sábado, 14 de julio de 2018
Trabajos de exhumación: a la búsqueda de la esquina NW de la antigua iglesia.
El sábado pasado estuvimos vendiendo en la feria medieval de A Pobra do Brollón distintos productos de nuestro proyecto del castro de San Lourenzo: camisetas, gorras, vino, bolsas... El dinero recaudado nos permite pagar la pala mecánica que empleamos en la exhumación de Castroncelos, dos días después. Otro equipo de colegas valencianos (Arqueoantro) organizan fiestas con bandas-tributo heavys. La venta de merchandising se destina a pagar los análisis de ADN para identificar a los combatientes de la guerra civil exhumados en las sierras de Castellón. Así está la llamada memoria histórica en el reino de España. El equipo de la ARMH que participa en esta investigación se nutre también de voluntarios extranjeros. Un alumno californiano de la Duke University vino aquí a hacer el trabajo que no hacen las universidades españolas. Significarse en España no augura nada bueno en el cursus honorum de un aspirante a académico.
Localización de la esquina NE de la antigua iglesia.
Gracias a Cristina Sánchez-Carretero, antropóloga del INCIPIT, conocemos bien los procesos de duelo en las comunidades locales. En Galicia (y en más sitios, claro), las mujeres gobiernan los cementerios. Hace años, en una charla impartida por un tecnócrata dedicado al desarrollo rural afirmaba sin complejos que las mujeres rurales son un grupo débil que hay que priorizar. Con dos cojones. Estas mujeres sostienen la comunidad, la identidad y la memoria. Pepe Ogando, nieto de uno de los hombres que estamos buscando, nos muestra en su tablet una fotografía histórica: tres señoras, enlutadas, vecinas de Montefurado, sonríen a la cámara. Las tres fueron represaliadas por el franquismo. Como ellas, en las parroquias de Brollón las mujeres empoderadas son las emprendedoras, las que se preocupan por el patrimonio, por el pasado y el futuro.
Quizás por ello, la periodista Ana Pastor, y su productora, Fátima (oriunda de Monforte de Lemos), eligieron nuestra exhumación para grabar un capítulo sobre la recuperación de la memoria histórica. En estos tiempos de PRISA por la noticia, de zozobra periodística, es un orgullo contar con mujeres como Ana y Fátima. Además de ellas, acudieron a la cita otros dos profesionales del audiovisual que trabajan para la cadena estadounidense HBO. Están grabando, a su vez, un documental sobre los crímenes del franquismo. A pesar de que sabían que esta exhumación no es nada agradecida, que es muy compleja y con apenas margen de éxito, estos y estas profesionales reconocen algo que venimos defendiendo desde este blog: el propio proceso de investigación, los procesos que se activan cuando excavamos, son más importantes e interesantes que los propios resultados del estudio.
Ana Pastor entrevista a Pepe Ogando en el atrio de la iglesia de Castroncelos.
Si Lévi-Strauss hubiese conocido cómo funciona una parroquia rural gallega quizás no se hubiera ido a América y en vez de Tristes trópicos habría escrito el Trópico de Grelos. Durante la exhumación contamos con la escritora y profesora Olga Novo (nacida en Vilarmao, Castroncelos) quien jugó un papel clave durante los trabajos, igual que su amiga Noelia Besteiro, de la vecina Ferreirúa. Contactó con las mujeres mayores que mandan en el templo y alrededores, se hizo con la llave de la iglesia para dejar acceder a los periodistas, se trajo a ancianos del lugar para que aportasen su testimonio y convenció al cura párroco para continuar con los trabajos en el futuro. Casi nada. Otra mujer, Carmen Garcia-Rodeja (ARMH) acudió también al rescate. Atender a los familiares de las víctimas durante la exhumación es fundamental. Aquello es un carrusel de emociones, de frustraciones y esperanzas que se suceden tras cada palada de tierra.
El secretario del ayuntamiento de A Pobra do Brollón, Rafa Castillo, la escritora Olga Novo y la periodista Ana Pastor, muchas gracias a los tres. (Fot. de Carmen García Rodeja).
La ausencia del Estado se cubre con la colaboración de personas y entidades. El CSIC aporta tecnología, como el gradiómetro que nos permitió localizar el trazado de la antigua iglesia, de la mano de Carlos. El ayuntamiento, con su alcalde Xosé Lois y su secretario, Rafa, colabora en la exhumación y da amparo oficial a la intervención. Dos equipos, el del castro de San Lourenzo y el de la ARMH, hacen lo posible por alcanzar el objetivo. Muchos colegas defienden la idea de que la sociedad no debe de marcar la agenda arqueológica. En estas situaciones todo es diferente. Los nietos nos piden que intentemos de nuevo abrir más área en la zona sondeada hace dos años. Cuando consideramos que aquello estaba agotado, le indicamos al palista, al Pulga, que lo deje. En ese momento, con los ojos vidriosos, Pepe Ogando se acerca y nos pide que, por favor, abramos medio metro más, solo medio metro más, por favor. Se nos cae el alma a los pies. Si mi abuelo estuviese allí enterrado, yo excavaría con las uñas. Es muy duro quedarse a centímetros de la verdad.
Carlos pasa el gradiómetro en la zona oriental del atrio de la iglesia.
Una vez más, la tradición oral acaba por confirmarse. El cambio de orientación de la planta de la iglesia hizo que los cuerpos de los hermanos García Moral quedasen en un recoveco cerca del altar mayor, dentro del nuevo templo. A la tercera irá la vencida. A los habitantes de A Pobra do Brollón se nos conoce como guímaros, que significa, entre otras cosas, tozudos.
Croquis con la ubicación de la fosa, aportado por una vecina de Castroncelos (gentileza de Olga Novo).