Las víctimas de la represión franquista 'Chato' Galante y Willy Meyer presentan este jueves ante los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid, sendas querellas contra el expolicía Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, por delitos de torturas en un contexto de crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura franquista.
Continúa el goteo de querellas contra el torturador franquista Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, por el delito de torturas en un contexto de crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura franquista. Esta vez es el turno de las víctimas de la represión José María ‘Chato’ Galante y Willy Meyer. Los dos hombres han presentado su querella este jueves ante los juzgados de Plaza Castilla. Se trata de la quinta querella que se presenta en Madrid contra el torturador franquista en los últimos meses.
"Estamos ante dos nuevas querellas que tratarán de derribar el muro de la impunidad que se mantiene en el Estado español por las violaciones sistemáticas de derechos humanos durante la dictadura franquista", explica a Público el abogado de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (CEAQUA) Jacinto Lara, que también señala que se trata de una "nueva oportunidad" para que los jueces "sean valientes" y dicten "resoluciones conforme al derecho internacional".
Las querellas de 'Chato' Galante, ex militante de la Liga Comunista Revolucionaria, y el ex portavoz de IU en el Parlament Europeo Willy Meyer supondrán la cuarta y quinta querella que llega a los juzgados de Plaza Castilla en los últimos meses contra el que fuera inspector de la Brigada Político y Social. En verano, la CEAQUA presentó la querella de Luis Suárez y en noviembre fue el turno de Felisa Echegoyen y Ángela Gutiérrez. Todos ellos fueron torturados en la Dirección General de Seguridad, que actualmente es el edificio de Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Chato Galante: "Era un torturador compulsivo"
Chato Galante pasó entre sus 21 y 28 años hasta en cuatro ocasiones por la siniestra Dirección General de Seguridad, donde conoció los toscos métodos de la policía franquista. Cinco de aquellos años, además, los pasaría en prisión. Su único delito: luchar desde el movimiento estudiantil para poner fin a la dictadura franquista.
"Mi primer recuerdo de Billy el Niño es que me abre la cabeza con la culata de su pistola y me dice: 'Ya puedes decir por ahí que te ha abierto la cabeza Billy el Niño. En aquel momento lo que pensabas era que aquel idiota había matado gente, iba a seguir matando gente y te podía matar a ti. Era un torturador compulsivo", recuerda Chato Galante en esta entrevista concedida a Público.
Así, Galante también ha descrito con precisión las torturas que se practicaban en la Dirección General de Seguridad. "Había dos mecanismos. Uno, darte toda la paliza que podían. El segundo eran torturas más especializadas. Dentro de estas torturas, a mí me practicaron el método de la bañera, en el que te metía la cabeza debajo del agua hasta que perdías la respiración; también me colgaron de las muñecas y me usaron como saco de sus prácticas de kárate; y el tercer método, el que más sufrí, era la barra. Te esposaban las manos por delante de los tobillos y te colgaban de una barra, de tal manera que quedabas con los genitales y el culo boca arriba y te golpeaban ahí hasta la saciedad", recuerda Chato Galante.
Willy Meyer y el relato de una falsa ejecución
El exportavoz de IU en el Parlamento Europeo Willy Meyer también ha presentado este jueves su querella contra el torturador, tal y como ya hizo previamente ante la Justicia de Argentina. Meyer fue detenido el 5 de enero de 1972 en el centro de Madrid por el propio González Pacheco. Fue reducido a punta de pistola, cual criminal, e introducido en un taxi. Desde allí lo llevaron a la Dirección General de Seguridad. Comenzaba la tortura. Golpes. Insultos. Pero Meyer no 'cantaba'.
"Como no decía nada él comenzó a provocarme diciéndome que Julián Grimau se había tirado por la ventana en esa misma situación. Eso a mi me dio más fuerza para resistir. Entonces, entre gritos, sacó su pistola, hizo como que la cargaba, me la puse en las costillas y disparó. No la había cargado. Estaba sin balas. Era una falsa ejecución", narra Willy, en esta entrevista en vídeo que ofrece Público, producida por La Comuna Vertical.
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