dissabte, 27 d’abril del 2024

El genocidio franquista

 https://www.levante-emv.com/opinion/2024/04/23/genocidio-franquista-101424426.html

La investigación histórica ha documentado amplia y consistentemente desde hace décadas la represión y el genocidio practicado por el régimen franquista desde el golpe militar contra la República, durante la guerra y las tres décadas y media de dictadura que siguieron. Tanto hispanistas de renombre como Gabriel Jackson, Ian Gibson o Paul Preston, como también historiadores españoles como Santos Julià, Ángel Viñas, Jaume Claret, Luis Enrique Otero Carvajal y muchos otros; también valencianos como Vicent Gavarda, Ángel Beneito, Manuel Aznar, Marc Baldó y yo mismo, que he investigado la represión y el exilio de científicos y médicos, junto con colegas como Àlvar Martinez, Josep Bernabeu o Joan Lloret. Es incuestionable la estrategia represora de un régimen dictatorial que sobrevivió hasta sus últimos estertores con leyes y tribunales militares de excepción, incautaciones de bienes, sanciones económicas, destierro, reclusión, e incluso la eliminación física de tantos demócratas republicanos, campesinos, obreros, sindicalistas, guerrilleros, artistas como García Lorca o médicos y académicos como Juan Peset Aleixandre, y tantos otros. Por el simple hecho de serlo eran estigmatizados como ‘rojos’, siguiendo una estrategia similar a la de los nazis con los judíos. La construcción jurídica de la represión franquista creo un entramado de Consejos de Guerra, Leyes de Depuración de Empleados Públicos, Juntas de Incautación de Bienes, Tribunales Especiales como el que actuó contra la Masonería y el Comunismo, Tribunales de Responsabilidades Políticas o el Tribunal de Orden público. Todas las instituciones franquistas implicadas en la persecución política y social generaron un ingente aparato represivo, que está muy bien documentado.

A raíz del golpe militar, en los territorios sublevados hubo una masacre indiscriminada especialmente sangrienta en algunas zonas, como la practicada por el general Queipo de Llano y otros militares y falangistas en Andalucía, donde el catedrático de historia contemporánea Leandro Álvarez Rey calcula más de 60.000 asesinatos políticos. Se acepta que la España franquista generó la segunda mayor fosa común del mundo. Al producirse el golpe militar, unos 54.000 andaluces fueron asesinados por la represión franquista, y seguramente la cifra fue mayor. Frente a eso, en la inicial etapa de revueltas, se han inventariado 8.743 víctimas de la represión en zona republicana.

Por su dimensión, la represión franquista puede ser calificada de genocidio. Por ejemplo, uno de cada cinco diputados electos en 1936 fue asesinado por los franquistas, y son estremecedores los relatos de quienes en prisión presenciaban cada madrugada el viaje a la muerte de quienes eran extraídos de sus celdas para ser fusilados. Las doce rosas son sólo un caso de la extrema crueldad practicada por los verdugos del exterminio de rojos y republicanos que practicó el régimen franquista.

Pero además de quienes fueron ejecutados o sometidos a un trato inhumano en las prisiones, otros 40.000 se vieron abocados al exilio o afectados por los tribunales de depuración. En todo ese proceso represivo el estigma fue ser calificado ‘rojo’, y rojo era cualquiera que participase de los ideales laicos y democráticos de la República. Maestros, mujeres, sindicalistas, militantes de partidos republicanos… quienes habían ganado las elecciones de 1936 con el Frente Popular, para todos ellos el franquismo diseñó una política de exterminio. En València el antiguo rector Juan Peset Aleixandre fue fusilado en mayo de 1941, y tres rectores de las principales universidades españoles tuvieron que exiliarse en México: Jaime Serra Hunter (Autónoma de Barcelona), José Puche Álvarez (València) y Blas Cabrera (Central, Madrid).

Según datos publicados por Santos Juliá, al final de la Guerra había alrededor de 700.000 presos en las prisiones franquistas. Datos del Ministerio de Justicia indican que dos años después todavía quedaban 280.000 republicanos encarcelados por motivos políticos. Además, unos 500.000 fueron internados en campos de concentración. He investigado especialmente la represión contra médicos y científicos y hay que asumir el inventario de médicos represaliados que propone Francisco Guerra, donde hay más de sesenta médicos asesinados en Andalucía, cuarenta médicos en Aragón, treinta en Galicia, los mismos que en Castilla, más de veinte en León, un número similar en Navarra y un puñado más en Extremadura. El exilio, represión e inhabilitación de médicos, farmacéuticos, ingenieros, químicos…, académicos y profesionales supuso una enorme sangría para la sociedad española y una pérdida irrecuperable de poder científico e intelectual.

Según la Plataforma de Víctimas de Desapariciones Forzadas por el Franquismo, fueron más de 143.000 personas, entre víctimas de la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista. Las dimensiones de la represión vemos que son aterradoras y la ley de memoria histórica ha iniciado, tras muchos obstáculos, una política de reconocimiento, dignidad y reparación que resulta imprescindible, como ha reclamado la ONU repetidamente a España: investigar tanto los crímenes del franquismo como los desaparecidos de la dictadura. Además, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó por unanimidad una condena del régimen franquista e instaba al Gobierno español a crear una comisión de investigación de los crímenes de la dictadura.

Con toda esta inmensa carga de investigación histórica, de la que he mostrado unos pocos datos y de la memoria ciudadana silenciada durante la dictadura, ¿de qué hablan estos diputados valencianos de PP y VOX, con una ley de concordia, que es un insulto intolerable a las víctimas y sus familias, a la democracia, a la verdad histórica y a la inteligencia?

Más allá de Federico: la Justicia investiga los crímenes del franquismo en el barranco donde fusilaron a Lorca

 https://www.eldiario.es/andalucia/granada/federico-justicia-investiga-crimenes-franquismo-barranco-fusilaron-lorca_1_11316148.html

Los trabajos en el barranco de Víznar ya han permitido la exhumación de más de 120 víctimas del fascismo español

Álvaro López

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A Concepción Pertíñez, Concha para sus amigos, le raparon la cabeza y se la rociaron con aceite de ricino. “Con dignidad y la cabeza alta”, recuerdan hoy sus familiares, fue escoltada por la Calle Real de Santa Fe camino del barranco de Víznar (Granada), en el que sería el último trayecto de su vida. Apenas atesoraba unos 35 años y un hijo de diez que, tras ver a su madre, fue corriendo a buscar al cura del pueblo para reclamar clemencia.

Sus lamentos no surtieron efecto y Concha fue asesinada con un disparo de gracia al borde de una zanja. Era agosto de 1936 y tan sólo había transcurrido un mes desde el golpe de Estado fascista contra la II República. Hoy, casi 90 años después, la Fiscalía Provincial de Granada investiga su asesinato y el de varias decenas de personas como posibles crímenes de lesa humanidad. Sobre el barranco de Víznar han sobrevolado muchas historias -incluido el asesinato de Federico García Lorca-, pero es la primera vez que la Justicia rastrea en las fosas comunes para investigar los crímenes de lesa humanidad que el franquismo dejó allí enterrados.

El judicial es el resultado de cuatro campañas de exhumaciones en Víznar, lideradas por el arqueólogo de la Universidad de Granada (UGR), Francisco Carrión Méndez. Comenzaron en 2021 y se han alargado hasta este año, con la más que segura ampliación hasta 2025. Hasta la fecha, se han recuperado más de 120 cuerpos de un paraje conocido no sólo por las atrocidades del bando fascista, sino porque una de ellas fue la del asesinato de fusilamiento de Lorca, en el mismo mes en el que Concha Pertíñez, una socialista abnegada y luchadora por la libertad de las mujeres, fue asesinada en el mismo lugar.

Hace casi dos meses, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, visitó el lugar y se comprometió a seguir “excavando hasta la última fosa del barranco de Víznar para restituir la dignidad de aquellos que fueron asesinados por defender la libertad”. No en vano, desde el Ejecutivo se han invertido 190.000 euros que se ampliarán, según confirma el Gobierno, hasta que se rescaten “todos los restos”. Un trabajo que completa la labor sobre el terreno y la investigación que la Fiscalía de Granada ha puesto en marcha.

Este procedimiento judicial se inició el pasado verano con la llegada de Dolores Delgado a la Fiscalía de Derechos Humanos y Memoria democrática. Desde la institución se solicitaron informes sobre las exhumaciones llevadas a cabo en las tres primeras campañas para determinar si había evidencias de muertes violentas. Al constatarse, mediante documentos remitidos por los propios investigadores, el Ministerio Fiscal ha iniciado la investigación por los posibles delitos contra la humanidad que pudo haber cometido el franquismo en el barranco de Víznar.

Hasta ahora, se han exhumado 17 fosas, en la última se ha encontrado que todos los cuerpos fueron arrojados a la tierra maniatados y con un disparo de gracia. Aunque en esta campaña lo que más ha llamado la atención ha sido el hallazgo de un niño de entre 11 y 14 años. “Encontrarlo fue muy duro para el equipo”, reconoce Carrión Méndez. Se calcula que, en total, habrá alrededor de 200 víctimas en todo el barranco, por lo que queda trabajo por hacer, aunque se confía que se hayan exhumado cerca de 150 al finalizar la campaña de este año, que empezó en enero y se prolongará hasta junio. Una labor titánica.

Un trabajo minucioso

Al respecto, familias como la de Concha no tienen duda. Su sobrina nieta, Encarna Pertíñez, pide que no se olvide lo sucedido “porque no se puede volver a repetir”. Su padre y nieto directo de Concha, que aún vive, está a punto de cumplir 97 y ha sido la pieza fundamental para recabar los datos que permiten saber que Concha fue fusilada en este paraje. “Tenía apenas 9 años cuando pasó, pero se acuerda mucho mejor de lo que debería y se prestó sin dudarlo para dar muestras de ADN”. Aunque por su edad ha perdido cierta esperanza de que se llegue a localizar a su tía abuela antes de que él fallezca, la familia confía en que el trabajo científico dé sus frutos. “El equipo que está trabajando es maravilloso”.

No obstante, la identificación de los restos es un proceso complejo, “que no es como una serie de CSI”, apunta Francisco Carrión Méndez. “Hay que cotejar muy bien los datos. No podemos hacer entrega con un 50 o un 60% de probabilidad porque tenemos que llegar mínimo a un 95%”. Los investigadores son conscientes de la ansiedad de los allegados y de que algunos familiares ya han desaparecido, pero ante todo prima a pulcritud de los trabajos.

Unos trabajos en los que también juega una pieza fundamental Francisco Carrión Jiménez, sociólogo e hijo del arqueólogo que lidera las exhumaciones. Él hace de puente entre los científicos y las familias para acotar la información y afinar la búsqueda de las víctimas. Una labor que también incluye la divulgación: “Estoy realizando una serie de entrevistas, tanto a familiares como a docentes y visitantes para que me hablen un poco de su perspectiva de cómo se produce la inclusión de la memoria histórica de estos episodios en las aulas, cómo está siendo su experiencia, también qué impresiones tienen sobre la acogida del alumnado, qué tipo de preconstrucciones o prenociones tienen ellos”.

La sombra de Federico

Historias como la de Concha Pertíñez son las que permiten saber el horror que tuvo lugar en el barranco. Su sobrina nieta explica que fue una mujer “muy adelantada a su tiempo”, que se rodeó de personajes ilustres en la Granada de principios del siglo XX como el político rondeño Fernando de los Ríos. “Vendía telas por la calle y ayudaba a quienes más lo necesitaban”, por lo que se ganó el cariño de Santa Fe, su localidad natal. La macabra casualidad quiso que fuese asesinada en el mismo lugar y en las mismas fechas que Lorca, que a su vez era un íntimo amigo de Fernando de los Ríos.

La figura del poeta es de la que más se menciona cuando se habla del barranco de Víznar, lo que para las familias y los investigadores resulta complejo. La sombra de Federico tiende a opacar a la del resto de las víctimas. “Lo llevamos con dignidad, pero nadie es más que nadie allí”, dice Encarna Pertíñez, sobrina nieta de Concepción Pertíñez, que a su vez también busca a otros dos tíos abuelos que también pudieron ser fusilados en el barranco. Por eso, cuando se acerca el final de las exhumaciones, la pregunta es inevitable: ¿qué pasa con Federico García Lorca?.

“Sabemos al 100% de seguridad que ni Lorca ni Arcoya ni Diáscoro Galindo ni Galadí -los cuatro fueron fusilados a la vez en agosto de 1936- se encuentran allí”, apunta Francisco Carrión Méndez. “Lo sabemos por testimonios recogidos que indican que seguramente sus cuerpos se encuentren en la carretera que va de Víznar a Alfacar. Ojalá encontrarlos algún día”. Por lo que es poco probable que los restos del poeta granadino más universal aparezcan en estas búsquedas. “La familia nunca se ha interesado por estas exhumaciones y, de hecho, la sobrina, Laura García-Lorca, ha llegado a decir que no había que remover la tierra”, señala Francisco Carrión Jiménez, el sociólogo que está datando la información de las víctimas.

“Nosotros estamos al servicio de la sociedad para que se recuperen los restos que llevan esperando las familias tantísimos años”, dice el arqueólogo jefe. Por fortuna, las condiciones del terreno han hecho que los cuerpos se conserven de una forma óptima para facilitar unas identificaciones que, en todo caso, son lentas. Si bien es cierto que entre los restos recuperados se encuentran los de 32 mujeres, que solían ser minoría entre las víctimas del fascismo español, lo que da cuenta de la magnitud de los crímenes que se llevaron a cabo en este barranco y a los que ahora, casi un siglo después, la justicia y la ciencia tratan de darle dignidad.

xhuman en Víznar los cuerpos de 10 víctimas del franquismo ejecutadas con disparos en la cabeza

 https://www.lavanguardia.com/local/sevilla/20240424/9602375/exhuman-en-viznar-los-cuerpos-de-10-victimas-ejecutadas-con-disparos-en-la-cabeza.html

Fiscalía de Derechos Humanos ha incoado el primer expediente para investigar los hechos como delitos de lesa humanidad los crímenes registrados en la zona 

Los hallazgos, hasta ahora se han recuperado 124 cuerpos, ponen de manifiesto la "barbarie" cometida tras encontrar restos mortales de menores, uno de ellos de apenas 12 años de edad




Imagen del monolito que anuncia la zona en la que se hallan las fosas comunes.

 Terceros

Con las manos atadas a la espalda y con disparos en la cabeza. Así han hallado los restos de diez víctimas del franquismo en una de las tantas fosas comunes que esconde el Barraco de Víznar, en Granada, donde un equipo arqueoforense de la Universidad de Granada (URG) lleva realizando trabajos de localización de represaliados desde 2021.

Los cuerpos encontrados están siendo exhumados para su posterior análisis y, en lo que es ya la cuarta campaña en este punto declarado Lugar de Memoria, se han recuperado hasta ahora 124 asesinados, entre los que hay 32 mujeres y un niño de 12 años con dos disparos en la cabeza.

El equipo trabaja bajo la coordinación del profesor de Prehistoria y Arqueología de la Universidad, Francisco Carrión, cuyos avances han conseguido que la Fiscalía de Derechos Humanos haya incoado el primer expediente para investigar los hechos como delitos de lesa humanidad los crímenes registrados en Víznar, una decisión que ha sido muy bien acogida por las asociaciones memorialistas.

Actuación judicial pionera

La Fiscalía de Sala de Derechos Humanos y Memoria Democrática, que dirige la exministra Dolores Delgado, ha activado los tiempos judiciales para investigar como crímenes de guerra los asesinatos registrados en Víznar en la contienda civil y los años posteriores, una decisión que era demandada por los memorialistas que pedían conocer las circunstancias de los asesinatos cometidos en la zona así como confirmar que muchas de las victimas no eran combatientes, algo que pone de manifiesto la “barbarie” que tuvo lugar, domo lo explicado el presidente de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica y profesor de la UGR, Gil Bracero.

El historiador ha insistido en que este análisis abre una etapa nueva que facilitará la reparación y la justicia real a los familiares de los asesinados. "El expediente facilitará que se tengan en cuenta los relatos de los cuarenta años de represión que han estado cercenados y analizará casos de muerte y desaparición forzosa, que son delitos tipificados de lesa humanidad", ha explicado, toda vez que ha añadido que se arrojará luz a una parte de la historia ahora silenciada y que ayudará a terminar “el luto suspendido” para muchas familias.

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Imagen del monolito que anuncia la zona en la que se hallan las fosas comunes.

"Los restos de Víznar demuestran que las víctimas fueron ejecutadas de disparos en la nuca o en la frente a corta distancia, y este tipo de asesinatos necesita la actuación de los jueces, garantes como son de un Estado de derecho", ha añadido Francisco Vigueras, portavoz de la Asociación Verdad, Justicia y Reparación de Granada, que ha considerado que ha comenzado un "camino necesario".

Arrancan los trabajos de localización de fosas comunes en Órgiva, Granada.

Arrancan los trabajos de localización de fosas comunes en Órgiva, Granada. 

 Terceros

El Barranco del Víznar lleva siendo objeto de estudio desde hace 3 años, y ahora el equipo de investigadores de la UGR ha iniciado la fase previa de investigación en las fosas del Barranco del Carrizal, un espacio de Órgiva declarado también Lugar de Memoria en el que ya están realizando prospecciones geofísicas.

Lo hacen con el Instituto de Investigación Andaluz de Geofísica de la UGR, unas labores que se apoyan en prospecciones arqueológicas y que sirven de trabajos previos para iniciar una campaña de excavaciones en 2025. 

En busca de verdad y justicia para las víctimas exhumadas en las fosas del Barranco de Víznar

 https://www.elindependientedegranada.es/ciudadania/busca-verdad-victimas-exhumadas-fosas-barranco-viznar

FISCALÍA APUNTA QUE LOS HECHOS PUEDEN SER CONSTITUTIVOS DE DELITOS COMETIDOS EN CONTEXTO DE CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD
 M. Andrade Martes, 23 de Abril de 2024 
La Fiscalía de Granada abre una investigación, siguiendo el criterio de la unidad especializada en Derechos Humanos y Memoria Democrática que dirige la fiscal Dolores Delgado y en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, para esclarecer lo sucedido.
Detalle del impacto de bala en un cráneo correspondiente a una víctima localizada en una fosa en Víznar.
FRANCISCO CARRIÓN JIMÉNEZ
Detalle del impacto de bala en un cráneo correspondiente a una víctima localizada en una fosa en Víznar.

La Fiscalía de Granada ha abierto una investigación sobre las ejecuciones perpetradas, tras el golpe militar de 1936, en el Barranco de Víznar. Lo ha hecho siguiendo el criterio trasladado por la unidad de la Fiscalía General del Estado especializada en Derechos Humanos y Memoria Democrática que dirige Dolores Delgado y en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática.

Es un paso novedoso, al amparo de la ley, porque hasta ahora, en otras exhumaciones de víctimas del franquismo que se han llevado a cabo en distintos puntos de España, cuando se han abierto diligencias han sido decisiones adoptadas por juzgados tras recibir denuncias o atestados de la Guardia Civil con los hallazgos. Pero en Granada es la Fiscalía la que las abre y asume desde el primer momento la investigación -una vez que ha comprobado que no existe ningún procedimiento judicial al respecto-.

"Los hechos investigados podrían ser indiciariamente constitutivos de delitos de homicidio, asesinato, detención ilegal y/o desaparición forzada cometidos en el contexto de crímenes contra la humanidad", recoge el decreto de la Fiscalía granadina, fechado el 12 de abril. 

La investigación de la Fiscalía responde al "derecho de las víctimas a la justicia y a la verdad", resaltan desde la unidad especializada en Derechos Humanos y Memoria Democrática

No obstante, como resaltan a El Independiente de Granada fuentes de la unidad especializada en Derechos Humanos y Memoria Democrática, "lo esencial de estas investigaciones no es la persecución penal, lo esencial es el derecho de las víctimas a la justicia y a la verdad". Responde al "cambio de paradigma" que representa la Ley de Memoria, que integra ese "derecho a la verdad" consagrado en el Derecho Internacional relativo a los Derechos Humanos -como la Convención de las Naciones Unidas ratificada por España en 2011- y que responde a lo que exige la Constitución Española. 

"Se trata de hacer esa interpretación integradora y reparar", añaden las fuentes para resaltar que la Ley de Memoria Democrática "pone como piedra angular a las víctimas", tanto las que fueron asesinadas como sus familiares, que son también reconocidos como víctimas. "La investigación en sí misma ya es reparadora" para los familiares, apuntan recordando también que la ley establece la obligación del Estado de buscar, localizar e identificar a esas víctimas. 

Lo que se busca es aclarar, desde la justicia, las circunstancias de la desaparición, la suerte de las personas desaparecidas, cómo fueron esas muertes violentas. Se busca verdad, justicia y reparación.

Imagen de detalle de una de las últimas fosas exhumadas en Víznar, hasta ahora la más numerosa. INDEGRANADA

En el caso de Víznar,el equipo de la UGR que lidera el profesor Francisco Carrión remitió las memorias de las primeras campañas de exhumaciones a la unidad especializada en Derechos Humanos y Memoria Democrática, creada precisamente mediante esa nueva ley, aprobada en 2022. Estas comenzaron en 2021. En las dos primeras fases se recuperaron los restos de 49 víctimas. Presentaban en algunos casos signos de haber sido golpeados antes de la muerte y disparos en los cráneos, que en algunos casos aún alojaban los casquillos de la munición utilizada, que certifican que fueron ejecutadas a manos de los golpistas. Al respecto, la disposición de esos cuerpos en las fosas evidencian que esos disparos los recibían allí mismo y conforme caían o eran empujados, quedaban en la tierra. 

Esa unidad, aclaran las fuentes, no tiene funciones jurisdiccionales y, por tanto, corresponde a la Fiscalía Territorial actuar en los procedimientos. Lo que hace la unidad especializada es unificar los criterios de actuación y hacer un seguimiento. En el caso de Granada, es la Fiscalía Provincial. Dada la aún reciente creación de la especialización en Derechos Humanos y Memoria Democrática, aún no hay designado fiscal en ese ámbito en la provincia. 

La Fiscalía está a la espera de recibir más información, en concreto informes periciales. Al respecto, las fuentes consultadas de la unidad especializada en Derechos Humanos y Memoria Democrática resaltan el "rigor científico" de esos informes, que son multidisciplinares y que no solo se basan en la identificación a través del ADN, sino que incorporan estudios antropológicos y contexto histórico. Son "extraordinarios", enfatizan.

Sea cual sea el rumbo de estas diligencias de investigación, que tienen carácter preprocesal, ya suponen un hito para la recuperación de la Memoria Democrática

Sea cual sea el rumbo de estas diligencias de investigación, que tienen carácter preprocesal, ya suponen un hito para la recuperación de la Memoria Democrática, como lo son las propias campañas de exhumaciones en el Barranco de Víznar, Lugar de Memoria Histórica de Andalucía, símbolo para las víctimas del golpe militar y la represión franquista. Hasta principios de abril, inmersos en la cuarta campaña de fosas en este paraje, se han recuperado 119 víctimas y se trabaja ya en nuevas fosas. 

En marzo pasado, la fiscal Dolores Delgado y las fiscales adscritas visitaron el Barranco de Víznar junto al ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, y responsables de la Universidad de Granada, entre ellas la vicerrectora Margarita Sánchez Romero.

Las campañas de Víznar han desenterrado restos y, con ellos, la certificación de las minuciosas investigaciones desarrolladas durante décadas por memorialistas y asociaciones para la recuperación de la Memoria Democrática. Entre esas víctimas, por primera vez ha sido recuperado un grupo de mujeres. Junto a ellas, entre otros objetos, un dedal, el que utilizaban en su profesión de costureras; también trabajadores de El Fargue, la histórica fábrica de pólvora y munición; por primera vez también en estas fosas en las que yace población civil, cuatro militares republicanos que muy posiblemente estaban en esa fábrica; y más recientemente, los restos de un menor de edad que aún tenía un proyectil alojado en el cráneo y junto al que se encontraron una goma de borrar y un lápiz. 

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dijous, 25 d’abril del 2024

RESISTIRE. LA HISTORIA DETRÁS DE LA CANCIÓN.

 https://resistencia.org.uy/articulos/230/resistire-la-historia-detras-de-la-cancion



 

Escribe: Julián Vadillo. Fuente: El Salto

“Resistiré”, la canción popularizada por el grupo Dúo Dinámico con letra de Carlos Toro Montoro y elementos tomados de la canción de Gloria Gaynor “I will survive”, esconde una historia que conviene recuperar: la de Carlos Toro Gallego, padre del autor de la letra. Él resistió.

Cuando en 1918 Europa estaba devastada por la Primera Guerra Mundial y el conflicto llegaba a su fin, un nuevo elemento distorsionador vino a empeorar la situación. A partir de marzo de 1918 comenzó a extenderse una epidemia de gripe, minusvalorada al principio por todos los países, pero que, con el paso de los meses, hizo estragos. Mal conocida como la gripe española, sus acciones se extendieron por una Europa destruida entre 1918 y 1920, aunque su extensión fue mundial y provocó millones de muertos.

El año de esa pandemia, en España se estrenó una zarzuela en Madrid con el nombre La canción del olvido, de Federico Romero Sarachaga y Guillermo Fernández-Shaw Iturralde, con música de José Serrano. En esa zarzuela se hizo muy famosa la canción “Soldado de Nápoles”, que se extendía por España al ritmo que la pandemia de gripe. Por eso a la propia pandemia se la conoció con el nombre de la canción, y en España recordar la música es acordarse de la gripe española. Un himno para una pandemia hace más de cien años.

Más de cien años después de aquella pandemia de gripe, un nuevo virus asola numerosos países y provoca miles de muertos. No es una gripe, sino el coronavirus. Y en medio de un confinamiento, muchas personas han dejado volar su imaginación para hacer más llevaderos estos duros momentos.

La música siempre es buena compañera en estos momentos y en diversos lugares de prensa, radio, televisión, balcones, patios, etc., resuena una canción: “Resistiré”. Una canción popularizada por el grupo Dúo Dinámico, cuya letra compuso Carlos Toro Montoro y cuya música tiene elementos tomados de la canción de Gloria Gaynor “I will survive”. Estos días hemos visto cómo diversos artistas han versionado la canción, la han puesto de actualidad y aparece en numerosos lugares.

Pero no, no voy a hacer un artículo sobre la canción, sino más bien sobre algo que puede esconder la canción y que, en estos días que tanto se oye y se canta, es conveniente tener en cuenta. Al menos como justicia histórica, que con los tiempos que corren es más que necesaria.

CARLOS TORO

Carlos Toro Montoro a lo mejor no era tan conocido hasta estos días. Compositor de numerosas canciones y periodista, sus letras se conocen no tanto por él, sino por los intérpretes que las cantan, como es el caso del Dúo Dinámico.

Sin embargo, detrás de la historia de Carlos Toro nos encontramos un periplo de lucha, de resistencia, que hace de esta canción algo especial. Sobre todo por quien fue el padre de Carlos Toro Montoro: Carlos Toro Gallego.

Hace muchos años, en el curso de una investigación histórica sobre represión franquista, di con el nombre de Carlos Toro Gallego. La explosión fortuita de un polvorín militar en Alcalá de Henares en septiembre de 1947 sirvió de pretexto a las autoridades franquistas para acometer detenciones contra las estructuras comunistas clandestinas del Partido Comunista de España (PCE) y de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Casi todos los comités de Alcalá de Henares y Madrid cayeron en aquellas fechas por un acto que era imposible que hubiese cometido la organización clandestina de los comunistas.

En octubre de 1947 fue detenido en Madrid Carlos Toro Gallego. Natural de Jaraicejo, un pequeño pueblo en la provincia de Cáceres, Toro Gallego había nacido en 1907. Antes del golpe de Estado de julio de 1936, era un activo afiliado a la UGT y a las JSU, pasando posteriormente al PCE, según su ficha policial.

Cuando se produjo el golpe de Estado contra la República, Carlos Toro fue voluntario en el Ejército republicano, alcanzado importancia una vez que se constituyó el Ejército Popular y llegando a ser Comisario Político de la 50 División, que intervino primero dentro del XX Cuerpo de Ejército que actuó en Levante y posteriormente pasó al XXI.

Al finalizar la Guerra Civil, Carlos Toro Gallego fue detenido y condenado por un Tribunal Militar a la pena de muerte por delito de rebelión, aunque su pena fue conmutada por 30 años de cárcel y posteriormente por una inferior de 20 años y un mes. En el año 1944 consiguió la libertad condicional y en marzo de 1947 se hizo con la libertad definitiva al beneficiarse de un indulto.

Sin embargo, en una España donde no había rincón que no fuese una cárcel, Carlos Toro Gallego no tardó a en volver a las ergástulas del franquismo. Nunca dejó de tener contacto con el clandestino Partido Comunista, y mantuvo relaciones con antiguos camaradas suyos y con las actividades de la guerrilla.

En octubre de 1947 volvió a ser detenido cuando formaba parte de una estructura clandestina del PCE, siendo interrogado y torturado en la prisión de Alcalá de Henares, donde se los vinculó a las estructuras que el PCE y las JSU tenían en la ciudad de Cervantes y a las que se acusaba de haber llevado a cabo un atentado contra el polvorín militar que explotó en septiembre de 1947.

La detención de Carlos Toro Gallego no fue casual. Su compromiso con el PCE era evidente, a lo que se unía que en ese momento la estructura interior del Partido Comunista en Madrid tiene un infiltrado que hizo estragos en la organización: José Tomás Planas, alias “El Peque”, un hombre infiltrado por el comisario Roberto Conesa en las estructuras clandestinas del PCE. Carlos Toro Gallego tuvo la mala suerte de conocer a José Planas y fue incluido en la causa que instruyó la explosión del polvorín de Alcalá.

La macrocausa del franquismo contra las estructuras del PCE y de las JSU fue dividida por el juez especial Enrique Eymar. En la causa 142.010 fueron incluidos los más activos militantes y considerados más peligrosos. Su sentencia, efectuada el 9 de julio de 1948, conllevó ocho penas de muerte que fueron ejecutadas en Ocaña en agosto de ese mismo año.

Carlos Toro Gallego fue encuadrado en la causa 239/48, junto a Fernando Nacarino Moreno, Ricardo Lidó Expósito o Alejandro Heredero del Castillo, a los que se les pidió la pena de muerte. El tribunal dictó contra ellos 30 años de prisión. La siguiente condena más fuerte fue la de Carlos Toro Gallego, condenado a catorce años de reclusión.

Carlos Toro Gallego resistió.

Viendo su trayectoria, Carlos Toro Gallego resistió. Y cada una de las estrofas de la canción que su hijo compuso recuerda sobremanera a la capacidad de resistencia de un hombre que vivió bajo una pandemia que asoló España durante casi cuarenta años y que le recluyó una parte importante de su vida por pensar distinto. Aunque no fuera la intencionalidad de su hijo, en alguna entrevista ha reconocido que es concebido como un himno de resistencia y de su propia vida, por lo que la historia de su padre estaría presente.

Podemos tararear “Resistiré”, se puede convertir en un himno contra la pandemia del covid19, pero conviene recordar lo que trasciende bajo una letra de resistencia y lucha.