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Es periodista, escritor y profesor universitario, con una larga trayectoria profesional en prensa, radio y televisión. Su tesis doctoral versó sobre el papel de los periódicos madrileños en el advenimiento de la II República, y sus investigaciones le sirven de base para el libro “14 de abril”, una crónica del día en que España amaneció republicana
—Efectivamente, hay una bibliografía muy amplia. Sin embargo, sobre lo que fue su proclamación, el 14 de abril de 1931, apenas se había escrito nada y lo que había escrito se basada, casi exclusivamente, en el testimonio que dejaron los políticos “profesionales” de la época, desde Alcalá Zamora, hasta Largo Caballero, Romanones, etcétera. A mí me interesaba indagar en algo que los historiadores habían dejado caer en sus escasas referencias al 14 de abril, como es el papel que desempeñó para la proclamación de la II República la ciudadanía. Como la información que había procedía de los políticos profesionales, daba la impresión de que solo ellos le habían dado el empujón necesario. Al indagar en los periódicos de la época he conseguido hacer una reconstrucción en la que se pone de manifiesto que el papel desempeñado por el pueblo español fue fundamental. Sin su empuje en la calle el mismo día 14 de abril, la llegada de la II República no habría sido tan fulminante.
—¿Por qué se instauró la II República? ¿Por un vacío de poder? ¿Por un resultado electoral?...
—El resultado de las elecciones de 1931, que eran municipales, al menos sobre el papel, permitió que aflorara, desde el punto de vista político, el sentimiento republicano que permaneció adormecido durante toda la Restauración y que después de ocho años de dictadura del general Primo de Rivera y de dictablanda del general Berenguer, hubo un éxito enorme de las candidaturas republicanas. Ese éxito es incontestable. Ganaron las candidaturas republicanas. Cuando el 12 de abril se empiezan a conocer los resultados del escrutinio y a lo largo del día 13 se confirma el éxito de las candidaturas republicanas, se produce una movilización, sobre todo en Madrid, que eclosiona el día 14. El pueblo presente en la calle es el que empuja a Alfonso XIII a decidir que se marchaba de España y a tirar la toalla al último gobierno de la monarquía y, en tercer lugar, a que los dirigentes republicanos diesen el paso para asumir el poder. Los ciudadanos fueron quienes decidieron en la calle que no soportaban un minuto más la monarquía.
—¿Por qué se cambio de bandera? La bicolor por la tricolor.
—La idea inicial de los dirigentes republicanos era no abrir el debate sobre los grandes símbolos nacionales. Sin embargo, el cambio de bandera se produjo por impulso popular. Cuando la gente se echó a la calle enarbolaba la bandera tricolor que ya había sido de la I República y se dedica a cantar el Himno de Riego, que no era el de la república, ya que era otro específico.
