dissabte, 15 de juliol del 2023

“Llevaba un jersey bordado con la hoz y el martillo”: la denuncia al maestro fusilado en 1936 y censurado en 2023

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Sergi Bernal realiza un trabajo fotográfico para el libro Desenterrando el silencio.

Peio H. Riaño


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El curso de 1934 arrancó en Bañuelos de Bureba con nuevo maestro. Antonio Benaiges Nogues, de 31 años, natural de Tarragona, hijo de Teresa Nogués y de Jaime Benaiges y de una familia de inspiración pedagógica, llegó con plaza en propiedad a la Escuela Nacional Mixta de aquel pueblo, a medio camino entre Burgos y Miranda de Ebro. No llegaba a 200 habitantes. Antonio se licenció como maestro en 1929 y aplicaba desde 1933 las técnicas pedagógicas ideadas en los años veinte por el maestro y pedagogo francés Célestin Freinet (1896-1966). Era una propuesta que rompía con la escuela tradicional y con la idea de la infancia como mano de obra para la tierra, y eso es lo que contaba la obra de teatro El mar: visión de unos niños que no lo han visto nuncacensurada por el Ayuntamiento de Briviesca, gobernado por el PP con el apoyo de Vox. En consecuencia y reivindicación en contra de la anulación de la obra, la asociación Escuela Benaiges - Bañuelos de Bureba ha anunciado que hará una lectura pública de algunos pasajes de la misma. Será este sábado 15 de julio a las 20:00 horas en el Claustro del “Hospitalillo” Briviesca, en Burgos.

Cuando el fascismo cerró escuelas, destruyó sindicatos marineros y 'fondeó' en la ría al bisabuelo de Iago Aspas

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“La idea, si ha de tener valor, es algo que ha de nacer de cada uno. Algo de propia elaboración, característico y fundamental en la personalidad. Dar palabras es ilustrar; dar ideas es entorpecer”. Esto lo escribió Antonio Benaiges en 1935, unos meses antes de que lo fusilaran en julio de 1936 por defender y practicar una educación laica y progresista. El informe contra el maestro, realizado por la Comisión Depuradora del Magisterio Nacional de Primera Enseñanza de Burgos del Ministerio de Educación Nacional franquista, se conserva en el Archivo General de la Administración (AGA), en Alcalá de Henares. La depuración empezó a los pocos meses de su desaparición. No fue suficiente con su asesinato. 

En el artículo titulado La imprenta en la Escuela recogía la esencia del método Freinet, que aplicaba en el aula, basado en el “respeto y estímulo”. En el texto estableció los principios de esa nueva relación entre alumno y maestro, que supuso una revolución para la educación en la autonomía. “Y no temáis por vuestra verdadera autoridad. Quizá haya en vuestra clase menos aparente sumisión o docilidad pasiva. Pero sentiréis en torno a un nuevo ambiente, un natural y alentador entusiasmo que os caldeará el alma y será capaz de reconciliaros con la actividad escolar”, escribió Célestin Freinet para animar a sus compañeros a bajar la mesa del maestro de aquella imponente plataforma. 

El periódico en la escuela

Eran los inicios de la escuela del proletariado, que aspiró a liberar a los oprimidos y a formar parte de la construcción de un mundo más justo. La puesta en práctica de las teorías de Freinet se realizaron en España en el curso 1932-1933. En julio de 1935 se celebró en Huesca el II Congreso de la Imprenta en la Escuela y Asamblea General de la Cooperativa Española de la Técnica Freinet. Apenas fue un suspiro, hasta el golpe de Estado del Ejército franquista.

Los principios pedagógicos que desarrolló Célestin Freinet en los años veinte proponían alentar a los alumnos a aprender mediante la creación de productos, para que vieran su utilidad. Era el aprendizaje desde la investigación y la cooperación a partir de las experiencias reales. Los escolares asumían responsabilidades con su trabajo y con la comunidad. 

Para lograr estos objetivos usaban el texto libre, el dibujo libre, los libros de vida sustituyeron a los libros de texto y, sobre todo, la imprenta y el periódico escolar. Fue su principal aportación, el uso de la imprenta en la escuela, con la que el niño escribía sobre sí mismo y lo comunicaba. El aula se transformaba en un espacio de igualdad y de cultura en libertad, creativo y crítico. 

“Haremos un periódico. Como los hombres. Mejor que el de los hombres, porque será de cosas nuestras. Cosas de niños y para niños. Lo leeremos. Lo leerán todos los del pueblo. Y en otros pueblos. Y en otros países. ¡Cuánto tarda en llegar la imprenta!”, escribió el maestro Antonio Benaiges en el artículo La imprenta en la Escuela. Gracias a la imprenta hizo en clase libros de niños hechos por niños. La especialista Natalia Plaza Benimeli, de la Universitat de Barcelona, ha investigado la depuración del magisterio como forma de control social ejecutada por el franquismo y explica que “los escritos de Benaiges en Colaboración son particularmente interesantes porque nos muestran paso a paso cómo se aplicaba en una escuela de su época la técnica Freinet”. La investigadora ha descubierto cuatro revistas diferentes hechas por los niños, en abril de 1936, con la imprenta de la Escuela de Bañuelos.

Un “antipatriota y antisocial”

Francesc Escribano cuenta en Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar, que en julio de 1936, con las clases finalizadas, Antonio no regresó a Montroig con su familia porque había prometido a una parte de sus alumnos que los llevaría a ver el mar. Quizás estuviera en Bañuelos preparando el viaje cuando Franco puso en marcha el golpe de Estado contra la República. El día después, el 19 de julio, fue detenido por los falangistas.

En agosto se decretó “la necesidad de demostrar al mundo la normalidad de la vida nacional en las regiones ocupadas por el Ejército Español, salvador de España” y se decretó informar de los maestros que hubiesen ejercido con un “ideario perturbador de las conciencias infantiles, así en el aspecto patriótico como en el moral”. El primer documento que se conserva en el expediente de depuración del maestro es una carta manuscrita contra Antonio firmada por el alcalde, el cura párroco y dos vecinos. No consta fecha aunque da a entender que podría ser del 2 de septiembre de 1936, anunciando el inicio de las clases con el crucifijo “entronizado” y también “la Bandera Roja y Gualda”. 

El nuevo maestro fue nombrado por el propio alcalde: “Vicente Carranza Casillas, vecino de reconocida probidad y honradez y acendrado patriotismo”. Los firmantes aseguran que la conducta de Antonio Benaiges fue “antipatriota y antisocial y mal vista por las autoridades y padres de familia”. 

El “buen español”

En la carpeta que conserva los archivos contra Benaiges también hay varios formularios impresos en los que se deben rellenar campos que denuncian la “conducta profesional”, la “conducta social”, la “conducta particular” y la “actuación política”. El cura Manuel Álvarez rellena uno de estos pliegos el 16 de enero de 1937. “No respondía a los fines de un buen ciudadano español”, escribió en el campo que pregunta por la conducta del maestro fusilado medio año antes. Le acusó “de comunista y revolucionario”, tener “muy malas” relaciones con las autoridades y con el vecindario. Y sobre la conducta religiosa del maestro, el cura responde que era “pésima, no tenía noción de nada en materia religiosa”.

“¿Saludaron los niños con puños en alto?”, pregunta del pliego. “Sí”, respuesta del párroco. ¿Concurrió con los niños a actos o manifestaciones extremistas? “Que yo sepa no por ser un pueblo rural de poca importancia”, contesta. ¿Dio a los niños periódicos de izquierdas? “Sí”. ¿Cuáles? “Todos de izquierdas”, contesta el párroco sin aclarar más. ¿Hizo propaganda de esta política fuera de la escuela? “Mucha”. 

Cuando las autoridades requieren un paradero de Antonio, el cura escribe: “Desaparecido”. Desde “el día antes del movimiento Nacional”, dice. “Según referencias ha sido detenido”. “¿Se le supone en las filas de los rojos?”. “No se sabe”. Y a modo de conclusión el párroco añade más leña al fuego: “Según mi opinión era indigno de la profesión que ostentaba tanto de español como de ciudadano”.

Con un “jersey encarnado”

El alcalde, Eusebio Hernáez, contestó el 15 de enero de 1937. Entre sus respuestas denunció que “aconsejó a los discípulos el odio y desobediencia a los padres superiores”, que era “contrario a las normas de Nuestra Sacrosanta Religión”, que fue un “anarco-sindicalista”. Al contrario que el cura, el alcalde ignoraba si el maestro que enseñaba a sus alumnos a hacer sus propios periódicos dio a los niños periódicos de izquierdas. 

Otro de los formularios conservados va sin firma, pero ofrece una de las acusaciones más dramáticas: “Este maestro el día de la iniciación del movimiento fue sorprendido por las milicias de F.E. en la casa del pueblo de Briviesca con varios más. De uso corriente llevaba un jersey encarnado en el que tenía bordada la hoz y el martillo. Estaba organizando en la casa del pueblo de Briviesca y en varios pueblos más del partido. Elemento muy peligroso, hacía propaganda de sus ideas comunistas y antirreligiosas, en especial a las muchachas jóvenes a las que decía que el matrimonio no debía ser para toda la vida, sino como un contrato de un objeto que se arrienda que cuando se termina se deja”.

La delación continua su relato, en el que asegura que unos cuantos vecinos se reunieron para echar al maestro. ¿El motivo? “El crucifijo que había en la escuela retirado lo arrojó al retrete”, escribe el denunciante sin nombre. “Los niños, llenos de terror al ver tan mala obra, le cogieron y se lo dieron al señor cura que entonces había en el pueblo. Y como esta muchas cosas que no tenían nada de moral. También se le ocurría preguntar a las niñas mayorcitas de la escuela de doce años, que si para tener hijos hacía falta casarse o no. Y ellas, como más inocentes contestaron que sí y él como más malicioso las contestó que le pongan a él una mujer a ver si le hace falta o no. Era un hombre que no quería coger a la juventud por su mando”, termina la acusación. 

El expediente incluye también una larga carta de un vecino, Saturnino Viadas Hernáez, que acusó a Antonio Benaiges de hacer “juegos inmorales con las niñas”. “Durante las horas de clase algunos días distraía a los niños tocando el gramófono y les hacía bailar. También a los niños les tenía varios días más de una hora de recreo. Y a los niños les decía que él si iba a la iglesia en todo caso era para quemarla”, escribió Viadas, cuyo nombre aparece en tres de los cuatro cuestionarios, además del suyo propio.

El 14 de marzo de 1939, la Comisión Superior Dictaminadora de Expedientes de Depuración, organismo del Ministerio de Educación Nacional, determina “la separación definitiva del servicio y baja en el escalafón respectivo” de Antonio Benaiges. Había sido fusilado tres años antes.

Feijóo reduce los asesinatos y desapariciones de la Guerra Civil y el franquismo a “personas que se han muerto”

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Alberto Núlñz Feijóo, en un mitin del PP en Burgos.

“La memoria de las víctimas del golpe de Estado, la Guerra Civil y la dictadura franquista, su reconocimiento, reparación y dignificación, representa un inexcusable deber moral en la vida política y es un signo de la calidad de la democracia. La historia no puede construirse desde el olvido y el silenciamiento de los vencidos. El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a afianzar nuestra convivencia sobre bases más sólidas, protegiéndonos de repetir los errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy enfrentar la verdad y la justicia en relación a nuestro pasado. El olvido no es una opción para una democracia”.

Los objetivos establecidos en este texto, que forma parte del preámbulo de la Ley de Memoria Democrática aprobada en el Congreso en octubre de 2022, no forman parte de las prioridades del candidato del PP a la presidencia del Gobierno.

La memoria democrática en relación al franquismo "no forma parte de mis prioridades", admitió Alberto Núñez Feijóo este viernes en una entrevista en Onda Cero Radio, emisora propiedad del Grupo Planeta. Aunque se considera "absolutamente respetuoso" con "las personas que fallecieron en la guerra [civil]", evitó referirse a ellas como víctimas asesinadas o desaparecidas. "De ambos bandos", añadió, haciendo gala de su equidistancia entre los sublevados y los defensores de la legalidad republicana. La guerra "debería servirnos para no volver a dividir nunca más a la sociedad española".

“España no vive de eso”

Feijóo no quiso aclarar si planea rebautizar Cuelgamuros como Valle de los Caídos y cancelar su transformación en un memorial para todas las víctimas. "Yo no viviré del franquismo en los próximos años", respondió. "Porque España no vive de eso y España no vive de lo que ocurrió hace 80 años".

En línea con el único argumento que ha utilizado hasta ahora contra la ley, aprobada por amplia mayoría en el Congreso, que es el voto favorable de EH Bildu, Feijóo enumeró las medidas que piensa impulsar contra quienes considera los herederos políticos de ETA: una posible reforma legal para impedir que los condenados por terrorismo con penas cumplidas puedan presentarse a las elecciones, la tipificación como delito de la celebración pública de la salida de prisión de esas mismas personas y la adopción de medidas, que no explicó, para "intentar avanzar en las investigaciones de los 379 asesinatos [de ETA] cuya autoría todavía no se ha esclarecido".

Feijóo no siempre ha mantenido esa postura. Cuando era presidente de la Xunta de Galicia, no tuvo inconveniente en discrepar del líder del PP en ese momento, Pablo Casado, después de que este describiera, en junio de 2021, la Guerra Civil como un "enfrentamiento" entre "quienes querían la democracia sin ley y quienes querían la ley sin democracia". "La Guerra Civil", replicó entonces Feijóo, "fue un golpe de Estado, una forma resumida e incompleta de explicar las cosas".

Pelea entre abuelos

Pero todo cambió desde que llegó a Génova. Lo que antes era considerado un golpe de Estado contra un Gobierno legítimo, rápidamente se convirtió en una simple disputa entre antepasados. En noviembre de 2022, en respuesta a una pregunta de los periodistas en Buenos Aires (Argentina), describió la guerra de la siguiente manera: "Hace ochenta años, nuestros abuelos, nuestros bisabuelos, se pelearon y no tiene sentido vivir de los réditos de lo que hicieron. Nos habíamos dado la mano. Y un Gobierno que reabre el rencor y no siembra la concordia es un Gobierno que no respeta la Constitución y la Transición", añadió reprochando la legislación de memoria democrática impulsada por el PSOE y Unidas Podemos.

Atrás quedó la imagen que había cultivado durante más de una década y que se remontaba a octubre de 2008, cuando el PP gallego que él lideraba en la oposición sorprendió al votar a favor de una resolución en el Parlamento autonómico impulsada por socialistas y nacionalistas en la que se condenaba enfáticamente el franquismo.

No fue la única vez que el PP gallego se alejó de la línea tradicional marcada desde Génova en relación a la Guerra Civil y la dictadura. En el verano de 2016, cuando Feijóo ya era presidente de la Xunta y contaba con mayoría absoluta, los conservadores volvieron a votar a favor de una declaración institucional que condenaba el golpe de Estado perpetrado por Franco el 18 de julio de 1936, el régimen dictatorial resultante y los crímenes y la represión cometidos contra los perdedores de la guerra. El documento también recordaba a los republicanos deportados a campos de concentración, donde miles de españoles fueron abandonados a su suerte.

Dignificar la memoria

Todas estas resoluciones respaldadas por el PP de Feijóo abogaban abiertamente por apoyar a las víctimas, resaltando la importancia de continuar las acciones para recuperar y dignificar la memoria, colaborando en la identificación de los desaparecidos y enterrados en fosas comunes. Incluso en algunos casos, los conservadores gallegos promovieron estas iniciativas. A finales de 2018, presentaron una resolución que instaba a la Xunta a coordinar con la Federación Gallega de Municipios y Provincias y la Administración General del Estado las acciones necesarias para facilitar a las familias la localización, exhumación y traslado de los restos de sus familiares, si fuera necesario.

Todo cambió cuando asumió el liderazgo del partido y adoptó la postura clásica del PP respecto a las víctimas del franquismo. Tardó apenas tres meses en prometer que derogaría la Ley de Memoria Democrática, siguiendo los pasos de Pablo Casado.

Donde su predecesor veía "la guerra del abuelo", Feijóo ahora ve poco más que una disputa entre antepasados. El líder del PP ya no parece tener interés en cerrar uno de los capítulos más sangrientos de la historia reciente de España y respaldar a las víctimas. Lo dejó claro cuando se le planteó la exhumación del general golpista Gonzalo Queipo de Llano de la basílica de La Macarena: "A mí me interesa más hablar de los vivos que de los muertos. Creo que la política debe centrarse en los vivos y dejar descansar a los muertos".

Feijóo y los muertos del franquismo

Recuperan los restos de tres represaliados del Franquismo en una fosa común de Chinchilla (Albacete)

 https://www.cmmedia.es/noticias/castilla-la-mancha/albacete/exhumacion-chinchilla-restos-represaliados-franquismo-fosa-comun.html


Sus restos están en el Laboratorio de Arqueología Forense de la Universidad Autónoma de Madrid y, después del verano, se entregarán a las familias.

exhumación chinchilla

Recuperan los restos de tres represaliados del Franquismo en una fosa común de Chinchilla (Albacete)CMM

REDACCIÓN CMM
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El pasado 6 de julio se exhumaron de una fosa común los restos de José Sahuquillo, José Tendero y Dídimo Fernández, en el cementerio de Chinchilla (Albacete).

Los tres fueron fusilados y enterrados en esta fosa común en Chinchilla. Sus restos están ahora en el Laboratorio de Arqueología Forense de la Universidad Autónoma de Madrid y después del verano se entregarán a las familias.

Ocho décadas para recuperarlos

Los tres fueron ejecutados a principios de los años cuarenta, por lo que han tenido que pasar más de ocho décadas para que sus familiares puedan recuperar sus restos. Algo que han logrado, entre otras cosas, gracias a la Ley de Memoria Democrática.

Emoción, alegría y, sobre todo, son algunos de los sentimientos que los familiares vivieron en el momento de la exhumación, tal y como relata Pilar Orozco.

Estaban en una fosa pequeña y poco profunda. Los cuerpos tienen evidentes señales de violencia. "Los dos cráneos que tenemos están reventados, es decir, han tenido el llamado tiro de gracia", cuenta el arqueólogo forense de la UAM, Ángel Fuentes, quien asegura no entender el rechazo de algunos partidos políticos a estos trabajos de exhumación, que él y su equipo seguirán realizando.

"Mientras quede gente que recuerde y que eche de menos a sus familiares, estas tareas deben de hacerse".
Ángel Fuentes

Una vez los restos estén en Albacete, las familias tienen previsto organizar un homenaje para recordar y honrar el recuerdo de José Sahuquillo, José Tendero y Dídimo Fernández, condenados por la dictadura franquista.

Bebés robados

 


La convocatoria de elecciones para el 23 de julio ha supuesto que, con el precipitado fin de la legislatura, casi sesenta proyectos de ley que se estaban tramitando en las Cortes Generales queden sin aprobarse; y algunos estaban a punto de ver la luz. Entre ellos se encuentra la Ley de bebés robados en el Estado español, que pretende ser para las víctimas una puerta abierta a la solución de este drama, que afectó a miles de personas y cuyas consecuencias las siguen padeciendo hoy muchas familias, que continúan buscando a sus hijos e hijas, hoy adultos y con una identidad hurtada. La sustracción de recién nacidos, perpetrada durante la dictadura franquista y hasta bien entrada la democracia (hasta comienzos de los años noventa, según Amnistía Internacional), es un delito de lesa humanidad que requiere reparación puesto que es un asunto de derechos humanos. El mazazo que ha significado el decaimiento de esta proposición de ley, iniciada en 2017 y con retrasos injustificados, genera frustración, impotencia y desesperanza entre quienes luchan para reparar esta tragedia. Desde colectivos como CEAQUA (Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina contra los crímenes del franquismo) esperan que estos años de trabajo no caigan en saco roto y piden una voluntad firme a las fuerzas parlamentarias surgidas de los próximos comicios para que aprueben por la vía de urgencia una ley indispensable y más que justificada, gobierne quien gobierne. No son ingenuos e intuyen qué pasará si gana el PP y gobierna con Vox: guardarán en un cajón la ley, dado que carecen de la empatía necesaria para ponerse en la piel de las víctimas de bebés robados, un colectivo muy vulnerable por lo sucedido, ya de por sí un crimen atroz, a lo que se añaden las consecuencias emocionales, físicas y psicológicas aún presentes en esas familias. Detrás de ese robo de niños y niñas había razones eugenésicas, políticas, ideológicas, morales, religiosas, sociales o de clase, económicas y de género. Resulta tan doloroso imaginar cómo en cárceles, clínicas, maternidades, centros de internamiento o en cualquier otro establecimiento donde las mujeres pariesen se perpetraron estos delitos, con la participación activa del Estado en un primer momento, que cuesta pensar que alguien pueda oponerse a que exista hoy un amparo legal a los afectados. Es algo que se produjo en todos los rincones del país y cada vez más están aflorando nuevos casos. Aparte de su judicialización, la ley ha de ser aprobada en la próxima legislatura. Las víctimas no pueden esperar más. Ha sido demasiado tiempo aguardando, excesivo el dolor por esa ausencia con la que han vivido cada día de sus vidas. Este tema no incumbe solo a las familias afectadas sino a toda la sociedad española en su conjunto y, como se autodenomina una de las principales asociaciones, «Todos los niños robados son también mis niños». Definitivamente, es tiempo de verdad, justicia y reparación.