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La jueza María Servini.
Escuchará en sus propias casas a víctimas del franquismo, verá a pie de fosa los huesos amontonados de fusilados y tocará con sus manos los legajos que le permitan consultar en un archivo militar. Así será la visita que la jueza argentina María Servini tiene previsto realizar esta semana a Andalucía, hasta donde ha tenido que viajar para intentar hacer lo que en España no se quiere hacer: poner rostro, nombres y dignidad a la gente que yace en las cunetas y a las que luchan por la verdad, la justicia y la reparación en una de las comunidades más castigadas por la represión franquista.
El recorrido servirá a la jueza para comprobar y sentir en su propia piel lo que ya muchos familiares de víctimas unidos por la querella argentina le han contado, bien por videoconferencia, bien directamente en Buenos Aires. Los que no han podido hasta el momento porque la edad ya no perdona un viaje tan largo, podrán hacerlo ahora. Paco Marín tiene 90 años y será la primera vez que pueda decirle a la justicia que a su padre lo fusilaron en 1936 en las tapias del cementerio de Sevilla. Será también la primera oportunidad en casi 80 años para Antonia Parra, quien ni siquiera llegó a conocer al suyo porque lo mataron en Marchena antes de que ella naciera. En Carmona, Francisco Rodríguez oía cada noche los disparos. Tenía 10 años y asesinaron a su abuelo entre otros familiares. A sus casi 90 años también será escuchado por primera vez por otra justicia que no es la española.
“La visita supone un paso más en la consecución de la justicia y sin duda una victoria de las asociaciones memorialistas y víctimas del fascismo español. El viaje a Argentina que realizamos hace ahora cinco meses, cruzar el largo Atlántico, para denunciar las graves denuncias de derechos humanos que se cometieron tras el golpe fascista y la larga dictadura, (e incluso en la transición) no fue en vano y tiene hoy sus frutos en la visita de la jueza“, explica Paqui Maqueda, miembro de la Plataforma Andaluza de Apoyo a la Querella Argentina. “Es un apoyo importante a nuestra causa, y es un gesto fundamental de cercanía para los familiares de las víctimas a las que visitará en sus domicilios, personas de más de 85 años a las que escuchará la justicia por primera vez en su vida. Una justicia cuyo corazón aún no siendo español, escucha a las víctimas en aplicación de la justicia universal, esa que el gobierno del PP ha cercenado de forma bochornosa”, añade Maqueda.
La jueza visitará la fosa de El Madroño (Sevilla), cuya exhumación sacó a la luz hace apenas unos días una prueba más del terror: 29 restos de personas asesinadas. El proceso, no obstante, no ha concluido. La Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía calcula que puede haber más de 60 cuerpos.
El historiador Francisco Espinosa, autor de La justicia de Queipo (Crítica, 2006), ha podido contabilizar 130.199 víctimas de la represión franquista en España, una cifra que aumentará si se sigue investigando. Los cálculos aproximados en Andalucía indican unas 49.000 víctimas de la represión militar de los sublevados -cifra aún abierta- frente a las 8.357 víctimas provocadas por la violencia izquierdista. La jueza también podrá escuchar de primera mano todos estos datos en la reunión que mantendrá con él. Con el historiador José María García Márquez, especialista en la represión en Sevilla y la provincia, acudirá al Archivo del Tribunal Militar Territorial Segundo.
Habrá, además, un encuentro institucional con el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, y el director general de Memoria Democrática, Luis Naranjo, cuyo departamento elabora el proyecto de ley de memoria andaluza, una norma que intentará corregir las lagunas de la estatal de 2007. “El Gobierno de España sigue mirando para otro lado en la aplicación de la justicia y la reparación para las víctimas. Pero venceremos”, concluye Maqueda, que presentará este viernes, en el marco de la Feria del Libro de Sevilla, En la silla del criminal, el diario que escribió durante su viaje a Argentina.
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