dissabte, 24 de maig del 2014

CeAQUA. 23/05/14



CeAQUA

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Posted: 23 May 2014 11:56 AM PDT
La juez agradece a los magistrados españoles la colaboración con las víctimas del franquismo.
Han vivido para contarlo y declararlo ante una juez. La magistrada argentina María Servini, que instruye en Buenos Aires la única causa abierta en el mundo contra los crímenes del franquismo, ha llegado a tiempo para escuchar en España las declaraciones presenciales de víctimas de la represión franquista. Ya lleva acumuladas horas y horas de testimonios de personas que le están narrando los dramas y recuerdos que sucedieron entre 1936 y 1977. No ocurrió en su país, pero instruye el caso. “Si no creyera en la justicia universal, no estaría aquí”, dijo este viernes en Sevilla tras reunirse con el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas (IU).
Servini, que permanecerá en España 10 días para tomar declaración a las personas que por enfermedad o por su avanzada edad no han podido viajar a Buenos Aires ni ir al consulado de Argentina en Madrid para prestar su testimonio por videoconferencia, ya ha recibido a varias víctimas del franquismo en el País Vasco y en Sevilla. Este viernes reveló algunas de sus primeras impresiones: “Lo que se ve es el miedo y el terror de cada persona a declarar. A veces quieren omitir nombres o no dan detalles de las circunstancias en las que ocurrieron los hechos. Se emocionan, lloran. Lloran incluso los nietos que no han conocido a sus abuelos. Es duro, es difícil”, dijo la juez, que en los próximos días se desplazará hasta Madrid para seguir tomando declaraciones y visitará el Cementerio de San Rafael, en Málaga, donde se encuentra la mayor fosa común de la Guerra Civil.
En su periplo le acompaña el fiscal del caso, Ramiro González, que el mismo día que el Gobierno de Rajoy recordó a sus jueces que tenían que acatar la reforma de la justicia universal, el fiscal argentino declaró: “Entendemos que la justicia, universal o no, es una sola. Y mientras tengamos facultades para intervenir, lo ideal sería que se investigue acá. Si esto no ocurre, para eso está la justicia universal, precisamente para cuando trascienden las fronteras. Es una obligación de los propios estados para conocer la verdad de las personas y que sean reparadas”, dijo González. Servini matizó que hay varios argentinos entre los muertos y desaparecidos en España durante la represión y que tendrá que investigar cada dato. Este viernes el grupo de trabajo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía de CGT le entregó un documento con los datos de 28 argentinos represaliados en Andalucía entre 1936 y 1970.
Con respecto a la ausencia de juicio en España para las víctimas del franquismo, la juez fue tajante: “No me he puesto a pensar sobre el Gobierno español. Soy de otro país nada más que pienso en el Gobierno de mí país. Tampoco me corresponde pensar sobre si actuó bien o mal este Gobierno. Yo con el Gobierno español tengo que tener la relación para que a mí me contesten los exhortos que por vía diplomática estamos mandando”, declaró. No obstante, la juez dijo el martes en el País Vasco que confiaba en que la investigación que ha abierto en Argentina pudiese “seguir adelante” en España. Y aprovechó este viernes para agradecer la colaboración de los magistrados españoles que están facilitando su labor. “Se han comportado excelentemente”, afirmó.
De momento, la magistrada ha comentado que no necesitará volver a España para seguir tomando declaraciones, pero tendrá que ver cómo se desarrolla la causa, que ya cuenta con más de 100 víctimas incorporadas al proceso, que ya suma 47 tomos. Además, Servini, se comprometió a tomar declaración por videoconferencia antes de final de año a una víctima que no estaba incluida en su agenda. Ramiro González, dijo que sería aventurado poner una fecha de finalización de todo la instrucción. “Hay tantas querellas como víctimas y encontramos un sinnúmero de vicisitudes”, comentó. “Estamos permanentemente incorporando pruebas que posteriormente serán motivo de análisis”, añadió.
Desde este viernes cuentan también con la declaración del sevillano de 91 años Paco Marín, que lleva varios días nervioso y casi sin dormir por su cita con la juez. Acude a los juzgados de Sevilla con un pin de la bandera de la república en la solapa y una cartera con fotos y recuerdos. “Todos los actos a los que voy se los adjudico a mi padre, así le dan más dignidad”, dice Marín mirando al cielo tras salir sonriente de prestar declaración. “Le he contado todo a la juez, lo que significaba mi padre para mí, cómo lo mataron, incluso le he regalado también dos discos con intervenciones mías en los colegios”, dice ilusionado.
Paco Marín es probablemente una de las víctimas con los recuerdos más claros, según describe, tenía 13 años cuando mataron a su padre, en septiembre de 1936: “Y sé con certeza que está enterrado en una fosa en el Cementerio de Sevilla, me lo contó un amigo de mi padre, que lo llevó hasta allí en camión”. Cuenta indignado que sobre la fosa construyeron panteones que ya no se van a levantar para exhumar esos cadáveres. “El señor está completamente lúcido, recuerda todo perfecto”, dijo la juez de su testimonio.
Este viernes fue un hito para para este nonagenario, que es de los miembros más veteranos de la Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia, pero no es la primera vez que pone en pie su historia para contarla a la comunidad internacional. Marín ya narró su pasado al Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de las Naciones Unidas que vino a España en septiembre de 2013 para escuchar los testimonios, recabar datos y conocer las investigaciones e iniciativas de las víctimas y los memorialistas. Paco Marín ha vivido para contarlo, y ha llegado a vivir para declararlo ante una juez. Su testimonio ya está rubricado por la justicia.
Posted: 23 May 2014 09:33 AM PDT
La presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo apoya a las víctimas del franquismo en la querella interpuesta en Argentina. Es una forma de devolver el apoyo que recibieron de España en el pasado.
Estela de Carlotto (Buenos Aires, 1930) lleva 37 años siendo abuela de Plaza de Mayo, en búsqueda de su nieto desaparecido y luchando para que las violaciones de derechos humanos que sufrieron en Argentina no se vuelvan a repetir. Ponente del I Congreso Internacional de Jurisdicción Universal, De Carlotto está muy agradecida a España porque cuando empezaron a denunciar por el mundo la represión de la dictadura argentina, “España nos abrió sus brazos. Encontramos al juez Baltasar Garzón, que empezó en la Audiencia Nacional a comprometerse para conseguir justicia, nos recibieron parlamentarios, asociaciones no gubernamentales, los sindicatos… Siempre ayudándonos. Ahora España ha entrado en una etapa muy peligrosa, que es la de no mover nada para la verdad ni la justicia e impedir y querer que no se hable de un pasado, que no se sepa la verdad de lo que hizo el franquismo”, resalta.
Por ello, el movimiento de Abuelas que preside y otros grupos argentinos han apoyado a unos españoles, víctimas del franquismo, en la querella interpuesta en Argentina. Para ella, es “una forma de agradecer, de devolver con una expresión de trabajo y de compromiso a este país, lo que este España hizo por nosotros oportunamente”.
¿Cómo es la situación actual en su país?
Por suerte en Argentina llevamos 30 años de democracia, la más larga de nuestra historia. Esta ‘década ganada’, como llamamos las presidencias de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner, se ha puesto todo el empeño en reparar con la verdad, con el acompañamiento estatal, con la reparación económica, hasta darles títulos post mortem a los estudiantes que estaban en una carrera que no pudieron terminar porque los secuestraron y los asesinaron… Hay miles de situaciones valiosísimas en Argentina que nos hacen caminar bien y sentirnos reconfortadas, comprendidas.  Nunca buscamos venganza por mano propia, sino que reclamamos se hiciera justicia ante esta gente que son genocidas, asesinos, no se arrepienten, no condenan y amenazan con volver a repetirlo.  Ahora acá, en España, hay que animar a la gente a que no sea indiferente a ese pasado que enturbió por tantos años al país, y que nada debe ocultarse porque todo aquello que no se resuelva se repite.
“En España hay que animar a la gente para que no sea indiferente al pasado; lo que no se resuelve, se repite”
Usted sigue sin encontrar a su nieto, que tendrá ahora…
Cumplirá 36 años el mes que viene. No tengo la más remota idea de dónde pueda estar viviendo, porque ahora se habrá independizado, estará casado, tendrá hijos y vive en algún lugar del mundo porque ahora está todo globalizado. Por eso iniciamos hace diez años, en Madrid, una Red Europea por la Identidad para que si algún chico en edad de nuestros nietos vive acá y duda de su identidad, tenga dónde recurrir para saber cómo llegar a la verdad. Muchos chicos han concurrido, pero su sangre no coincidió con ninguna familia. Pero queda ya reservado su mapa genético, porque ha pasado que, a veces, se han presentado chicos con dudas y no daban con nadie y, de repente, aparece el familiar. Hasta ahora han aparecido 113 niños robados, no todos vivos lamentablemente porque los últimos tres casos de este año eran jóvenes que fueron asesinadas y mataron al bebé.
Denuncia que una de las consecuencias de las represiones es la enfermedad que surge en el entorno familiar de la víctima.
Hay familias más vulnerables que otras. Mi familia fue muy afectada, con el secuestro de mi marido, luego el de Laura, la entrega de su cadáver y nuestro nieto que no encontramos… Mi vida cambiada de ser directora de escuela primaria a transformarme en una mujer que no sabía qué hacer. Es una quiebra familiar. Yo dejé de ser la madre y la esposa para transformarme en una mujer buscando, con mi marido que me ayudaba, me esperaba y sufría. Por eso él se fue antes. Y afectó a dos hijos más, a quienes obligamos que se fueran al exilio, y quedó el más chico que fue el más victimado, porque era adolescente y quedó solo: con una madre ausente, un padre sufriendo, los hermanos lejos y una hermana muerta. Pero tuvimos la capacidad de recuperarnos, porque yo nunca dejé de luchar. Mi marido se murió antes del dolor, de su enfermedad, pero nunca bajó los brazos. Él fue secuestrado, torturado, le preguntaban por sus hijas, pero lo podrían haber matado porque no iba a hablar de ellas… Y yo trabajando, y manteniendo a la familia.
Mis hijos han regresado a Argentina, estamos todos juntos, tengo 13 nietos, dos biznietos. Tenemos una familia unida, bien italiana. No perdimos la unión familiar ni nos echamos culpas unos a otros.
Su hijo adolescente es hoy ya adulto…
Ahora es un diputado que preside la Comisión de Derechos Humanos. Siempre está en el tema y desde chiquito, aunque estaba solo, militaba con los organismos de derechos humanos que iban naciendo. Nunca nos entró el miedo ni la parálisis. Ahora, hubo familias que sí, que incluso no quisieron saber nada, casi invirtiendo la orden de la culpa porque su hijo desaparecido se había metido en política. Uno puede entenderlo porque no estábamos preparados, y fue tan atroz la dictadura, tan engañosa, con esa prensa monopólica que mentía, como sigue mintiendo hoy en día.
Aún siguen publicando que usted es una falsa abuela.
Sí, así es. Yo tengo un cadáver para mostrar, el de mi hija, pobrecita, tengo toda la documentación de lo que certificó el forense cuando la exhumaron, que tuvo un bebé, que estuvo secuestrada esos nueve meses y que la asesinaron. Todo eso lo negó la dictadura. Esas barbaridades tan dolorosas que dicen, ¿cómo voy a mentir, por Dios? Teniendo todas las pruebas, es tan mala gente que, a veces, sorprende porque tienen el poder de mostrar hasta en televisión sus mentiras de una manera engañosa.
“La mayoría de la sociedad ha entendido a las Abuelas de la Plaza de Mayo: nos aprecia, respeta y ayuda”
¿Cómo se defiende frente a la difamación?
La mayoría de la sociedad nacional e internacional nos ha entendido, nos aprecia, nos respeta y nos ayuda. Hay grupos pequeños que ideológicamente, o por interés económico, nos desprestigia. Son menos, son pocos, pero tienen poder económico y mediático. Contra eso, uno presenta su verdad y no perdemos tiempo ante la mentira, que tiene patas muy cortas. Lejos de perder rédito, las Abuelas vamos ganando adeptos. Pero eso que había antes, que no nos creían, ya no existe.
Usted es vista como un ejemplo de superación.
Hay muchas mujeres que no se conocen. No creo que una madre deje de buscar a su hijo, ni que una abuela no busque a ese nieto que fue robado. Nunca puede estar bien una persona a quien le quitan su identidad y le quitan su historia y que, en el fondo, no sabe quién es. No se puede vivir así, porque la falta de identidad se transmite a los hijos y nietos. Eso está probado.
Su hija Laura ya dijo a sus asesinos que usted la buscaría hasta el final.
“Mi vieja -dijo a los milicos- no les va a perdonar lo que me están haciendo y mientras viva les va a perseguir”. Ella me conocía más que yo misma, porque yo no era de ir a marchas; yo era una maestra, una mujer de casa, de clase media, burguesa… Ahora, lo que nunca soportaba era la injusticia. Pero mi hija sabía que yo, para defender a mis hijos, era leona.
Posted: 23 May 2014 04:53 AM PDT
El pasado 10 de mayo, la Asociación de Víctimas de Alicante: Bebés robados y adopciones ilegales (AVA) celebró su acto de presentación en la Sede Universitaria Ciudad de Alicante.
AVA invitó a la Coordinadora Estatal de apoyo a la Querella argentina (CeAQUA) para que informara a sus socios de esta acción judicial y de las posibilidades de participación en ella de las víctimas que sufrieron la desaparición de sus bebés, así como de las personas que buscan su verdadera identidad y que creen que pudieran haber sido robadas a sus familias de origen al nacer.
En cuanto a estos delitos, ya están participando en esta Querella nueve asociaciones de víctimas por el robo de bebés, se han denunciado varios casos en el Consulado argentino y se han producido varias declaraciones por videoconferencia ante la Jueza María Servini de Cubría, titular del Juzgado argentino que tiene abierta la causa.
Por parte de AVA participó su Presidenta, Mª José Picó; por parte de CeAQUA acudió la abogada de la Querella, Ana Messuti, y dos de los representantes de la Coordinadora, Chato Galante y Soledad Luque. También se contó con la presencia de Modesta Salazar, Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista de Mujer e Igualdad en les Corts.
Posted: 23 May 2014 04:02 AM PDT
Suenan las campanas de la torre del reloj. “¿Qué hora es?”, pregunta Bienvenida Guisado al guardia civil que custodia la puerta del juzgado. Son las once. Las once ya. Antonia Parra, que aguarda en un banco en el zaguán de las dependencias, calla. Mueve su pierna derecha y, a ratos, bebe agua. Su sobrina María José le trae el DNI. “Mira, el mío es de los antiguos, pero también es para toda la vida. Pone permanente”, explica Bienvenida. El de Antonia, que continúa en silencio agarrada a su muleta, caduca en 9999. Una tiene 77 años; la otra 78. A Antonia le mataron a su padre dos meses antes de nacer. A Bienvenida le mataron al suyo con sólo unos meses de vida. “Yo le he dicho a mi hijo que me compre una estantería en Ikea para colocar tantos libros como tengo, muchos del juez Garzón, porque yo leo como mi padre, al que asesinaron porque le leía los periódicos a los demás”, es lo poco -y lo mucho- que llega a decir Antonia en mitad de una espera que va ya por casi 80 años. “Pues yo todo lo contrario. Los mataron por saber. Así que para qué saber tanto”, masculla Bienvenida. Dos vidas paralelas que ayer caminaron cogidas del brazo por las calles de su pueblo, Marchena (Sevilla), camino de ser escuchadas por primera vez por la justicia. “Ya está aquí la jueza”, avisa su sobrina.
María Servini, la magistrada que investiga los crímenes franquistas en Argentina, se baja de un coche negro y entra directa al juzgado, sin percatarse de que Antonia, a quien tomará declaración, la recibe en la puerta. Le siguen el fiscal y los secretarios judiciales. La gente hace cola en el registro civil. “Pues van a tener que venir mañana porque la secretaria de aquí tiene que estar en la declaración. Y luego el juez tiene una boda”, murmura un agente. Antonia camina por el pasillo y entra por fin, tras esos casi 80 años de espera y unos minutos de retraso, en el juzgado de instrucción 2 de su pueblo. Es una de las personas que se sumó a la querella impulsada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y dos familiares de desaparecidos en 2010.
“Esto es un retroceso de las recomendaciones de los derechos humanos, pero a la vez hay que agradecer la deferencia que está teniendo la justicia argentina con estas personas que se nos están yendo. Ese es el tema, que se vayan yendo sin encontrar justicia”, lamenta María José. Se fue su madre, la hermana de Antonia, aquella mujer sensata llamada Libertad a la que la insensatez y la barbarie hicieron borrar su nombre. Se fue, ya no está. Pero Antonia, al menos, continúa dentro. “La jueza ha escuchado lo que me ha preguntado el juez de aquí. Le he contado la verdad, los hechos”, narra Antonia a la salida, cuarenta minutos después.
A esa hora, en Carmona, Francisco Rodríguez Nodal revisa los documentos que le llevará a Servini, la esperanza de muchas familias tras el intento infructuoso de Garzón. “Víctimas y verdugos”, reza un titular de un periódico reciente. “Justicia a la barbarie”, afirma otro en una doble página amarillenta. Lleva años guardando todo lo que sale en la prensa en una carpeta azul. Falta aún media hora para que vengan a recogerle. Antonia y Bienvenida terminan de atender a los medios locales a la puerta del juzgado, se cogen otra vez del brazo y regresan a sus casas. La magistrada sube de nuevo al coche negro, conducido por Paco Villena, un querellante que pelea desde 2009, sin éxito, para que retiren una cruz de los caídos en su pueblo, en Hornachos, Extremadura. Explanadas verdes, amarillas, marrones se reparten a uno y a otro lado de la carretera. En un tramo los girasoles no miran. En otro, enseñan su mejor cara. Hay unos 30 kilómetros entre Carmona y Marchena, entre unos crímenes y otros. Sólo 30 kilómetros entre el dolor de tantas familias. 12.45. Ya es mediodía.
Artesanía, dice un cartel en una fachada encalada. Francisco, 88 años, sale de su casa con un bastón y un gorro de paja. Ha sido ebanista. Se sube al coche de Paqui Maqueda, otra víctima del franquismo y querellante, que ya declaró en Buenos Aires ante la jueza argentina. Conduce hasta el juzgado por un laberinto de calles estrechas como si el camino fuese una línea recta. Conoce muy bien el pueblo. Se sabe de memoria la sangría que los falangistas cometieron en Carmona, donde asesinaron entre tantos a su bisabuelo. “¿Usted siempre vivió acá en Carmona?”, pregunta la jueza a Francisco ya en el interior del juzgado. Francisco está sentado frente a ella. “Sí, desde siempre he vivido aquí”. Y comienza a sacar los papeles de su carpeta azul. “Carmona es muy bonito”, afirma la jueza, relajada, mientras bebe agua de una botella de plástico. “Este es mi abuelo, y estos de aquí mis tíos”, señala sobre la foto que acaba de entregarle. Servini sostiene en sus manos los rostros de sus cuatro familiares fusilados. Los mira atentamente. “¡Que me juzguen! ¡No he cometido ningún delito! ¡No quiero morir!”. Francisco tenía sólo 10 años cuando escuchaba estos gritos del terror. Vivía junto al rellano de los fusilamientos, al lado del cementerio. Era 1936.
“¿Este hombre qué es? ¿Implicado?”, pregunta un guardia civil a un metro de la sala donde conversan jueza y víctima. “No, no, él es víctima”, aclara Paqui Maqueda. “¡Ah, yo pensaba que era implicado, que la jueza había venido a eso!”, dice más tranquilo el agente sin atreverse a pronunciar la palabra asesino. “Ojalá, ojalá se juzgara a los asesinos”, concluye Paqui con todas las letras. “Sus lamentos me despertaban en el silencio de la noche. Yo vi las fosas”, recuerda Francisco, autor de un Guernica tallado en madera y autor de Caínes del amanecer, el libro donde cuenta todo lo que ayer, entre emociones, trasladó a la jueza, a quien regaló un ejemplar. Francisco acaba de recibir un homenaje y el pueblo le ha puesto una calle a su nombre. “Es un testigo muy iluminado, muy claro, muy gráfico, un escritor…”, lo define el fiscal tras más de una hora de declaración. “Con muuucha memoria”, añade la jueza. “Me impactó mucho la memoria que tenía el señor, lo mismo que el que visité en Miranda de Ebro. Por eso ha sido muy importante su testimonio, porque él ha escuchado, ha vivido las emociones de su casa, inclusive fue a la cárcel, vio a su abuelo y se despidió de él”, continúa explicando Servini a este periódico.
Francisco no le quiso decir a la jueza el nombre de los asesinos. Ellos ya están muertos y su familia no tiene la culpa, afirma sin rencor. Sólo quiere, como Antonia y Bienvenida, que la verdad y la justicia resplandezcan. “Y que no se olvide a aquellas víctimas que murieron por nosotros”, confía mientras camina de vuelta al coche. Antes de marcharse, la jueza saca una cámara digital pequeña de su bolso y pide una foto: “Acá, en la puerta del tribunal”, donde ayer llegó a escucharse hasta el himno de Riego: el móvil de Paqui Maqueda no paró de sonar.
Posted: 23 May 2014 03:42 AM PDT
Califican de “hito histórico” la toma de declaración en el juzgado de Gernika.
Bilbao – Los abogados de los querellantes en la causa 5491/10 contra crímenes del franquismo que instruye la jueza argentina María Servini animaron ayer a presentar más denuncias a través de los dos canales que están abiertos en estos momentos, bien sea mediante videoconferencias o realizando una declaración en los consulados argentinos en el Estado Español.
Los letrados Ana Messuti, que ejerce su labor en el Estado español, y Máximo Castex, que representa a los denunciantes en Buenos Aires, comparecieron ayer en rueda de prensa en Bilbao para valorar la gira que está realizando por el Estado español la magistrada Servini, que en un primer momento visitó Euskadi. Ambos abogados calificaron de “hito histórico” que Servini pudiera tomar declaración a dos de los denunciantes, los hermanos Elisa y Julen Kalzada, en los juzgados de Gernika. “Por primera vez dos víctimas del franquismo fueron escuchadas por la jueza y así se libró su primera reparación. Y este hecho ha ocurrido precisamente en Gernika, con la simbología que tiene en la lucha contra el franquismo”, señaló Castex.
Según manifestaron ambos letrados están recogiendo testimonios que “que valen oro” correspondientes a personas mayores que no se pueden desplazar a Argentina y, por eso, ambos insistieron en que se aproveche la oportunidad de aportar los testimonios a través de las videoconferencias y prestando declaración en los consulados argentinos en suelo español. “Es una vía para presentar denuncias por parte de cualquier persona que tenga conocimiento de hechos de represión”, señaló Messuti.
Falta de colaboración Como contrapunto a la posición de cooperación mantenida por el juzgado de Gernika, los abogados se refirieron a la actuación del juez de Miranda de Ebro que no contestó al exhorto para tomar declaración con garantías a otra de las víctimas, Félix Padín, de 97 años. Pese a la falta de cooperación del juzgado de la localidad burgalesa, la jueza Servini se trasladó la hospital donde está ingresado Padín y mantuvo una conversación con él.
La abogada Messuti explicó los pormenores del relato de Félix Padín, un anarquista que se alistó al ejército republicano. Hecho prisionero por las tropas franquistas, fue internado en el campo de concentración de Miranda de Ebro, un lugar que, según señaló Messuti, “no tenía nada que envidiar a los campos de concentración de los nazis, por lo que no puede quedar en el olvido”. Según manifestó Castex a este diario, a su vuelta a Buenos Aires su intención es incorporar la denuncia de Padín a esta causa.
Otro de los casos que quisieron resaltar los letrados hace referencia a la querella interpuesta por Ascensión Mendieta, quien ha reclamado la exhumación de los restos de su padre, Timoteo. En este sentido los abogados de los querellantes señalaron que la jueza Servini ha enviado un exhorto al Ministerio de Justicia español, que a su vez ha sido enviado a al juzgado de Guadalajara, donde supuestamente está enterrado Timoteo Mendieta, para que dé facilidades para la exhumación. Messuti mostró su confianza en que Ascensión Mendieta pueda dar sepultura a su padre, “y sea la primera de toda una serie de exhumaciones para devolver los restos de las víctimas a sus familiares”.
Los letrados se refirieron asimismo a la decisión de la Audiencia Nacional de no conceder la extradición a Argentina del excapitán de la Guardia Civil Jesús Muñecas, acusado de torturas en el cuartel de Zarautz, y la posibilidad de presentar una nueva denuncia en el juzgado de Azpeitia. Según Ana Messuti, es una opción que deben valorar los querellantes contra Muñecas, si bien Máximo Castex se mostró mucho más contundente al asegurar que “no podemos caer en la mismas trampas de siempre y lo que tenemos que hacer es avanzar hasta que se logre un cambio y finalmente se pueda investigar estos hechos”.