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Gente muy peligrosa
:: Viernes, 14 de Marzo de 2014 ::
Uno de los momentos que más me ha perturbado y más me ha enseñado en estos últimos años fue aquel, que ya he descrito en otra parte, en el que leyendo el emblemático libroVíctimas de la Guerra Civil, coordinado por Santos Juliá, descubrí en su p. 192, el siguiente texto:
“Durante el mes de enero de 1938, las ejecuciones [en Cáceres], lejos de remitir, aumentaron considerablemente. En los primeros 21 días de este mes, la cifra de fusilados fue de 132, el doble de los fusilados en el mes de diciembre. El día 2 de enero fueron pasadas por las armas 27 personas, entre ellas 24 soldados de la Agrupación de Reclutas de Malpartida de Cáceres, 15 de los cuales eran de Valladolid.”
Uno de los vallisoletanos asesinados en esa ejecución era mi abuelo Pedro. No es por tanto de extrañar que, antes del año en que se publicó ese libro, 1999, mi familia y yo supiéramos lo que significaba aquella remota fecha del 2 de enero del 38... (Con esa infausta efeméride, tenía que ver, por ejemplo, el que en casa de mi padre jamás se celebrase la Navidad…). Y no es menos obvio que no tuviéramos que esperar a leer a los historiadores para entrar en contacto con ese trauma decisivo, aunque me consta que algunos de éstos piensan que de TODO lo que pasó nos hemos enterado gracias a ellos. De veras que no exagero, son varios los “historiadores progresistas” que se han expresado en esos términos…
Y sin embargo ¿podríamos no estar satisfechos viendo nuestra pequeña parcela de dolor representada en ese libro-fetiche de la memoria histórica? Pues, más bien, no. Desprovistos de las resonancias de sus nombres y de sus historias, condenados a la fría justicia del número (un número inexacto, además), estos paisanos recibían en él, como todo desagravio, como todo recuerdo, ese pobre párrafo apresurado y sin gracia. Los historiadores que primero mediante sus artículos y luego mediante la chapucera Ley de la Memoria Histórica(rebautizable además como Ley del Pito del Sereno, que todo el mundo puede saltarse impunemente) exigían que los archivos familiares privados pasasen a manos públicas para ser utilizados por ellos (los únicos que tienen licencia, al parecer, para hablar del pasado), y empleaban su ciencia y su prosa para brindarnos ese triste homenaje. Vae Victis!
En todo caso, creo sinceramente que aunque esos historiadores-estrella hubieran sido más comprensivos con la naturaleza y el significado de la memoria de la represión para los familiares de los represaliados, tampoco habría podido pedírsele mucho más a su discurso. La historia, por mucho que lo intente, no puede asumir ni la riqueza ni la plasticidad ni la exhaustividad ni la inmediatez del relato de la memoria. El suyo es un discurso frío – se supone que – dirigido a la cabeza y no al corazón… (aunque todos sepamos de sobra que no hay página de historia que no esté traspasada por tórridas pasiones). Sería por ello definitivamente bueno que la vieja disciplina de Clío empezara a ver con buenos ojos y con menos desdén el que sean los nuevos y más frescos relatos de la memoria los que permitan llenar de contenido unas historias hechas para gente normal y no exclusivamente para académicos de nómina. La memoria perdura bastante más allá del eco de las páginas de los libros; la memoria se susurra, se grita y se llora… cada día… y cada día nos acompaña y nos deja desolados.
Pero es de justicia decir al mismo tiempo que, a veces, también son historiadores valientes, llenos de experiencia, de ésos que viven cerca del aliento de la gente, los que asaltan los archivos no para abrillantar su currículum de cara a los censores de la ANECA sino para repartir los fragmentos del naufragio entre los descendientes del horror… historiadores partisanos que se tiran al monte o a la zanja junto a familiares y herederos de ese dolor antiguo que nos sacude desde el genocidio. Me referiré aquí a uno de ellos; a uno que se la ha jugado, que no ha descansado desde hace años tratando de descubrir informes y documentos, de identificar nombres y localidades, de reunir voluntades y personas, de convocar asambleas y movilizaciones, de conciliar a tanta gente diversa a la que la trastienda de la política dejó hace tiempo del otro lado del río de la historia… a uno que, sin embargo, ha seguido adelante sin renunciar a su condición de historiador, de articulista y de escritor. Me refiero a José Hinojosa Durán… alma mater, junto a Blanca Vila Bru, de la organización Promececa, la Asociación pro-memorial a las víctimas de la represión de Cáceres. No hay un rescoldo del horror que generara el fascismo en esa geografía que no haya sido sopesado por el gran José Hinojosa, que luego generosa y pacientemente nos ha entregado a los familiares sin pedir nada a cambio. Si algún día se escribiera la historia de aquéllos que en cada localidad regalaron su esfuerzo, su tiempo libre y no libre, sus emociones y su vida privada al servicio de la comunidad de familiares de represaliados, la ciudad de Cáceres iría encabezada sin duda por su nombre.
A José Hinojosa y a Promececa debo toda la información que he conseguido hasta ahora sobre los últimos días de mi abuelo y a ellos se debe el memorial que se va a inaugurar el próximo 29 de marzo de 2014.
A la inauguración de este memorial, como ya se habrá adivinado, estamos convocadas también numerosas familias de nuestra provincia. Algunas como la mía o la de mi amigo Ismael González iremos sin falta, pero hay otras que seguramente desconozcan que allí se va a homenajear también a sus familiares.
Un documento fascista en el que se habla de los antecedentes criminales de estos desgraciados paisanos nuestros (gente muy peligrosa, como se verá en los informes en cursiva), que yo organizaré por localidades para hacer su manejo más sencillo, puede servir para que ese sábado 29 seamos más los vallisoletanos que acudamos a Cáceres a nuestra cita con los antepasados.
VILLABÁÑEZ
EPIFANIO GREGORIO ORTEGA
Fue uno de los que salió en la noche del 18 al 19 de Julio de 1936 al punto conocido como La Barga, del término municipal de Renedo, enclavado en la carretera de éste a Pesquera, lugar extratégico [sic], por existir una cuesta muy pronunciada y con curvas con el fin de detener una camioneta de Falangistas que se decía iba a ir a Villabáñez (punto de su naturaleza) para observar la situación en que se hallaba el pueblo [sic].
ROALES DE CAMPOS
JUAN ISAAC ORTEGA GARCÍA
De filiación socialista, peligroso y comunista [sic].
PEÑAFIEL
FRANCISCO DÍAZ MÍNGUEZ
Regular conducta y antecedentes [sic].
HIPÓLITO ORTÍZ PÉREZ
De mediana conducta y antecedente [sic].
LAGUNA DE DUERO
GREGORIO ESTEBAN ROMÁN
De filiación socialista [sic].
MAYORGA
LIBERATO PASTOR RUEDA
Se cree que en unión de otros trató de asaltar el Cuartel de la Guardia Civil de Mayorga el día 9 de abril y el 14 de mayo también se le supuso autor de unos disparos contra falangistas, con motivo de unas fiestas religiosas [sic].
NAVA DEL REY
SIMÓN ALONSO ROMÁN
Afiliado a la Juventud Socialista, tomó parte activa en todos los actos realizados por dichos elementos tanto en huelgas como en manifestaciones promovidas por el llamado Frente Popular [sic].
PEDRO PIEDRAS GALÁN
Se le ha visto en las manifestaciones, en las huelgas se ha destacado especialmente en estas últimas [sic].
ALAEJOS
VICENTE OJEDA RAMOS
Presidente del Comité contra la Guerra y el Fascio, extremista peligroso [sic].
VALLADOLID
JOSÉ RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ
Es un individuo semianalfabeto de entender nada de política [¿?], considerado como peligroso [sic].
EUSEBIO MEDIAVILLA GUTIÉRREZ
En casa de Don Abilio Pastor, donde trabajaba, le robó varias gallinas, varias veces. Don Avilio [sic] tuvo la contrata de comidas del municipio y este le vendía la comida antes de llevarla a dicho establecimiento; siempre y en todos los lugares que podía dibujaba la hoz y el martillo; era quimerista y coacionista [sic] en huelgas y manifestaciones [sic].
MARCELINO MEDINA SÁNCHEZ
Entre la vecindad no está mal conceptuado, pero aún se ignora si estaba afiliado, por el ambiente en que vivía, puede decirse que seguramente estaría inscrito a algún partido de izquierdas [sic].
TEÓFILO NÚÑEZ PÉREZ
El 3 de enero de 1934 le fue impuesta una multa de 50 pesetas por pegar pasquines y promover escándalo [sic].
ANTONIO CHAGUACEDA BOLADO
Extremista peligroso y contrario al Movimiento Nacional.
JULIO ALBILLO MARTÍN
Observaba buena conducta y estaba afiliado a la U.G.T.
ÁNGEL MÉNDEZ FERNÁNDEZ
Carece de antecedentes en la comisaría, tratándose de un individuo analfabeto y al parecer inofensivo [sic].
TOMÁS GONZALO VERDUGO
Desconocidas sus actuaciones políticas sociales por llevar poco tiempo en esta Capital [sic].
A estos fusilados cuyos antecedentes dejan ver a las claras su instinto criminal y su sed de sangre, hay que unir otros nombres que aparecen en el memorial de Cáceres con gente de nuestra provincia:
ALAEJOS
VICTORIANO AGUDO RODRÍGUEZ
PABLO LOSA CESTEROS
PIÑA DE ESGUEVA
GERARDO GONZÁLEZ GONZÁLEZ
Cualquiera que pueda conocer y avisar a las familias de estos represaliados del homenaje del día 29 de marzo, les hará seguro un gran favor. A mí me lo haría, desde luego.
Para contactar con la asociación que ha promovido el memorial de Cáceres, puede consultarse la web de Promececa.
Si lo que se desea es comunicarse directamente con los responsables de la misma, hay que dirigirse al correo electrónico: memorialcaceres@gmail.com, o al apartado de correos 313. 10080. Cáceres
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