Vota
Fotograma de una producción de Zambara Zinema para el futuro documental El Espejo de la Memoria, de Pablo Alonso. / Bambara Zinema
En Casasola de Rueda están terminando de erigir hoy, 18 de julio, 79 años después del golpe de estado militar que acabó con la democracia republicana en España, el último 'monumento' a los caídos. A los 'otros' caídos, los silenciados durante décadas, las víctimas incontables de la represión franquista. Lo hacen los únicos que están echando el resto desde hace años para que de las cunetas, las cuevas y los parajes del horror salgan a la luz los cientos de historias olvidadas que sucumbieron al odio político, civil y militar a partir de 1936 y durante muchos años.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), con apoyo de voluntarios y recursos tan remotos como el sindicato de electricistas noruego Elogit y parte de la dotación del Premio de Derechos Humanos 2015 otorgado por la Asociación ALBA y la Fundación Puffin de New York, acaban de sumar a seis víctimas aún anónimas.
Proceden de dos fosas diferentes, una junto a la otra, separadas al parecer por algunos años. Porque los dos 'paseados' de la primera aparecieron boca abajo, como tirados de cualquier manera tras el tiro de gracia. Los cuatro segundos cadáveres permanecían boca arriba, sepultados de manera más ordenada. "Quizá", explica el arqueólogo de la ARMH, René Pacheco, "porque era habitual que tras las ejecuciones llamaran a concejo al pueblo y eligieran entre los vecinos a aquellos que tenían que afrontar la dura tarea de ocultar los restos".
Por este motivo, porque hubo testigos que el régimen quería que hubiera para extender el miedo, es sabido en la zona que podría haber una tercera fosa "en la que algunos vecinos hablan de 30 muertos más". Pero este bárbaro 'monumento' no se ha encontrado ni se podrá hacer de momento, porque los miembros de la asociación tienen en el calendario nuevas excavaciones inminentes en las provincias de Cádiz y Lugo.
Los voluntarios de ARMH trabajando sobre un cuerpo, imagen de la producción de Zambara Zinema para el futuro documental El Espejo de la Memoria, de Pablo Alonso. / Bambara Zinema
La Valleja de los Muertos
De Casasola, del lugar denominado por la población local muy elocuentemente como La Valleja de los Muertos, han salido esos seis cuerpos, pero también algunos lapiceros, restos de albarcas, aquel calzado de gente humilde y de campo, los proyectiles que arrancaron sus vidas y en los huesos de cabeza y pecho "impactos que son el prototipo de una ejecución".
Casasola es sólo un punto negro más. Uno más de la 'ruta del horror' en torno a la carretera LE-213 donde "hubo gran cantidad de asesinatos", recuerda Pacheco. Y una ruta más de las que cosen toda la geografía provincial. Hoy, 18 de julio, conmemoración del otrora laureado "glorioso alzamiento nacional", la cuenta de la ARMH suma 38 monumentos, 38 fosas excavadas, decenas de asesinados, que iLeon.com reproduce en un mapa interactivo, muy gráfico pero siempre incompleto.
Porque, ¿cuántos muertos por la represión hubo en la provincia? ¿Cuántos son aún los mausoleos desconocidos? "Menuda pregunta, la pregunta del millón", se queja Marcos González, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Entre 1.500 y 3.000 víctimas mortales
Las cifras bailan, difieren. En los primeros estudios serios, en la década de los años 80, expertos como el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de León Javier Rodríguez, Secundino Serrano o Wenceslao Álvarez Oblanca, hablan de cuantías que alcanzan las 3.000 almas. Siempre, ojo, sin contar víctimas del conflicto militar.
Más recientemente, la Asociación de Estudios sobre la Represión en León (Aerle) realizó un recuento detalladísimo para ubicar nombres, apellidos y procedencia en la llamada Capilla Laica del cementerio de León que aún, un aniversario del golpe de Estado más, permanece tan incompleto como la memoria real de la tragedia fratricida leonesa. La cifra: 1.517.
Noches de odio y violencia
Pero en decenas de pueblos como Casasola, los más viejos del lugar saben de más cementerios improvisados en noches de odio y violencia. La memoria colectiva recuerda, a pesar de 40 años de terror y silencio, lugares como La Cenia o el campo de Fresno del Camino, donde siempre destacó la historia simbólica de la muerte de la jovencísima socialista Teresa Monge, a quien se dice que le cortaron los pechos antes de prenderla fuego, como a otras 33 víctimas.
Seguir el rastro oficial de las sentencias de muerte, de los ingresos en los campos de concentración de San Marcos o Santa Ana en León, se ha podido hacer a duras penas en los últimos años. Pero de los 'paseos' leoneses es materialmente imposible porque nadie firmaba un papel, un ingreso, una 'saca' de las prisiones, ningún médico certificaba la muerte de los desgraciados reos.
De modo que las 38 fosas excavadas de momento por la ARMH, la primera de ellas de los 13 de Priaranza del Bierzo, donde nació el actual movimiento nacional e internacional de la asociación, parecen ser sólo la punta de iceberg. A pesar de que sumen 164 cadáveres (incluyendo los 9 de Valderas, que al ser el más reciente no aparecen en el gráfico), algunos por fortuna ya identificados, otros sólo devueltos anónimamente a la superficie de un tiempo en el que 79 años después, importan demasiado poco.