Hemos tenido la grandísima suerte de que un amigo ha recuperado y nos ha enviado un librillo de 11 páginas editado en Villarcayo por José María Lorenzo, Una interesante lectura y nos emociona poder compartir este documento que nos permite conocer un poco más la época republicana en nuestro entorno. Descubrir como en la República se estaba transformando el orden secular establecido por los privilegiados, como dice Saturnino Andrés en el prólogo una leyenda dramática y conmovedora.
En torno al primero de Mayo ya hablamos de Saturnino Andrés con la siguiente entrada:
SATURNINO ANDRÉS, LABRADOR Y SINDICALISTA DE AHEDO . Sin duda, el asesinato de Saturnino, y el de muchísimos ciudadanos más, no pretendió salvar España de nadie, sino preservar los privilegios de unos pocos: la oligarquía. Hasta la República en Burgos era la gente acomodada la única representación del campo burgalés. La hegemonía de los privilegiados que trajo la guerra, como un episodio de la lucha de clases. Donde los poderosos volvieron a aplastar a los más débiles. El sindicalismo agrario era un peligro para el status quo, esa conciencia que debía de nacer y que fue truncada de la manera más cruel, quizás hubiera evitado el abandono al que han conducido estas tierras.
Una reflexión también actual frente a la patulea fascista…
¡ COMO VIVE EL LABRADOR!
LOS QUE LE ENGAÑAN-
LOS QUE LE EXPLOTAN-
LOS QUE DESPRECIAN
Por
SATURNINO ANDRES LLANERA. LABRADOR
AHEDO DE LINARES (VILLARCAYO.- BURGOS)
VILLARCAYO
Imprenta y Objetos de Escritorio de
JOSÉ MARIA LOZANO
Transcripción literal del original a partir de fotografías:
Jesús Pablo Domínguez Varona.
PRÓLOGO
Al escribir esta historia de nuestra vida, no me impulsa otro deseo más que el de hacer constar, no lo que yo haya podido hacer y que por medio de una inteligencia desarrollada o superior me permitiera explicarme con facilidad, sino lo que prácticamente hago en las mismas condiciones que vosotros.
Siento en mi interior una indignación tan profunda, que cuando mi pensamiento se detiene a examinar nuestra situación, no puedo por menos de no desespérame y sufrir. Así que si para escribir esta pequeña historia de nuestra vida pudiera expresarme como mi corazón siente, resultaría una leyenda dramática y conmovedora.
Quiero hacer constar íntegramente en este libro, todo lo que, en mi propaganda voy manifestando para ver si leyéndolo detenidamente como compañero esclavo que luchando en las mismas condiciones que vosotros por esta existencia miserable, sufro igualmente las calamidades de la vida a que estamos sometidos.
PRIMERA PARTE
LOS LABRADORES DE MI DEMARCACION
PARA TODOS UN SALUDO DE COMPAÑERISMO
LABRADOR, COMPAÑERO, PIENSA Y MEDITA TU SITUACION LAMENTABLE
Nacido entre vosotros y encontrándome en las mismas condiciones, es decir, experimentado los mismos trabajos en el pueblo de Ahedo Linares cuyo pueblo creo conoceréis los más de este partido.
Desde mi humilde casa y aprovechando un momento libre en estos meses de situación despreocupada de trabajos intensos, quiero ver si poco a poco con la ayuda de mis cortas disposiciones intelectuales, puedo preparar unas cuartillas para ponerlas a vuestra disposición con argumentos claros, que indiquen el estado de nuestra vida miserable.
Han pasado muchos años y la vida establecida del Labrador siempre igual, siempre llena de sugerencias desagradables.
Hasta la fecha son pocas las personas que por su propio amor se han ofrecido a representar al Labrador desinteresadamente para sacarle de sus apuros y si alguna ha habido sin ofrecer ninguna organización práctica.
En la actualidad no existe más que una sola representación, la cual, compuesta exclusivamente por personas acomodadas, (que están muy lejos de conocer nuestras necesidades) por más que se hayan esforzado en considerar el aspecto de nuestra situación superficialmente, nada podremos esperar de sus resoluciones: además que son inspiradores de negocios particulares.
Muchos habrán adornado estos señores sus palabras, sus ofrecimientos con argumentos conmovedores, pero bien se yo que de su expresión a su consideración hay mucho.
Ninguno más apropósito para la lucha tan necesaria que debemos de entablar bajo una representación legal y autorizada ni en mejores condiciones que aquella persona que conozca nuestras necesidades prácticamente; por que no es lo mismo compañeros, pasar en automóvil recorriendo con una rápida velocidad y con la vista observadora los páramos extensos de nuestros pueblos.., como tampoco se puede considerar nuestro trabajo al de muchos obreros que bajo la cubierta de su departamento trabaja las ocho horas reglamentarias, y mucho menos al de los dependientes que detrás de un mostrador bien acondicionado están despachando con gran facilidad las existencias de sus depósitos. Nuestra vida es algo más triste, más desconsoladora, pues solo con mirar detenidamente el aspecto personal de los que la componemos se comprueba sin dificultad el estado esclavo de nuestra situación.
Nadie más apropósito para escribir las vicisitudes de nuestra vida que aquél que por su propia necesidad las conoce prácticamente. No tendrá facilidad ni inteligencia para exponer los argumentos necesarios en tan buenas condiciones como esos señores, que han estudiado, pero los que expongan es como si dijéramos nacen de su interior propio. Por eso, compañeros, si algún día no lejano naciera entre nosotros esa persona decidida que debiera de representarnos, que nos diera facilidades para salir rápidamente de este atolladero álgico y lamentable, sin temor a ninguna injusticia, debemos de acompañarle con entusiasmo fervoroso.
Este ha se ser el que por sus propios conocimientos y el que por haber experimentado las necesidades que todos sufrimos pueda defendernos mejor y desinteresadamente.
Esto que acabo de manifestaros es muy importante. Buscar una persona íntegra que conozca nuestras necesidades completas; es lo más práctico y acertado que puede existir. Guiado por sus conocimientos prácticos, reconocerá mejor el extremo de nuestras necesidades y su solución.
Vemos, o mejor dicho oímos, que la evolución de la vida camina con extraordinaria velocidad hacia el progreso de todos sus órdenes; pues bien, el destino más insignificante de la vida disfruta de esos adelantos científicos de la naturaleza que tanto ilustran y satisfacen los espíritus. Como si a nosotros no nos conmoviera lo bello y como si no fuéramos dignos de disfrutar de esas maravillas, se nos tiene por medio de los topes económicos de la situación, sumidos en la ignorancia más crasa y lamentable. No se dan cuenta que el labrador merece por el trabajo que desempeña ser considerado por ser el productor de los artículos mas indispensables para la vida, pues sin éstos, solo lo que acabo de manifestar mas extraordinario sería nulo. Y en vez de considéranos y demostrar siquiera algo de agradecimiento, nos ultrajan y nos desprecian; y, para más decir, nos tienen sitiados hasta por el extremo de la necesidad.
Hasta que el labrador no sacudamos nuestra melena como león furioso, y hasta que no echemos de sí ese envilecimiento que nos priva, no cambiará nuestra situación. ¡Parece mentira que no nos demos cuenta que tenemos a nuestra disposición los mayores recursos para la lucha!. Desengañarse y pensar que otros partidos con menos décima parte de recursos han conseguido mejoras extraordinarias.
Este ritmo desolador de nuestra vida que nos guía cada día por peores corrientes, es el que nos arrebata hasta la salud propia de nuestros cuerpos mártires. Este es, el que manipulado por elementos explotadores, nos conducen corderillos a los abismos y miserias más deplorables. Algunos comerciantes egoístas que se aprovechan de nuestra ignorancia, falta de nuestra funesta desunión, arruinándonos e impidiendo además el desarrollo económico de la vida. Estos son los que impiden, los que obstaculizan el precio de nuestros géneros, los que se aprovechan de las utilidades más beneficiosas.
Si estos señores desaparecieran (incluso también a los comisionistas, y me refiero exclusivamente a los comerciantes que se aprovechan de nuestro lucro, tales como Almacenistas de patatas. Abonos minerales y de trigos por ser estos precisamente los que nos perjudican) nuestra situación mejoraría ampliamente, y el precio de nuestros géneros sería para el consumidor directo más reducido, porque estos señores, no solamente se conforman con explotarnos a nosotros, pues explotan también a los demás.
Para hacer desaparecer a estos señores, queridos compañeros, es indispensable una buena organización. Sin necesidad de mezclarnos en política y solo con una buena representación compuesta por elementos de nuestra clase, podremos adquirir grandes mejoras, haciendo desaparecer a todos estos especuladores que nos explotan.
Como iniciador va a ser esto para mí un momento de gran responsabilidad y trabajo, pero todo se resolverá en condiciones, siempre y cuando que vosotros compañeros, no me pongáis obstáculos aunque solo sean insignificantes, que solo servirían para desanimar mi espíritu.
¡Compañero! Despierta de ese estado letárgico y embrutecido y levanta tu mano encallecida hacia el horizonte como señal de marcha. Piensa que hasta el mismo Gobierno y otros nos acompañarán a restablecer nuestra situación.
Esta primera parte es la que he expuesto, la que manifestando en mi propaganda ante presencia de pequeñas manifestaciones que he podido preparar por esos pueblos en mi lucha incansable. Esta es la que yo íntegramente he podido preparar a duras penas sin abandonar mi destino honrado, esforzando mi inteligencia poco desarrollada.
La segunda parte de mi propaganda, es la que se refiere al discurso no menos importante, pues por él justifico la escasa representación personal que tenemos.
En ninguna parte se nos escucha y siempre se nos atiende con desprecio como si fuéramos seres inferiores.
Cualquier asunto que tengas que resolver, si es un poco importante, procura llevar a tu lado alguna persona que desempeñe otro destino, pues de lo contrario te encontrarás con dificultad para resolver tus planes.
¿Y hay derecho a este desprecio, a esta impúdica desigualdad de consideraciones?
Pues siendo que nuestro destino es importante por lo que produce ¿no merecemos otro trato más respetuoso?
Compañeros, yo reconozco que podemos prescindir de la contestación que estas dos preguntas interesantes merecen por el motivo que justifican más que claramente el derecho que nos corresponde.
SEGUNDA PARTE
DISCURSO
¡Compañeros!: Las circunstancias trágicas por las que atravesamos nos obligan a unirnos. Es tan grande el abuso, la iniquidad que estamos sufriendo que todo el mundo nos desprecia, nos abaten y nos escupen como si fuéramos seres inferiores, seres indeseables.
Nuestro nombre de campesinos no representa nada. El destino más significante de la vida, el destino de menos consideración, está admitido en el ámbito de las sociedades, con más consideración que el nuestro, siendo que el nuestro es el principal, es el que sostiene la existencia de todas las Sociedades representadas y, en una palabra, es el que sostiene a la humanidad.
Luego ¿qué hacer para que nuestra voz apagada por las esclavitudes del trabajo, en el interior de todas las Sociedades representadas?
¿Qué hacer para que nuestros intereses se consideren y se aprecien por su justo valor, dando particularmente su elevado mérito a todos los que trabajamos en este oficio esclavo?
¡Compañeros!, fácilmente lo conseguiremos, pues es tan grande la razón que nos acompaña, que solo con una mediocre representación, animada y decidida que dirija nuestros destinos abandonados, lo conseguiremos; y digo mediocre, porque si ha de ser representación legal conocedora de nuestras necesidades, tiene que ser evidentemente una representación exclusivamente campesina y desinteresada la que luche, y ésta, yo juzgo que no se encontrará en nuestra clase con aptitudes sobradamente elevadas. La encontraríamos desde luego en otras esferas si recurriésemos a personas de otra categoría, a personas de estudio; pero esto sería vender traidoramente nuestros intereses a dirigentes explotadores y no adelantaríamos nada.
Para considerar lo que se sufre y lo que se merece hace falta primero sufrirlo, hace falta pasar como nosotros día tras día y hora tras hora, luchando con todas las evidencias: en el verano con los calores sofocantes y en el invierno con los fríos más excesivos. Nada más que darse cuenta de nuestro cutis, de nuestro aspecto personal, queda demostrado claramente la tortura de nuestra vida esclava.
Y como dije anteriormente, con una representación nuestra, exclusivamente nuestra, que trabaje desinteresadamente por los campos de nuestra vida y con la unión de todos, se conseguirá rápidamente mejora de nuestra situación y esto sin recurrir a ninguna clase política traidora.
Tenéis que daros cuenta que todos los gremios están asociados y que ellos van consiguiendo, con muchísimos menos medios que nosotros, cosas hasta exigentes.
Tenemos en primer lugar los obreros, no tienen más recursos que el paro y por medio de él van consiguiendo lo que piden; aumento de jornal, disminución de horas de trabajo y consideración personal. Siguen además otras sociedades constituidas con muchísima menos fuerza, por ejemplo: tenemos hoy en España sociedades diversas de muy distinta clase; pues para que os deis cuenta hay sociedades ¡hasta de camareros!. Vosotros podéis considerar la importancia que ésta pueda tener, pero yo se que en algunas ocasiones han conseguido con su unión triunfos inmejorables.
¡Compañeros! La sociedad es el único medio implacable, es la única defensa natural y más fuerte que existe en la vida del hombre, sin ella nada se consigue. La nuestra puede ser la más fuerte de España por su naturaleza y a la que temblarán todos los demás partidos. Nosotros no necesitamos tener representantes en el Parlamento para conseguir mejoras, solo defendiéndonos en nuestro interior las conseguiremos.
Si el Ser Supremo arrojaría sobre mi en estos momentos comprometidos una lluvia de inteligencia que me permitiera demostrar con elocuencia las vicisitudes de nuestra vida a todas las representaciones de España ¡ah! Entonces yo respondo que se compadecerían de nuestro estado miserable.
Ellos no conocen ni consideran lo que se trabaja ni lo que se sufre cuando al lado de nuestra yunta caminamos sin cesar al descubierto, por los campos de nuestra vida en días crudísimos, en días terribles, en días que hasta los mismos animales que nos acompañan tiemblan cuando pesa sobre su piel áspera las gotas de granizo que caen rápidamente, haciendo a la vez en nuestras manos encallecidas hoyos de dolor y de tristeza.
Ellos no conocen ni han experimentado en su vida el más mínimo exceso de calor y nuestros cuerpos, en cambio, tienen que aguantar horas interminables al lado de ese fuego abrasador, cuando en los días de la recolección, días larguísimos, días del mes de Julio, vamos a recoger el producto de nuestro trabajo.
Y ahora pregunto yo: ¿quién es el que más disfruta de nuestros productos?
Esto es lo triste, compañeros, mi voz tiembla de cólera al tener que reconocer y justificar esta pregunta interesante. Si, tiembla de cólera porque estoy viendo que todos nuestros mejores artículos van a parar a disposición de todos los demás destinos que con satisfacción grande esperan la hora de su llegada.
Ellos disfrutan del mejor pan, de las mejores carnes, en fin, todos los mejores artículos para ellos, y en nuestras casas, triste es decirlo, no queda después de puestos en condiciones para su consumo más que el recuerdo de todo y el recuerdo de todas las calamidades y gotas amargas de sudor que costó su preparación.
¿Y por qué inconveniente no podemos disponer nosotros de esos artículos especiales siendo que precisamente los elaboramos nosotros?.
Pues no podemos disponer de ellos, sencillamente, porque la situación de cada casa es tan pobre, que se consideran tan pobres nuestros artículos que el importe total de lo recolectado se eleva a una cifra tan insignificante por sus precios bajos que no alcanza ni para cubrir las necesidades más urgentes de una casa y en esto depende que no podamos ni vestir en condiciones ni disfrutar del aliciente de la vida con la misma consideración que todos los demás destinos.
¡Compañeros! Hay que tratar de mejorar nuestra situación elevándola moral y económicamente a la altura hoy cumbre, de los destinos públicos.
Hay que buscar una solución rápida que evite de trabajar a nuestras mujeres con tanta esclavitud, pues son las únicas que en España trabajan, y cuando menos evitar que trabajen cuando se encuentran en condiciones de amargura. Compadecernos de ellas y luchar por ellas es nuestra obligación. No consentir que nadie abuse de su naturaleza débil.
Lucharemos pues con ánimos, con entusiasmos, haciendo frente a los obstáculos más grandes que se presenten, entorpeciendo o anulando esta Sociedad que os propongo tan necesaria.
Nuestra situación repito está en unas condiciones tan malas, que nadie que no la conozca prácticamente puede considerar su estado de miseria y desorientación tan extraordinarios. Lo mismo que rebaños de corderillos desperdigados, así nos encontramos. En los pueblos, lo que uno propone otro lo contradice sea conveniente o no para todos. El comerciante más ignorante se aprovecha de esta funesta desunión que le sirve de baluarte para conseguir sus opulentos planes explotadores.
Unión, unión compañeros, y de esta forma nadie abusará de nosotros. Ni el comerciante, ni el comisionista ni ninguna otra clase social. Tendrán que someterse todos a nuestras honradas disposiciones. No hay derecho a que ellos determinen el precio de nuestros géneros.
Y el que no quiera asociarse en estos momentos críticos, en estos momentos de pura necesidad, yo digo que es que no tiene raciocinio o quiere ir en contra de sus intereses. Yo le ruego que eche un paso atrás rápidamente y se retire de esta manifestación honrada de este noble auditorio anhelante de una Sociedad defensora.
Sin la Sociedad compañeros, la vida será imposible y los progresos nulos. Lector querido: Si eres Labrador y has observado detenidamente las manifestaciones de este discurso, por torpe e incomprensible que seas yo creo que te habrás dado cuenta de la situación que te acompaña.
Hay quien está conforme con éste estado deplorable de su vida ¿pero por qué? Sencillamente porque como disfruta tal vez de alguna mejor situación económica que es por mucho que sea completamente insignificante, ésta le ciega el conocimiento y le impide de ver más allá el fantástico progreso de la vida.
El egoísmo, la ignorancia, esa envidia mezquina y miserable que reina en muchos corazones es también la causa de nuestra ruina.
En nuestra clase, como lo se por experiencia, no hay situación económica envidiable. Lo mismo el que tiene más como el que tiene menos todo se reduce a lo mínimo y a lo peor que es la esclavitud. Lo que hacía falta era elevar un poco más nuestra cultura y pensar que el hombre no solo debe reducirse a producir sino a disfrutar lo que produce en mejores condiciones que ahora.
Muchas y muy distintas son las producciones de la naturaleza pero ninguna tan importante como la nuestra y ya que nosotros producimos lo más principal para la vida y con nuestros productos sostenemos a la humanidad, debemos de reclamar que también nosotros merecemos que se nos faciliten esas otras producciones más o menos indispensables.
Y lo conseguiremos compañeros, siguiendo y atendiendo con entusiasmo, confianza y perseverancia, el camino que os propongo en estas humildes páginas, que es, en definitiva, el camino de la unión verdadera.
Y para terminar, a continuación de éstas sencillas manifestaciones os presento unos versos que indican en otras concisiones más claras, la realidad de nuestra vida miserable.
Soy un labrador Señores
que me he dispuesto a escribir
las muchas calamidades
que tenemos que sufrir.
Por experiencia conozco
nuestro estado miserable
que se puede comparar
al de muchos animales.
¿No somos dignos señores
de un trato mas racional
como seres reflexivos
de la extensa humanidad?
¿O es que no desempeñamos
trabajo que lo merezca
para ser tan despreciados
por las gentes opulentas?
Trabajaremos para nosotros
y de esta forma verán
si el labrador desempeña
trabajo fundamental.
Somos los que producimos
todo lo más principal
lo que más necesitamos
para poder caminar.
El labrador que trabaje
sin tener contemplación,
para que otro lo disfrute
con gran satisfacción.
¿De qué te sirve tener
Ilusión para criar
esos corderos tan buenos
si no los puedes comer?
¿Cuántos pollos has comido
de todos los que has criado?
¿igual les has aborrecido
por comerte demasiados?
Cuanto tienes que sufrir,
cuanto tienes que penar,
para poner en condiciones
el cerdo que has de matar.
Y procura repartirle
con buena disposición
para que a tus criaturas
no les falte la ración.
Todo lo que producimos
todo los más principal
nos lo llevan a traición
sin tener humanidad
Y lo que nos corresponde
lo voy a determinar:
una tajada tocino
y un pedacito de pan
..
Y sin más extraordinarios
tienes que supeditarte
a producir el buen vino
para que otro te lo gaste.
Y no solo nos comprometen
a una vida miserable
pues también nos consideran
como ser indeseable.
De nuestro aspecto se ríen
con grande satisfacción
al vernos tan desprovistos
de pequeña ilustración.
Algún día llegará
que el labrador se levante
y empuñemos la justicia
para salir adelante.
Aprovecha la ocasión
si alguno se presentara
reclamando esta justicia
que tanto nos hace falta.
Y no mires pequeñeces
que te conducen al mal
arrastrándote al abismo
esa ignorancia fatal.
Esa envidia que tenemos
de algunas aspiraciones
solo nace de personas
de muy malos corazones.
Y hay quien por no responder
a ciertas compensaciones
trata de perjudicarse
continuando viviendo
esta vida miserable.
Compañero, compañero,
te voy a manifestar
que todos estos abusos
los podemos evitar.
Sometiéndote a la unión
a esa unión indispensable
que te ofrece un compañero
podrás salir adelante.
Piensa que para luchar
en la torrente del mundo
no hay un ser que no persiga
la unión con gran cariño.
Abogados y maestros
y obreros de todas clases
se refugian en la unión
por ser tan indispensable
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