dijous, 30 de desembre del 2021

Murcia recupera la cárcel franquista: “La propuesta para la Memoria es endeble”.

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La Cárcel Vieja de Murcia


Tras 40 años cerrados a cal y canto, los intramuros de la parte de la Cárcel Vieja de Murcia -la antigua prisión provincial- quedarán abiertos de nuevo tras la Navidad. El equipo de gobierno actual, compuesto por PSOE y Ciudadanos, ha anunciado la inauguración en las próximas semanas -previsiblemente, el próximo enero- de la zona del edificio que hacía de entrada a la penitenciaria y que albergará una cafetería, una sala polivalente, otra de exposiciones, una tienda de recuerdos y unas oficinas. La segunda fase del proyecto -que afectará a la parte central del edificio y el ala norte- está previsto que comience en la primavera de 2023. Se trata de una obra que comprende 3.700 metros y para el que se ha destinado una inversión de 7,5 millones de euros. Es en la parte central del edificio donde el Consistorio -que heredó el proyecto del anterior equipo de gobierno del PP y Ciudadanos- prevé destinar un espacio a la Memoria Histórica. Una de las propuestas es mantener una de las galerías de celdas para que los visitantes puedan conocer cómo eran las condiciones de vida de los presos y la vida carcelaria del penal que estuvo en funcionamiento 52 años, de 1929 a 1981.

"La propuesta que sale del Ayuntamiento es muy endeble, un edificio como la Cárcel Vieja podría tener muchos más usos memorialistas", critica Diego Jiménez, presidente de la asociación Memoria Histórica de Murcia. En 2017, el jurado del concurso de anteproyectos para la rehabilitación y puesta en uso del edificio de la antigua prisión provincial de Murcia designó como ganador como ganador, por unanimidad, 'Muros etéreos'. Su autor fue el arquitecto murciano Manuel Hernández Jiménez, socio fundador de IH Arquitectos.

El gobierno de PSOE y Ciudadanos en el Consistorio capitalino, que desbancó al PP con una moción de censura hace nueve meses, heredó el proyecto de la Cárcel Vieja, quedando con poco margen de maniobra. "El PP ya hablaba de destinar un espacio a la memoria histórica, ahora lo que han hecho es concretar cómo será ese espacio, pero nos da la sensación de que se banaliza un poco el pasado del edificio, que fue un centro de torturas", señala Diego Jiménez, quien pone como ejemplo el antiguo penal de Oviedo, "que se ha destinado en su mayoría a la investigación histórica". No se puede correr el riesgo, advierte, de olvidar lo que supuso aquel lugar "donde se fusiló a 500 personas, el último en 1948 -un hombre de Yecla- y donde murieron muchos presos de hambre, tuberculosis y suicidios entre 1939 y 1945". Fuentes municipales, sin embargo, han asegurado a este periódico que la parte referida a la Memoria Histórica "está todavía por definir".

Las actuaciones de rehabilitación aprobadas bajo el mandato del PP preveían la demolición de los muros y la incorporación de los patios patios carcelarios a la ciudad, así como la apertura de restaurantes, tienda-exposiciones, salón de actos, oficinas, museo, talleres, auditorio, centro cívico y biblioteca. El 20 de julio de 2020 se empezaron a derribar los muros de la Cárcel Vieja para acometer las obras de rehabilitación de la Fase I.

Desde la Asociación de la Memoria Histórica -que se reunió con el actual equipo de gobierno en junio- piden una mayor participación en las propuestas para el espacio de la cárcel, "hemos estado en la brecha desde el principio y creemos que nuestra opinión puede ser útil; lo que reclamamos es que se nos permita como entidad asesora participar con nuestras propuestas y enriquecer sus planteamientos".

1.300 fusilamientos y 290 fosas en la Región

Por soñar, señala Diego Jiménez, "sería un lujo que toda la prisión se destinase a un espacio reivindicativo de la defensa de los derechos humanos como se ha hecho en la de Santiago de Chile". Y añade que la Asociación dispone de una propuesta del catedrático Pedro María Egea Bruno, en la que se contempla -por ejemplo- destinar una parte del ex penal al estudio de la memoria democrática dando a conocer las bases documentales referentes a la memoria histórica, "como el catálogo de fosas de la Región durante la represión franquista, en la que se han contabilizado 1.300 fusilamientos y 290 fosas"; además de toda la documentación del 36 al 82, hasta la victoria del PSOE, "recoger todos esos archivos dispersos en el ámbito local, provincial, regional, nacional e incluso internacional".

Dentro de las propuestas, "otra idea interesante" sería contar con un archivo de la palabra que recoja testimonios de familiares de represaliados en esos años, donación de materiales por parte de particulares y colectivos; propiciar un centro de investigación de la Guerra Civil, la dictadura franquista y la transición; organizar exposiciones, charlas y seminarios o visibilizar la lista de los represaliados murcianos como los 84 deportados a los campos de exterminio nazi. "Un centro de la memoria es algo más de lo que propone el Ayuntamiento".

Jiménez apunta también que se podría visionar un documento audiovisual -"ya hay un vídeo realizado a estos efectos"- en el que se explicasen las condiciones de vida de los presos: "Sabemos que había espacio para 400, pero que llegó a albergar a 4.000 personas hacinadas en las celdas".

El convenio para exhumar a asesinados por el franquismo se firmará el próximo miércoles.

 https://www.cordobahoy.es/articulo/la-ciudad/convebnio-exhumar-fusilados-franquismo/20211227190835108507.html


De forma telemática entre Ayuntamiento, Junta de Andalucía, Diputación de Córdoba y Gobierno central
 Catas en el cementerio de San Rafael

El delegado de Gestión, Comercio y Mercados, Antonio Álvarez (Cs), como presidente de la empresa municipal de cementerios de Córdoba, Cecosam, ha informado esta mañana de que el convenio de colaboración entre Ayuntamiento, Junta de Andalucía, Diputación de Córdoba y Gobierno central para llevar a cabo "los trabajos de exhumación e identificación de represaliados del franquismo de fosas comunes del cementerio de San Rafael y de La Salud" se "está ultimando" y la previsión es firmarlo, de manera telemática, el miércoles de esta misma semana.

"Cada administración aporta, en el plazo de cuatro años, 400.000 euros", mientras que el Gobierno de España "hace su aportación en virtud de unas subvenciones directas mediante un Real Decreto, habiéndose aprobado ya el primero de ellos, con una aportación de 125.000 euros", y restan 275.000 euros "que los están tramitando para ser aportados en 2022", ha apostillado Álvarez.

Por último, tano Álvarez como el concejal de Hacienda, Salvador Fuentes (PP), han explicado que en la Junta de Gobierno Local (JGL) se ha dado luz verde al cambio de procedimiento para adjudicar los contratos mayores de 3.000 euros en el Ayuntamiento de Córdoba, todo ello con el objetivo de que el proceso conste de más "transparencia", "agilidad" y "seguridad jurídica". De este modo, las dichas contrataciones se gestionarán ahora a través de las plataformas de Contratación del Estado y de la Junta de Andalucía.

Exhumen en una fossa comuna de Castelló les restes de l’alcalde de Morella afusellat pel franquisme en la postguerra.

 https://www.eldiario.es/comunitat-valenciana/val/exhumen-fossa-comuna-castello-les-restes-l-alcalde-morella-afusellat-pel-franquisme-postguerra_1_8619992.html


Treballs d'exhumació al cementeri de Castelló.


Les restes de Domingo Borrás Pascual, alcalde de Morella durant la Guerra Civil, s’han exhumat dimecres d’una fossa comuna del cementeri civil de Castelló. Els seus descendents, així com l’actual alcalde de Morella, el socialista Rhamsés Ripollés, han assistit al recinte cementerial per presenciar les faenes d’exhumació, finançades per l’Ajuntament de Castelló i per la Diputació. Domingo Borrás Pascual, fuster de professió, va ser afusellat el 10 de juny de 1941 a Castelló, a 51 anys. 

El primer edil de Morella, Rhamsés Ripollés, ha agraït els treballs arqueològics i ha relatat a elDiario.es el moment “especial” que han pogut presenciar els familiars de Domingo Borrás Pascual. “Treballem des de fa temps des de les administracions per la memòria històrica, massa temps silenciada”, afirma Ripollés, que recorda que el seu antecessor llunyà va ser assassinat “per haver sigut alcalde”. “Cal dignificar la memòria i posar-la en valor”, afig l’actual primer edil. 

Les faenes d’exhumació, impulsades pel Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló i a càrrec de l’associació Arqueoantro, han localitzat en les files 4 i 11 del cementeri civil de Castelló les restes de 38 afusellats durant la repressió franquista de la postguerra. La majoria provenen de la comarca dels Ports, de localitats com Forcall, Morella, Cinctorres, Vilafranca i Portell.

En el cementeri civil, segons informa el Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló, també s’han exhumat víctimes oriündes d’Almassora, Cabanes, Canet lo Roig, La Jana, Sant Mateu o Almenara. 

Dimecres, els especialistes de l’associació Arqueoantro han exhumat les restes de l’exalcalde de Morella i d’Alfonso Martí Mestre, agricultor de Forcall afusellat el 28 de juny de 1941 a 65 anys. Durant l’exhumació han estat presents els familiars i l’actual alcalde de Morella. 

El dia anterior es van exhumar els cossos de dos veïns de Forcall i un de Cabanes. Així, també hi van assistir l’actual alcalde de Forcall, Santi Pérez, i el senador Carles Mulet, veí de Cabanes. Al recinte també han acudit familiars de les víctimes i representants institucionals de cada localitat, com el diputat provincial Josep Gisbert, de Cinctorres. Els especialistes d’Arqueoantro i els membres del Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló expliquen als familiars les vicissituds de les faenes d’exhumació.

La comarca dels Ports va ser la primera a caure a les mans de les tropes del bàndol franquista a la província de Castelló. La comarca compta, segons el recompte de l’historiador Juan Luis Porcar, membre del Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló, amb 68 víctimes mortals de la repressió franquista de la postguerra. Prop de 800 veïns van ser detinguts, empresonats i sotmesos a consells de guerra sumaríssims. 

dimecres, 29 de desembre del 2021

El amanecer feminista de la Segunda República.

 https://www.eldiario.es/sociedad/amanecer-feminista-segunda-republica_130_8608320.html


Todas las crónicas recuerdan que el día en el que se declaró la Segunda República era soleado. No se conocían entre ellos pero, a juzgar por sus respectivas memorias, la aristócrata comunista Constancia de la Mora y el periodista catalán Josep Pla, coincidieron al mismo tiempo —entre las tres y las tres y media de la tarde— en la plaza de Cibeles de Madrid, una en un taxi y el otro a pie derecho, mirando embobados los balcones del segundo piso del Palacio de Correos y Telégrafos. Había tanta gente agolpándose en la calzada, que el chófer que llevaba a la joven Constancia a su casa tuvo que frenar en seco. Ella sacó la cabeza por la ventanilla para enterarse de lo que sucedía y pudo ver, con el don de la oportunidad, cómo el personal de la casa desplegaba en el balcón central una bandera de colores rojo, amarillo y morado. Constancia y el taxista salieron del coche y se mezclaron con la multitud, que no paraba de crecer. En el resto de nobles edificios públicos que rodean la fuente de la diosa griega, descendían las banderas monárquicas y "entre aplausos frenéticos de la muchedumbre" se alzaba la tricolor. En esa tarde "clara y magnífica", escribe Pla, "una gran cantidad de gente, más bien pasmada, mira la bandera izada". Podría haber llovido, algo plausible un 14 de abril en Madrid, pero que se recuerde siempre con tanta viveza el clima de aquel día tiene que ver, para algunas historiadoras, con la identificación del sol como símbolo de luz, renacimiento y sabiduría, una escenografía entusiasta para el apasionante momento histórico que oficialmente se decretaba aquel día.

Constancia, que vivía arrullada por el mundo de la alta burguesía del barrio de Salamanca, nieta de ministros, emparentada con los Maura —conservadores hombres de gobierno—, casada con un antirrepublicano, gracias a la República se desclasó como pudo y se divorció en cuanto pudo, aprovechando la primera ley que lo permitió en España, poco menos de un año después de la soleada mañana. La Segunda República fue un periodo de cambios significativos para la vida de las mujeres, tanto en el ámbito público como el privado, en la cuestión del acceso a la igualdad legal y a la ciudadanía política. Pero "debido a lo corto del periodo y a la lentitud con la que cambian las mentalidades y las relaciones de género", según afirma la profesora de la Universidad de Valencia Vicenta Verdugo, no dio tiempo a que estas transformaciones llegaran a todas las mujeres. Entre mayo de 1931 y el verano de 1933, el Gobierno socialista promulgó 17 textos legales que hacían referencia específica a la igualdad entre hombres y mujeres y los derechos cívicos de estas, aunque encontrarían limitaciones posteriores en la práctica.

Lo que aparece en los años 30 es una élite femenina que ha podido disfrutar de estudios superiores, desde el 8 de marzo de 1910 las mujeres estaban autorizadas para matricularse en las universidades públicas. Son cultas, críticas, muchas de ellas feministas y transgresoras. No surgen de la nada: vienen del intenso asociacionismo anterior, como la Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME), creada ya en 1918 por la directiva y concejala María Espinosa de los Monteros y la periodista y enfermera —conservadora y católica— Consuelo González Ramos para luchar por el sufragio femenino, la educación y el trabajo digno. La Unión de las Mujeres de España, presidida por la marquesa Lilly Rose Schenrich o la valenciana Liga Española para el Progreso de la Mujer, presidida por Ana Carvia Bernal, se constituyeron también en la década de los diez. En el manifiesto fundacional de la ANME ya llamaban a "la unión de todas las mujeres para formar un partido feminista capaz de imponer el debido respeto a nuestros ideales". "El feminismo de hoy —explica la profesora de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III Rosario Ruiz Franco—  es deudor no solo del de la Segunda República sino de todas aquellas iniciativas, propuestas y reivindicaciones históricas anteriores. Durante la Segunda República lo que ocurre es que el contexto histórico favorece que se concreten demandas e impulsen medidas".

Esta élite femenina intelectual, muy presente en la opinión pública, estaba ligada al institucionismo, un proyecto pedagógico que tuvo en la Institución Libre de Enseñanza su máxima expresión. Formaba parte de él la Residencia Internacional de Señoritas, creada por  la Junta de Ampliación de Estudios, que ayudaba a los universitarios a estudiar fuera de España, como un Erasmus de la época. Estaba dirigida por María de Maeztu, quien había tenido una formación universitaria tanto en España como en el extranjero, de donde se trajo la idea del ‘college’ anglosajón. Por la Residencia pasaron las abogadas Victoria Kent y Clara Campoamor, la escritora Margarita Nelken, las pintoras Maruja Mallo y Deli Tejero, la periodista Josefina Carabias, la química Dorotea Barnés González o la meteoróloga Felisa Martín Bravo, por citar solo algunas de las muchas mujeres destacadas que convivieron compartiendo una educación integral que definió el espíritu del momento. De Maeztu dirigía también el Lyceum Club Femenino desde 1926, un espacio de libertad, encuentro y discusión del que formaban parte algunas de las anteriores y muchas otras intelectuales del momento, como María Zambrano, Carmen Conde, Elena Fortún, Ernestina de Champourcin, Zenobia Camprubí o Rosa Chacel.

Tres de esas mujeres residentes se convirtieron en las tres primeras diputadas de las Cortes en España: Kent, Campoamor y Nelken, elegidas gracias al derecho de sufragio pasivo pero en unas elecciones con sufragio universal únicamente masculino. El Congreso constituyente del que formaron parte tuvo la encomienda de aprobar o no el derecho al voto para las mujeres. Es conocida la opinión contraria de Victoria Kent: "creo que no es el momento de otorgar el voto a la mujer española", dijo dirigiéndose a sus señorías, "no es cuestión de capacidad, es cuestión de oportunidad", defendiendo por parte del Partido Radical Socialista una estrategia política por el miedo a que las mujeres volcaran su voto hacia las derechas. Al poco, Alcalá-Zamora le dio un cargo en su Gobierno Provisional, ejerciendo durante un año la Dirección General de Prisiones, materializando así el proyecto de humanización de las insalubres cárceles españolas que ya había iniciado Concepción Arenal. Desarmando el pensamiento en clave electoral de Kent, Campoamor le contestó que no dar el voto a las mujeres sería "un gravísimo error político" y que ella había constatado cómo los mítines congregaban a más mujeres que a hombres. Tras el intenso debate político, las Cortes aprobaron el sufragio activo universal por 161 votos a favor, pero con 121 en contra y 188 abstenciones. Dos años después, las derechas ganaban en las elecciones de 1933. La historiografía posterior adjudicó a la participación electoral —y en particular su abstención— de las mujeres el triunfo de la derecha y no fue hasta el año 2000 que estudios más rigurosos analizaron el comportamiento por sexos y concluyeron que la izquierda hubiera perdido aunque las mujeres no hubieran votado. Ideologías aparte, el reconocimiento del derecho a voto de las mujeres no supuso, en cualquier caso, ni su plena integración en la vida política ni la consecución de la igualdad real, sino un primer paso truncado por culpa de la sublevación militar y la dictadura posterior.

En el mundo laboral, lo que realmente representó un revulsivo no fue la presencia de una amplia mayoría de mujeres trabajadoras de las clases populares, porque ya existía de antes; la novedad fue la incorporación de las mujeres de clases medias al sector servicios, un acontecimiento que según explica Verdugo en su conferencia ‘La República de las mujeres’, suscitó la opinión entre el sector conservador de que "tendría consecuencias funestas como la desaparición de la familia y la pérdida de la feminidad".

El reconocimiento del derecho al voto no supuso la plena integración de las mujeres en la vida política ni la consecución de la igualdad real

Según las estadísticas oficiales, que por supuesto no visualizan, al igual que hoy en día, la ingente cantidad de trabajo sumergido, en especial en el servicio doméstico, tenían un empleo remunerado solo el 9% de la población femenina. En general, las mujeres suponían el 12% del total de trabajadores y trabajadoras, que en su gran mayoría realizaban el trabajo productivo fuera del hogar y el reproductivo dentro. Las condiciones laborales eran peores para las mujeres que para los hombres. Aunque en 1931 se estableció la jornada laboral de ocho horas, esta tenía algunas excepciones, como por ejemplo en el trabajo doméstico. Y, por supuesto, los salarios también eran inferiores, pues las mujeres ocuparon primero los empleos no cualificados. Otro de los avances del Gobierno Provisional fue el seguro de maternidad. Isabel Oyarzábal, candidata socialista a las cortes, periodista y primera mujer inspectora de trabajo en España, fue de las que lo defendió firmemente, así como la UGT. He ahí otra de las desinformaciones habituales sobre la Segunda República: las mujeres no se sindicaron. No es así, en el año 32 la UGT vio un notable incremento de afiliadas, en parte debido a la efectiva propaganda sobre el seguro de maternidad; en ese año eran casi 42 mil las ugetistas y el sindicato había visto subir sus inscripciones de 277.000 a casi un millón en el primer año de la República.

Mientras se normalizaba la presencia femenina en la esfera pública, la sociedad se preguntaba cómo debería ser una mujer, qué es ser una mujer. El Gobierno podía laicizar las relaciones familiares pero el patriarcado tiene sus propios tiempos y maneras. Para Rosario Ruiz es "el ámbito privado y la vida cotidiana la gran desconocida" en los estudios sobre la historia de las mujeres en la Segunda República —o historia de las relaciones de género, como prefiere llamarla la profesora Luz Sanfeliú—, "por dos razones: la falta o dificultad de las fuentes y el interés prioritario por lo público y la participación política como novedoso de esa época". El cuestionamiento amoroso es otro pequeño paso en la emancipación de las mujeres de los años 30. Desde el "amor plural" enraizado en el anarquismo y que ya había propuesto Teresa Claramunt, como una predefinición del poliamor, a la discusión en torno a una nueva idea de maternidad como la que expuso públicamente la anarquista Lucía Sánchez Saornil: "antes que la madre, debe estar la mujer".

El debate sobre los entornos no mixtos ya estaba sobre la mesa durante la Segunda República. Mientras Federica Montseny era contraria a ellos, la poeta, activista y empleada de Telefónica Sánchez Saornil se separó de la CNT para crear la muy reivindicada —en la actualidad— asociación y revista Mujeres Libres, que alcanzaría las 20.000 afiliadas tras la sublevación militar. Saornil, junto a la abogada Mercedes Comaposada y la médica Amparo Poch, recogieron el legado cultural del movimiento libertario y lo reformularon para abordar el tema central de la autonomía de las mujeres. Saornil fue expulsada de la Compañía Telefónica por sus actividades anarcosindicalistas en 1931, puesto que fue una de las impulsoras de las huelgas que tuvieron lugar en la empresa en los años anteriores. A partir de ahí, se dedicó a la militancia, a la lucha de clase con una decidida defensa de la emancipación femenina, diseñando espacios para la capacitación laboral, y la organización de las mujeres de la clase obrera.

La disidencia política y sexual

La reconocida historiadora de origen irlandés Mary Nash se ha dedicado a estudiar a las mujeres de este periodo durante toda su carrera. De muy joven, en los años 70, localizó la documentación de Mujeres Libres en un infierno, las salas donde se escondían los materiales prohibidos por el franquismo. A partir de ahí, tuvo la oportunidad de entrevistarse con algunas de las mujeres que habían participado en esta organización feminista. Tuvo que ser el lenguaje corporal de ellas, y no la palabra, lo que le dio a entender cuál era la orientación sexual de Lucía Sánchez Saornil. El lesbianismo era un tema absolutamente tabú. Desde 1919, Lucía publicaba poemas en las mejores revistas de la vanguardia literaria, en los que hablaba del deseo sexual lésbico, pero lo hacía oculta tras el pseudónimo masculino Luciano de San-Saor. No era raro que las escritoras de la época se escondieran tras la máscara de la masculinidad, como María de la O. Lejárraga tras la creación teatral firmada con el nombre de su esposo, Gregorio Martínez Sierra. La investigadora Laura Vicente, experta en Mujeres Libres, dice que Lucía nunca ocultó su lesbianismo ni la relación con su pareja, América Barroso, en la organización que dirigía. Aunque el silencio sobre ello se impuso hasta los años 80, porque la historia de las lesbianas está "marcada por los silencios, la marginación y los eufemismos" como dice María Jesús Fariña, profesora de la Universidade de Vigo. Una de las socias del Lyceum madrileño fue la escenógrafa Victorina Durán, quien dejó constancia del Círculo Sáfico, un grupo de lesbianas entre las que estaba Victoria Kent, quien a diferencia de Victorina ocultaba su orientación celosamente, y la propia María de Maeztu, a quien se suponía amante de la chilena Gabriela Mistral. Ni siquiera en tiempos de la República es fácil la disidencia sexual para las mujeres: "en general la mirada sobre la homosexualidad en esos años ya era complicada y desfavorable, no se veía con normalidad, a pesar de los círculos modernos y liberales como el del Lyceum Club", explica Luz Sanfeliú. Victoria Kent y el socialista Luis Jiménez de Asúa impulsaron que en la reforma del Código Penal de 1932 se eliminara la homosexualidad como agravante de la delincuencia. Un año después, la Ley de Vagos y Maleantes eliminó las relaciones entre personas del mismo sexo como delito, excepto entre militares.

Quienes siguieron siendo consideradas criminales fueron las prostitutas. Las fuerzas políticas y sociales más progresistas del momento eran abolicionistas. En los primeros meses de República se sustituyó el Patronato para la Trata de Blancas por el de la Protección de la Mujer. "La ley no puede reglamentar un vicio", declamó Clara Campoamor en el hemiciclo durante el debate sobre la abolición de la reglamentación de la prostitución, que imperaba en España desde mediados del siglo XIX. Para la diputada, uno de los argumentos era que “las víctimas de la prostitución son, en un 80 por ciento, mujeres menores de edad" y carecía de sentido ser garantistas con la protección del menor por un lado y, por otro, permitir que ejercieran trabajo sexual. Finalmente, la abolición se consumó en 1935 aunque la República procuró defender los derechos de las prostitutas suavizando durante ese tiempo "el sesgo misógino de la reglamentación", como señala la profesora de la Universidad Rey Juan Carlos Mercede Rivas: eliminando la prohibición de las mujeres prostitutas de frecuentar espacios públicos y la inscripción forzosa en el registro de las prostitutas, así como el desarrollo de numerosos programas sanitarios de difusión de propaganda antivenérea y de educación sexual.

La genealogía —la fuerza de tiempos pasados con la que los seres colectivos dominamos nuestro presente— es importantísima para entender la mirada que desde hoy tenemos a la historia de las mujeres y en especial a la exhaustiva atención que se le ha puesto para reparar los olvidos históricos de este periodo del siglo XX. Aunque no está todo dicho. Para Luz Sanfeliú, "ningún periodo está nunca suficientemente estudiado. Hay mucho aún por conocer del siglo XX y, por supuesto, de la Historia de las Relaciones de Género (que comprende un análisis de los contextos, de las ideologías, de las identidades masculinas y femeninas, de todo el aparataje cultural, símbolos, imágenes, ritos, etc). Hay millones de mujeres que se implicaron en la construcción de su tiempo, también mujeres obreras o de clases populares, de las que estamos ahora empezando a saber alguna cosa".

dimarts, 28 de desembre del 2021

La huella más familiar de Ramón Acín en fotografías conservadas por sus hijas tras su fusilamiento en 1936.

 https://www.eldiario.es/aragon/huella-familiar-ramon-acin-fotografias-conservadas-hijas-fusilamiento-1936_1_8613851.html


Ramón Acín y su familia en una de las fotografías que componen la exposición 'El Cajón de las Fotos’


La huella infinita de Ramón Acín en su Huesca natal, donde fue maestro y artista hasta su fusilamiento en los inicios de la Guerra Civil, se sigue expandiendo en nuestros días. Ahora, a través de la vertiente más íntima y familiar a través de la muestra ‘El Cajón de las Fotos’, que recoge fotografías de la familia, de Ramón y de su esposa Conchita Monrás que las hijas, Katia y Sol Acín, conservaron tras el fusilamiento de sus padres en 1936. La exposición, organizada por el Ayuntamiento de Huesca con la colaboración de la Fundación Ramón y Katia Acín y la Fundación Ibercaja, estará abierta hasta el 21 de enero en el Centro Ibercaja Huesca-Palacio Villahermosa.

Ricardo Compairé, el 'retratista' del Alto Aragón que se paseaba por el Pirineo con un equipo fotográfico de 40 kilos

Ricardo Compairé, el 'retratista' del Alto Aragón que se paseaba por el Pirineo con un equipo fotográfico de 40 kilos

No se trata de un fondo de fototeca de un material profesional sino de un fondo privado, que fue principalmente generado y recolectado por sus más allegados. Las fotos provienen de cajas, bolsas, de amigos de la familia. La mayoría de anónima autoría, pero también hay imágenes de fotógrafos locales como Ricardo Compairé. Con esta muestra, modesta en su montaje pero intensa en sus vivencias, se ofrece a los visitantes fragmentos del calor de unas vidas, cortas pero vividas con libertad.

Como señalan desde la Fundación Ramón y Katia Acín, sintetizar la figura de Ramón Acín "es asunto difícil". Su vida forja la trayectoria de un humanista nacido a finales del siglo XIX, con una extensa cultura y una particular forma de ver el arte. El humanista y polígrafo Acín dedicó su vida a la renovación pedagógica y construyó una vida y una práctica coherente en todos sus ámbitos. El personal, el pedagógico o el artístico se entremezclan en sus actuaciones, en sus obras, en sus escritos periodísticos y en su intensa labor anarcosindicalista.

"Dirigente de la CNT oscense, con una proyección que le llevó al exilio tras la frustrada Sublevación de Jaca, no era un político al uso. Su amplio trabajo pedagógico no se redujo al ámbito escolar. Creía que la sociedad sería más libre con más cultura y con unos medios de supervivencia que humanizaran la vida de la clase trabajadora. Los intolerantes sabían que en la pedagogía, en la libertad de pensamiento y de actuación, estaba su enemigo. Por eso fue uno de los primeros asesinados en Huesca tras la sublevación fascista de 1936", explican desde la Fundación.

La mayoría de la colección es "de anónima autoría", añaden estas fuentes. "Quizá pudieran ser de Ramón, otras de Conchita, de amistades. No se sabe. Unas pocas son de cualificados fotógrafos como el amigo Ricardo Compairé. Esas mismas fotos en manos de Compairé gozaron de buen resguardo y hoy están mejoradas en la indispensable Fototeca de la Diputación de Huesca. Pero no hemos querido acudir a ellas, sino a las copias de la familia Acín".

"Aunque hemos restaurado en algunos casos problemas muy graves y corregido mínimamente en casi todo, hemos mantenido la unidad de un criterio innegociable. Son las fotos que tenía la familia en su casa, que ofrecemos a las personas visitantes que quieran sentir fragmentos del calor de unas vidas, cortas pero vividas con la savia de la libertad", añaden.

La muestra se abrió el 22 de diciembre, una fecha simbólica en la vida de Ramón Acín. Ese mismo día de 1932 fue uno de los oscenses agraciados con el Gordo de la lotería, lo que posibilitó la película de Buñuel sobre las Hurdes que Acín financió. Su influencia trasciende el tiempo y está muy presente en la ciudad. La imagen más representativa y perdurable, la escultura Fuente de Las Pajaritas instalada en el Parque Miguel Servet de Huesca desde 1928. Desde la década de los 90, el ateneo libertario de la capital oscense lleva su nombre. En el año 2005, la CNT de Huesca le homenajeó con una placa conmemorativa en su domicilio situado en la calle Las Cortes número 3, conocido como la Casa Ena. El Museo Pedagógico de Aragón dedica una sección de su muestra permanente a Ramón Acín y sus proyectos pedagógicos. Y aparece como personaje en el cómic ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’, de Fermín Solís, y en su adaptación cinematográfica homónima.

La familia Acín Monrás ha sido reivindicada desde la memoria. También desde el arte y la cultura que contribuyeron a propagar durante las primeras décadas del siglo XX en Huesca, antes de que Ramón Acín y Conchita Monrás fuesen asesinados en los primeros días de la Guerra Civil. En un espacio de poco más de dos semanas dejaron huérfanas a Katia, nacida en 1923, y Sol, que llegó al mundo dos años más tarde. Ambas, apegadas al legado familiar, se expresaron vital y artísticamente con el humanismo y la sensibilidad heredados de sus padres. Sol falleció en 1998 y Katia lo haría en 2004 tras dejar poso en la poesía y el arte, respectivamente.

La Fundación Ramón y Katia Acín surgió como idea en el año 2005, al poco tiempo de fallecer Katia. Era una idea de las hijas e hijos de Katia que fue tomando cuerpo y que acabó cristalizando en el verano de 2007, cuando se constituyó formalmente. Tras la iniciativa de crear la Fundación está la voluntad de los descendientes de Ramón y de Katia por mantener vivo el espíritu y el recuerdo de estas figuras excepcionales. La Fundación asume también la responsabilidad de la promoción, gestión y autentificación de la importante obra gráfica de Katia.