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Horacio Hermoso Araújo era el regidor de la capital andaluza cuando fue fusilado por los militares sublevados a las órdenes de Queipo de Llano. Sus restos están en una fosa común del cementerio de San Fernando
"Lo de mi padre fue un asesinato. Con alevosía y premeditación. No solo mataron a mi padre. También al resto de la corporación municipal. Y al alcalde anterior también. Como aquello fue una masacre brutal, yo no olvido ni perdono". Así comienza el relato de Horacio Hermoso hijo. A sus 91 años acaba de someterse a una prueba de ADN para encontrar los restos de su padre entre los más de cuatro millares de cuerpos de personas asesinadas por los fascistas durante la guerra civil y el franquismo que están todavía en fosas comunes del cementerio de Sevilla.
Su padre era Horacio Hermoso Araújo, alcalde de Sevilla cuando los militares sublevados dieron el golpe de estado en julio de 1936. Poco después, el 29 de septiembre, fue fusilado junto a 17 de sus concejales. El resto de la corporación municipal ya había sido ejecutada por los fascistas.
Los técnicos del laboratorio municipal del Ayuntamiento de Sevilla se han trasladado hasta Palomares del Río, donde ahora reside el hijo del alcalde asesinado, para extraerle la muestra biológica que se custodiará hasta que los restos de las fosas comunes del cementerio de San Fernando sean exhumados.
El historiador José Díaz Arriaza calcula que en este camposanto hay hasta 8 fosas con unos 4,500 cadáveres de represaliados durante la guerra civil y el franquismo. La exhumación de los restos de la más extensa, la de Pico Reja, que alberga más de 1.100, comenzará este mismo año, según las previsiones del Ayuntamiento de Sevilla, que ha consignado para ello casi un millón de euros.
Sin embargo, los restos de Horacio Hermoso Araújo probablemente no estarán en esta fosa, sino en una cercana, conocida como del Monumento, que ya está señalizada pero todavía sin fecha ni presupuesto para los trabajos de exhumación.
Entretanto, el trabajo en el laboratorio municipal prosigue. Ya se han tomado 230 muestras de ADN de familiares de personas asesinadas durante la Guerra Civil y el franquismo que siguen buscando los restos de sus seres queridos. Y no solo en la provincia de Sevilla. También de otros lugares de España e incluso en Francia.
"Cuando un niño de 8 años ha vivido esa masacre, sería muy optimista pensar que ese niño, en este caso yo, a mis 91 años, pueda intentar comprender o perdonar. En absoluto. No perdono", concluye Horacio.
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