Poco importaron las sombras que se cernían sobre sus nombres. Cinco de los expolicías investigados por torturas en la conocida como querella argentina, la causa que lleva un lustro instruyendo en Buenos Aires la magistrada María Servini, fueron condecorados en catorce ocasiones tras la reinstauración de la democracia en España. Según datos facilitados por la Secretaría de Estado de Seguridad a
infoLibre, que
excluyen las distinciones recibidas durante el franquismo, a estos agentes se les concedieron doce medallas al Mérito Policial y dos al Mérito de la Guardia Civil, de las que una docena llevan anejo un plus sobre la pensión vitalicia de los expolicías. De todos ellos, el más premiado fue el excomisario Jesús Martínez Torres, que en democracia fue galardonado con cinco insignias. Le siguen Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, y el comisario jubilado Jesús González Reglero, con tres condecoraciones cada uno. La lista la cierran Benjamín Solsona Cortes, con dos medallas, y Ricardo Algar Barrón, con solo una. Este último es, de todos ellos, el único que no cuenta en su pechera con una insignia pensionada.
La causa 4591/2010 arrancó en abril de 2010 y, actualmente, sigue activa a pesar de los
constantes obstáculos que han puesto las autoridades españolas. Durante todos estos años, los centenares de víctimas de la represión franquista que se han ido sumando a la querella argentina han recorrido un camino de victorias y jarros de agua fría. Todas ellas recuerdan dos momentos clave en el transcurso del proceso. En septiembre de 2013, la jueza instructora dictó orden de detención internacional contra cuatro supuestos torturadores franquistas –Celso Galván, José Ignacio Giralte, Antonio González Pacheco y Jesús Muñecas Aguilar–. Un año después, la magistrada argentina añadió a la lista de reclamados por la justicia del país latinoamericano a otros veinte imputados en el caso, entre los que se encontraban ocho exagentes. Del listado, sólo se conoce el fallecimiento de cuatro: Giralte, Galván, el exagente Atilano del Valle Oter y el exministro José Utrera Molina.
Por tanto, actualmente permanecen investigados y vivos en el marco de la querella argentina nueve viejos miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: el famoso
Billy el Niño, el ex guardia civil Jesús Muñecas, el excapitán de Policía Jesús Quintana Saracíbar y los exagentes Jesús González Reglero, Ricardo Algar Barrón, Félix Criado Sanz, Pascual Honrado de la Fuente, Jesús Martínez Torres y Benjamín Solsona Cortés. Este diario solicitó el pasado verano al Ministerio del Interior, al amparo de la Ley de Transparencia y Buen Gobierno, información sobre las condecoraciones recibidas por todos ellos. Este jueves, después de que se concediera el acceso a estos datos y pasados los dos meses abiertos para que los afectados recurriesen la decisión, la Secretaría de Estado de Seguridad ha remitido a
infoLibre el listado completo de insignias. En total, fueron concedidas en democracia a cinco de estos policías
doce medallas al Mérito Policial y dos al Mérito de la Guardia Civil. Los galardonados fueron González Pacheco, González Reglero, Algar Barrón, Martínez Torres y Solsona Cortés.
Las condecoraciones policiales se rigen actualmente por la
Ley 5/1964, una norma que establece cuatro tipos de insignias al Mérito Policial: Medalla de Oro, Medalla de Plata, Cruz con distintivo rojo y Cruz con distintivo blanco, que son concedidas en función del cumplimiento de determinados requisitos. De ellas, las tres primeras llevan aparejados incrementos en la pensión: un 20%, 15% y 10%, respectivamente. Las cruces al mérito de la Guardia Civil, por su parte, se regían hasta el año 2012 por la
Ley 19/1976. Esta norma, que establece que podrán recibir insignias tanto los miembros del Instituto Armado como “cualquier otra persona o entidad que se haga acreedor de ello”, recoge cuatro distinciones diferentes: Cruz de Oro, Cruz de Plata, Cruz con distintivo rojo y Cruz con distintivo blanco. De ellas, sólo llevan aneja una recompensa sobre la pensión la primera y la tercera, que se conceden por “hechos o servicios realizados con riesgo de la propia vida o demostración de valor personal”. El plus de la Cruz de Oro es del 20%. El de la medalla con distintivo rojo, del 15%.
Martínez Torres, el más galardonadoDe los cinco expolicías, el más condecorado fue Jesús Martínez Torres. Nacido en 1941, el nombre de este viejo agente aparece en la querella argentina en el testimonio del militante antifranquista José Aznar Cortijo. “Al llegar a la comisaría comenzaron las torturas, que el querellante recuerda como ejecutadas por bestias inhumanas, los golpeaban por todo el cuerpo;
al comenzar la tarde le aplicaban el quirófano que consistía en que lo tiraban boca arriba en un escalón con la cabeza hacia afuera y le deban golpes en la cara cuando caía hacia abajo por el cansancio, y lo volvían a levantar sujetado del pelo; lo agarraban del pelo y de las piernas y le tiraban de un lado a otro”, recoge el
auto de 30 de octubre de 2014 de la jueza Servini. Este exagente, que también fue señalado en 1981 en un
reportaje en el diario El País por uno de los manifestantes detenidos en las protestas contra el
proceso de Burgos en enero de 1971, alcanzó el cargo de comisario general de Información en el primer mandato de Felipe González y fue nombrado en 2013 comisario de honor del Cuerpo Nacional de Policía.
En democracia, Martínez Torres
fue condecorado cinco veces. El 20 de septiembre de 1982, tres meses antes de que el Ejecutivo socialista lo pusiera al frente de Información, se le concedió la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo. Un par de años después, en agosto y octubre de 1984, el expolicía recibió la Medalla de Plata al Mérito Policial y la Cruz de Plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. Y, en 1990 y 1996, le fueron concedidas su segunda medalla policial con distintivo rojo y su Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo. Teniendo en cuenta que los emolumentos que las condecoraciones llevan anejos son acumulables, Martínez Torres habría amasado sólo con las distinciones concedidas en democracia un plus sobre su pensión vitalicia del 50%. A estas insignias confirmadas por Interior, se le sumarían otras dos medallas concedidas durante el franquismo: una con distintivo blanco (1972) y otra más con distintivo rojo (1974), que
incrementaría el plus hasta el 65%.
Billy el Niño y el plus del 50%Antonio González Pacheco fue uno de los hombres fuertes de la extinta Brigada Político-Social durante el franquismo y la Transición. A las órdenes del comisario Roberto Conesa, su paso por las dependencias de la Dirección General de Seguridad estuvo marcado por sus brutales técnicas de interrogatorio. Culatazos con el arma, palizas y simulaciones de ahogamiento a los detenidos, entre otras prácticas, que han desembocado en los últimos años en un aluvión de querellas por tortura en España –nunca ha sido juzgado por estos hechos–. Señalado e imputado en el marco de la causa argentina, Billy el Niño ha sido relacionado en diferentes ocasiones con los comandos de extrema derecha que operaron en España durante la década de los setenta y ochenta. En 1982, pidió la excedencia y fichó por la empresa Hispavinsa como jefe de seguridad. A pesar de su salida, el exagente
ha continuado muy ligado al Cuerpo. De hecho, el pasado mes de octubre
se le pudo ver copa en mano celebrando el patrón de la Policía en la comisaría del distrito madrileño de Ciudad Lineal.
Desde la reinstauración de la democracia hasta su retiro dorado al sector privado, González Pacheco recibió tres medallas pensionadas. El 13 de junio de 1977, dos días antes de las primeras elecciones generales libres tras la dictadura, Billy el Niño fue premiado con la Medalla de Plata al Mérito Policial por su trabajo en la liberación del expresidente del Consejo de Estado Antonio María de Oriol y Urquijo y del teniente general Emilio Villaescusa. Tres años más tarde, el 10 de octubre de 1980, se le concedió la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo. Y el 30 de marzo de 1982 fue premiado con otra Medalla de Plata, una condecoración que se concedió a toda la Brigada de Información y que Billy el Niño tuvo que reclamar en los tribunales porque, a pesar de pertenecer a la brigada, no se le habían abonado las cantidades que lleva aparejadas –en 2010, una sentencia le reconoció el derecho a percibir los beneficios económicos–. A estas tres insignias, se une una cuarta, con distintivo rojo, que se le concedió durante el franquismo.
El plus acumulado por todas estas condecoraciones es del 50%.
Tres medallas pensionadas para González RegleroGonzález Reglero es otro de los policías investigados en la querella argentina. “El inspector que daba las órdenes mandó que me quitaran las esposas y que me situara a cierta distancia de la pared (calculo que a unos 60 centímetros) y con las piernas abiertas, los brazos apoyados sobre la misma y la cabeza hacia abajo. Una vez situado en esa posición, me golpeó en un costado que me derribó, porque realmente era una persona fuerte. Me volvieron a levantar y me obligaron a ponerme en la misma posición. A partir de ese momento a cada lado se puso un policía (José Ignacio Giralte González y Jesús González Reglero), y me decían que bajara la cara, cada vez que lo hacía me golpeaban en la misma, por la espalda recibí golpes
incluidos los que me propinaban con las propias cadenas con las que fui detenido y patadas en la entrepierna”, declaró una de las víctimas incluidas en la querella. Nacido en 1949, González Reglero formó parte en la década de los setenta del conocido como
grupo anti-GRAPO, dirigido por Billy el Niño y que mantenía estrechas relaciones con personajes de la extrema derecha de la época.
A pesar de las sospechas sobre sus actuaciones en la Brigada Político Social, este viejo policía fue ocupando diversas jefaturas operativas en comisarías de distrito hasta que, en el año 2000, fue ascendido a comisario. Y como comisario jefe de la comisaría de Policía Nacional de Leganés se jubiló en enero de 2014. En democracia, según los datos facilitados a este diario,
se le concedieron tres condecoraciones. El 13 de junio de 1977, junto con Billy el Niño, González Reglero fue premiado con la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo. El 31 de enero de 1981, el expolicía recibió su segunda medalla con distintivo rojo. Y el 30 de marzo de 1982, recibió junto con González Pacheco la Medalla de Plata al Mérito Policial, cuya recompensa económica también tuvo que reclamar por vía judicial. En total, el plus acumulado de estas cuatro condecoraciones sobre la pensión vitalicia del exagente es del 35%.
Solsona Cortés y Algar BarrónBenjamín Solsona Cortés es uno más de los viejos policías de la Brigada Político Social sobre los que se sitúa la lupa de la justicia argentina. Nacido en 1931, este exagente, conocido en los círculos estudiantiles del franquismo como
El Galletas, comenzó haciendo
méritos en València y, posteriormente, fue comisario en Málaga y jefe superior de Policía en Bilbao y Baleares. En el marco de la querella argentina, su nombre aparece en los testimonios de dos estudiantes universitarios que fueron detenidos por la BPS en València el 23 de abril de 1971. “Acusado de asociación ilícita (pertenecer al Partido Comunista de España) y propaganda ilegal, permaneció incomunicado 19 días en comisaría, siendo interrogado,
sufriendo golpes en la cabeza y el cuerpo, patadas, empujones y amenazas hacia él y su familia por parte de Benjamín Solsona Cortés, Jacinto López Acosta, Manuel Ballesteros, Ángel Castellano y otros”, relatan tanto Juan José López Hernando como Francisco Camarasa Yañez en la causa que instruye Servini.
El expolicía de la Político Social valenciana fue condecorado durante las etapas de Antonio Ibáñez y José Barrionuevo al frente del Ministerio del Interior. Así, Solsona Cortés recibió el 1 de febrero de 1980 la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo. Tres años después, el 14 de abril de 1983, fue premiado con la Medalla de Plata al Mérito Policial. Ambas condecoraciones reportan al excomisario un
plus sobre su pensión vitalicia del 25%.
La lista de supuestos torturadores condecorados en democracia la completa un nombre algo más desconocido. Ricardo Algar Barrón, nacido en 1948, ingresó como funcionario en prácticas en la Escuela General de Policía con sólo 21 años. Sin embargo, no tardó en ir ascendiendo. En 1970 fue nombrado subinspector de segunda clase y en 1988 comisario del Cuerpo Nacional de Policía,
a pesar de haber estado procesado por un delito de lesiones cometido durante el interrogatorio a una persona que necesitó más de un mes de atención médica para curar sus heridas. Este expolicía ha sido señalado en la querella argentina por el exmilitante de la Liga Comunista Revolucionaria José María Galante. “En mi segunda detención, en la que permanecí diez días en la Dirección General de Seguridad, entre los policías que me torturaron y no señalé particularmente en mi testimonio anterior, se encuentran Ricardo Algar Barrón y Celso Galván Abascal”. El excomisario recibió el 25 de septiembre de 2001 la
Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco, una medalla no pensionada.