Posted: 15 Aug 2014 04:35 AM
PDT
A pesar del inenarrable
espectáculo del asesinato y la mutilación de los miles de niños, mujeres,
ancianos y familias completas; de la destrucción planificada de barrios
enteros; de los hospitales y escuelas bombardeados; de las infraestructuras
fundamentales destruidas conscientemente; de los millares de desplazados, se
intenta justificar lo injustificable con el argumento de que “los terroristas
palestinos son los responsables”.
Mucho se ha escrito, y es
necesario que se siga escribiendo, sobre la inmensa falacia e hipocresía de
esta afirmación cuando a un pueblo entero se le vienen negando
sistemáticamente, durante décadas, los más elementales derechos. No incidiré
ni insistiré sobre ello, ni me referiré a la historia que lleva a esta
historia. Aunque es muy difícil no hacerlo, especialmente cuando se tiene
ascendencia judía, se está orgulloso de tenerla y, entre otros sentimientos
dolorosos, se experimenta una inmensa vergüenza por lo que viene sucediendo.
Por parte del Estado de Israel
no sólo se producen una y otra vez, entre otros delitos de derecho
internacional, masacres como ésta a la que acabamos de asistir, sino que se
detiene y se juzga a quienes son acusados de actos de terrorismo. Miles de
palestinos pueblan las cárceles israelíes. A las víctimas israelíes las
instituciones del Estado de Israel les otorgan amparo y reparación.
Nadie juzga, en cambio, a los
responsables de los crímenes cometidos por el Estado de Israel.
Es indiscutible que estamos
ante crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y/o genocidio. No lo
niegan ni aún quienes los justifican. El testimonio incontestable de las
imágenes lo acredita. Y no se trata en este caso de crímenes cometidos por
una organización terrorista, sino que el terrorista es el Estado mismo. Ni se
investigan los delitos cometidos contra los ciudadanos palestinos, ni a las
víctimas palestinas se les otorgan amparo y reparación.
Con ocasión de una de las
anteriores matanzas, la denominada Plomo Fundido, escribí en Página/12, el 27
de enero de 2009, un artículo titulado “Justicia universal para Gaza” en el
que señalaba que no había que tener dotes proféticas para aventurar que no
actuaría la Corte Penal Internacional y que de no perseguirse a los
criminales, el crimen, irremisiblemente, volvería a cometerse. Así ha
sucedido.
En ese artículo llamaba a que
se aplicara el principio de justicia universal, que tanto colaboró para el
final de la impunidad que protegía a los grandes criminales en muchos de
nuestros países. Este principio jurídico se resume en que quienes cometen crímenes
contra la humanidad deben ser perseguidos por los tribunales de justicia de
todos los países del mundo, independientemente de la nacionalidad de víctimas
y victimarios y de los intereses particulares del Estado al que pertenecen
dichos tribunales. Constituye un avance de la civilización humana.
Como sabemos, la detención de
Augusto Pinochet en Londres, el juicio y la condena que cumple en una cárcel
española el marino y represor argentino Adolfo Scilingo, la extradición desde
México a España del también oficial de la marina argentina Ricardo Miguel
Cavallo y su posterior entrega a tribunales argentinos para que fuera juzgado
por sus crímenes, y las cientos de órdenes internacionales de detención que
fueron libradas por Baltasar Garzón contra los responsables de las
violaciones de los derechos humanos sufridas por los pueblos argentino y
chileno, constituyeron la más alta y efectiva aplicación de este principio,
acorralaron a los victimarios y confortaron a las víctimas que se sintieron
acompañadas en su lucha por la justicia.
Al calor de estos
acontecimientos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió una
Recomendación el 8 de diciembre de 1998, y una Resolución el 24 de octubre de
2003, instando a los países de América a que ejercieran la jurisdicción
universal.
El 4 de diciembre de 2001
fueron presentados en las Naciones Unidas los llamados Principios de
Princeton sobre jurisdicción universal suscriptos por más de cincuenta
notables juristas de todo el mundo. En ellos se destaca que el principio de
justicia universal se ha convertido en una norma imperativa del derecho
internacional y, por lo tanto, ni siquiera es preciso que esté contemplado
expresamente en las leyes escritas. Sin perjuicio de ello, está incorporado
en las constituciones y legislaciones de muchos países del mundo. En su
virtud, actualmente se tramitan ante juzgados federales argentinos causas
judiciales contra los responsables de los crímenes perpetrados por el
franquismo en España y la dictadura de
Stroessner en Paraguay.
Se trata de aplicarlo ahora no
respecto de crímenes pasados, sino actuales. Si se quiere hacer efectiva la
solidaridad y apoyo a las víctimas palestinas, si se pretende que los
crímenes no vuelvan a cometerse una vez más impunemente, se deben articular
los medios para que sus responsables sean perseguidos internacionalmente.
Los gobiernos de la mayor parte
de los países de América latina, y las organizaciones regionales en que se
integran, han expresado su consternación y condena ante los crímenes a través
de declaraciones y/o medidas de distinta índole. Es muy importante, pero
insuficiente.
Estamos ante los crímenes más
graves que pueden cometerse contra los seres humanos. Y los crímenes se
investigan en los tribunales de Justicia. Es necesario e imperioso que en
aplicación del principio de justicia universal y en cumplimiento de lo
establecido en las normas y principios del derecho internacional los delitos
sean investigados, se dicten contra los responsables órdenes internacionales
de detención y sean finalmente castigados.
Por el pueblo palestino, pero
también por los judíos que en el mundo, y en Israel, se oponen a este horror.
Justicia, justicia perseguirás. A perseguir justicia nos convoca la Torá,
libro sagrado de los judíos. Cumplamos su mandato.
|
Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme..... "Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
dissabte, 16 d’agost del 2014
Justicia, justicia perseguirás. Carlos Slepoy, Página12, 10 de agosto de 2014.
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada