dimecres, 12 de març del 2014

Huellas del franquismo que se mantienen en Córdoba y Granada


http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/03/11/andalucia/1394564368_243682.html

La Cruz de los Caídos y 'las manos' de José Antonio perduran en ambas ciudades andaluzas

Cruz de los Caídos de los jardines de Vallellano, en Córdoba. / F. J. VARGAS
Los años —y la ley de Memoria Histórica— han ido limando del paisaje la simbología franquista de los edificios oficiales y de los principales rincones de las ciudades. Pero todavía perduran en algunos lugares, aun desnudos de la iconografía más explícita como yugos, flechas o águilas de san Juan. Es el caso de la cruz de los caídos de Córdoba, que sigue levantándose medio escondida en una de las principales avenidas de la ciudad, junto a la sede de la Subdelegación del Gobierno y al edificio de la Audiencia Provincial de Córdoba.
No fue hasta 2008 cuando la Secretaría General de la Subdelegación se dirigió a la Unidad de Patrimonio de la Delegación de Economía y Hacienda y a la Abogacía del Estado para que aclarasen cuál era el organismo propietario de este monolito, y si su presencia iba en contra de la ley. Estaba claro que la presencia del águila preconstitucional contravenía la norma y se retiró. Pero quedaba una inscripción en números romanos con los años de la contienda civil, 1936 y 1939. En febrero de 2010, la comisión técnica de expertos de la ley de la Memoria Histórica acordó que el monolito, por carecer de simbología o mención alguna al franquismo, podía seguir en su lugar.
Y ahí sigue la cruz de los caídos de Córdoba y también las manos de José Antonio Primo de Rivera, el monumento que recuerda al fundador de la Falange en la plaza Bibataubín, en pleno corazón de Granada. El mes pasado se supo que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) había rechazado la moción presentada por la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada para impugnar la decisión del pleno del Ayuntamiento que en 2008 decidió no retirar el monumento. La negativa del TSJA se basa en la misma negativa del juzgado de lo contencioso que le precedió: existe un defecto de forma al haberse presentado la impugnación fuera de plazo.