divendres, 18 de desembre del 2015

La Memoria como Cultura de los Derechos humanos

http://www.lacronica.net/la-memoria-como-cultura-de-los-derechos-humanos-65736.htm


Actualizado 17 diciembre 2015 19:12 










En España sufrimos una de las dictaduras más crueles y largas que se han conocido en el mundo. El franquismo duró tanto que mucha gente acabo entendiendo esta desgraciada situación como algo normal. Además la capacidad represiva del régimen consiguió imponernos duras condiciones en la transición. La joven democracia prefirió olvidar y no denunciar a sus maltratadores. Hoy muchos jóvenes ni siquiera saben que Franco fue un aliado de Hitler, un criminal histórico que sí conocen bien a través del cine.

A lo largo de la última década, la generación de las nietas y nietos de la República demandan que sus mayores sean recordados como defensores de la democracia, que se conozcan los sistemáticos crímenes de la dictadura y se haga justicia con las víctimas del franquismo. Existe todavía un enorme dolor social que alimenta el miedo político, hay gente que sufrió tanto que sigue recomendando a los suyos que “no se signifiquen”.

La democracia debe ayudar a la ciudadanía a pensar sus problemas, entre ellos los de su pasado traumático.
Por eso uno de los objetivos estratégicos de Podemos es la construcción de la cultura de los derechos humanos en España. Así como en los años ochenta nuestra incorporación a Europa trajo una primera fase de normalización de nuestro país, hoy toca también abordar la normalización en este ámbito ético y política fundamental. No debemos olvidar que es la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) quien ha llamado en repetidas veces la atención a los políticos españoles por este grave incumplimiento de los derechos humanos.

Disponemos una hoja de ruta clara y normalizada en las recomendaciones que nos hace esta máxima institución internacional. Desde julio de 2014 disponemos de un informe con recomendaciones detalladas por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, para la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. Es la única vía de abordar el sufrimiento de una parte significativa de la población española que fue víctima de la dictadura franquista y que ha tenido que mantener una larga espera durante de la democracia. Y también de promover una cultura ciudadana conocedora de su pasado, de su patrimonio popular y democrático que profundice en la calidad de nuestra democracia.

Para impulsar la verdad se precisa anular las sentencias de la dictadura; abrir los archivos a los investigadores que hoy todavía denuncian la dificultad de acceso, con proyectos específicos; promover un plan integral de exhumaciones de investigación en los archivos. Se necesita reforzar la memoria democrática, removiendo y resignificando símbolos y monumentos celebratorios de la dictadura y construyendo otros nuevos que reconozcan a la gente de varias generaciones que luchó por la democracia en España; incluyéndola activamente en los curriculum del sistema y promocionando un marco de cultura de derechos humanos en los meios de comunicación y las industrias culturales. Y no hay duda que la primera injusticia es la falta de acceso de las víctimas del franquismo al propio sistema de justicia, que simplemente exigen voluntad política y aplicación de la ley a los propios jueces (que en realidad cometen prevaricación si no atienden a las denuncias donde se constata violencia que siempre debe ser investigada, como sucede en muchas exhumaciones).

Estas políticas de memoria, verdad y justicia, lejos de ser una carga son una oportunidad, no sólo política que puede convertir a España en un referente mundial en defensa de los derechos humanos en un momento en que Europa debe recuperarse cómo faro de la libertad y la igualdad en un mundo atravesado por conflictos que necesitan encuentro y diálogo para solucionarse.

También las políticas de memoria y de reinterpretación del pasado pueden ser un importante factor de innovación en las políticas culturales y de promoción del patrimonio histórico en el marco de renovación y diversificación de las industrias turísticas y culturales.

Una sociedad avanzada necesita pluralismo de identidades, memorias e ideologías. Esto exige poner a trabajar sus recursos para conseguir una esfera pública abierta al debate por una verdadera reconciliación nacional hoy tan tensionada por discusiones estériles.

Tenemos que abandonar un relato histórico fatalista sobre la incapacidad de los españoles de entendernos y conseguir una historia abierta al futuro, una historia del Sí Se Puede. Cómo nos recuerdan una hermosa pintada de los estudiantes de mi facultad: Porque fueron somos, porque somos serán.

Ariel Jerez es Consejero Estatal Responsable de Memoria Democrático y Cultura de DDHH, además de candidato al Congreso por la Provincia de Guadalajara