dilluns, 6 de novembre del 2023

Memoria y Presentación de Antología de Salvador Seguí

 

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Las personas que intentamos desentrañar la historia, que buscamos en ella, denodadamente la causa real del presente sociológico, tenemos ideología. La historia tiene ideología, por supuesto, negarlo sería estúpido, lo que debe ser, también de forma absoluta, es honesta. Nunca la ideología puede  marcar la historia porque la deforma como uno de esos espejos que nos convierten en seres deformes.

 Salvador Seguí



La Memoria no es solo un repaso de la historia, o una reparación hacia los sucesos poco conocidos o las víctimas, que también. La Memoria consiste en dar voz, verdadera voz a los sucesos, a los muertos, a los asesinados, torturados para que los/as vivas podamos aprender de errores, aciertos o coincidencias con el fin de mejorar el presente y preparar un futuro mejor.

No nacemos por generación espontánea. Venimos del vientre materno, que a su vez fue concebida en otro vientre. Así mismo la historia se sucede, no como un hecho aislado sin antecedente o un islote que nace de forma fortuita y muere de la misma manera sino como una  sucesión de actos, decisiones políticas sociales y personales que viran al mundo hacia un lugar u otro. Por tanto es esencial, para construir un futuro más justo, más solidario y más libre, partir de una historia real contada y asumida con honestidad.

Las personas que intentamos desentrañar la historia, que buscamos en ella, denodadamente la causa real del presente sociológico, tenemos ideología. La historia tiene ideología, por supuesto, negarlo sería estúpido, lo que debe ser, también de forma absoluta, es honesta. Nunca la ideología puede  marcar la historia porque la deforma como uno de esos espejos que nos convierten en seres deformes.

Los hechos son claros, la interpretación puede variar, pero si no contamos lo vivido por la gente que nos ha precedido de forma honesta deformamos la enseñanza que de esos hechos se desprenden además de cometer la injuria de ofender a los muertos.

Nos suelen acusar a las personas interesadas en la Memoria, en investigar la historia, de que miramos atrás, que nos preocupan  los cuentos de los abuelos que el presente. Os aseguro que es justo lo contrario porque cuando nos hacemos las preguntas ¿qué pasó realmente? ¿quién era esa persona? ¿qué motivos tenía para optar por ese camino? estamos buscando la verdad como cuando el labriego limpia y pone su tierra en barbecho antes de sembrar. Jamás puede crecer un fruto encomiable de una tierra maltrecha. Jamás el futuro mantiene claridad si la historia ha sido tergiversada u obviada. El árbol, el fruto, crecerá torcido y sin fuerza porque su raíz no arraiga.

En nuestro pasado hay respuestas, o por lo menos hay aprendizaje, hay un camino recorrido por gente, en positivo o en negativo que nos encauza con firmeza el futuro. Desconocer la historia nos lleva a acarrear la piedra de Sísifo una vez y otra y otra más, haciendo círculos de forma continua sin avance ninguno.

Estoy convencida que el entramado de la sociedad lo formamos cada una de nosotras con un pequeño ladrillito en la construcción total de la historia común. Cada una con nuestra labor…sobre la labor de nuestros ancestros ¿Cómo construir un edificio solvente si no sabemos si nuestros antecesores utilizaron piedra caliza o ladrillo común? Y peor ¿Cómo construir algo si no sabemos qué se hizo, cómo se hizo y por qué se hizo?

Solo conociendo la historia real, dando voz, investigando, sacando de las ultratumbas donde un poder social y económico contrario al avance de los pueblos, podemos caminar hacia el futuro con paso seguro. Al poder -cualquier poder- no le interesa la verdad. Ni la actual, lo vemos con las terribles manipulaciones mediáticas que comprobamos a diario, ni  le interesa la verdad histórica porque eso supone desnudar al emperador. Comprobar que el emperador, una vez sin ropa sus miembros son endebles y debilitados y su mente escorada hacia un egoísmo social enfermizo, aniquila el poder que esgrimen contra la ciudadanía.

El poder -cualquier poder- ha intentado siempre manejar la historia a su gusto y razón. Manejan el lenguaje con silogismos escandalosos de forma continua, como para no hacerlo con la historia.  Contaron que el bombardeo de Guernika lo hicieron los gudaris vascos. El de Santander…se negó, se obvió durante decenios y cuando se nombraba se justificaba por un error. Cuando los norteamericanos bombardeaban con napalm a los vietnamitas, compraban a la prensa para que callara o la mantenía entretenida. Cuando se tiroteó a los manifestantes en la Plaza de las Cultura en México, se dijo que fueron solo 80 muertos ¿solo? Cuando fueron centenares, algunos de ellos aún sin reconocer. Como en la Plaza de Tiananmen…como cualquier horror propiciado por los poderes, del signo que sea. Aquí tenemos a quien nos podría contar que hizo en Ejército Rojo en Ucrania cuando  Néstor Majno peleaba por la libertad.

El poder miente, siempre miente. Quiere disimular el horror que produce y deforma la historia, porque es consciente del poder de la Memoria, de la verdad. Es consciente de la fuerza que toma el pueblo cuando sabe qué pasó, por qué pasó y cómo pasó. Viste al emperador con ropajes de lujo y de bonitos colores y nos dice, que no nos preocupemos del pasado que solo el presente importa…que ellos se ocupan.

Ellos sí saben la importancia que tiene la Memoria, por eso la sesgan, la pervierten. No podemos permitir que sigan contando sus mentiras. No podemos dejarles vestir al emperador con ropajes de lujo porque el emperador está podrido y queremos saberlo.

Esa es la Memoria Histórica, queridas mías. Esa es la importancia que tiene contar bien los hechos, analizar a las personas que fueron criminalmente desaparecidas, que fueron derrotadas, torturadas, enterradas en quintales de olvido, porque si el poder quiso eliminar la historia de esa gente, de esos hechos, precisamente es por su importancia, por el poder tremendo de sus enseñanzas en investigaciones y descubrimientos. Hasta de sus errores, porque repito, aunque quienes nos acercamos a la historia tenemos ideología,  un deber nos obliga a hacerlo con total honestidad, de no ser así, mejor se dan la vuelta. Hay errores terribles de nuestra gente que cuesta asumir, aciertos ingentes que debemos poner en valor. Y todo eso es la Memoria Histórica a la que debemos trabajo, difusión y sobre todo verdad, mucha verdad.

El compañero, Emili Cortavitarte Carral, nos trae hoy a un personaje olvidado, quizá en Catalunya no tanto, pero en el resto del estado sí. Salvador Seguí, el Noi del Sucre, fue un hombre de acción que fue considerado, por su falta de formación y su extracción popular, limitado en su discurso social. Pues resulta que revisando sus textos, sus discursos, han encontrado la consistencia ideológica de un pensamiento radical pero muy convincente. Y hoy, después de esa revisión y estudio nos lo traen para que sea conocido por nosotras.

Creo que, con el anarcosindicalismo, con las teorías libertarias se ha producido una enorme ocultación porque de toda la ideología que conocemos, es la más hermosa, la más igualitaria y la más liberadora…Otra cosa es que sea utópica, cuestionable en su realismo -de eso la suelen acusar con malevolencia-  pero se ha convertido en algo peligroso porque conforma la total liberación de las personas. Por eso se le ha acusado de crímenes y se le ha manipulado hasta la extenuación.

Ferrer i Guardia, Emma Goldman, Néstor Majno, Buenaventura Durruti, Ángel Pestaña, Federica Montseny,  Salvador Seguí y tantos activistas y pensadores/as del anarquismo han sido perseguidos con saña  hasta la muerte de muchos de ellos/as porque su ideario es la pura y simple liberación de almas y cuerpos. Por eso se convirtió en el más terrible peligro a abatir. Donde crece la hierba libertaria no se puede encadenar a nadie porque la libertad es asumida como parte intrínseca de la vida. Y eso al poder le asusta mucho. El personaje que hoy traemos con esta antología que Emili nos presenta, era un hombre bregado en la lucha sindical en los momentos trágicos de la Huelga General exitosa de 1916 y la fracasada de 1917, la de la Canadiense por la que curiosamente fue atacado, porque Salvador Seguí era hombre de unidad obrera, propiciando confluir con UGT para enfrentar mejor a la patronal, aunque con diferencias ideológicas importantes supo sobreponerse y confluir. Un hombre de palabra, denostando la violencia y sabiendo ver de forma  clarividente la deriva terrible de la Unión Soviética. Hay unas palabras proféticas que dice Seguí: “¿qué ha cambiado para el labriego ruso con la Revolución?” se preguntaba, “antes el fruto de su trabajo se lo aprovechaba el zar y ahora es el estado quien le arrebata el sudor”

Seguí ha sido un personaje  importante, no solo para el anarcosindicalismo sino para el pensamiento político general, porque presenta una tendencia al pacto, al progreso social sin saltos al abismo que no garantizan más que muerte y desolación. A Seguí se le calumnió por esa tendencia suya al dialogo y a la conquista de poderes parciales sin perder de vista el objetivo final que era y sigue siendo, la total liberación de todo sistema que ate y comprima la libertad. Creo que sus años de cárcel y sobre todo su muerte a manos de esbirros del Sindicato Libre, avalan mejor que cualquier argumento la falacia de las acusaciones.

Recordarles que en los tiempos en que Seguí encabezaba la CNT, ésta contaba con más de 800.000 afiliados…comparado con UGT, el otro gran sindicato que contaba con aprox. 280.000 nos da la pauta de la importancia del ideario anarquista en este país. Fue, quizá, esa importancia, esa trascendencia política lo que espoleó a una burguesía capitalista y criminal, no solo a eliminar físicamente a lideres obreros anarcosindicalistas,  sino a enfangar una ideología liberadora como pocas.

La ideología anarquista, anarcosindicalista ha sufrido un descredito importante en nuestro país, como decíamos. Primero con las conspiraciones de la burguesía que se alió con las fuerzas represoras del criminal Martínez Anido, luego conformando somatenes que asesinaban a los lideres sindicales como Salvador Seguí. No olvidemos que fue la alta burguesía catalana la que contrataba esbirros para eliminar a lideres obreros que no podía comprar.

Es necesario recuperar las ideas y la vida de todas las personas que como el Noi del Sucre lucharon no solo por emancipar la clase trabajadora sino a  la ciudadanía en general concibiendo una forma más humana de vivir, sin el fustigamiento capitalista o estatal que supone un comunismo de estado.

Por eso hay que desenterrar el ideario de tanta gente olvidada, para aprender, para entender la construcción de sus idearios, de su experiencia vital y que nos sirva para levantar la nuestra.

No olvidemos esto, la Memoria construye el futuro. Sin la memoria y las vivencias de nuestros antecesores, los vivos nos quedamos sin voz.