dijous, 7 de gener del 2016

Hitler siguió órdenes de Franco para exterminar a 9.328 españoles.


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Hablamos con el periodista Carlos Hernández de Miguel sobre los deportados españoles en Mauthausen, sobre el dolor y sobre la verdad
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Si la Historia la escriben los vencedores, eso quiere decir que tiene que haber otra Historia: la verdadera.
El periodista Carlos Hernández de Miguel comenzó interesándose por una historia familiar y ha acabado siendo el autor de 3 espacios de referencia para asomarnos al horror que vivieron los españoles deportados en los campos de concentración nazis de la 2ª Guerra Mundial.
Se trata del libro Los últimos españoles de Mauthausen, la completísima webdeportados.es y una cuenta de Twitter en la que más de 44.000 seguidores han podido asistir a tiempo real al paso de su tío Antonio por el infierno de Mauthausen.
Hablamos con él sobre dolor y verdad.
1. Mi tío, el deportado 4443
¿Cómo acaba Antonio Hernández Marín, tu tío, en Mauthausen?
Mi tío pasó toda la Guerra Civil española como artillero del cuerpo de Carabineros de la República. Tras la derrota, cruzó la frontera y sufrió el maltrato de las autoridades francesas que le confinó, como al medio millón de refugiados españoles, en campos de concentración. Tras alistarse en el ejército francés, fue capturado por los nazis. Pasó por dos campos de prisioneros de guerra. Y de allí, un frío día de enero de 1941 fue subido con otros 775 españoles a un tren de ganado y enviado a Mauthausen.
Sobrevivió a dos guerras y perdió las dos.
Mi tío fue una persona derrotada doblemente, traicionada por casi todas las naciones y, finalmente, olvidada por España.
Personas como mi tío fueron derrotadas doblemente
Eliges Twitter para contar su historia, un formato potente para esta narración.
La investigación sobre la vida de mi tío pronto se convirtió en algo más. Me hice consciente de que nuestra sociedad ni siquiera sabía de la existencia de más de 9.000 españoles en los campos de concentración nazis. Me conjuré para sacarles del olvido y recuperar sus voces y sus historias. De ahí surgióLos últimos españoles de Mauthausen. Con la cuenta de Twitter quería llegar sobre todo a los más jóvenes.
Hay algo que me parece muy emotivo. Además de mensajes de ánimo del público en general, algunos familiares de prisioneros te enviaron mensajes en Twitter.
Te confieso que he llorado leyendo algunos comentarios de los internautas. Ha sido también gratificante leer comentarios de nietos y sobrinos de algunos deportados. Algunos de ellos daban el nombre de su familiar y le decían a la cuenta: “Si le ves, dile que se cuide”.
He llorado leyendo algunos comentarios y ánimos en Internet
Tu Twitter se llama Deportado 4443, el número de tu tío en Mauthausen y una de las claves de esta historia: cómo los seres humanos son despersonalizados.
Sí. Las SS tenían muy estudiado el proceso de deshumanización al que sometían a sus prisioneros. Les quitaban todas sus pertenencias, su ropa, su pelo y su nombre. Unos pocos minutos después de llegar al campo, ya solo eran parte de un rebaño a rayas, humillado y sometido.
2. Olía a carne humana quemada
¿Cómo era un día "normal" en Mauthausen?
Les levantaban a palos y gritos a las 4:45 de la mañana. Los prisioneros tenían que pelear con sus propios compañeros para hacerse un hueco en las piletas de agua de los aseos. Solo con un agua sucia que las SS llamaban "café" debían enfrentarse a 12 horas de durísimo trabajo. La mayoría de los españoles trabajó en la cantera de granito. Tenían que llevar piedras de hasta 50 kilos, picar las laderas de la montaña y cargar vagonetas.
En esas 12 horas solo paraban 30 minutos para tomar una sopa aguada de nabos y zanahorias. Me estremeció escuchar a uno de los supervivientes, el malagueño José Marfil, explicar que en el momento en que llegaban las marmitas con la comida, los deportados peleaban entre sí para evitar los primeros puestos de la fila...
¿Por qué? Debían de estar hambrientos...
Porque los primeros del reparto solo obtenían agua caliente, mientras que los que llegaban más tarde ya veían como el cazo se hundía en el fondo de la marmita extrayendo más sustancia y algún trozo de hortaliza.
Al finalizar la jornada debían subir la empinada e interminable escalera de la cantera cargando una enorme piedra. Al llegar al campo tocaba la última formación del día que, muy a menudo, se prolongaba hasta la madrugada bajo la lluvia o la nieve. Cuando las SS se cansaban de tenerles en posición de firmes les mandaban a dormir con una rodaja de salchichón y un ínfimo trozo de pan en el estómago.
Peleaban por evitar ser los primeros en el reparto de sopa porque esos solo obtenían agua caliente
Y todo esto, sin mencionar la constante amenaza de muerte...
Sí, todo este calvario era en un día bueno. Los días malos las SS practicaban las denominadas “ofensivas” en las que se dedicaban a martirizar y asesinar a los prisioneros.
Hay una cosa que no puedo quitarme de la cabeza. Tu tío contaba que una vez encontró a un hombre aspirando el humo que salía del crematorio. Cuando le preguntó qué hacía, aquel hombre le contestó que estaba respirando lo que quedaba de su familia. Es terrorífico.
Todos los supervivientes me han contado cómo el campo olía permanentemente a carne quemada. Y todos tienen grabadas en sus mentes las imágenes de los compañeros, amigos y también los grandes grupos de judíos, gitanos o soviéticos que pasaban delante de ellos camino de la cámara de gas.
Recuerdo especialmente lo que me contó el cordobés Juan Romero: “70 años después, sigo soñando con una niña judía que me sonrió mientras se dirigía hacia la muerte”.
Todos los supervivientes me han contado cómo el campo olía permanentemente a carne quemada
¿Cuántos españoles se calcula que pasaron, y cuántos quedaron, en aquellos lugares?
9.328 españoles pasaron por los campos de concentración nazis, entre ellos 300 mujeres. Cerca de 5.500 solo pudieron escapar convertidos en humo y cenizas, a través de la chimenea del crematorio.
Solo uno de cada tres deportados españoles llegó con vida al día de la liberación.
Tu tío es liberado por soldados americanos el 5 de mayo del 45. ¿Cuál fue su vida a partir de ese momento?
A España no podía regresar porque Franco lo hubiera fusilado o encarcelado. Presionada por sus propios deportados, Francia aceptó acogerles en su territorio. Y allí se quedó mi tío y la mayoría de los deportados españoles hasta el final de sus días. Además de las dificultades económicas y la falta de arraigo, tuvieron que superar las terribles secuelas físicas y psíquicas que les había dejado su paso por los campos. Decenas de ellos se suicidaron al no poder soportar el peso de los recuerdos. Mi tío murió en 1992.
"Decenas de liberados de los campos de concentración se suicidaron al no poder soportar el peso de los recuerdos"
3. No fue Hitler, fue Franco
No se suele hablar de aquellos españoles...
La historiografía franquista ha ocultado su existencia durante 40 años. Con la democracia no se ha corregido ese relato manipulado.
Hagámoslo ahora. Tras una reunión de Serrano Suñer, el ministro de Gobernación de Franco, con Himmler y Hitler, los prisioneros españoles son enviados a campos como Mauthausen. ¿Qué responsabilidad tiene el franquismo sobre los españoles en los campos nazis?
Me preguntas qué responsabilidad tuvo Franco. Pues bien, la respuesta es sencilla: toda. Hitler jamás habría enviado a esos 9.300 españoles a los campos de concentración sin el consentimiento de Franco. Los españoles, tras ser capturados por los nazis durante la invasión de Francia, son enviados junto a soldados británicos y franceses a campos de prisioneros de guerra. En estos campos se respetaba la Convención de Ginebra. Todo cambió con esa visita de Serrano Suñer a Berlín en septiembre de 1940. Tras reunirse con Hitler, Himmler y con toda la cúpula del III  Reich, Alemania emitió una orden a la Gestapo para que sus agentes sacaran a los españoles, y solo a los españoles, de esos campos de prisioneros de guerra para enviarlos a campos de concentración.
Esa orden se emitió el 20 de septiembre de 1940, mientras Serrano Suñer abandonaba Berlín. Es evidente que Hitler se limitó a hacerle el trabajo sucio a Franco.  
La responsabilidad de Franco sobre los españoles en campos nazis es total. Hitler le hizo el trabajo sucio
¿Son estas 9.000 personas víctimas del pacto de olvido de la llamada Transición?
Absolutamente. Los políticos redactaron la Constitución con una pistola en la cabeza. El objetivo de la izquierda fue exclusivamente el de recuperar la democracia. Para ello tuvieron que pagar un alto precio, realizar dos concesiones a los franquistas: impunidad para los verdugos y olvido para las víctimas.
Nuestros deportados no dejaban de ser las víctimas más incómodas del franquismo porque eran las que evidenciaban que el dictador español fue aliado fiel de ese asesino de masas que fue Adolf Hitler.
En Francia recientemente se le ha otorgado la Legión de Honor, el más alto galardón estatal, a los españoles de Mauthausen. ¿Qué les pasa a los diferentes gobiernos de España con la memoria histórica?
Hemos normalizado y asumido que haya calles dedicadas a Franco y a otros líderes fascistas. Le pido a los lectores que hagan un ejercicio muy sencillo. Si tienen amigos alemanes, italianos o franceses que les pregunten si en sus países hay monumentos o calles en memoria de Hitler, Mussolini o Pétain. Lo que pasa en este país no es normal. No se puede pasar una página que sigue mal escrita.
Los supervivientes nunca abandonaron del todo el campo de concentración
¿Se puede salir vivo de un campo de concentración o todo el que entra muere un poco?
Uno de los supervivientes, José Marfil, me dijo algo que me impactó: “Al llegar a Mauthausen y ver a las SS golpearnos, gritarnos y azuzarnos los perros, pensé que nos iban a fusilar. Pero no nos fusilaron, fue peor todavía”. Sobrevivir fue, en general, más duro que perecer entre las alambradas.
Los supervivientes nunca abandonaron del todo el campo de concentración.
La vida es frágil. La memoria lo es más
1 En primer lugartengo que darte la enhorabuena por la idea de tuitear la historia de tu tío.¿Cómo se te ocurrió la idea de empezar a comunicarla así? Es un formatociertamente potente para esta narración.
Todo surgió porquela investigaciónsobre la vida de mi tío, pronto se convirtió en algo más. Me fui sumergiendo enel mundo de la deportación española y fui consciente de que nuestra sociedad nisiquiera sabía de la existencia de más de 9.000 españoles en los campos de concentraciónnazis. Por eso me conjuré para sacarles del olvido y recuperar sus voces y sushistorias. De ahí surgió la idea de escribir el libro “Los últimos españoles deMauthausen”en el que he volcado toda mi investigación. Peroyo era consciente de que ese libro iba a llegar a un públicolimitado y, por eso, ideé otras formas de comunicar. Así surgió la idea decrear una página webwww.deportados.es; unacomunidad en Facebook y, la que sin duda era la apuesta más novedosa yarriesgada, lanzar un perfil en Twitter. Con él quería llegar al mayor númerode gente posible y, sobre todo, a los más jóvenes. Por eso utilicé unade sus redes favoritas para que sintieran, de alguna manera, todo elsufrimiento que esos hombres y mujeres pasaron en los campos de la muerte.Quería que sintieran, que se emocionaran y que, sobre todo, conocieran esecapítulo enterrado de nuestra historia reciente.
2 Hace poco hasacabado de exponer su historia. Mucha gente la ha ido siguiendo como si fuerauna serie… pero era realidad. ¿Cuál es para ti el momento más escalofriante delrelato?
Sin duda el instante en que@deportado4443 se separa de su amigo Antonio Cebrián Calero y es este el quetoma el relevo en el relato. Te confieso que me resultó durísimo describir elterrible sufrimiento que Cebrián pasó en Gusen, un subcampo conocido como elmatadero de Mauthausen. Yo, obviamente, sabía que el relato de Cebriánestaría plagado de dolor y terminaría con su muerte. Sentí angustia mientrasredactaba cada uno de esos tuits.
3 Hay algo terribleen la vida de personas como la de tu tío: sobrevivió a las 2, sí, pero perdió 2guerras.
Así es.Mi tío, como el resto dedeportados españoles, fue una persona derrotada doblemente, traicionada porcasi todas las naciones y, finalmente, olvidada por su querida España.Perteneció, en mi opinión, a una de las mejores generaciones de españoles. Unageneración que, pese a su imposibilidad de ir a la escuela, amaba la cultura yansiaba el progreso y la libertad.Una generaciónincreíble que, paradójicamente, fue la que sufrió las peores derrotas.
4 ¿Cómo es lahistoria de Antonio Hernández Marín, tu tío? ¿Cómo acaba en Mauthausen?
Es muy similar a la del resto de españoles que acabaron enlos campos nazis. Su camino hacia Mauthausen comenzó en suMurcia natal. Allí se alistó voluntario para defender lademocracia frente al alzamiento golpista de Franco. Pasó toda la guerra comoartillero del cuerpo de Carabineros de la República. Tras la derrota, cruzó lafrontera y sufrió el maltrato de las autoridades francesas que le confinó, comoal medio millón de refugiados españoles, en campos de concentración. Enellos no había cámaras de gas pero las condiciones de vida eran tan penosas queperecieron más de 14.000 hombres, mujeres y, sobre todo, ancianos y niños. Esasituación de miseria le hizoalistarse en el Ejércitofrancésy enfrentarse a una segunda guerra. Estuvo destinado en la LíneaMaginot reforzando las fortificaciones que, finalmente, no servirían paradetener la invasión alemana.Capturado por las tropasnazis pasó por, al menos, dos campos de prisioneros de guerra. Y de allí, unfrío día de enero de 1941 fue subido con otros 775 españoles en un tren deganado y enviado a Mauthausen.
5 Deportado 4443 esalgo más que el número de Antonio en Mauthausen. Es una de las claves de estahistoria: cómo los seres humanos son despersonalizados, se les comienza a robarla vida desde ese mismo momento, ¿no es así?
Sí.Los SS tenían muy estudiado el procesode deshumanización al que sometían a sus prisioneros. Les quitaban todas suspertenencias, su ropa, su pelo y su nombre. Unos pocos minutos después dellegar al campo, ya solo eran parte de un rebaño rayado humillado y sometido.Los nazis no les consideraban verdaderos seres humanos, sino una especie deinfrahombres a los que se podía tratar como animales.
6 ¿Cómo era el día adía en Mauthausen?
Una lucha constante por lasupervivencia. Les levantaban a palos y gritos a las cinco menos cuarto de la mañana.Ahí ya empezaban los prisioneros a tener que pelear con sus propios compañerospara hacerse un hueco en las piletas de agua que había en los aseos. Despuésrecibían una taza de un líquido repugnante al que los SS llamaban “café”. Solocon esa agua sucia en el cuerpo debían enfrentarse a doce horas de durísimotrabajo. En Mauthausen, especialmente en los primeros años de cautiverio, lamayoría de los españoles trabajó en la cantera de granito. Tenían que acarrearpiedras de hasta 50 kilos de peso, picar las laderas de la montaña, cargarvagonetas… Y todo ello bajo la constante amenaza de ser asesinados porel puro capricho del SS de turno.En esas doce horassolo paraban 30 minutos para tomar una sopa aguada de nabos y zanahorias. Meestremeció escuchar a uno de los supervivientes, el malagueño José Marfil,explicar que en el momento en que llegaban las marmitas con la comida, losdeportados peleaban entre sí para evitar los primeros puestos de la fila.Sabían que quienes encabezaban el reparto solo obtenían agua caliente, mientrasque los que llegaban más tarde ya veían como el cazo se hundía en el fondo dela marmita extrayendo más sustancia y algún trozo de hortaliza.
Con ese escaso alimento en el estómago trabajaban durantetoda la tarde yal finalizar la jornada debían subir laempinada e interminable escalera de la cantera con una enorme piedra cargadasobre sus hombres. Al llegar al campo tocaba la última formación del día que,muy a menudo, se prolongaba hasta la madrugada bajo la lluvia o la nieve.Cuando los SS se cansaban de tenerles en posición de firmes les mandaban adormir con una rodaja de salchichón y un ínfimo trozo de pan en el estómago.
Y todo este calvario era en un díabueno. Los días malos los SS practicaban las denominadas “ofensivas” en las quese dedicaban a martirizar y asesinar a los prisioneros.
7 Hay un hecho quehabla bien del infierno que era aquello: cuando tu tío encontró a un hombreaspirando el humo que salía del crematorio. Decía que estaba respirando lo quequedaba de su familia…
Sí. Quizás ese es el recuerdo que más le venía a la cabezay, con otros matices, el más repetido por los supervivientes.Todos me han contado cómo el campo olía permanentemente acarne quemada. Y todos tienen grabadas en sus mentes las imágenes de loscompañeros, amigos y también los grandes grupos de judíos, gitanos o soviéticosque pasaban delante de ellos camino de la cámara de gas.Recuerdo especialmente lo que me contó el cordobés JuanRomero: “70 años después, sigo soñando con una niña judía que me sonriómientras se dirigía hacia la muerte”.
8 Hay algo que meparece increíblemente emotivo. Si no me equivoco además de mensajes de ánimodel público en general, algunos familiares de prisioneros te enviaron mensajesen Twitter. Cuéntame detalles sobre esto, por favor.
La reacción de la gente ha sido increíble.Te confieso que he llorado leyendo algunos comentarios de losinternautasen los que animaban a los prisioneros, se indignaban con lasatrocidades de los SS o, simplemente, se emocionaban con el relato de loshechos. Yha sido también gratificante leer comentariosde nietos y sobrinos de algunos deportados. Algunos de ellos daban el nombre desu familiar y le decían a @deportado4443: “Si le ves, dile que se cuide”.Además, como bien decías, la experiencia ha hecho que numerosos familiarescontactaran conmigo. Eran personas que se dirigían para contarme lahistoria de su abuelo, de su tío… O que me pedían ayuda para obtener datossobre algún ser querido que pasó y/o murió en alguno de los campos nazis. Lamagia de Twitter y la que ha irradiado @deportado443 ha creado relaciones deamistad que nunca hubiera imaginado.
9 Tu tío es liberadoel 5 de mayo del 45. ¿Cuál fue su vida a partir de ese momento? ¿Cuándo y cómoconociste la historia de tu tío?
Tras la liberación, como el resto de los españoles, se tuvoque quedar un mes en Mauthausen. En teoría era libre pero tuvo que permaneceren el lugar en que tanto sufrió y en el que vio morir a tantos compañeros yamigos. Obviamentea España no podían regresar porqueFranco los hubiera fusilado o encarcelado; y no había ninguna nación quese quisiera hacer cargo de ellos. Finalmente,presionadopor sus propios deportados, el gobierno de Francia aceptó acogerles en suterritorio. Y allí se quedó mi tío y la mayoría de los deportados españoleshasta el final de sus días. Ese segundo exilio no fue nada fácil.A las dificultades económicas y a la falta de arraigo,tuvieron que superar las terribles secuelas físicas y psíquicas que les habíadejado su paso por los campos. Lo volvieron a pasar muy mal y, otra vez,la solidaridad que había entre ellos es lo que les permitió salir adelante.Aunque no a todos porquedecenas de ellos se suicidaronal no poder soportar el peso de los recuerdos. Mi tío volvió de visita aEspaña a principios de los años 60. Entonces ya tenía un pasaporte francés quele brindaba seguridad frente a las posibles represalias franquistas. Pero, comola mayoría de los supervivientes, no quiso establecerse aquí.Se quedó para siempre en Francia donde murió en 1992.
10 ¿Cuántos españolesse calcula que pasaron, y cuántos quedaron, en aquellos lugares?
Al menos9.300 españoles pasaron porlos campos de concentración nazis, entre ellos 300 mujeres. Cerca de5.500 solo pudieron escapar convertidos en humo y cenizas, a través de lachimenea del crematorio. Podemos decir quesolo uno decada tres deportados españoles logró llegar con vida hasta el día de laliberación.
11 Me interesadetenerme en un hecho. Tras una reunión de Serrano Suñer, ministro deGobernación de Franco, con Himmler y Hitler, los prisioneros españoles sonenviados a campos como el de Mauthausen. ¿Qué responsabilidad tiene la Españafranquista en los españoles en campos de concentración? ¿Estaríamos hablando deuna petición de Franco para exterminar a aquellos miles de españoles?
Me preguntas qué responsabilidadtuvo Franco. Pues bien, la respuesta es sencilla: toda. Hitler jamás habríaenviado a esos 9.300 españoles a los campos de concentración sin elconsentimiento de Franco. En mi libro aporto una catarata de pruebas quedemuestran que el régimen franquista no fue cómplice pasivo sino que fuedirectamente el que pidió a la Alemania nazi que exterminara a estoscompatriotas. Una de las pruebas más evidentes es la que tú has mencionado. Nodebemos olvidar quelos españoles, tras ser capturadospor los nazis durante la invasión de Francia, son enviados junto a los soldadosfranceses o británicos a campos de prisioneros de guerra. En estos campos serespetaba la Convención de Ginebra y los derechos humanos. Todo cambió con esavisita de Serrano Suñer a la capital alemana en septiembre de 1940. Trasreunirse con Hitler, con Himmler y con toda la cúpula del Reich, Berlín emitióuna orden a la Gestapo para que sus agentes sacaran a los españoles, y solo alos españoles, de esos campos de prisioneros de guerra para enviarlos a camposde concentración. Esa orden se emitió el 20 de septiembre de 1940, mientrasSerrano Suñer abandonaba Berlín. Es evidente que Hitler se limitó a hacerle eltrabajo sucio a Franco.
12 ¿Por qué no sesuele hablar de los españoles que pasaron por los campos de concentraciónnazis? Si lo relacionamos con la anterior pregunta, la causa de ello es el pesode la historiografía franquista?
Rotundamente sí.Los historiadoresfranquistas ocultaron su existencia durante 40 años. Lo triste es quecon la llegada de la democracia no se corrigiera completamente ese relatomanipulado que impusieron los herederos del dictador.
13 ¿Estas 9.000personas son víctimas del pacto de olvido de la llamada Transición?
Absolutamente. La Transición, no lo olvidemos, se hizo conla amenaza permanente de un golpe de Estado.Yo siempredigo que los políticos redactaron la Constitución con una pistola en la cabeza.Si alguien cree que exagero, que recuerde la Operación Galaxia o aquel fatídico23F. En ese contexto imposible,el objetivo de laizquierda fue exclusivamente el de recuperar la democracia.Pero para ello tuvieron que pagar un alto precio, realizarconcesiones a los franquistas que se resumen en dos: impunidad para losverdugos y olvido para las víctimas.Y nuestrosdeportados no dejaban de ser las víctimas más incómodas del franquismo porqueeran las que evidenciaban que el dictador español fue admirador y aliado fielde ese gran asesino de masas que fue Adolf Hitler.
14 En Franciarecientemente se les ha otorgado la Legión de Honor, el más alto galardónestatal, a los deportados españoles en Mauthausen. ¿Hacia dónde está mirando elgobierno español desde hace años?
Mira haciadonde los herederos delfranquismo quieren que siga mirando. Es así de triste. Este país es unaanomalía democrática y, lo que es peor, mucha gente no se da cuenta.Hemos normalizado y asumido que haya calles dedicadas aFranco y a otros líderes fascistas. Pasamos por la autovía de La Coruña viendola cruz del Valle de los Caídos y ya no nos indignamos. Pues bien, esono es normal.Le pido a los lectores que, si quieren,hagan un ejercicio muy sencillo. Si tienen amigos alemanes, italianos o francesesque les pregunten si en sus países hay monumentos o calles en memoria de Hitler,Mussolini o Pétain. Que les cuenten lo que ocurre aquí. Que les diganque este Gobierno ha homenajeado públicamente a la División Azul que luchó codocon codo con las tropas nazis para destruir Europa. Que lo hagan y cuando veanla reacción de sus interlocutores serán conscientes, como he dicho antes, dequelo que pasa en este país no es normal.
15 Vivimos en un paísen el quela propia RTVE pasa por alto que GarcíaLorca fue asesinado. Como dijoel pasado verano, el poeta “nos dejó”. ¿Qué le pasa a España con la memoriahistórica?
Lo que nos pasa es que Franco ganó la guerra y después susherederos condicionaron el regreso de la democracia. Por esoimpusieron el relato histórico completamente falso de losvencedores. No entiendo cómoen casi 40 años dedemocracia no hemos sido capaces de quitarnos ese poso franquistaquesigue impregnando más cosas de las que nos creemos. Me hace gracia cuandoalgunos franquistas (son franquistas aunque no lo reconozcan) dicen que debemospasar página.¡Pero cómo vamos a pasar una página quesigue mal escrita!Antes de nada habrá que conseguir algo tan sencillocomo que nuestros hijos estudien la historia real y no la fábulapseudo-franquista que sigue impartiéndose en colegios, institutos yuniversidades. Conozcamos la verdad y difundámosla. Ahí está la clave de todo.Y no se trata de buscar revanchas ni venganzas, se trata de analizarobjetivamente lo ocurrido para que no se repita.Elfascismo no es una amenaza fantasma del pasado; es una realidad de hoy.Solo hay que mirar a Grecia donde un partido neonazi se ha convertido en latercera fuerza política o a Francia donde la extrema derecha tieneposibilidades de gobernar.
16 ¿Qué es lo que máste ha impresionado de los supervivientes que has conocido en este tiempo deinvestigación?
Su falta absoluta de rencor. Noguardan odio hacia Alemania, ni hacia los alemanes. Realmente no tienenningún tipo de rencor. Eso sí, quieren que se conozca su sufrimiento, que semire hacia el pasado para que no se repita.
17 ¿Se puedesobrevivir a un campo de concentración o, aunque salga de él, en parte uno yaha muerto allí?
El malagueño José Marfil me dijoalgo que me impactó: “al llegar a Mauthausen y ver a los SS golpearnos,gritarnos y azuzarnos los perros, pensé que nos iban a fusilar. Pero no nosfusilaron, fue peor todavía”. Creo que esa frase resume muy bien el sentimientogeneral de los supervivientes.Sobrevivir fue,en general, más duro que perecer entre las alambradas. El peso de losrecuerdos, las pesadillas que no cesan 70 años después, las secuelas de todotipo…. Yo creo quelos supervivientes nunca abandonarondel todo el campo de concentración.