CeAQUA
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- Servini:
“Si no creyera en la justicia universal, no estaría aquí”
- “España ha
entrado en una etapa muy peligrosa al no querer saber la verdad del
franquismo”
- Charla
informativa sobre la Querella en Alicante
- Cita con la
justicia (argentina) 78 años después
- Los
abogados de las víctimas del franquismo hacen un llamamiento a presentar
más denuncias
Posted: 23 May 2014 11:56 AM
PDT
La juez agradece a los
magistrados españoles la colaboración con las víctimas del franquismo.
Han vivido para contarlo y
declararlo ante una juez. La magistrada argentina María Servini, que instruye
en Buenos Aires la única causa
abierta en el mundo contra los crímenes del franquismo, ha
llegado a tiempo para escuchar en España las declaraciones presenciales de
víctimas de la represión franquista. Ya lleva acumuladas horas y horas de
testimonios de personas que le están narrando los dramas y recuerdos que
sucedieron entre 1936 y 1977. No ocurrió en su país, pero instruye el caso.
“Si no creyera en la justicia universal, no estaría aquí”, dijo este viernes
en Sevilla tras reunirse con el vicepresidente de la Junta de Andalucía,
Diego Valderas (IU).
Servini, que
permanecerá en España 10 días para tomar declaración a las
personas que por enfermedad o por su avanzada edad no han podido viajar a
Buenos Aires ni ir al consulado de Argentina en Madrid para prestar su
testimonio por videoconferencia, ya ha recibido a varias víctimas del
franquismo en el País Vasco y en Sevilla.
Este viernes reveló algunas de sus primeras impresiones: “Lo que se ve es el
miedo y el terror de cada persona a declarar. A veces quieren omitir nombres
o no dan detalles de las circunstancias en las que ocurrieron los hechos. Se
emocionan, lloran. Lloran incluso los nietos que no han conocido a sus
abuelos. Es duro, es difícil”, dijo la juez, que en los próximos días se
desplazará hasta Madrid para seguir tomando declaraciones y visitará el
Cementerio de San Rafael, en Málaga, donde se encuentra la mayor fosa común
de la Guerra Civil.
En su periplo le acompaña el
fiscal del caso, Ramiro González, que el mismo día que el Gobierno de Rajoy recordó a sus jueces que tenían que acatar la reforma de
la justicia universal, el fiscal argentino declaró:
“Entendemos que la justicia, universal o no, es una sola. Y mientras tengamos
facultades para intervenir, lo ideal sería que se investigue acá. Si esto no
ocurre, para eso está la justicia universal, precisamente para cuando
trascienden las fronteras. Es una obligación de los propios estados para
conocer la verdad de las personas y que sean reparadas”, dijo González.
Servini matizó que hay varios argentinos entre los muertos y desaparecidos en
España durante la represión y que tendrá que investigar cada dato. Este
viernes el grupo de trabajo Recuperando la
Memoria de la Historia Social de Andalucía de CGT le
entregó un documento con los datos de 28 argentinos represaliados en
Andalucía entre 1936 y 1970.
Con respecto a la ausencia de
juicio en España para las víctimas del franquismo, la juez fue tajante: “No
me he puesto a pensar sobre el Gobierno español. Soy de otro país nada más
que pienso en el Gobierno de mí país. Tampoco me corresponde pensar sobre si
actuó bien o mal este Gobierno. Yo con el Gobierno español tengo que tener la
relación para que a mí me contesten los exhortos que por vía diplomática
estamos mandando”, declaró. No obstante, la juez dijo
el martes en el País Vasco que confiaba en que la
investigación que ha abierto en Argentina pudiese “seguir adelante” en
España. Y aprovechó este viernes para agradecer la colaboración de los
magistrados españoles que están
facilitando su labor. “Se han comportado excelentemente”,
afirmó.
De momento, la magistrada ha
comentado que no necesitará volver a España para seguir tomando
declaraciones, pero tendrá que ver cómo se desarrolla la causa, que ya cuenta
con más de 100 víctimas incorporadas al proceso, que ya suma 47 tomos.
Además, Servini, se comprometió a tomar declaración por videoconferencia
antes de final de año a una víctima que no estaba incluida en su agenda.
Ramiro González, dijo que sería aventurado poner una fecha de finalización de
todo la instrucción. “Hay tantas querellas como víctimas y encontramos un
sinnúmero de vicisitudes”, comentó. “Estamos permanentemente incorporando
pruebas que posteriormente serán motivo de análisis”, añadió.
Desde este viernes cuentan
también con la declaración del sevillano de 91 años Paco Marín, que lleva
varios días nervioso y casi sin dormir por su cita con la juez. Acude a los
juzgados de Sevilla con un pin de la bandera de la república en la solapa y
una cartera con fotos y recuerdos. “Todos los actos a los que voy se los
adjudico a mi padre, así le dan más dignidad”, dice Marín mirando al cielo
tras salir sonriente de prestar declaración. “Le he contado todo a la juez,
lo que significaba mi padre para mí, cómo lo mataron, incluso le he regalado
también dos discos con intervenciones mías en los colegios”, dice ilusionado.
Paco Marín es probablemente una
de las víctimas con los recuerdos más claros, según describe, tenía 13 años
cuando mataron a su padre, en septiembre de 1936: “Y sé con certeza que está
enterrado en una fosa en el Cementerio de Sevilla, me lo contó un amigo de mi
padre, que lo llevó hasta allí en camión”. Cuenta indignado que sobre la fosa
construyeron panteones que ya no se van a levantar para exhumar esos
cadáveres. “El señor está completamente lúcido, recuerda todo perfecto”, dijo
la juez de su testimonio.
Este viernes fue un hito para
para este nonagenario, que es de los miembros más veteranos de la Asociación
Andaluza Memoria Histórica y Justicia, pero no es la primera
vez que pone en pie su historia para contarla a la comunidad internacional.
Marín ya narró su pasado al Grupo de Trabajo sobre
Desapariciones Forzadas o Involuntarias de las Naciones Unidas
que vino a España en septiembre de 2013 para escuchar los testimonios,
recabar datos y conocer las investigaciones e iniciativas de las víctimas y
los memorialistas. Paco Marín ha vivido para contarlo, y ha llegado a vivir
para declararlo ante una juez. Su testimonio ya está rubricado por la
justicia.
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Posted: 23 May 2014 09:33 AM
PDT
La presidenta de las Abuelas de
la Plaza de Mayo apoya a las víctimas del franquismo en la querella
interpuesta en Argentina. Es una forma de devolver el apoyo que recibieron de
España en el pasado.
Estela de Carlotto (Buenos
Aires, 1930) lleva 37 años siendo abuela de Plaza de Mayo, en búsqueda de su
nieto desaparecido y luchando para que las violaciones de derechos humanos
que sufrieron en Argentina no se vuelvan a repetir. Ponente del I Congreso
Internacional de Jurisdicción Universal, De Carlotto está muy agradecida a
España porque cuando empezaron a denunciar por el mundo la represión de la
dictadura argentina, “España nos abrió sus brazos. Encontramos al juez
Baltasar Garzón, que empezó en la Audiencia Nacional a comprometerse para
conseguir justicia, nos recibieron parlamentarios, asociaciones no
gubernamentales, los sindicatos… Siempre ayudándonos. Ahora España ha entrado
en una etapa muy peligrosa, que es la de no mover nada para la verdad ni la
justicia e impedir y querer que no se hable de un pasado, que no se sepa la
verdad de lo que hizo el franquismo”, resalta.
Por ello, el movimiento de
Abuelas que preside y otros grupos argentinos han apoyado a unos españoles,
víctimas del franquismo, en la querella interpuesta en Argentina. Para ella,
es “una forma de agradecer, de devolver con una expresión de trabajo y de
compromiso a este país, lo que este España hizo por nosotros oportunamente”.
¿Cómo es la situación
actual en su país?
Por suerte en Argentina
llevamos 30 años de democracia, la más larga de nuestra historia. Esta
‘década ganada’, como llamamos las presidencias de Néstor Kirchner y de
Cristina Fernández de Kirchner, se ha puesto todo el empeño en reparar con la
verdad, con el acompañamiento estatal, con la reparación económica, hasta
darles títulos post mortem
a los estudiantes que estaban en una carrera que no pudieron terminar porque
los secuestraron y los asesinaron… Hay miles de situaciones valiosísimas en
Argentina que nos hacen caminar bien y sentirnos reconfortadas, comprendidas.
Nunca buscamos venganza por mano propia, sino que reclamamos se hiciera
justicia ante esta gente que son genocidas, asesinos, no se arrepienten, no
condenan y amenazan con volver a repetirlo. Ahora acá, en España, hay
que animar a la gente a que no sea indiferente a ese pasado que enturbió por
tantos años al país, y que nada debe ocultarse porque todo aquello que no se
resuelva se repite.
“En España hay que animar a la gente para que
no sea indiferente al pasado; lo que no se resuelve, se repite”
Usted sigue sin encontrar
a su nieto, que tendrá ahora…
Cumplirá 36 años el mes que
viene. No tengo la más remota idea de dónde pueda estar viviendo, porque
ahora se habrá independizado, estará casado, tendrá hijos y vive en algún
lugar del mundo porque ahora está todo globalizado. Por eso iniciamos hace
diez años, en Madrid, una Red Europea por la Identidad para que si algún
chico en edad de nuestros nietos vive acá y duda de su identidad, tenga dónde
recurrir para saber cómo llegar a la verdad. Muchos chicos han concurrido,
pero su sangre no coincidió con ninguna familia. Pero queda ya reservado su
mapa genético, porque ha pasado que, a veces, se han presentado chicos con
dudas y no daban con nadie y, de repente, aparece el familiar. Hasta ahora
han aparecido 113 niños robados, no todos vivos lamentablemente porque los
últimos tres casos de este año eran jóvenes que fueron asesinadas y mataron
al bebé.
Denuncia que una de las
consecuencias de las represiones es la enfermedad que surge en el entorno
familiar de la víctima.
Hay familias más vulnerables
que otras. Mi familia fue muy afectada, con el secuestro de mi marido, luego
el de Laura, la entrega de su cadáver y nuestro nieto que no encontramos… Mi
vida cambiada de ser directora de escuela primaria a transformarme en una
mujer que no sabía qué hacer. Es una quiebra familiar. Yo dejé de ser la
madre y la esposa para transformarme en una mujer buscando, con mi marido que
me ayudaba, me esperaba y sufría. Por eso él se fue antes. Y afectó a dos
hijos más, a quienes obligamos que se fueran al exilio, y quedó el más chico
que fue el más victimado, porque era adolescente y quedó solo: con una madre
ausente, un padre sufriendo, los hermanos lejos y una hermana muerta. Pero
tuvimos la capacidad de recuperarnos, porque yo nunca dejé de luchar. Mi
marido se murió antes del dolor, de su enfermedad, pero nunca bajó los
brazos. Él fue secuestrado, torturado, le preguntaban por sus hijas, pero lo
podrían haber matado porque no iba a hablar de ellas… Y yo trabajando, y
manteniendo a la familia.
Mis hijos han regresado a
Argentina, estamos todos juntos, tengo 13 nietos, dos biznietos. Tenemos una
familia unida, bien italiana. No perdimos la unión familiar ni nos echamos
culpas unos a otros.
Su hijo adolescente es hoy
ya adulto…
Ahora es un diputado que
preside la Comisión de Derechos Humanos. Siempre está en el tema y desde
chiquito, aunque estaba solo, militaba con los organismos de derechos humanos
que iban naciendo. Nunca nos entró el miedo ni la parálisis. Ahora, hubo
familias que sí, que incluso no quisieron saber nada, casi invirtiendo la
orden de la culpa porque su hijo desaparecido se había metido en política.
Uno puede entenderlo porque no estábamos preparados, y fue tan atroz la
dictadura, tan engañosa, con esa prensa monopólica que mentía, como sigue
mintiendo hoy en día.
Aún siguen publicando que
usted es una falsa abuela.
Sí, así es. Yo tengo un cadáver
para mostrar, el de mi hija, pobrecita, tengo toda la documentación de lo que
certificó el forense cuando la exhumaron, que tuvo un bebé, que estuvo
secuestrada esos nueve meses y que la asesinaron. Todo eso lo negó la
dictadura. Esas barbaridades tan dolorosas que dicen, ¿cómo voy a mentir, por
Dios? Teniendo todas las pruebas, es tan mala gente que, a veces, sorprende porque
tienen el poder de mostrar hasta en televisión sus mentiras de una manera
engañosa.
“La mayoría de la sociedad ha entendido a las
Abuelas de la Plaza de Mayo: nos aprecia, respeta y ayuda”
¿Cómo se defiende frente a
la difamación?
La mayoría de la sociedad
nacional e internacional nos ha entendido, nos aprecia, nos respeta y nos
ayuda. Hay grupos pequeños que ideológicamente, o por interés económico, nos
desprestigia. Son menos, son pocos, pero tienen poder económico y mediático.
Contra eso, uno presenta su verdad y no perdemos tiempo ante la mentira, que
tiene patas muy cortas. Lejos de perder rédito, las Abuelas vamos ganando
adeptos. Pero eso que había antes, que no nos creían, ya no existe.
Usted es vista como un
ejemplo de superación.
Hay muchas mujeres que no se
conocen. No creo que una madre deje de buscar a su hijo, ni que una abuela no
busque a ese nieto que fue robado. Nunca puede estar bien una persona a quien
le quitan su identidad y le quitan su historia y que, en el fondo, no sabe
quién es. No se puede vivir así, porque la falta de identidad se transmite a
los hijos y nietos. Eso está probado.
Su hija Laura ya dijo a
sus asesinos que usted la buscaría hasta el final.
“Mi vieja -dijo a los milicos-
no les va a perdonar lo que me están haciendo y mientras viva les va a
perseguir”. Ella me conocía más que yo misma, porque yo no era de ir a
marchas; yo era una maestra, una mujer de casa, de clase media, burguesa…
Ahora, lo que nunca soportaba era la injusticia. Pero mi hija sabía que yo,
para defender a mis hijos, era leona.
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Posted: 23 May 2014 04:53 AM
PDT
El pasado 10 de mayo, la Asociación de Víctimas de Alicante:
Bebés robados y
adopciones ilegales (AVA)
celebró su acto de presentación en la Sede Universitaria Ciudad de Alicante.
AVA invitó a la Coordinadora Estatal de apoyo a la
Querella argentina (CeAQUA)
para que informara a sus socios de esta acción judicial y de las
posibilidades de participación en ella de las víctimas que sufrieron la desaparición de sus bebés,
así como de las personas que buscan su verdadera identidad y que creen que
pudieran haber sido robadas a sus familias de origen al nacer.
En cuanto a estos delitos, ya
están participando en esta Querella nueve asociaciones de víctimas por el
robo de bebés, se han denunciado varios casos en el Consulado argentino y se
han producido varias declaraciones por videoconferencia ante la Jueza María
Servini de Cubría, titular del Juzgado argentino que tiene abierta la causa.
Por parte de AVA participó su
Presidenta, Mª José Picó; por parte de CeAQUA acudió la abogada de la
Querella, Ana Messuti, y dos de los representantes de la Coordinadora, Chato
Galante y Soledad Luque. También se contó con la presencia de Modesta Salazar,
Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista de Mujer e Igualdad en les Corts.
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Posted: 23 May 2014 04:02 AM
PDT
Suenan las campanas de la torre
del reloj. “¿Qué hora es?”, pregunta Bienvenida Guisado al guardia civil que
custodia la puerta del juzgado. Son las once. Las once ya. Antonia Parra, que
aguarda en un banco en el zaguán de las dependencias, calla. Mueve su pierna
derecha y, a ratos, bebe agua. Su sobrina María José le trae el DNI. “Mira,
el mío es de los antiguos, pero también es para toda la vida. Pone
permanente”, explica Bienvenida. El de Antonia, que continúa en silencio
agarrada a su muleta, caduca en 9999. Una tiene 77 años; la otra 78. A
Antonia le mataron a su padre dos meses antes de nacer. A Bienvenida le
mataron al suyo con sólo unos meses de vida. “Yo le he dicho a mi hijo que me
compre una estantería en Ikea para colocar tantos libros como tengo, muchos
del juez Garzón, porque yo leo como mi padre, al que asesinaron porque le
leía los periódicos a los demás”, es lo poco -y lo mucho- que llega a decir
Antonia en mitad de una espera que va ya por casi 80 años. “Pues yo todo lo
contrario. Los mataron por saber. Así que para qué saber tanto”, masculla Bienvenida.
Dos vidas paralelas
que ayer caminaron cogidas del brazo por las calles de su pueblo, Marchena
(Sevilla), camino de ser escuchadas por primera vez por la justicia. “Ya está
aquí la jueza”, avisa su sobrina.
María Servini, la magistrada que investiga los crímenes
franquistas en Argentina, se baja de un coche negro y entra directa al
juzgado, sin percatarse de que Antonia, a quien tomará declaración, la recibe
en la puerta. Le siguen el fiscal y los secretarios judiciales. La gente hace
cola en el registro civil. “Pues van a tener que venir mañana porque la
secretaria de aquí tiene que estar en la declaración. Y luego el juez tiene
una boda”, murmura un agente. Antonia
camina por el pasillo y entra por fin, tras esos casi 80 años de espera y
unos minutos de retraso, en el juzgado de instrucción 2 de su pueblo.
Es una de las personas que se sumó a la querella impulsada por la Asociación
para la Recuperación de la Memoria Histórica y dos familiares de
desaparecidos en 2010.
“Esto es un retroceso de las recomendaciones
de los derechos humanos, pero a la vez hay que agradecer la deferencia que
está teniendo la justicia argentina con estas personas que se nos están
yendo. Ese es el tema, que se vayan yendo sin encontrar justicia”, lamenta
María José. Se fue su madre, la hermana de Antonia, aquella mujer sensata
llamada Libertad a la que la insensatez y la barbarie hicieron borrar su
nombre. Se fue, ya no está. Pero Antonia, al menos, continúa dentro. “La jueza ha escuchado lo que me ha
preguntado el juez de aquí. Le he contado la verdad, los hechos”, narra
Antonia a la salida, cuarenta minutos después.
A esa hora, en Carmona, Francisco Rodríguez Nodal
revisa los documentos que le llevará a Servini, la esperanza de muchas
familias tras el intento infructuoso de Garzón. “Víctimas y verdugos”, reza
un titular de un periódico reciente. “Justicia a la barbarie”, afirma otro en
una doble página amarillenta. Lleva años guardando todo lo que sale en la
prensa en una carpeta azul. Falta aún media hora para que vengan a
recogerle. Antonia y Bienvenida terminan de atender a los medios locales
a la puerta del juzgado, se cogen otra vez del brazo y regresan a sus casas.
La magistrada sube de nuevo al coche negro, conducido por Paco Villena, un
querellante que pelea desde 2009, sin éxito, para que retiren una cruz de los
caídos en su pueblo, en Hornachos, Extremadura. Explanadas verdes,
amarillas, marrones se reparten a uno y a otro lado de la carretera. En un
tramo los girasoles no miran. En otro, enseñan su mejor cara. Hay unos 30
kilómetros entre Carmona y Marchena, entre unos crímenes y otros. Sólo 30
kilómetros entre el dolor de tantas familias. 12.45. Ya es mediodía.
Artesanía, dice un cartel en
una fachada encalada. Francisco, 88 años, sale de su casa con un bastón y un
gorro de paja. Ha sido ebanista. Se sube al coche de Paqui Maqueda, otra
víctima del franquismo y querellante, que ya declaró en Buenos Aires ante la
jueza argentina. Conduce hasta el juzgado por un laberinto de calles
estrechas como si el camino fuese una línea recta. Conoce muy bien el pueblo.
Se sabe de memoria la sangría que los falangistas cometieron en Carmona,
donde asesinaron entre tantos a su bisabuelo. “¿Usted siempre vivió acá en
Carmona?”, pregunta la jueza a Francisco ya en el interior del juzgado.
Francisco está sentado frente a ella. “Sí, desde siempre he vivido aquí”. Y
comienza a sacar los papeles de su carpeta azul. “Carmona es muy bonito”,
afirma la jueza, relajada, mientras bebe agua de una botella de plástico. “Este es mi abuelo, y estos de aquí
mis tíos”, señala sobre la foto que acaba de entregarle. Servini sostiene en
sus manos los rostros de sus cuatro familiares fusilados. Los mira
atentamente. “¡Que me juzguen! ¡No he cometido ningún delito!
¡No quiero morir!”. Francisco tenía sólo 10 años cuando escuchaba estos
gritos del terror. Vivía junto al rellano de los fusilamientos, al lado del
cementerio. Era 1936.
“¿Este hombre qué es?
¿Implicado?”, pregunta un guardia civil a un metro de la sala donde
conversan jueza y víctima. “No, no, él es víctima”, aclara Paqui Maqueda. “¡Ah, yo pensaba que era implicado,
que la jueza había venido a eso!”, dice más tranquilo el agente sin atreverse
a pronunciar la palabra asesino. “Ojalá, ojalá se juzgara a los asesinos”,
concluye Paqui con todas las letras. “Sus lamentos me
despertaban en el silencio de la noche. Yo vi las fosas”, recuerda Francisco,
autor de un Guernica tallado en madera y autor de Caínes del amanecer, el libro donde cuenta
todo lo que ayer, entre emociones, trasladó a la jueza, a quien regaló un
ejemplar. Francisco acaba de recibir un homenaje y el pueblo le ha puesto una
calle a su nombre. “Es un testigo muy iluminado, muy claro, muy gráfico, un
escritor…”, lo define el fiscal tras más de una hora de declaración. “Con
muuucha memoria”, añade la jueza. “Me
impactó mucho la memoria que tenía el señor, lo mismo que el que visité en
Miranda de Ebro. Por eso ha sido muy importante su testimonio, porque él ha
escuchado, ha vivido las emociones de su casa, inclusive fue a la cárcel, vio
a su abuelo y se despidió de él”, continúa explicando Servini a este
periódico.
Francisco no le quiso decir a
la jueza el nombre de los asesinos. Ellos ya están muertos y su familia no
tiene la culpa, afirma sin rencor. Sólo quiere, como Antonia y Bienvenida,
que la verdad y la justicia resplandezcan. “Y que no se olvide a aquellas
víctimas que murieron por nosotros”, confía mientras camina de vuelta al
coche. Antes de marcharse, la jueza saca una cámara digital pequeña de su
bolso y pide una foto: “Acá, en la puerta del tribunal”, donde ayer llegó a
escucharse hasta el himno de Riego: el móvil de Paqui Maqueda no paró de
sonar.
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Posted: 23 May 2014 03:42 AM
PDT
Califican de “hito histórico”
la toma de declaración en el juzgado de Gernika.
Bilbao – Los abogados de los
querellantes en la causa 5491/10 contra crímenes del franquismo que instruye
la jueza argentina María Servini animaron ayer a presentar más denuncias a
través de los dos canales que están abiertos en estos momentos, bien sea
mediante videoconferencias o realizando una declaración en los consulados
argentinos en el Estado Español.
Los letrados Ana Messuti,
que ejerce su labor en el Estado español, y Máximo Castex, que representa a
los denunciantes en Buenos Aires, comparecieron ayer en rueda de prensa en
Bilbao para valorar la gira que está realizando por el Estado español la
magistrada Servini, que en un primer momento
visitó Euskadi. Ambos abogados calificaron
de “hito histórico” que Servini pudiera tomar declaración a dos de los
denunciantes, los hermanos Elisa y Julen Kalzada, en los juzgados de Gernika.
“Por primera vez dos víctimas del franquismo fueron escuchadas por la jueza y
así se libró su primera reparación. Y este hecho ha ocurrido precisamente en
Gernika, con la simbología que tiene en la lucha contra el franquismo”,
señaló Castex.
Según manifestaron ambos
letrados están recogiendo testimonios que “que valen oro” correspondientes a
personas mayores que no se pueden desplazar a Argentina y, por eso, ambos
insistieron en que se aproveche la oportunidad de aportar los testimonios a
través de las videoconferencias y prestando declaración en los consulados
argentinos en suelo español. “Es una vía para presentar denuncias por parte
de cualquier persona que tenga conocimiento de hechos de represión”, señaló
Messuti.
Falta de colaboración Como
contrapunto a la posición de cooperación mantenida por el juzgado de Gernika,
los abogados se
refirieron a la actuación del juez de Miranda de Ebro que no contestó al
exhorto para tomar declaración con garantías a otra de las víctimas, Félix
Padín, de 97 años. Pese a la falta de cooperación del juzgado
de la localidad burgalesa, la jueza Servini se trasladó la hospital donde
está ingresado Padín y mantuvo una conversación con él.
La abogada Messuti explicó los
pormenores del relato de Félix Padín, un anarquista que se alistó al ejército
republicano. Hecho prisionero por las tropas franquistas, fue internado en el
campo de concentración de Miranda de Ebro, un lugar que, según señaló
Messuti, “no tenía nada que envidiar a los campos de concentración de los
nazis, por lo que no puede quedar en el olvido”. Según manifestó Castex a
este diario, a su vuelta a Buenos Aires su intención es incorporar la
denuncia de Padín a esta causa.
Otro de los casos que quisieron
resaltar los letrados hace referencia a la querella interpuesta por Ascensión Mendieta, quien ha
reclamado la exhumación de los restos de su padre, Timoteo. En este sentido
los abogados de los querellantes señalaron que la jueza Servini ha enviado un
exhorto al Ministerio de Justicia español, que a su vez ha sido enviado a al
juzgado de Guadalajara, donde supuestamente está enterrado Timoteo Mendieta,
para que dé facilidades para la exhumación. Messuti mostró su
confianza en que Ascensión Mendieta pueda dar sepultura a su padre, “y sea la
primera de toda una serie de exhumaciones para devolver los restos de las
víctimas a sus familiares”.
Los letrados se refirieron
asimismo a la decisión de la Audiencia Nacional de no conceder la extradición
a Argentina del excapitán de la Guardia Civil Jesús Muñecas, acusado de
torturas en el cuartel de Zarautz, y la posibilidad de presentar una nueva
denuncia en el juzgado de Azpeitia. Según Ana Messuti, es una opción que
deben valorar los querellantes contra Muñecas, si bien Máximo Castex se mostró mucho más
contundente al asegurar que “no podemos caer en la mismas trampas de siempre
y lo que tenemos que hacer es avanzar hasta que se logre un cambio y
finalmente se pueda investigar estos hechos”.
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