dilluns, 31 d’agost del 2020

Los otros camaradas.

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Los otros camaradas. El PCE en los orígenes del franquismo (1939-1945)Carlos Fernández RodríguezPrensas de la Universidad de Zaragoza
Con una inmensa y muy detallada documentación, Carlos Fernández Rodríguez recorre en su libro Los otros camaradas (*) el período entre 1939 y 1945 cuando los comunistas se enfrentaron a la feroz represión de la dictadura franquista intentando organizar el PCE en la clandestinidad.

Su investigación es un homenaje a “los miles de militantes de base, desconocidos y anónimos para la mayor parte de sus propios dirigentes, que combatieron a la dictadura”.

Nos recuerda el historiador que “desde antes de que terminara el conflicto, algunos dirigentes comunistas establecieron las bases de cómo tenía que ser la reorganización del PCE y su actividad política en condiciones de clandestinidad. Una de las misiones fue la formación de militantes que se fueran familiarizando con el trabajo clandestino. Desde los primeros momentos de la posguerra, se empezaron a crear pequeñas células y grupos de comunistas con la idea de que tenían que hacer algo para reorganizar el PCE y crear un frente común contra la dictadura franquista. En la primera clandestinidad, ante la salida hacia el exilio de los principales dirigentes del Buró Político y del Comité Central, los militantes que se quedaron, ayudándose unos a otros, sentaron las bases para la reorganización del PCE y de las JSU. Uno de los principales objetivos marcados desde el inicio de la formación de los grupos comunistas clandestinos tras la finalización de la guerra civil, aparte de las labores de propaganda y de captación de militantes, fueron los trabajos de ayuda a los presos y a sus familiares realizados en muchas ocasiones por mujeres organizadas en los comités de ayuda a los reclusos de las cárceles franquistas”.

Carlos Fernández Rodríguez, Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, es autor también de MADRID CLANDESTINO. La reestructuración del PCE entre 1939 y 1945 (2002).

En su nuevo libro, los protagonistas son los militantes menos conocidos, acosados por la represión de la dictadura (incluyendo a los infiltrados y a los confidentes) y sometidos a las limitaciones condicionadas por las dificultades de comunicación y entendimiento entre los dirigentes del exilio (en México, Francia y la Unión Soviética) y la resistencia del interior.

Es un libro para el conocimiento.

No sólo sobre el tremendo esfuerzo personal y colectivo de los anónimos clandestinos sino también en torno a las características de una organización muy a menudo casi imposible. Destaca en este sentido la importancia que tuvo el aparato de agitación y propaganda, “ocupando un lugar decisivo para todas las direcciones que se fueron dando desde el final de la guerra civil”.

En la documentación acumulada, se incluyen informes internos que establecen en 7.000 la cantidad de militantes en 1944, 2.000 en Madrid.

Y es un libro para el debate.

Proporciona mucha información sobre Heriberto Quiñones, Jesús Monzón y Juan Comorera, que no dejaron de ser traidores hasta 1986 cuando pasaron a ser heroicos luchadores por la libertad.

Y plantea la necesidad de repasar si fue adecuada la preparación para el descenso a la clandestinidad, por qué se produjeron las disputas entre las direcciones del exterior y del interior y cuantos errores se cometieron desde fuera por no conocer bien la situación dentro de España.

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(*) LOS OTROS CAMARADAS. El PCE en los orígenes del franquismo (1939/1945) . Carlos Fernández Rodríguez. Prensas de la Universidad de Zaragoza (2020). Recomendable es también la lectura de LOS AÑOS DE PLOMO. La reconstrucción del PCE bajo el primer franquismo (1939/1953) . Fernando Hernández Sánchez. Editorial Crítica (2015).

El Govern inicia las tareas de exhumación de la fosa de Bunyola en busca de una quincena de víctimas.

https://www.lavanguardia.com/local/baleares/20200829/483161138915/el-govern-inicia-las-tareas-de-exhumacion-de-la-fosa-de-bunyola-en-busca-de-una-quincena-de-victimas.html



La Conselleria de Administraciones Públicas y Modernización, a través de la Secretaría Autonómica de Memoria Democrática y Buen Gobierno, iniciará este lunes, 31 de agosto, las excavaciones en el cementerio municipal de Bunyola con el objetivo de localizar la fosa común donde fueron enterradas las 15 víctimas de la represión franquista, de las que se tiene constancia documental.


 
PALMA DE MALLORCA, 29 (EUROPA PRESS)
La Conselleria de Administraciones Públicas y Modernización, a través de la Secretaría Autonómica de Memoria Democrática y Buen Gobierno, iniciará este lunes, 31 de agosto, las excavaciones en el cementerio municipal de Bunyola con el objetivo de localizar la fosa común donde fueron enterradas las 15 víctimas de la represión franquista, de las que se tiene constancia documental.
Así se ha dado a conocer este sábado en un acto reducido para familiares en el que han participado la consellera de Administraciones Públicas y Modernización, Isabel Castro, el secretario autonómico de Memoria Democrática y Buen Gobierno, Jesús Jurado, el alcalde de Bunyola, Andreu Bujosa, el director general de Memoria Democrática, Marc Andreu Herrera, miembros de la Comisión Técnica de desaparecidos y fosas de las Illes Balears, el conseller insular de Cultura de Menorca, Miquel Àngel Maria y representantes de la empresa ATICS, encargada de la ejecución del segundo Plan de Fosas del Govern.
La previsión inicial es que la intervención en el cementerio de Bunyola se lleve a cabo entre los días 31 de agosto y 10 de septiembre de 2020.
La consellera de Administraciones Públicas y Modernización, Isabel Castro, ha destacado como la exhumación de fosas es "fundamental" para reparar la memoria de las víctimas y poder conocer la verdad de los hechos que sucedieron.
"Lo hemos visto en Sencelles, en Son Coletes y en Bunyola nos mueve el mismo objetivo: dar respuesta a las familias que nunca han dejado de buscar sus familiares desaparecidos", ha afirmado Castro.
En palabras del secretario autonómico de Memoria Democrática y Buen Gobierno, Jesús Jurado, las familias de las víctimas se merecen unas instituciones públicas que velen por los derechos humanos e impulsen la búsqueda de los asesinatos y desaparecidos.
Según ha explicado, en Bunyola se busca a 15 personas y se hará "todo lo posible" para encontrarlas pero, ha añadido, hay que ser "prudentes" porque el cementerio ha sufrido profundas modificaciones".
"Es obligación de los que ostentamos la responsabilidad política actual recuperar la historia y toda la información sobre las víctimas de la represión franquista", ha añadido el alcalde de Bunyola, Andreu Bujosa. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN
El Proyecto de intervención en el cementerio de Bunyola, presentado por ATICS en la Comisión técnica de desaparecidos y fosas de las Islas, propone realizar una serie de estudios en el subsuelo del cementerio y corroborar varias informaciones, tal y como ha expuesto el coordinador de este segundo Plan de Fosas, Cesc Busquets.
Se han establecido tres zonas de excavación: la zona 1 corresponde a la zona ajardinada -de 6,30 metros por 4,80 metros- que se excavará manualmente para evaluar la posibilidad de que se construyera un hoyo para albergar algunos de los asesinados en 1936.
La zona 2, que corresponde en su origen a una fosa común excavada en 1932, donde fueron enterrados 10 individuos a partir de la documentación del proyecto 'Todas las Causas' de la asociación Memoria de Mallorca, y donde se analizará la posibilidad de exhumar los cuerpos más modernos -que Aranzadi localizó en el estudio de viabilidad realizado en 2019- para ver si debajo aún quedan restos humanos de 1936.
Finalmente, también se analizará el osario actual, que se ubica actualmente entre dos hileras de nichos, puesto que podría contener cuerpos procedentes de las limpiezas realizadas en la fosa común.
Sería posible, han advertido, que una gran acumulación de restos humanos más recientes cubran los cuerpos de 1936 e hiciese inviable su retirada.
Actualmente, se desconoce con exactitud la ubicación de la fosa común de los individuos represaliados por el régimen franquista en 1936 y enterrados en el cementerio de Bunyola.
Según han indicado, se tienen indicios de que se situaría en la parte sudeste, un lugar que ha sufrido grandes modificaciones, como la construcción de nichos.
El Plan de intervención ha sido elaborado en base a la ficha técnica realizada por el investigador Xavier Margais dentro del Mapa de Fosas comunes de Mallorca; el estudio de viabilidad del cementerio de Bunyola realizado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, en mayo de 2019; la documentación recogida en el proyecto 'Todas las Causas', de la Asociación Memoria de Mallorca -un proyecto que cuenta con la clasificación de 2.761 causas judiciales entre 1936-1939, procedentes del Juzgado Togado Militar de las Islas Baleares-; y el trabajo de campo realizado por el equipo de arqueólogos de ATICS. LAS VÍCTIMAS DE BUNYOLA
Entre el 6 de agosto y el 28 de diciembre de 1936, llegaron al cementerio de Bunyola una quincena de cadáveres.
Según la obra de Margais, eran hombres que habían sido asesinados por arma de fuego y abandonados en el margen de caminos o carreteras, víctimas de la represión franquista. Antes de ser enterrados fueron objeto de autopsias que determinaron que la mayoría de ellos murieron por hemorragia cerebral, pleural, múltiple, etc.
De estas quince víctimas, nueve están identificadas gracias a diferentes causas judiciales facilitadas por la Asociación Memoria de Mallorca. Se trata de Joan Busquets Cañellas, Josep Cañellas Roser, Antoni Juan Massanet, Rafael Ferriol Grimalt, Pere Suau Riera, Onofre Arbona Jordà, Gabriel Servera Cardell, Guillem Pocoví Samsó y Joan Fiol Martí.
Faltan por identificar seis víctimas, entre las que se podrían encontrar tres menorquines: los hermanos Bartomeu y Sebastià Carretero Gornés, y José Filomeno Pons Sintes.
Los tres, naturales de Ciutadella, viajaron juntos a Mallorca porque eran testigos en un juicio. Se cree que fueran asesinados el 12 de noviembre de 1936 y enterrados en Bunyola.
Por aquellas fechas aparecieron tres cadáveres en la confluencia de la carretera de Esporles en Santa Maria del Camí con el torrente de ca na Sili.
Tres cadáveres que pertenecían a tres personas desconocidas en Bunyola. El historiador y director del Archivo Diocesano de Menorca y del Archivo Municipal de Ciutadella, Marc Pallicer Benejam, relaciona este episodio con el descubrimiento de los tres ciutadellencs en la fosa común de Bunyola.
La intervención en el cementerio de Bunyola forma parte del segundo Plan de Fosas del Govern, aprobado por la Comisión Técnica de desaparecidos y fosas, y que impulsa la Conselleria de Administraciones Públicas y Modernización a través de la Secretaría Autonómica de Memoria Democrática y Buen Gobierno.
Esta es la tercera actuación incluida dentro del Plan, después de las excavaciones llevadas a cabo en los cementerios de Sencelles y de Son Coletes, en Manacor. Y le siguen actuaciones en un horno de cal del collado de Artà-Salma, en los cementerios de Ses Figueretes (Eivissa), Valldemossa, Santa Maria del Camí y Porreres.

Cullera entierra a su primer represaliado del franquismo

https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2020/08/26/cullera-entierra-primer-represaliado-franquismo/2045293.html


Los restos fueron encontrados en la fosa 112 del cementerio de Paterna junto a otros 18 cullerenses

26.08.2020 | 00:52
Algunas heridas que se abrieron a raíz de la guerra civil española han tardado décadas en curar. La familia de uno de los ciudadanos cullerenses represaliados por el franquismo en el paredón de Paterna ha podido darle un entierro digno en el cementerio de la localidad de la Ribera. Es el primero de los 19 cullerenses, cuyos restos se encontraron en la fosa común 112 del camposanto paternero, «en llegar al final de este proceso de justicia histórica que se ha alargado durante años», según relató el ayuntamiento en un comunicado para dar a conocer el sepelio.
La concejala de Patrimonio Histórico del consistorio, Amparo Jover, aseguró que desde el ayuntamiento «se continuará ayudando en todo lo posible para cerrar este capítulo, sin duda uno de los más tristes y vergonzosos de la historia de España». En la fosa común 112 se encontraban los restos de 19 cullerenses, de los cuales solo dos han sido identificados.
«Todos los pasos que se están dando en este proceso no hubieran sido posibles sin el trabajo de la Asociación de Familiares de Víctimas del Franquismo de la Fosa 112 de Paterna. Esperamos que la recuperación de los cuerpos, su identificación y el poder enterrarlos con dignidad ayude a los familiares a cerrar heridas y aplacar el sufrimiento», aseguró la edila Jover.
Entre esta y otras fosas se han encontrado los restos de 66 ciudadanos de Cullera víctimas de la represión durante la dictadura franquista. El más joven tenía 22 años y el mayor 62. Todos fueron fusilados entre el año 1938 y 1956, representando un 5 % de la población de aquel momento,según el estudio «Els afusellaments al País Valencià (1938-1956)» del historiador e investigador de Paterna Vicent Gavarda. Cabe recordar que Cullera es la localidad de la Ribera Baixa con más víctimas ejecutadas tras la contienda civil.

Las 'fake news' del franquismo sociológico que (todavía) atentan contra la Memoria Histórica

https://www.eldiario.es/sociedad/fake-news-franquismo-sociologico-todavia-atentan-memoria-historica_1_6186147.html



Francisco Franco, mayo de 1952
Que "todos mataron igual" y "fue una guerra entre hermanos". Que las fosas comunes son un invento. O que las víctimas buscan "subvenciones". El franquismo sociológico lleva años –mucho antes de que incorporáramos el concepto– alimentando fake news para construir la Memoria de los vencedores. Un discurso que mantiene a la sociedad española navegando, no pocas veces, entre la desmemoria y la equidistancia ante el golpe de Estado, la Guerra Civil y la dictadura de Francisco Franco.
Décadas de retraso en memoria histórica condenan a la mayor parte de familias a no recuperar jamás a sus muertos
Décadas de retraso en memoria histórica condenan a la mayor parte de familias a no recuperar jamás a sus muertos
El negacionismo, agitado últimamente por el auge de la extrema derecha y su presencia en el Parlamento, ha inundado el discurso público de lugares comunes repetidos como verdades que atentan contra la denominada Memoria Histórica y desprecian el cumplimiento de los más elementales Derechos Humanos. Aquí algunos ejemplos.

"Todos mataron igual"

Falso. La Guerra Civil suma medio millón de muertos, en números redondos. El franquismo ejecuta (fuera del campo de batalla) a unas 150.000 personas (la mayoría de los desaparecidos forzados siguen en fosas comunes). La retaguardia republicana acumula otras 50.000 víctimas. El resto pierde la vida en el propio conflicto bélico. "Las investigaciones exhaustivas llevadas a cabo permiten afirmar que, en términos generales, la represión de los rebeldes fue aproximadamente tres veces superior a la de la zona republicana", en palabras del historiador Paul Preston.
"Es necesario crear una atmósfera de terror (…) eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todo el que no piense como nosotros (…) todo aquel que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular debe ser fusilado", ordenaba el 19 de julio del 36 el general golpista Emilio Mola. Y "en zona gubernamental no hubo plan alguno" aunque "la ausencia de violencia por parte de los comités frentepopulistas que se formaron por todo el país no les libró de aportar su cuota de sangre", explica el historiador Francisco Espinosa Maestre.

"Era una guerra entre hermanos y dos bandos enfrentados"

Falso. Fue un golpe de Estado de parte de la oligarquía económica, militar y religiosa contra la democracia y el Gobierno de España que en julio de 1936 dirigía una coalición de los principales partidos de izquierda denominada Frente Popular. No fue una lucha cainita aunque hubiera, en casos particulares, familiares apoyando a los golpistas o a los demócratas.
En gran parte de España no hubo guerra, entendida en términos tradicionales. Un ejemplo: Cádiz, Huelva y Sevilla suman casi tantos ejecutados como el terrorismo de Estado de las dictaduras de Argentina y Chile juntas. En ese triángulo de Andalucía el golpe de Estado fascista triunfa y no hay batallas reseñables, sí una represión sistemática que deja unos 30.000 asesinados.

"Las fosas comunes son una mentira"

Falso. El Mapa de Fosas estatal registra más de 120.000 víctimas enterradas en 2.591 tumbas ilegales. La cartografía del terror está sin actualizar desde el año 2011. Andalucía, Aragón y Asturias son las comunidades con mayor número de fosas identificadas. Desde el año 2000 se han abierto en todo el país más de 740 fosas y recuperado alrededor de 9.000 esqueletos. Un estudio calcula que solo se podrá recuperar una cuarta parte de los desaparecidos e identificar a unas 7.000 personas, según un informe encargado por el Gobierno de España y al que ha tenido acceso eldiario.es.

"¿Por qué no buscan las fosas donde hay franquistas? ¿Y Paracuellos, qué?"

Porque ya las abrió Franco. Y con dinero público. El naciente régimen franquista construyó su propia Memoria Histórica y comenzó por dar su propia verdad, justicia y reparación a quienes murieron luchando para los fascistas y a las víctimas de la violencia izquierdista.
La dictadura instruyó además la denominada Causa General, un teórico proceso para depurar "los hechos delictivos cometidos en todo el territorio nacional durante la dominación roja", que arranca en 1940 y que en gran parte acaba siendo pura propaganda franquista.
Las conocidas como matanzas de Paracuellos suman más de 2.000 derechistas asesinados durante la batalla de Madrid. Los fusilamientos sucedían en las 'sacas' de presos de cárceles madrileñas entre noviembre y diciembre de 1936. "Efectivamente, hubo Paracuellos y también otras atrocidades", apunta Preston. Pero el Gobierno de España "no aprobó las matanzas en Madrid en octubre y noviembre de 1936 que fueron obra de los anarquistas y el PCE", señala el hispanista. "Paracuellos siempre ha sido el recurso de los justificadores del terror fascista", una "cuestión de propaganda que ya dura ocho décadas", apunta Espinosa Maestre.

"La República era una dictadura comunista"

Falso. La Segunda República Española fue un régimen democrático que releva a la monarquía de Alfonso XIII. El primer bienio reformista tras su proclamación (1931-1933) acoge gobiernos de carácter republicano y socialista. Las elecciones del año 33 deparan el triunfo de las derechas y el llamado bienio negro.
Y las urnas, en febrero del 36, dan la victoria al Frente Popular cuyo programa firman Izquierda Republicana, Unión Republicana, Partido Socialista, Partido Comunista, Partido Sindicalista y Partido Obrero de Unificación Marxista, además de la Unión General de Trabajadores y la Federación Nacional de Juventudes Socialistas. El PCE obtiene 17 escaños de 473, el PSOE alcanza 99 diputados, seguido de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) con 88 e Izquierda Republicana con uno menos, en un Parlamento con hasta 32 partidos representados.

"No hay que abrir heridas y las víctimas buscan venganza y subvenciones"

Las familias que buscan a víctimas en fosas comunes están amparadas por el derecho internacional, los derechos humanos, la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas... La Memoria no es revisionismo, ni venganza. Proporcionar verdad, justicia y reparación es una deuda que Naciones Unidas reclama a España. Un deber del Estado que arranca por dar un entierro digno a los muertos. En leer bien las páginas más oscuras del pasado reciente. Y cerrar heridas.
Además, muchos de los procesos de recuperación de la Memoria Histórica (incluidos trabajos arqueológicos) han corrido a cargo de las propias víctimas y de las asociaciones de Derechos Humanos. Por eso España sigue siendo una anomalía democrática con decenas de miles de desaparecidos forzados. No es cierta aquella frase del actual senador del PP Rafael Hernando: "Algunos se han acordado de su padre, parece ser, cuando había subvenciones para encontrarle".
De hecho, las ayudas públicas de carácter estatal estaban paralizadas desde 2011, cuando las suspendió el Gobierno de Mariano Rajoy, hasta que han sido rescatadas en la actual convocatoria puesta en marcha por el Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Algunas comunidades autónomas, diputaciones e incluso ayuntamiento han ido supliendo esta carencia en los últimos años.

Los "mendigos" a los que Franco persiguió para 'limpiar' España "a cualquier precio"

https://www.eldiario.es/sociedad/mendigos-franco-persiguio-limpiar-espana-precio_1_6181973.html



Mendigos a la puerta del restaurante Lhardy, en Madrid, en 1940.
'Limpiar' España. A cualquier precio. La violencia extrema contra el rival ideológico desencadenó el genocidio fundacional del franquismo. Una fórmula del terror que sembró el país de fosas comunes –la mayoría todavía por abrir–, de cárceles y campos de concentración para disidentes de toda clase. Pero el franquismo sacó tiempo para meter en el saco también a los eternos derrotados: los buscavidas, desde los niños traperos, estraperlistas y recogecolillas, a los excluidos por "mendigos".
"Pronto, muy pronto, mis tropas habrán pacificado el país", dijo Franco al periodista Jay Allen. Corría el 27 de julio de 1936, el golpe de Estado sumaba una decena de días. "¿Significa eso que tendrá que fusilar a media España?", cuestionó el reportero. "He dicho a cualquier precio", subrayó el luego dictador. La tarea de limpieza había comenzado en el país de la desmemoria.
Y pronto el franquismo modificó, para un uso más crudo, la ley de vagos y maleantes aprobada durante la Segunda República, en 1933. La norma, conocida como la Gandula, no incluía castigo penal y corregía "comportamientos antisociales", con tipos que iban desde "mendigos profesionales" a "vagos habituales" o "rufianes y proxenetas".
En plena Guerra Civil, los golpistas ya prohibieron dar limosna. Luego la dictadura usó la ley para reprimir a personas sin recursos, incluyendo en este perfil a los homosexuales, y creando incluso campos de internamiento: los Reformatorios de Vagos y Maleantes. "Entre 1974 y 1975 se abrieron un total de 58.000 expedientes de peligrosidad social con 21.000 sentencias condenatorias", explica el profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Castilla-La Mancha, Damián González, en Violencia política y dictadura franquista.
Como profesión, "mendiga": el expediente de una mujer de 90 años en Córdoba es un claro ejemplo de esa represión contra la precariedad. Y uno de sus máximos exponentes está en un campo de exterminio: Las Arenas en La Algaba (Sevilla), con 144 pobres muertos de hambre y enfermedad.

El campo de exterminio para "mendigos"

En los años 40, justo después de la Guerra Civil, la escasez "mató de hambre a unos 200.000 españoles", calcula Damián González. La "terrible autarquía" significó "una estrategia represiva más" que favorecía a la "base social que había dado su apoyo al dictador", según el historiador. Todo "a costa de la miseria de los vencidos".
Y, en la "penuria", destacaba "ese medio millón de familias que por motivos diversos carecían de su cabeza de familia". Ahí estaban los buscavidas. "Existen casos documentados en los que por robar un poco de pan y tocino un jornalero fue condenado a seis meses de arresto mayor, y por unas gallinas la pena podía llegar hasta los dos años de prisión", precisa.
El Ayuntamiento de Sevilla creó, a inicios de los años 40, el centro de reclusión de Las Arenas en la vecina localidad de La Algaba. La idea era limpiar la ciudad de "mendigos". El lugar quedó pronto convertido en "un verdadero campo de exterminio", como relataba María Victoria Fernández Luceño, autora del libro Miseria y represión en Sevilla.
Hasta 144 personas murieron entre sus muros de hambre y enfermedad. Siguen enterrados en una fosa común. Otro ejemplo, unos años antes, sucedía en Málaga, cuando el 6 de julio de 1938 quedaba inaugurado un "campo de concentración de mendigos". En casos, el franquismo usaba a los presos, de toda condición, como parte del trabajo esclavo.
Porque la represión política fue una clave de bóveda de la dictadura franquista. "A diferencia de la republicana, en la España rebelde la represión tuvo un carácter absolutamente premeditado, sistemático, institucionalizado, hasta transformarse en un objetivo en sí mismo para la construcción del nuevo Estado", dice Damián González.

El castigo a la precariedad

"Sí, hay varios casos de mendigos represaliados de Córdoba capital que me llamaron la atención", arranca Julio Guijarro. El investigador considera en esta categoría "no sólo los mendigos declarados como tales en su profesión tal como consta en su declaración o en sus expedientes penitenciarios, sino también aquellos de los que se intuye su situación de precariedad económica y social".
El archivero suma "hasta la fecha" un total de 11 "mendigos", con cinco mujeres, "de entre 48 a 90 años". Uno recibe "condena de muerte en consejo de guerra, conmutada por perpetua". Y cuatro "ejecutados sin juicio durante el terror caliente", "dos hombres y dos mujeres de entre 71 y 80 años", entre agosto de 1936 y enero del 37. O la mujer vecina de Córdoba de 90 años, "mendiga" de profesión, detenida en la Prisión Provincial.
"Serían los casos que detectaba de aquellos abuelos de entre 70 y 90 años que tienen su domicilio en el Asilo Madre de Dios, para mayores sin recursos y en situación de total precariedad, recogidos por la beneficencia municipal", continúa. Algunos sufrían "represión económica" con multas de "hasta 1.000 pesetas".
O más, como demuestra la fosa común excavada en el cementerio de La Salud: "Interpreto algunos hallazgos de Córdoba como un perfil muy raro de personas represaliadas, con lesiones terribles no curadas y con las que vivieron", explica el antropólogo Juan Manuel Guijo. Casos que no tienen "la menor coincidencia con lo que la información previa nos decía de sus perfiles".

Los niños de la calle

Y el castigo a la precariedad continúa. Los años 40 viven los inicios de la dictadura franquista desde la hambruna, el racionamiento y el estraperlo. Nace un país pobre, y empobrecido por la guerra, que trasiegan en las calles figuras casi fantasmagóricas. Invisibles salvo para el desprecio o la caridad.
La propaganda de la caridad motivó el Auxilio Social, una institución tutelada por Falange. En octubre del 37 "contaba con 711 comedores y 158 cocinas", refiere Laura Sánchez en 'Auxilio Social y la educación de los pobres: del franquismo a la democracia'. Este "socorro" ciudadano estaba "inspirado en las pautas sociales del nazismo alemán y del fascismo italiano", en palabras del catedrático de la Universidad Valladolid Pedro Carasa.
Y en Madrid bullían estos nuevos servicios sociales. Las calles recogían también a los perdedores de la guerra. En 1941, el régimen de Franco hizo una limpieza masiva de "mendigos" que repartió por el resto del país, contaba el escritor Rafael Abella en La vida cotidiana en la España de Franco. Los niños de la calle acabaron viviendo en los hogares infantiles del Auxilio Social.
Esta realidad retrata el libro Tipismo franquista. Recuerdos de una sociedad perdida (Arzalia ediciones) de David Pallol. Ahí están las figuras que visten España de crudeza. Desde los niños traperos que expurgan la basura para sacar… algo, a los trileros, estraperlistas de toda índole e incluso los recogecolillas. "Tipos sociales y oficios desaparecidos" que evocan "el retrato de una sociedad perdida", como queda descrita la obra del historiador del arte y escritor, también responsable de Madrid Art Decó y autor de Construyendo Imperio. Guía de la arquitectura franquista en el Madrid de la posguerra. La fotografía, pobre, que define toda una época que condenó a los eternos derrotados.