deixa mans lliures als alemanys per fer amb ells el que vulguin. La majoria seran enviats a camps de concentració. A Estrasburg, mentre espera el seu trasllat, Orquín comença a estudiar alemany. A finals del 1940, en arribar a Mauthausen, el valencià ja pot seguir una conversa i els alemanys l’escullen com a traductor. El destinen al barracó número 11, on té com a company Joaquim Amat-Piniella, que el convertirà en l’August de K. L. Reich. Al llibre, Amat-Piniella escriurà: “Quan els tres amics es separaven per anar a dormir, l’August continuava madurant els seus plans d’arribar a influir en la direcció del camp”.

La vida fora de Mauthausen

El 6 de juny del 1941, Orquín i 337 republicans més, la majoria anarquistes, surten per primera vegada de Mauthausen per incorporar-se a un kommando exterior, una mena de camp de concentració més petit i a l’aire lliure. La seva destinació era Vöcklabruck, un poble a mig camí entre el camp i Salzburg. La seva tasca: construir una variant, fer una xarxa d’abastament d’aigües potables i alçar un pont sobre el riu Vöckla. “Orquín va ser capaç de convèncer Franz Ziereis, comandant de Mauthausen, perquè deixés abandonar el camp als espanyols. Com s’ho va fer? Imaginem que amb la seva oratòria i capacitat de convicció”, diu Guillem Llin. El cas és que d’ara endavant Orquín és l’únic que controla els seus homes, que fan vida en unes dependències per a gent civil, en condicions en absolut comparables a les dels barracons del camp. És Orquín qui negocia amb els enginyers de les obres i aconsegueix racions de menjar decents. I també és ell qui imposa els càstigs i salva els seus compatriotes de la crueltat i les atrocitats dels oficials de les SS.

Després de Vöcklabruck vindran dos kommandos més controlats pel valencià. El 17 de maig del 1942, Orquín és enviat a Ternberg, a 50 quilòmetres al sud de Mauthausen. Necessita 500 homes per construir una central elèctrica i és ell qui els tria. Són republicans espanyols. Preferiblement anarquistes. El comandant nazi és Anton Ganz, un personatge sinistre que va deixar un rastre de terror, sadisme i mort allà per on va passar. A Ternberg, però, no va cometre cap excés. “Fins i tot a la pàgina d’internet del Memorial de Mauthausen, a l’apartat dels kommandos, mostren la seva sorpresa perquè en un kommando Ganz va ser tan violent i en l’altre tan mesurat -apunta Llin-. M’atreviria a dir que va ser Orquín qui va frenar la seva extrema brutalitat”.
El 18 de setembre del 1944, Orquín i els seus homes són reclamats a Mauthausen. Han passat 39 mesos fora del camp, lluny del treball extenuant a la pedrera, de la mortífera escala dels 186 esglaons excavats en la roca i el “mur del paracaigudista”, des d’on cada dia eren tirats presoners. Gràcies a Orquín, molts no han mort de fam per la subalimentació crònica del camp, ni han patit les hores interminables de formació sobre la neu, els experiments mèdics, les pallisses i els maltractaments diaris.
A principis de desembre del 1944, sortiran de nou per incorporar-se al kommando Redl-Zipf, a la localitat de Schlier, que ja es trobava operatiu i era extremadament dur. Orquín maniobrarà davant del comandament nazi i aconseguirà que ell i els seus homes siguin tractats a part. Rebran el nom de kommando César. En els tres anys i mig que el valencià va controlar un kommando, i a excepció de les baixes per accident de treball, la mortalitat dels deportats serà pràcticament nul·la.

El ‘kommando’ César

El kommando César va ser precisament la denominació triada per Ernest Gallart per titular l’obra que més dades aplega sobre la trajectòria vital d’aquest antifeixista valencià, nascut a la capital del Túria el 13de maig del 1917 i mort a Mendoza, a l’Argentina, el 14 de febrer del 1988. Al llibre, Gallart recull el testimoni de més d’un centenar de deportats i hi trobem declaracions com la de Francesc Comellas: “Jo i molts altres hem sobreviscut a unes expectatives nul·les de supervivència en un lloc pensat científicament per eliminar persones gràcies a unes condicions artificials creades per un home: César Orquín”.
“El treball era dur, el temps inclement, la companyia grisa, l’alimentació calderada, però regnava un clima d’humanitat, hi havia pietat i ajuda per als decaiguts i la mort era combatuda en tots els terrenys. Els SS intervenien el camp a través de l’August i la seva acció perdia tot el verí inicial. El règim general dels camps de concentració arribava alkommando de l’August tan atenuat que gairebé deixava de ser el mateix règim”, va escriure a K. L. Reich Joaquim Amat-Piniella. I recordem que l’August és Orquín.

L’allargada ombra del PCE

Aleshores, ¿com s’explica que les accions d’aquest valencià hagin sigut pràcticament esborrades de la història? Una primera resposta l’aporta Daniel Serrano a Literatura des de l’holocaust: Joaquim Amat-Piniella : “Orquín opta per intentar millorar les condicions internes dels presos com una opció personal, cosa que farà que la cèl·lula comunista organitzada a l’interior del camp sempre desconfiï de la seva actitud”.
“El PCE tenia una estructura molt sòlida dins del camp, i per a ells Orquín, un anarquista altiu, arrogant i que anava per lliure, era l’enemic”, rebla Guillem Llin. L’organització insistirà a repetir la idea, tant dins del camp com posteriorment, que Orquín enviava al sinistrekommando Gusen, a una mort segura -el lloc era conegut com el cementiri dels espanyols i hi ha constància de la mort de 4.000 republicans-, tots aquells que li causaven problemes en el seu kommando. “Al PCE sabien que mai no podrien demostrar el que deien, però sabien també que Orquín mai no podria demostrar que el que deien era mentida”, assegura Llin.

A aquesta acusació se n’afegiren d’altres. “És una infàmia dir que Orquín va escapar amb els nazis a Sud-amèrica, com a mi em va dir Mariano Constante en una amigable i alhora agra discussió que vam tenir a Barcelona”, afirma Adrián Blas Mínguez Anaya, delegat de l’Associació Amical Mauthausen i altres camps a València. “Orquín no va ser cap col·laborador del règim nazi. Mai no va ser detingut en ser alliberat el camp, ni tampoc va ser citat a declarar en cap judici, com va passar amb alguns kapos ”, afegeix Mínguez Anaya.
Acabada la guerra, Orquín es va quedar a viure un temps a Àustria, on es va casar amb una jove infermera de la Creu Roja, Aloise Marianne Riedl, i va tenir una filla, Luisa. També va fundar l’Organització Republicana Espanyola d’Àustria (OREA), la primera entitat creada per mantenir viva la memòria dels deportats. El novembre del 1950 va posar rumb a l’Argentina, on va refer la seva vida desenvolupant diversos treballs, centrant-se finalment en la publicitat. Va morir a Mendoza, als 70 anys. Mai no va tornar a València ni a Espanya.


Les fotografies inèdites de César Orquín

De César Josep Orquín Serra (València, 1917 - Mendoza, Argentina, 1988) mai no n’havíem vist el rostre. Fins ara només se’n coneixia una única fotografia, que mostra un grup de deportats al camp de concentració nazi de Mauthausen (Àustria), l’any 1947, però on ell apareix d’esquenes.
Gairebé trenta anys després de la seva mort, però, la família ha decidit cedir les fotografies inèdites que acompanyen aquest reportatge, després que l’historiador d’Ontinyent Guillem Llin contactés amb la neta d’Orquín, Natàlia Grzona. “La família sempre ha viscut amb molta pena la visió que es va difondre sobre el César i prefereixen guardar silenci. No obstant, estan molt orgullosos del paper que hi va jugar”, explica Llin.