Los barcos del exilio

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¿Cómo y dónde viaja un fugitivo republicano indocumentado e indigente en Francia en 1939? La respuesta histórica es a México, con el apoyo material del SERE.

Para organizar la evacuación hacia países de acogida como México, Venezuela, Chile o Argentina, Juan Negrín creó en Francia el Servicio de Emigración para Refugiados Españoles (SERE), en el que trabajó el destacado comunista navarro Jesús Monzón. La evacuación se frenó por la ocupación alemana, pero se retomó en 1942 desde los puertos mediterráneos hasta 1947, en el que llega a México la diputada de Villafranca, Julia Álvarez. México fue el país que más refugiados acogió -sobre los 21750-, gracias a la activa solidaridad de su Presidente Lázaro Cárdenas con los refugiados republicanos.

El procedimiento ordinario era solicitar el embarque al SERE –se repartieron impresos en los campos de concentración, como el de Gurs- o al consulado mejicano. La solicitud incluía nombre, familiares que acompañaban, edad, lugar de nacimiento y residencia antes de la guerra. También profesión y filiación política o sindical. La embajada emitía a los aceptados que carecían de otra documentación, un pasaporte especial en el que constaban los datos de su solicitud, dando los mismos por buenos. Los aceptados, mantenían una entrevista con funcionarios del SERE (Gamboa y Bassols), que así trataban de evitar la presencia de “provocadores, espías y agentes fascistas enquistados” según informan.

Facilitar un pasaporte dando por buena la información abría la posibilidad de cambio de identidad del que así lo desease. La entrevista del personal del SERE serviría de filtro, pero limitado, en un periodo tan convulso y que abarcaba una colosal muchedumbre.

El rastro del fugitivo se pierde en Banka, en la convulsa Francia de la preguerra mundial.

El clandestino de Olhaberrieta utiliza las facilidades que ofrece México para llegar a California, pero no se encuentra entre el pasaje de los barcos que transportaron a miles de republicanos hacia México, entrando por el puerto de Veracruz en 1939. Las principales expediciones fueron:

El Sinaia salió de Séte (Marsella) el 26-5-1939 con 1.620 refugiados, casi en exclusiva de los campos de concentración del Rosellón y del Pirineo oriental (Bram, Argeles-sur Mer, Barcarés, Saint Cyprien), donde figuran tres navarros. También se encontraba Jose Marinero.

El Ipanema, que salió de Pauillac (Burdeos) el 12 de junio y llegó a Veracruz el 7 de julio de 1939 con 998 refugiados, de entre ellos, siete navarros.

El Mexique  salió de Burdeos el 12 de julio y llegó a Veracruz el 27 de julio de 1939 con 2.067 refugiados, de entre ellos, doce refugiados navarros.

El listado completo de sus pasajeros se custodia en la fundación Pablo Iglesias y ha sido facilitado por el historiador Pedro Barruso, experto en el tema. En “Los borrados. Aportación a la historia del exilio en Méjico en 1939”, J. Chueca da otros sesenta y cinco nombres de exilados navarros en México, algunos de ellos ya datados como pasajeros de los barcos citados, pero otros procedentes del Orinoco, Flandre, Nyassa… Ninguno de Azagra.

En cuanto a las navieras, propietarias de los barcos que trasportaron otros refugiados a México, desaparecieron; lo mismo que sus archivos, desechados como documentación obsoleta o por incendios o bombardeos (Burdeos y su puerto fueron castigados durante la Guerra Mundial). Así, la Cie. Générale Transantlantique de Bordeaux, propietaria del Flandre y del Mexique, cambió de nombre a Cie Général Maritime. El Sinaia, propiedad de Cie. Général de Navigatión a Vapeur (Fabre Line)”, salió del puerto de Marsella. El Ipanema era propiedad de la Cie de Navigation France Amerique. En ambos casos, para 1949 ya desaparecieron.

Otros barcos

El Cuba, el 20 de junio de 1940 desde Burdeos y para 630 refugiados del SERE, tenía como destino la República Dominicana. Después de una odisea, fueron trasportados por el  Saint Dominique al puerto de Coatzacoalcos, en Veracruz, donde llegaron el 26-7-1940 y recibidos por el JARE. Su lista de pasajeros sólo recoge apellidos, sin detallar lugar de nacimiento, estado civil, edad o la filiación política o sindical. Antes del fin de la guerra llegaron a Veracruz desde Burdeos y Saint Nazare otros barcos como el Siboney (tres viajes, con un total de 72 refugiados), Orizaba (24-5-1939, con 16 refugiados), Flandre –que llegó el 31-5-1939 con 312 refugiados de la  élite política e intelectual, vía N.York- y el Isert, con un total de un millar de refugiados. Queda al margen el viaje del Mexique en 1937 con los 464 niños de Morelia. Por tren a México, desde N. York, donde habían desembarcado, llegaron 435 refugiados en 1939.Un par de barcos de refugiados llegaron a Nueva Laredo (Tamaulipas) vía Nueva York, como el Degrasse, el 18-1-1940.

Cuando se retomó la evacuación, lo hizo desde los puertos de Séte y Marsella, en el Mediterráneo dependiente del Gobierno de Vichy, que con escalas en Orán, Casablanca o Lisboa, cruzaban el Atlántico, como los tres viajes del Nyassa a Veracruz en 1942 (3-3-1942 / 22-5-1942 / y 17-10-1942), organizadas por el JARE, en las que parte del pasaje eran judíos. Desde Marsella y Sète llegaron a Veracruz también el Quanza (18-11-1941), Serpa Pinto (16-12-1941) y S. Thome (13-4-1942). El texto “Los barcos del exilio” que se cita en la bibliografía ofrece una más completa visión, para quien tenga un mayor interés en este apartado.

Si el viaje oceánico lo hizo sin apoyo del SERE y al margen del agente Monlong -quien facilitaba los viajes a las Américas de los pastores vascos y en cuyas listas no aparece-, la alternativa era un barco de línea regular o privado desde Burdeos o Le Havre. Se calcula un total de 7400 los republicanos que salieron hacia México antes de la ocupación alemana de la costa atlántica en 1940. Abdón Mateos en  “México y la España Republicana” abre esa opción (..llegando unos 7.000 refugiados a México, bien en expediciones colectivas, bien mediante pasajes individuales, financiados o no, por las instituciones republicanas en el exilio). Así el Cageao, partió de Saint Nazare a Veracruz el 16-5-1939, con exilados que pagaron su pasaje.