http://www.elplural.com/2013/12/31/que-asuman-su-historia/
Gerardo Rivas
Que asuman su historia
Estoy viviendo actualmente una experiencia que me retrotrae a los tiempos de la dictadura. Y, ni que decir tiene que la padezco inquieto e intimidado
31/12/2013
Cuando, recién llegado a Madrid en 1962 para cursar los estudios de Económicas, participaba en las manifestaciones de protesta contra el “régimen” que terminaban ineludiblemente en enfrentamientos con los “grises” -las fuerzas de “orden” de la época- con la seguridad de que la batalla estaba perdida de antemano, lo hacía animado por la esperanza de conseguir un país donde se restablecieran las libertades y los derechos que se nos habían escamoteado por una cruel dictadura; pero confieso que actuaba absolutamente atemorizado. El único gran estímulo que me daba valor para la confrontación era el de mis propias convicciones que me hacían superar el miedo a afrontar situaciones de evidente riesgo para mi integridad física o de peores consecuencias, aún, para mi libertad personal.
La élite franquista y la UniversidadPertenecía a la élite de los que podían permitirse el lujo de acceder a estudios universitarios gracias a una determinada posición socio-económica y política familiar pero -paradójicamente para los que se sentían a gusto con este “statu quo”, aunque consecuente para los que teníamos un mínimo de sensibilidad social- algunos valorábamos y sentíamos aquella situación como esencialmente injusta con los que, seguramente con más méritos que nosotros, no podían acceder al privilegio del que sólo unos pocos disfrutábamos.
Resistencia a la democracia
Más tarde, una vez muerto el dictador, hubo que hacer frente a la resistencia de aquellos cuya pretensión era la de perpetuar en el tiempo una realidad violentamente consolidada. ¡No podíamos desaprovechar la primera ocasión en décadas para acceder a la que para nosotros siempre había sido una utopía: la democracia!
Más tarde, una vez muerto el dictador, hubo que hacer frente a la resistencia de aquellos cuya pretensión era la de perpetuar en el tiempo una realidad violentamente consolidada. ¡No podíamos desaprovechar la primera ocasión en décadas para acceder a la que para nosotros siempre había sido una utopía: la democracia!
¿Se ha asumido la historia?Han transcurrido ya muchos años de todo aquello pero, cuando creía que por fin habíamos conseguido asumir y condenar una realidad histórica sufrida por una enorme mayoría de ciudadanos y consolidar en el país un sistema de derechos y libertades, estoy viviendo actualmente una experiencia que me retrotrae a los tiempos de la dictadura. Y, ni que decir tiene que la padezco inquieto e intimidado.
El proceso de Kafka redivivo
Un día de marzo del recién finalizado año recibí en mi casa -de forma similar a lo que le ocurriera al protagonista de El proceso de Franz Kafka- una notificación de un juzgado en la que me requerían para que en una determinada fecha compareciera “para ser oído en concepto de IMPUTADO” por una causa no especificada pero -¡eso sí!- “asistido de abogado que le defienda” advirtiéndome de que en caso de incomparecencia podría ordenarse mi “detención”. Posteriormente, pude saber queFalange Española de las JONS había presentado contra mí una querella criminal por un delito de injurias debido a unas manifestaciones mías en un artículo publicado en este mismo periódico unos meses antes y que el juzgado había resuelto imputarme -¡sin más!- como presunto delincuente.
Un día de marzo del recién finalizado año recibí en mi casa -de forma similar a lo que le ocurriera al protagonista de El proceso de Franz Kafka- una notificación de un juzgado en la que me requerían para que en una determinada fecha compareciera “para ser oído en concepto de IMPUTADO” por una causa no especificada pero -¡eso sí!- “asistido de abogado que le defienda” advirtiéndome de que en caso de incomparecencia podría ordenarse mi “detención”. Posteriormente, pude saber queFalange Española de las JONS había presentado contra mí una querella criminal por un delito de injurias debido a unas manifestaciones mías en un artículo publicado en este mismo periódico unos meses antes y que el juzgado había resuelto imputarme -¡sin más!- como presunto delincuente.
Un comunicado de apoyo
Decía yo en aquel artículo que esta organización -la querellante- tenía “un largo historial de crímenes contra la humanidad”, y a pesar de que esta afirmación ha sido avalada en un comunicado público de apoyo por casi 400 personalidades -la mayoría historiadores- de la talla de Paul Preston, Ian Gibson, Nicolás Sánchez-Albornoz, Ángel Viñas, Carlos Jiménez Villarejo, Antonio Miguel Bernal, Hilari Raguer, etc. etc. etc., que se han pronunciado expresamente sobre ella en el sentido de considerarla como la expresión de “una verdad histórica ampliamente difundida por historiadores y periodistas”, a pesar de todo ello, reitero, aún estoy pendiente -¡a estas alturas!- de que la Audiencia Provincial de Madrid se pronuncie próximamente sobre un recurso de apelación concerniente a mi presunto delito.
Decía yo en aquel artículo que esta organización -la querellante- tenía “un largo historial de crímenes contra la humanidad”, y a pesar de que esta afirmación ha sido avalada en un comunicado público de apoyo por casi 400 personalidades -la mayoría historiadores- de la talla de Paul Preston, Ian Gibson, Nicolás Sánchez-Albornoz, Ángel Viñas, Carlos Jiménez Villarejo, Antonio Miguel Bernal, Hilari Raguer, etc. etc. etc., que se han pronunciado expresamente sobre ella en el sentido de considerarla como la expresión de “una verdad histórica ampliamente difundida por historiadores y periodistas”, a pesar de todo ello, reitero, aún estoy pendiente -¡a estas alturas!- de que la Audiencia Provincial de Madrid se pronuncie próximamente sobre un recurso de apelación concerniente a mi presunto delito.
Los protagonistas en mi vida
Toda una vida luchando por las libertades y cuando estoy casi de retirada resulto ser un “daño colateral” de los logros democráticos que en alguna pequeñísima medida ayudé a conquistar. Y confieso que estoy angustiado porque desde hace casi un año el protagonismo en mi vida lo han tenido notarios, letrados, abogados, jueces, notificaciones y comparecencias, recursos judiciales, disgustos familiares y cambios de planes en el devenir de mis quehaceres personales.
Toda una vida luchando por las libertades y cuando estoy casi de retirada resulto ser un “daño colateral” de los logros democráticos que en alguna pequeñísima medida ayudé a conquistar. Y confieso que estoy angustiado porque desde hace casi un año el protagonismo en mi vida lo han tenido notarios, letrados, abogados, jueces, notificaciones y comparecencias, recursos judiciales, disgustos familiares y cambios de planes en el devenir de mis quehaceres personales.
La ciudadanía tiene derecho a conocer lo sucedido en su propio país¡Pero que nadie se equivoque porque, no obstante las inquietudes y temores que me agobian, mis convicciones -que coinciden con las de Jueces para la Democracia pues, en relación a la afirmación objeto de la querella, aseguró en un comunicado de apoyo que “no se trata sólo de un ejercicio de libertad de expresión, reconocida por el art. 20 de la Constitución, sino también del derecho a la verdad, difundida desde la historiografía o el periodismo, y recibida por el resto de la ciudadanía que tiene derecho a conocer lo sucedido en su propio país”- mis convicciones, repito,me darán como siempre la fuerza y el valor suficiente para seguir luchando en pos de que se imponga definitivamente el sentido común y, por ende, la justicia!
Gerardo Rivas Rico es Licenciado en Ciencias Económicas
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