El Ayuntamiento de Morón de la Frontera inicia la retirada de los símbolos vinculados a la dictadura franquista, aprobado hace dos años por el Pleno y entre los que se incluye el cambio de nombre de 33 calles
El Ayuntamiento de Morón de la Frontera inicia la retirada de los símbolos vinculados a la dictadura franquista, aprobado hace dos años por el Pleno y entre los que se incluye el cambio de nombre de 33 calles.
04 mayo 2014 - (0) comentarios
Andando por Coca de la Piñera, se palpan opiniones encontradas ante el inminente cambio de su famosa calle. Y es que esta avenida, una de las primeras arterias de Morón de la Frontera, tiene los días contados tras la aprobación plenaria del cambio de calles al objeto de cumplir con la Ley de la Memoria Histórica. Es por ello que esta larga vía pasará a denominarse avenida del Pantano cuando culmine el cambio iniciado hace meses por el Consistorio.
Calle de los herreros, de los albañiles o de las aceituneras son algunos ejemplos del nuevo callejero de este municipio sevillano. Fue hace dos años cuando la corporación municipal, gobernada por el partido socialista, decidía hacer cumplir la Ley de la Memoria Histórica en lo referente a la retirada de los honores a personas vinculadas con la guerra civil y la dictadura. De esa manera se iniciaba, con la constitución de una comisión, un proceso de revisión de calles y conmemoraciones al fin «de que desaparezcan unos símbolos y calles que nunca tenían que haber estado en el callejero de esta ciudad y cambiarlo por nombres que no supongan problemas para ningún ciudadano», declaraba Ignacio Cala, delegado de Urbanismo, en el pleno de aprobación.
Calle de los herreros, de los albañiles o de las aceituneras son algunos ejemplos del nuevo callejero de este municipio sevillano. Fue hace dos años cuando la corporación municipal, gobernada por el partido socialista, decidía hacer cumplir la Ley de la Memoria Histórica en lo referente a la retirada de los honores a personas vinculadas con la guerra civil y la dictadura. De esa manera se iniciaba, con la constitución de una comisión, un proceso de revisión de calles y conmemoraciones al fin «de que desaparezcan unos símbolos y calles que nunca tenían que haber estado en el callejero de esta ciudad y cambiarlo por nombres que no supongan problemas para ningún ciudadano», declaraba Ignacio Cala, delegado de Urbanismo, en el pleno de aprobación.
De esta manera, esta comisión aprovechó el trabajo realizado por Miguel Guardado, dentro de sus investigaciones sobre la guerra civil, para decidir qué era aquello que se debía modificar y retirar. Guardado iniciaba en el año 2007 un trabajo de estudio en los archivos militares y civiles que daba cuenta, de manera detallada, de aquellas personas vinculadas al régimen franquista a quienes se le rendía honores en la ciudad de Morón.
Por ello, tras estudiar la comisión el listado, se consensuaban una serie de cambios entre los que se incluían la retirada inmediata de la Medalla de Oro de la Ciudad a Francisco Franco, así como la eliminación de símbolos franquista que estaban presentes en la localidad y el cambio de 33 calles por nombres de oficios tradicionales y oficios actuales. Se trata, como bien explica Guardado, de «quitar los honores que el bando vencedor otorgó a personas vinculadas al golpe de estado y la dictadura». Y aunque tras la aprobación en Pleno hubo cierta polémica con la retirada del nombre a ciertas vías, Guardado matiza que «se ha buscado el consenso, retirándose los honores que se dieron en aquella época solo a un bando».
Por ello, tras estudiar la comisión el listado, se consensuaban una serie de cambios entre los que se incluían la retirada inmediata de la Medalla de Oro de la Ciudad a Francisco Franco, así como la eliminación de símbolos franquista que estaban presentes en la localidad y el cambio de 33 calles por nombres de oficios tradicionales y oficios actuales. Se trata, como bien explica Guardado, de «quitar los honores que el bando vencedor otorgó a personas vinculadas al golpe de estado y la dictadura». Y aunque tras la aprobación en Pleno hubo cierta polémica con la retirada del nombre a ciertas vías, Guardado matiza que «se ha buscado el consenso, retirándose los honores que se dieron en aquella época solo a un bando».
Hace un año, el Ayuntamiento comenzó la retirada de algunos símbolos y el cambio de algunas calles en la Puerta Sevilla, «un barrio muy significativo en la represión franquista durante la guerra civil y la dictadura», señala Cala. No obstante, aún no se ha completado el cambio completo de estas vías que ha levantado ampollas entre algunos vecinos de la ciudad. Es el caso de Coca de la Piñera. Esta avenida, la más larga y con mayor número de vecinos que variará su nomenclátor, es una de las más reticentes al cambio. Manuel Camacho es un vecino que manifiesta su total rechazo al nuevo apelativo «porque la he conocido toda la vida como Coca de la Piñera y no creo que nadie se sienta ofendido con ese nombre». Lo mismo le ocurre Antonio José Figueroa, quien se muestra indignado por el hecho de que el barrio de que San Francisco tenga que modificar su callejero. Él considera que el actual nomenclator «no molesta a nadie, al menos en mi barrio. No es el momento para ir gastando dinero en esto». Caso contrario es el de Antonio Galera, quien a sus 71 años vivió de lleno la posguerra española y no quiere «recordar con ningún elemento aquella época ni sus protagonistas».
Pero no solo las calles del municipio se cambiarán, los centros escolares CEIP Luis Hernández Ledesma y CEIP Primo de Rivera, pasarán a denominarse CEIP El Llanete y CEIP Los Grupos, respectivamente. El Ayuntamiento notificó a la Consejería de Educación el acuerdo plenario y la aprobación de los consejos escolares, aunque está aún a la espera de la modificación de la rotulación. A pesar de la lentitud de las administraciones, esta medida ha sido aplaudida por el AMPA del Primo de Rivera, quien siempre ha defendido el nombre histórico del centro como Los Grupos. De hecho, aunque ha habido cierta controversia con padres de alumnos al defender que su nombre no era por José Antonio Primo de Rivera sino por Miguel, primer presidente del Consejo de Ministro, desde la Comisión de la memoria argumentaban que «era el nombre que se le dio en la época franquista y lleva además el nombre de un dictador. Por lo que consideramos que un centro, en el cual deben prevalecer los valores democráticos, no debe tener ese nombre por cuestiones éticas». De cualquier forma, Pilar Coronado, del AMPA del centro ha manifestado que «siempre hemos defendido el nombre histórico del colegio, puesto que muy poca gente lo conoce como Primo de Rivera. De hecho, siempre hay que añadir la coletilla de Los Grupos cuando preguntan cuál colegio es».
Es así como se ha iniciado un proceso que busca cerrar heridas de una historia española que muchos vecinos de Morón de la Frontera quieren olvidar.
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