dissabte, 21 de desembre del 2019

Castelló de la Plana entrega a la seua família les restes de la primera víctima identificada en les exhumacions.


https://www.diarilaveu.com/castello-de-la-plana-entrega-a-la-seua-familia-les-restes-de-la-primera-victima-identificada-en-les-exhumacions



Enguany s'ha realitzat la primera campanya d'exhumacions impulsada per la Regidoria de Memòria i el Grup per la Recerca de la Memòria Històrica, en la qual s'han recuperat 13 cossos.
20 desembre 2019 18:32h
Es tracta de les restes de Rafael Prades Trueba. / EP
VALÈNCIA (EP). L'Ajuntament de Castelló de la Plana ha fet lliurament aquest divendres a la seua família de les restes de la primera víctima del franquisme identificada en les exhumacions. Es tracta de Rafael Prades Trueba els nets del qual han acudit aquest divendres al cementeri civil per a recollir les restes del seu avi i donar-li una sepultura "digna".

L'alcaldessa, Amparo Marco, i la regidora de Memòria Democràtica, Verònica Ruiz, han realitzat aquest lliurament a la família durant un emotiu acte en el qual han estat també representants del Grup per la Recerca de la Memòria Històrica; l'arqueòleg i director de les excavacions, Miguel Mezquida, i altres membres de l'equip de govern. Així mateix, familiars d'altres represaliades pendents d'identificar també han volgut estar presents en la trobada, segons ha informat l'Ajuntament en un comunicat.

"La democràcia té un deute pendent amb els homes i dones que van patir durant quatre dècades l'atrocitat del franquisme", ha manifestat Marco, qui ha afegit que, aquest divendres, l'Ajuntament de Castelló "ha ajudat a retornar la dignitat a una de les famílies víctimes de la repressió". "La nostra és una tasca de decència, de solvència democràtica, de llibertat, de passat i de futur", ha dit.

Per part seua, la Verònica Ruiz ha destacat "la transcendència d'aquest lliurament per a la família, però també per a la ciutat de Castelló i per a la societat en general". Tal com ha afirmat, gràcies al treball de recerca i identificació de les víctimes, es pot començar a "tancar ferides del passat". La regidora s'ha compromés a continuar treballant per a "aportar llum" a aquest període tan "fosc" de la història, "un objectiu que per a l'equip de govern de Castelló ha sigut prioritari des del principi".

Les restes de Rafel Prades Trueba van ser trobats en la fila 1, sepultura 8 del cementeri civil de Castelló i van ser recuperats per l'equip de Mezquida entre el 20 i el 21 de novembre del 2018. Enguany es va realitzar la primera campanya de les exhumacions impulsades per la regidoria que dirigeix Ruiz i el Grup per la Recerca, en la qual es van recuperar 13 cossos.

Treballs
Els treballs van ser represos de nou pel consistori al setembre d'enguany i en aquesta segona intervenció han sigut trobades les restes de 18 persones afusellades entre abril i maig del 1940. La troballa d'efectes personals, com ara un anell, calçat específic o munició, pot facilitar la identificació de les restes, encara que seran les proves genètiques les que en determinaran la identitat oficialment.

dimecres, 18 de desembre del 2019

Despedirse de la familia con un mensaje escrito en una cajetilla de tabaco.


https://elpais.com/politica/2019/12/16/actualidad/1576526581_867109.html


'Pequeñas cosas' muestra objetos aparentemente insignificantes guardados durante años como tesoros por familiares de víctimas del franquismo



Mensaje de despedida de Vicente Verdejo a su mujer escrito en la cárcel de Valdepeñas antes de ser fusilado el 29 de octubre de 1940
Guardar una cajetilla de tabaco durante 80 años porque en el reverso del cartón está escrita la despedida de un hombre, Vicente Verdejo, que sabe que ha fumado su último cigarrillo y dado su último abrazo: “Carmen, cojo el lapicero para despedirme de ti y de nuestros hijos, mi Gregorio y mi Vicentita. Muero acordándome de ti. Has sido muy buena, no te mereces lo que estás sufriendo. Ten resignación y paciencia. Recibe todo el cariño de este que hasta la muerte te está queriendo”. Conservar durante décadas un pañuelo con manchas de sangre porque contiene las pertenencias que acompañaron a Heliodoro Meneses el día de su fusilamiento: papel de arroz, una caja de cerillas, un pedazo de lápiz, una goma de borrar y una horquilla. Un grupo de investigadores de la UNED ha dedicado diez años a buscar en hogares de toda España “los objetos que guardaron una memoria perseguida” y que se muestran ahora en una exposición itinerante, desde este mes en Madrid, y durante 2020 en distintas sedes de la Universidad a Distancia. Se titula Las pequeñas cosas y explica por qué para quienes las custodiaron desde el franquismo hasta hoy son grandes tesoros.
Durante años esos objetos fueron una forma de resistencia: guardarlos significaba rebelarse contra quien intentó hacer desaparecer a sus dueños arrojándolos a fosas comunes, enterramientos clandestinos. Con el tiempo sirvieron, además, para recordarles con orgullo y hablar de ellos a quienes no conocieron los efectos de su ausencia.

Vicente Verdejo, el hombre que abrió una cajetilla de tabaco para despedirse de su familia, fue fusilado el 29 de octubre de 1940. Gregorio tenía entonces seis años y Vicentita, dos. “Mi hermano empezó a trabajar antes de echar los dientes. No debía tener más de ocho o nueve años. Pasábamos un hambre...”, recordaba ella.
Un primo de Heliodoro Meneses llegó a presenciar su fusilamiento. Cuando los cuerpos quedaron abandonados, a la espera de echarlos a la fosa común, se acercó y extrajo del bolsillo del cadáver todo lo que tenía. La familia lo guardó en ese pañuelo a modo de cofre que se expone ahora en Las pequeñas cosas.
“Es una exposición llena de arrugas, de costuras, de recortes… pequeñas cosas que nos permiten mirar y comprender el pasado de este país”, explica el antropólogo Jorge Moreno, uno de los comisarios de la muestra y autor de El duelo revelado. “Son fotografías, escritos y objetos que conservan en sus dobleces la forma exacta de una memoria que tuvo que coserse, recortarse o susurrarse para poder sobrevivir”, añade.
Pañuelo con las pequeñas cosas que Heliodoro Meneses llevaba en el bolsillo el día de su fusilamiento: una cajetilla de tabaco, unas cerillas, un trozo de lápiz, una goma de borrar y una horquilla.
Pañuelo con las pequeñas cosas que Heliodoro Meneses llevaba en el bolsillo el día de su fusilamiento: una cajetilla de tabaco, unas cerillas, un trozo de lápiz, una goma de borrar y una horquilla.

Prohibido llamarse Libertad

La exhibición muestra piezas vinculadas a presos, fusilados y exiliados conservadas, sobre todo, en casas particulares, pero también en archivos institucionales. Así, en el expediente del juicio sumarísimo de Rufina Delgado, los investigadores encontraron, por ejemplo, una cuartilla manuscrita con una versión subversiva del Cara al sol. Y en el Registro Civil, un nombre tachado, "Libertad", y su sustituto, "Máxima", en cumplimiento de una orden de 1939 por la que el franquismo exigió a los padres que cambiasen, en un plazo de 60 días, “nombres exóticos o extravagantes” por estar vinculados a la izquierda, como Libertad o Germinal. Superado el plazo de dos meses, se ordenaba al encargado del registro imponer el nombre del santo del día o el de un santo venerado en la localidad.
En el caso de los exiliados, la muestra exhibe también objetos aparentemente insignificantes que, en la nueva vida, a miles de kilómetros, tenían un efecto reconfortante, como las pequeñas piedras de carbón que Alejandro Trapero, minero de Puertollano, se llevó a Francia. Las tenía expuestas en el centro del salón de su casa francesa.
La muestra exhibe también una carta en la que Anastasio Godoy pide desde la cárcel a su familia que venda un armario para comprar sellos y papel con los que poder continuar escribiéndose. Entonces, esa correspondencia era una forma de seguir en contacto. Hoy es un tesoro.
"Las pequeñas cosas" se expone en el centro Escuelas Pías de UNED-Madrid hasta el 8 de enero. A partir de entonces puede consultar el itinerario de la muestra en mapasdememoria.com.
Abarcas halladas en la exhumación de una fosa común en Fontanosas (Ciudad Real), en 2006.
Abarcas halladas en la exhumación de una fosa común en Fontanosas (Ciudad Real), en 2006. ÓSCAR RODRÍGUEZ
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dilluns, 16 de desembre del 2019

"Como no están los hijos, matamos a las madres": así fueron los fusilamientos franquistas por "sustitución" en Andalucía.


https://www.eldiario.es/andalucia/granada/asesinadas-franquistas-sustitucion-Pinos-Genil-memoria_0_968353492.html


"Como no están los hijos y hay que escarmentar a estos rojos, matamos a las madres". Bajo este silogismo criminal actuaron también los golpistas al mando de Franco y Queipo de Llano en Andalucía. Un rastro de barbarie que tiene ejemplo en Pinos Genil (Granada): en la tierra del cementerio ha sido localizada la fosa común donde fueron arrojadas siete mujeres y siete hombres, familiares directos de personas de izquierdas.
El 13 de septiembre de 1936 los rebeldes eligieron a quiénes iban a quitar la vida a tiros. Francisca Esperidón, con 70 años. Serafina Benavente, con 64. María Molina y Brígida Romero, 50. Francisca Ruiz y Filomena González, 46. Y María LópezDomingo García (55), Rafael García (41), Francisco Lupión y otros cuatro "desconocidos".
Todos ejecutados "en sustitución" de hijos, compañeros, hermanos… de alcaldes, concejales, sindicalistas, socialistas y miembros del Frente Popular que habían dejado atrás su localidad de residencia, Güéjar Sierra, para firmar con la huida el trágico destino que el fascismo español dibujó en sus casas.
La intervención arqueológica ha conseguido exhumar a cuatro víctimas. El resto de la fosa ha desaparecido bajo la acción de enterramientos posteriores. Pero los familiares están en vías de cerrar una herida que atraviesa varias generaciones. Es la huella de la Memoria. Están en vías de cerrar el duelo. Y porque ya nadie puede decir que esa fosa no existía.
Los trabajos han sido financiados por el Ministerio de Justicia del Gobierno de España, como en Nerva (Huelva), El Puerto de Santa María (Cádiz), Écija y Utrera (Sevilla). La Junta de Andalucía gobernada por PP y Ciudadanos con el socio externo de la extrema derecha de Vox todavía no ha sufragado ninguna nueva búsqueda en una tierra que suma al menos 45.566 desaparecidos forzados en 708 fosas comunes, según el Mapa de Fosas.
Familiares de las víctimas de Güéjar Sierra (Granada) asesinadas y enterradas en Pinos Genil. | JUAN MIGUEL BAQUERO
Familiares de las víctimas de Güéjar Sierra (Granada) asesinadas y enterradas en Pinos Genil. | JUAN MIGUEL BAQUERO

Crímenes políticos contra mujeres

"A mi abuela la matan porque era madre de uno que iban buscando, un hijo que era más sobresalido, Miguel, y como no lo pudieron coger a él, la cogieron a ella", cuenta a eldiario.es Andalucía, y a pie de fosa, Mari Carmen Gómez Rodríguez (80 años). Su abuela era Francisca Esperidón, "la mayor del grupo". Los golpistas se la llevaron, dice, "en la puerta de su casa". Y hasta hoy.
Las siete mujeres y otros tantos hombres fueron subidos a un camión dos meses después del golpe de Estado y después de dos semanas encarcelados en el Ayuntamiento de Güéjar Sierra. El grupo había sido detenido por guardias civiles sublevados contra la democracia de la Segunda República. 83 años después, Mari Carmen entra a la zona de la fosa sostenida del brazo de un Guardia Civil. Otros tiempos.
Un agente de la Guardia Civil, junto a la fosa común de Pinos Genil. | JUAN MIGUEL BAQUERO
Un agente de la Guardia Civil, junto a la fosa común de Pinos Genil. | JUAN MIGUEL BAQUERO
Los crímenes políticos ocurridos en Pinos Genil son otro episodio más del genocidio fundacional del franquismo. Y de la doble represión de la que fueron víctimas las mujeres. Dionisio García, nieto de Brígida Romero, explica: "Mi abuela tenía dos hijos aparte de mi madre, eran de la UGT". Pero "no pudieron cogerlos". Y fueron a por ella.
"Llegamos aquí por el relato de la hija de una de las fallecidas", dice el presidente de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, Rafael Gil. Refiera a Antonia Soto (99 años), hija de Francisca Ruiz. Antonia vio a su madre subida al camión que la llevaba a la muerte.
Al final del trayecto, las mujeres fueron ejecutadas en la puerta del camposanto. Los hombres, dentro. Y un puñado de vecinos del lugar fue obligado a cavar la tumba colectiva en una zona que se mantuvo leal a la República rodeando a la capital, en manos de los rebeldes. Algunas familias, cuando regresaron al pueblo, comprobaron cómo sus casas y pertenencias estaban en manos de adeptos a la dictadura de Franco.

Tercera fosa con más mujeres en Granada

Los distintos testimonios recopilados han confirmado que la fosa común con "las 14 personas que fueron dramáticamente fusiladas" está "a siete pasos de la entrada del cementerio antiguo". "Es la primera exhumación en Granada en los últimos años", destaca Silvia González, vocal de familias del colectivo memorialista granadino.
Víctimas y miembros de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica en la fosa común de Pinos Genil (Granada). | JUAN MIGUEL BAQUERO
Víctimas y miembros de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica en la fosa común de Pinos Genil (Granada). | JUAN MIGUEL BAQUERO
"Y la tercera fosa con más mujeres en Granada después de la capital y la de Víznar", continúa. "Mujeres que eran madres, hijas, hermanas o compañeras de personas relacionadas con la sociedad obrera y la política local, tanto de Izquierda Republicana como del PSOE, como familiares de tres concejales o la madre del alcalde de Güéjar Sierra", añade.
En la fosa, rota por la dinámica de uso del cementerio, han aparecido restos óseos de cuatro personas. Son mujeres y hombres. "A nivel de inspección arqueoforense en superficie ya presentan indicios de violencia", confirma a este medio el director científico de la intervención y profesor titular de Arqueología de la Universidad de Granada, Francisco Carrión.
Las 14 víctimas desaparecidas están "enterradas ilegalmente junto a la entrada del cementerio de Pinos Genil". Algunas tumbas abiertas "en los años 60 y 70", sepulturas que rompieron "la fosa original" provocando la pérdida de "material óseo" y desperdigando huesos y pruebas de muerte violenta. Pero sirve el trabajo y la localización de la fosa para que los familiares tengan la certeza de que allí fueron enterradas las víctimas y que, en el futuro, un mausoleo acogerá los restos óseos acompañados de todos los nombres: como Francisca, Serafina, María, Brígida, Filomena, Domingo, Rafael y Francisco.