Posted: 27 Apr 2014 04:46 AM
PDT
Josu Arrizabalaga, Elixabete
Nosellas y Txomin Olaetxea llevan esperando casi 40 años que el sistema
judicial investigue y juzgue las torturas sufridas por Jesús Muñecas. “En
estas condiciones es imposible confiar en la Justicia”, denuncia Nosellas.
Tristeza. Impotencia. Rabia.
Desazón. Estos son algunos de los sentimientos que describen las víctimas de
Jesús Muñecas tras recibir la noticia de que la Audiencia Nacional ha
denegado la extradición a Argentina del ex capitán golpista de la Guardia
Civil tras considerar que los delitos de torturas que sele imputan ya están prescritos y
al estimar que tales acusaciones no son constitutivas de genocidio. “Ahora
nos dicen que están prescritos, pero es que no lo han investigado ni ahora,
ni cuando se produjeron, ni hace 20 años. Jamás. Esta gente siempre encuentra
una ley para salvar a los suyos”, denuncia Elixabete Nosellas en conversación
telefónica con Público.
Nosellas denuncia que fue
torturada por Muñecas cuando solamente tenía 16 años junto a su actual
marido, Jokin Sarasola, que por aquel entonces tenía 19. Era el 6 de octubre
de 1976, con Franco ya muerto, cuando Elixabete y Jokin fueron detenidos en la
puerta de casa de la joven tras pasar una tarde en el cine. “Nos detuvieron
ocho días con sus ocho noches. Me torturaron física y psicológicamente. Me
hicieron la bañera. Nos
llevaban al monte y nos ponían la pistola en la cabeza y nos decían: ‘Te
puedo matar ahora y nadie se daría cuenta’. Pensaba que no iba a salir de
allí con vida”, denuncia esta mujer, que en aquel momento
era la responsable de formar las juventudes de la Organización Revolucionaria
de Trabajadores.
Treinta y siete años de haber
sufrido las torturas, Elixabete sigue esperando Justicia, pero la paciencia
comienza a tener un límite. “Una vez más tienen ellos la sartén por el mango.
Estoy luchando e intentando que las víctimas de torturas hablen y denuncien,
pero así es muy complicado. Sigo luchando para que se sepa la verdad y todo
el mundo sea consciente de lo que ha sucedido aquí (en referencia a Euskadi),
pero dan ganas de tirar la toalla”, asegura.
“¿Cómo voy a creer en la
Justicia? ¿Cómo le voy a decir a mi hija que crea en la Justicia? Hay gente
que es impune siempre. Haga lo que haga. Es casi imposible así. Al final
nuestra historia será borrada y sólo se mantendrá la Historia oficial que
ellos quieren mantener”, prosigue Elixabete, que asegura sentirse indignada y
frustrada. “Ya sabemos que han pasado casi 40 años. No somos tontos. Pero es
que nunca los han juzgado. ¿Cómo puede prescribir algo que nunca han querido
investigar?”, sentencia esta mujer.
“No confiamos en la Justicia del
Estado español”
La desazón de Elixabete
Nosellas es compartida por Josu Arrizabalaga, que ha recibido la noticia por
este periódico. “Nosotros en la Justicia de aquí no confiamos nada. Ni se me
pasaba por la cabeza que lo fueran a extraditar. Si han sido incapaces de
condenar el franquismo. ¿Cómo
van a entregar a uno de los suyos?“, se pregunta
Arrizabalaga. Este hombre, vecino de la pequeña localidad de Zarautz
(Guipuzcoa), fue torturado durante la Semana Santa de 1976 junto a su hermano
Mikel.
“Fue Muñecas, él personalmente,
quien me agarró para hacerme la bañera,
el que me interrogó y el que me golpeó. Dirigía el grupo y actuaba. Después,
me sacaron de la bañera y me dejaron tirado en el suelo hasta que recobré el
sentido. Cuando pude ponerme de pie me ataron a una viga colgado de las
esposas. Entonces empezaron
a golpearme en el vientre y a interrogarme a base de
preguntas de todo género. Me tuvieron colgado de las esposas desnudo durante
una hora y media aproximadamente. A consecuencia de eso no sentí las muñecas
durante casi un año”, narra Arrizabalaga a Público.
Ni entonces, ni ahora la
Justicia ha decidido investigar estas denuncias de torturas. Aunque la
decisión de la Audiencia Nacional no ha sorprendido a nadie, la noticia ha
supuesto para Josu revivir el enfado que conlleva la impunidad de las
torturas en las comisarías durante el franquismo y la transición. “Aquí la tortura ha sido sistemática,
pero no lo van a reconocer. Ni Muñecas ni el Gobierno porque si reconocen que
Muñecas torturaba saldrá a la luz que la tortura ha sido sistemática y el
Estado de Derecho comenzaría a derrumbarse”, explica este hombre de 69 años.
No obstante, Arrizabalaga no pierde la fe ni las ganas de
luchar. Asegura estar con fuerzas para continuar la
batalla por la Justicia y estar “a disposición de los abogados Ana Messuti y
Carlos Slepoy” para continuar luchando contra la impunidad de la dictadura.
“Tendremos que seguir esperando a que Argentina nos dé una solución.
Confiamos en lo que hagan nuestros abogados y estamos a su plena
disposición”, concluye.
“Se veía venir”
Tampoco habrá Justicia, de
momento, para la memoria de la sindicalista Amparo Arangoa, fallecida años
atrás debido a una enfermedad. Amparo fue detenida por la Guardia Civil en
abril de 1976 en su lugar de trabajo. Era vicepresidenta del sindicato del
Papel y Artes Gráficas y vocal del Consejo de Trabajadores de Navarra. Tras
pasar solamente ocho horas en comisaría, su familia la vio con la cara destrozada,
mechones de pelo colgando y amoratada completamente de cintura para abajo.
Los agentes, contó entonces Amparo, la habían golpeado, dado patadas y tirado
contra la pared y el suelo.
El parte médico indicaba que
presentaba “hematomas por todo el cuerpo, de gran profundidad en la región
glútea, con posible bloqueo intestinal y renal y choque traumático”. Su
pareja en aquel momento, Txomin Olaetxea, cuenta a Público que ha
recibido la noticia con “tristeza” aunque “se veía venir”. “No por esperado
duele menos”, afirma este hombre que asegura que seguirá luchando por la
memoria de la que fue su pareja. “Esto no termina aquí. Por mi parte y por la
de otra mucha gente vamos a seguir buscando todos los caminos posibles para
encontrar la Justicia”, señala Olaetxea que concluye: “Así es la Justicia del
Estado español”.
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Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme..... "Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
dimecres, 30 d’abril del 2014
Tres víctimas del exguardia Muñecas que seguirán sin recibir justicia
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