dissabte, 21 de maig del 2022

La dignidad en un campo de concentración franquista cabe en una lata reciclada en taza

 https://www.eldiario.es/sociedad/dignidad-campo-concentracion-franquista-lata-reciclada-taza_130_9003726.html





Ese es el poder de los objetos: revivir personas. Cuando un arqueólogo encuentra uno, sucede de inmediato un viaje en el tiempo del que participa todo el que contempla ese objeto. Hace poco volvió a ocurrir, en Jadraque (Guadalajara), tal y como adelantó este periódico.

Allí trabajaron los rescatadores de la memoria durante casi un mes y hallaron, entre muchas otras cosas, cuatro latas recicladas en tazas. Al encontrarse con sus artilugios, se cruzaron con él. Nunca sabrán quién fue su dueño y creador, ni si trabajaba como artesano antes del golpe de Estado del ejército de Franco que le mandó a ese campo de concentración en el desabrido páramo de la provincia de Guadalajara. El óxido y la tierra adheridos al recipiente casero no ocultan la delicadeza y la minuciosidad con la que aquella persona, hace exactamente 83 años, trenzó el alambre con forma de asa, y lo abrazó arriba y abajo el diámetro de la lata vacía. 

Los arqueólogos lo excavan todo y se cruzan con latas oxidadas que no solo cuentan historias y confirman los documentos de los archivos, que señalan 4.300 personas presas en el campo de concentración de Jadraque. También devuelven a la vida a ese individuo del que nunca sabremos más que el tiempo que le dedicó a mantenerse vivo y buscarse la supervivencia. “Debió de ser la misma persona y debió usar su habilidad para intercambiar por comida estas latas hechas tazas”, cuenta Alfredo González Ruibal, el arqueólogo que junto con Luis Antonio Ruiz han sacado de la oscuridad un campo de concentración franquista mucho más grande de lo que se imaginaban al inicio de sus excavaciones. Han encontrado un centenar de estructuras; 49 son del propio campo. 

Cada uno de estos barracones excavados en la ladera medían unos de diez metros de largo y tres metros de ancho. Las paredes y el suelo eran la tierra y el techo quién sabe. Posiblemente de lona o ramas, cuentan los arqueólogos. No ha quedado nada de esa parte. Todos estos barracones, que en nada se parecen a los de los nazis, estaban rodeados por una valla, como se retiene al ganado con un alambre de espino. “Esa es la estigmatización y el proceso de denigración de los prisioneros”, apunta Ruibal. 

La humanidad es una lata

Ruiz dice que ante esta situación hay un proceso personal de resistencia identitaria. Un proceso silencioso, casi invisible, como es el gesto de entrelazar los alambres. No es arte de trincheras, es pura supervivencia. Sin esa taza no podían beber ni comer. “Esta lata es un intento de mantener la dignidad”, señala Ruibal, que lo ha visto en otros yacimientos de la Guerra Civil y en testimonios escritos. Es la obsesión, dice, por mantenerse en pie, por sobrevivir en pleno desmoronamiento de una persona. “Una lata hecha taza es un gesto de humanidad”, añade el arqueólogo del CSIC. 

Tampoco esperaban encontrarse en estos meses con la memoria viva de uno de los presos. Viva y escrita. Uno de los días que pasaron levantando el yacimiento se acercó el nieto de alguien que pasó por aquellos barracones que se montaron de manera improvisada pero intencionada entre marzo y abril de 1939. El nieto tiene en su poder los diarios escritos por el abuelo. No han tenido tiempo de verlos y documentarlos, pero ya han encontrado un testimonio directo de las casi 4.300 personas que fueron recluidas allí en condiciones infrahumanas. 

Comida en frío, de lata. Las sobras requisadas en los almacenes republicanos apropiados por los franquistas en su avance. Montones de latas. Latas por todas partes que los vecinos de poblaciones cercanas se acercaron a recoger a los pocos días de no quedar ni un preso. Las llevaban a reciclar para sacarse algún dinero. Los arqueólogos se encontraron con testigos que vieron aquello, que hablan cuando nadie les ve, que piden que sus nombres no aparezcan anotados en ninguna línea de su investigación. 

Tierra y silencio

Casi nueve décadas después y el miedo no ha pasado. Los fascistas tampoco han desaparecido, los han sufrido los arqueólogos. Dicen que hubo más apoyo y preguntas que insultos. Más reconocimiento que negacionismo. “Siempre habrá negacionistas de los campos de concentración franquistas. Con los fanáticos no podemos hacer nada, pero debemos aceptar entre todos un mínimo”, explica Ruibal que recuerda el trabajo de investigación de Carlos Hernández que ha localizado hasta 300 campos de concentración.

Tampoco tenían noticias de la precariedad en la que vivieron todas ellas. Hacinados y sin útiles para comer. Vivieron en hoyos. “Comieron con las manos y vivieron entre la basura”, apunta el arqueólogo del CSIC. De ahí la importancia de esa lata convertida en taza, testimonio de alguien que se resistió a desaparecer en medio de ese poblado infernal. Los investigadores suman a sus conocimientos la lección de la precariedad con la que el ejército franquista obligó a vivir a los presos republicanos. La habían datado en otros lugares, habían encontrado otros objetos, pero el hallazgo de estas cuatro tazas de supervivencia –idénticas, posiblemente hechas por la misma persona para intercambiar con comida– revela la cultura material de la represión.   

Recuperan la "historia secreta" de la represión contra las mujeres guipuzcoanas en el franquismo.

https://www.eitb.eus/es/radio/radio-euskadi/programas/distrito-euskadi/detalle/8849623/recuperan-historia-secreta-de-represion-contra-mujeres-guipuzcoanas-en-franquismo/


La investigadora de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Ione Zuloaga, lidera el trabajo que lleva por título "Isilpeko historia berreskuratuz. Emakume gipuzkoarren aurkako errepresioa (1936-1945)"

  • Imagen: Dictadura franquista Fuente: Wikimedia Commons

    Imagen: Dictadura franquista Fuente: Wikimedia Commons

    9:02 min
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Tras haber conquistado ciertos derechos durante la Segunda República española, la guerra de 1936 y posterior dictadura franquista supusieron un retroceso para la sociedad, especialmente para las mujeres, que según relata la investigadora de la Sociedad de Ciencias AranzadiIone Zuloaga, "son las grandes olvidadas de nuestra historia". Cabe recordar que en 1931 se consiguió el derecho al voto para las mujeres en el Estado español. "Clara Campoamor consiguió que el derecho al voto de la mujer fuera un sueño realizado", recuerda Zuloaga, quien habla de "dos silencios" durante la Guerra Civil y posterior dictadura: "El primero, el de todos los represaliados de la guerra y la dictadura. Y el segundo, el de la represión de las mujeres".

Tras haber indagado en la opresión de los derechos humanos y la represión de la población en la Guerra Civil y primer franquismo en municipios guipuzcoanos como Getaria o Alegia, la investigadora Ione Zuloaga se centra ahora en la situación y represión de las mujeres en todos esos años, en un trabajo que está en proceso de elaboración.

'Papillons' revela el sufrimiento de las mujeres republicanas en las cárceles franquistas

 

https://www.elbierzodigital.com/papillons-sufrimiento-mujeres-republicanas/443939

La muestra, inaugurada este viernes en el Museo del Bierzo, marca el inicio del programa de actividades de la tercera edición de la Universidad Feminista

Lidia Martín y Lorena González, en la inauguración de la exposición 'Papillons, la palabra no dicha' en el Museo del Bierzo. / EBD


Mostrar la sistematización del sufrimiento y de la moral más perversa por ser republicanas y además mujeres, y revelar la cosificación a través de la evocación de las investigaciones eugenésicas del psiquiatra fascista Antonio Vallejo Nájera durante la reclusión de estas mujeres en las cárceles franquistas. Estos son los dos ejes temáticos de Papillons, la palabra no dicha, una exposición abierta este viernes en el Museo del Bierzo que podrá verse hasta el próximo 20 de junio y que marca el comienzo de la programación de la tercera edición de la Universidad Feminista organizada por la Concejalía de Bienestar Social, Infancia e Igualdad de Ponferrada que dirige Lorena González.

La muestra, inaugurada este viernes por la propia González, junto al alcalde Olegario Ramón y la comisaría de la exposición, Lidia Martín, aprovecha el espacio de la antigua cárcel de Ponferrada para mostrar la perversión ejercida contra estas mujeres, con el fin de apelar a la consciencia del público sobre la represión y el miedo. Un ejemplo de ello por parte de los mandatarios franquistas fue calificar a la mujer como un “ente femenino” carente de capacidad para pensar o tacharlas de “putas de los rojos”.1

Papilllons, la palabra no dicha cuenta también con la proyección de un cortometraje de cinco minutos, basado en entrevistas a reclusas en los años 40 del siglo pasado, en el que la voz del general franquistas Queipo de Llano invita (de forma subliminal) a los soldados fascistas a la violación de mujeres, un efecto que persiste en la memoria del público que recorre esta exposición.

Exposición sobre la represión a las mujeres republicanas en el Museo del Bierzo. / EBD

Exposición sobre la represión a las mujeres republicanas en el Museo del Bierzo. / EBD

La represión franquista en Los Cerralbos, "una marca indeleble en el alma" que busca reparación.

 https://periodicoclm.publico.es/2022/05/18/memoria-historica-represion-franquista-cerralbos-toledo-marca-indeleble-alma-busca-reparacion-exhumacion-republicanos-asesinados/


La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica retoma, con fondos propios y sin pedir subvenciones públicas, la búsqueda de los cuerpos de cinco republicanos asesinados en este pueblo toledano.

Trabajos de exhumación en Los Cerralbos (Toledo) junto a las imágenes de los asesinados Lucio Jiménez, Teodoro Dionisio y Pablo Arrogante, de izquierda a derecha. - PERIÓDICOCLM / ARMH
 

TOLEDO.- Pablo Arrogante, Teodoro Dionisio, Lucio Jiménez y los hermanos Baldomero y Eulogio Díaz. Son los nombres de los cinco republicanos asesinados por el bando franquista, a las órdenes del general sublevado Juan Yagüe, en la localidad toledana de Los Cerralbos alrededor del 5 de noviembre de 1936.

Una sangrienta toma del pueblo, "una marca indeleble en el alma", que el hijo del maestro de esta localidad en aquella época, Ángel Fernández-Santos, cuenta en sus memorias cómo la percibió con ojos de niño. Recuerda así que en los días posteriores a la ocupación de Los Cerralbos, "un grupito de guardias civiles y de falangistas fusilaron sin miramiento alguno a pobres obreros" del municipio, donde existen evidencias de que no hubo represión violenta por parte de los fieles a la II República contra sus propios vecinos.

Ahora la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que ya realizó hace un año un informe sobre los antecedentes históricos y la posible localización de la fosa, ha retomado este martes las labores de búsqueda con el objetivo de exhumar la fosa e identificar los cuerpos. Unos trabajos que se extenderán hasta este viernes.

Según explica el vicepresidente de la ARMH, Marco Antonio González, el año pasado se desarrollaron los trabajos de búsqueda en una superficie de 5.000 metros cuadrados, logrando encontrar "evidencias balísticas", tanto de arma corta como de arma larga. Ahora, se pone en marcha un nuevo rastreo, complicado por la amplitud de la zona y, principalmente, porque "se ha perdido la referencia" y que no existen evidencias de los cuerpos.

En concreto, se trata de una finca de ese término municipal conocida como 'Los Parrales' en la que creen que están los restos de estas víctimas. De ellas se conoce, por ejemplo, que Teodoro Dionisio Fernández, nacido el 7 de diciembre de 1909, era natural de Los Cerralbos, estaba casado con Eugenia Campos y era padre de tres hijos; y que Lucio Jiménez, también natural de este municipio, nació el 6 de mayo de 1909, estaba soltero y era jornalero.

Sobre los hermanos Baldomero y Eulogio Díaz Zapata, las investigaciones reflejan que ambos eran residentes en Los Cerralbos, aunque su lugar de origen se desconoce, que su crimen se produjo por una disputa "por un cargamento de leña que habían ido a buscar al monte" y que, "como todo en aquella época, pertenecía a una familia rica"; mientras que de Pablo Arrogante García se ha averiguado que nació en Lucillos (Toledo) el 15 de enero de 1907, que estaba casado y con tres hijos.

Los cinco sufrieron un detención ilegal y fueron ejecutados extrajudicialmente en ese paraje donde ahora la ARMH espera encontrar sus cuerpos. Una labor de búsqueda e identificación de desaparecidos por la represión franquista que lleva a cabo con recursos propios.

No solicita subvenciones a ninguna institución, recuerda la Asociación, porque está en contra de las políticas que no garantizan la búsqueda de los desaparecidos como un derecho para todos los familiares.

Por ello, el traslado de los voluntarios, su manutención, las herramientas que se utilizan en las labores de exhumación y el coste de las pruebas genéticas corren a cargo de los recursos que tiene la entidad por las aportaciones de sus socios y donantes.

De momento, ya se ha realizado el estudio visual de la parcela en la que se encontraría la fosa. Así, una vez realizados los sondeos y se constate la existencia de la misma, se procederá a los trabajos arqueológicos y antropológicos.

Cabe recordar que a pesar de que en la provincia toledana los generales, altos cargos y militares no se sublevaran entre los días 17 y 19 de julio de 1936, el territorio no aguantó mucho bajo el legítimo domino republicano, pues el 28 de agosto las tropas golpistas entrazon por La Calzada de Oropesa y las Ventas de San Julian, tal y como explica José Manuel Doutón, de la Universidad de León, en los antecedentes históricos de la exhumación.

Más tarde, el 3 de septiembre, se produjo la caída de Talavera de la Reina, y en esos días caía en manos sublevadas otro enclave importante, Calera y Chozas, donde la represión fue brutal y los anhelos de exterminio por parte de los golpistas llegaron al extremo de soltar frases como "matar campesisnos hará que se restablezca el orden".

Finalmente, en torno al 17 de septiembre, las tropas franquistas tomaron Los Ceballos, donde Pablo, Teodoro, Lucio, Baldomero y Eulogio son rescatados ahora del olvido al que les sometió la dictadura.