loquesomos-Mujeres-en-vanguardiaCristina Calandre Hoenigsfeld. LQSomos. Diciembre 2015
Las mentiras de la exposición y catálogo del centenario de la Residencia de Señoritas.
Hace unos días se inauguró la exposición: “Mujeres en vanguardia, la Residencia de Señoritas en su centenario, 1915-1936”, en el edificio Transatlántico de la Residencia de Estudiantes, que estará hasta 27 de marzo del 2016. Generosamente financiada por Acción Cultural Española (Ministerio de Cultura) y dentro del Centenario de la Residencia de Estudiantes, su comisario es José García Velasco.
La Residencia de Señoritas fue una institución dependiente de la Junta Para Ampliación de Estudios (JAE), creada en el año 1915, dentro del espíritu de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) y que ya ha sido en bastantes ocasiones estudiada en profundidad, que tuvo recientemente una exposición el pasado mes de abril, en la propia Fundación Ortega-Marañón, sede de la Residencia, con motivo de su centenario.
La actual exposición en la Residencia de Estudiantes, contiene cuadros importantes, de residentes, como los de las pintoras Maruja Mallo, Dalí Tejero, etc., prestados por el Museo Sorolla, El Museo Reina Sofía y colecciones particulares.
Pero, y aquí la gran mentira, como siempre que se hace alguna exposición y catálogo en la Residencia de Estudiantes-CSIC-Opus Dei, desde hace ya diez años: Poner tanto en la cronología como en el texto el decreto de derogación de Franco de la Junta Para Ampliación de Estudios.
Como hemos explicado infinidad de veces, dicho decreto era ilegal, pues fue publicado en el BOE desde Burgos el 19 de mayo de 1938, con la pretensión de disolver la JAE republicana, que estaba en activo en los territorios republicanos de Madrid, Valencia y Barcelona, con un presidente, secretario y vocales, y con una subdelegación en Madrid, que dirigió mi abuelo, el eminente cardiólogo Luis Calandre Ibáñez. Muchos grandes científicos como Enrique Moles, Tomás Navarro Tomás, etc., defendieron la legalidad, bajo la Constitución republicana de 1931.
Por todo ello, poner en dicha Exposición y Catálogo lo siguiente es ir contra la legalidad republicana y el honor de todos aquellos científicos, que luego fueron duramente represaliados, como mi abuelo, con cárcel, multa y depuración. En la sala “El destino de la Residencia tras la Guerra Civil“ ya nos advierten que: “Acabada la guerra, el decreto franquista de 1938 que había disuelto los centros de la JAE se hace efectiva en toda España“.
Para luego en la cronología, poner tanto en la exposición como en el catálogo un salto desde 1937 a 1940, sin explicar nada más que se había trasladado a Valencia y que los edificios de Madrid quedaron al cuidado de la contable Lucía Calvillo.
Pero no nos explican que dichos edificios seguían bajo la tutela de la JAE, que se ocupó de su cuidado, como podemos constatar en una carta de 30 de noviembre de 1938, de Lucía Calvillo al subdelegado de la JAE en Madrid, Luis Calandre, informándole de los desperfectos.
Dicha carta se encuentra en el propio archivo de la Fundación Ortega-Marañón, caja “Residencia de Señoritas durante la Guerra (1936-39)” nº 90, que ya en mi libro “el Dr. Calandre de la JAE al exilio interior“, del año 2008, comenté en la página 138. Todo ello prueba que dicha JAE siguió en activo durante toda la guerra civil.
Luis Calandre estuvo muy relacionado con la directora María de Maeztu, de la que se conservan cartas en nuestro archivo familiar, ya que Calandre fue algunos años profesor de fisiología y además se ocupó directamente de que las residentes femeninas pudieran asistir a los laboratorios de la Residencia masculina.
Y por si no hubiera quedado claro lo del decreto franquista, en la página 74 del catálogo, escrita por Almudena de la Cueva y Margarita Márquez, Comisarias de la Exposición, se dice:
“…acabada la guerra se hizo efectivo en todo el país el decreto de 1938 promulgado por el Gobierno de Burgos que había supuesto la disolución de los centros de la JAE por otra ley posterior, de 24 de noviembre de 1939 parte de las actividades y patrimonio de la Junta pasaron a formar parte del recién creado Consejo Superior de Investigaciones Científicas…”
Siempre pienso que todas esas exposiciones que se hacen, con generosa financiación, en la Residencia de Estudiantes, institución presidida por la Monarquía desde 1999, tienen como objetivo fundamental “colar “ entre medias a ese decreto franquista, y de esa manera salvaguardar la legalidad del CSIC, que se fundamentó en una ley, la del 19 de mayo de 1938, manifiestamente ilegal, al ir contra la Constitución republicana de 1931 que estaba vigente en los territorios republicanos de Madrid, Valencia y Barcelona hasta abril de 1939, con la derrota de la II República.
A principios del próximo año 2016 se tiene que revaluar el galardón “Sello Patrimonio Europeo “otorgado indebidamente por la Comisión Europea a la Fundación Residencia.
Digo “indebidamente “ pues si de lo que se trata es de premiar a los lugares europeos que han sido claves en la historia europea, la Residencia no lo es, ya que cuando se hizo su larga rehabilitación (1990-2001) y teniendo la máxima protección como BIC desde 1978, destruyó en parte un refugio antiaéreo “europeo“ que se había construido debajo en el año 1937-39, cuando la Residencia se transformó en un Hospital de Carabineros dirigido por el Dr. Luis Calandre, donde se curaron a cientos de milicianos de una epidemia de malaria, contraída en los frentes de Madrid.
Dicho vestigio arqueológico ni siquiera está inventariado y mucho menos reconocido y protegido como lugar de la memoria de la lucha “europea “antifascista, como ya se hace en otros muchos lugares europeos.
Estoy a la espera (me informan que ya me han enviado la carta) desde hace un año, de una petición que hice a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, solicitando que se obligue a dicha Residencia a reconocer y proteger dicho refugio antiaéreo (vestigio arqueológico) o se le retire dicho galardón por ir contra el honor de mi abuelo Calandre y contra la verdad histórica de la II República.
Esto es un pulso que estamos llevando a cabo entre la legalidad republicana y la legalidad franquista (y a su heredera la Monarquía y su Constitución de 1978).
Esperemos que se pueda restituir a la primera, que nos fue vilmente arrebatada un 18 de julio de 1936 y que la Transición no quiso o no pudo recuperar, pero exposiciones y catálogos como el comentado en este artículo, apoyados por el Poder, van en la dirección contraria a nuestros justos deseos republicanos. Veremos qué dice y hace la Comisión Europea.