diumenge, 31 de gener del 2016

Miró, Equipo Crónica y las condenas a muerte del franquismo. Pablo Mayoral, miembro de La Comuna


http://blogs.publico.es/verdad-justicia-reparacion/2016/01/31/miro-equipo-cronica-y-las-condenas-a-muerte-del-franquismo/



31ene 2016
 
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En los años 70 la dictadura franquista casi todos los días se desayunaba con una nueva atrocidad; la represión se cebaba con quienes más empeño ponían en acabar con ese régimen criminal y genocida.
Multitud de artistas pusieron entonces su voz, sus manos, sus cuerpos, su arte al servicio de la lucha contra Franco y sus secuaces. Muchas de aquellas canciones, poesías, obras literarias, obras de teatro y de danza, esculturas, pinturas, etc., forman parte de un rico y significativo legado artístico, y que contribuyó de forma muy significativa s la difusión y visibilización de la lucha antifranquista.
Sin embargo, como suele suceder, el poder ha tratado de endulzar lo más ácido, han intentado suavizar las aristas, y, cómo no, han echado cantidad de escombros para enterrar lo más lacerante.
Dos ejemplos de ello, y muy significativos, es lo acontecido con los 3 cuadros, “La esperanza del condenado a muerte”, que Joan Miró pintó durante los dos meses que Salvador Puig Antich estuvo condenado a muerte antes de su ejecución a garrote vil, el 2 de marzo de 1974. Y con la serie de 10 cuadros, “Variaciones sobre un Paredón”, que el Equipo Crónica hizo tras el fusilamiento de cinco jóvenes (Humberto, José Luis, Ramón, Ángel y Txiki) año y medio más tarde, el 27 de septiembre del 75.
“La esperanza del condenado a muerte” son 3 piezas enormes, de 267 x 351 cada una, que están concebidas para ser contempladas desde una silla a modo de capilla del condenado. Es difícil transportarse a aquellos días e imaginar lo que Salvador pudo sentir, él solo, frente a una terrible y voraz maquinaria, potente y bien engrasada, de represión feroz. Estos cuadros, fechados el 9 de febrero de 1974, y su particular forma de exposición, pueden ayudarnos a tomar conciencia de la envergadura de aquel crimen.
MIRO 2 CAPILLA
El propio Joan Miró define su íntima intención al pintar aquellos cuadros y la forma en que él los veía:
Años atrás, sobre una tela de gran tamaño pinté una raya blanca; sobre otras, una azul. Y luego un día ocurrió… el momento en el que ejecutaron mediante garrote a ese pobre chico catalanista, Salvador Puig Antich. Sentí que era eso…Terminé esta obra el día que lo ejecutaron. Sin saberlo. Su muerte. Una línea que iba a interrumpirse. Era un tríptico que bauticé “La esperanza del condenado a muerte”.
FOTOS MIRO

Joan Miró, uno de los grandes artistas a nivel internacional del Siglo XX, se atrevió entonces a levantar su pincel frente a la barbarie y en homenaje a Salvador; hoy aquel crimen se quiere silenciar, y así como también minimizar el valiente gesto de un gran pintor, que como mínimo debería estar en todos los libros de texto de Historia y de Pintura.
Dos años después, el Equipo Crónica pintó 10 cuadros, también de gran formato, que formaron la exposición “Variaciones sobre un Paredón”, en la Galería Juana Mordó de Madrid (mayo 1976). La dictadura franquista, ya sin el dictador (Franco había muerto hacia unas semanas), seguía en pleno apogeo de represión: El 3 de marzo eran asesinados en Vitoria cinco trabajadores por la Policía Nacional durante la Huelga General.
En los 10 cuadros se repetía una iconografía constante. Una franja negra en señal de duelo, un rectángulo negro sobreimpreso que se ponía para ocultar rasgos faciales en las fotografía de Prensa, sobre cada una de las figuras. Un muro a modo de Paredón entresacado de otras grandes piezas de Arte y sobre todo ello 5 trozos de una paleta destrozada y una fecha del calendario, sábado 27 de septiembre.
En efecto el sábado 27 de septiembre de 1975, la dictadura franquista había fusilado, con premeditación y alevosía, a cinco luchadores antifranquistas: Ramón García Sanz, Xosé Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez-Bravo, Ángel Otaegui y Jon Paredes Manot “Txiki”.
Aquel día nos pusieron a todos en el paredón y eso es lo que representan esos diez cuadros, paredón, imágenes y figuras tomadas de obras de otros pintores como Gris, Klee, De Chirico, Munch, Grosz Delbaux, Ballester, Magritte, Adami, Dalí, Dubuffet, Tapies, Hausmann, Recalti, Miró, Monory, Picasso y el propio Equipo Crónica. Cada figura sola frente al pelotón de fusilamiento. Todos estábamos frente a los pelotones de la Policía Nacional y Guardia Civil,. todos morimos un poco aquel funesto día, que se vistió de luto en España y el mundo entero.
Millones de personas de todo el mundo y particularmente en Europa se manifestaron contra el Régimen Franquista en reacción a los crímenes, en lo que sería el principio del fin de la dictadura. Tras aquel 27 de Septiembre ya nada sería igual: Franco murió unos días más tarde, y aunque la dictadura quiso perpetuarse, la movilización popular y la repulsa internacional siguieron creciendo, y arrancando nuevas parcelas de libertad.
La serie “Variaciones sobre un Paredón” también formó parte de la representación “no oficial” española en la Bienal de Venecia 76, “España-Vanguardia artística y realidad social 1936-1976”, que tanta repercusión internacional tuvo.
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Portada.
Indudablemente aquellas dos páginas heroicas de Marzo de 1974 y  Septiembre de 1975 donde 6 luchadores y militantes antifranquistas, fueron asesinados por los Tribunales Militares  y que fueron reflejadas por Miro y Equipo Crónica siguen dando testimonio de una lucha desigual y épica, contra una de las más crueles Dictaduras Fascistas del siglo XX.
Los tres cuadros de Miró que componen la “La esperanza del condenado a muerte” están en la Fundación Joan Miró de Barcelona. Los 10 cuadros que componen las “Variaciones  sobre un Paredon” del Equipo Crónica están en manos privadas, salvo dos de ellos que son propiedad del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía  y la Colección de Arte Contemporáneo de Madrid, que los tienen en sus almacenes sin estar expuestos.
Conmemorar hoy el 40 º Aniversario de aquella exposición celebrada en Madrid en mayo de 1976 se convertiría en un sentido homenaje a aquellos luchadores antifranquistas asesinados, y una lección de historia imprescindible.