dijous, 22 de març del 2018

Corbera d'Ebre inicia sus actos conmemorativos en abril 1938-2018.


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Corbera d'Ebre inicia sus actos conmemorativos en abril 1938-2018
Joan Antonio
... i a l'abril començarem els actes commemoratius 1938-2018

dimecres, 21 de març del 2018

LOS MILITARES DE ESTADO MAYOR EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939)


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https://asehismi.es/catalogo/docs/20170706094651_Los_militares_de_EM_en_la_guerra_civil_espaola.pdf

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Emilio Silva: “Globalmente la justicia española se ha dedicado a prevaricar con una trampa, una amnistía se da cuando hay una condena”

http://www.radiocable.com/emilio-silva-memoria-historica-ley-amnistia-168.html



Exhumacion en Cementerio Guadalajara de Timoteo Mendieta y unos 20 mas_9-5-2017
Emilio Silva (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica) ha sido entrevistado en La Cafetera de radiocable.com tras tumbarse la reforma de la Ley de Amnistía de 1977 en España. Y ha asegurado que “globalmente la justicia española se ha dedicado a prevaricar con una trampa y es que una amnistía se da cuando hay una condena”. Pero, añadió: “Lo que una ley de amnistía no dice es que no haya que investigar esos crímenes”. “Lo que se debatía en el Congreso era que la justicia sea universal para todas las personas que han sufrido delitos”, explicó.
“Si hablamos de un crimen, nadie puede decir que no se investigue, es un deber público”, dijo.
Silva, uno de los fundadores de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, señalaba que “el punto fundamental de esa ley sacó a la calle a 89 presos políticos” y destacaba el punto “que dice que quedan incluidos en esta amnistía todos los funcionarios y agentes del orden público que hayan cometido delitos contra los derechos de las personas”. Todo ello, dijo, en el contexto de que la Ley de Amnistía “es la primera ley que aprueba entonces ese parlamento con tanta urgencia que no tenía ni presidente”.
“Hemos sido una enorme fábrica de olvido”, lamentaba.
Sobre la prescripción de los crímenes durante el franquismo a la que aludían diputados del Partido Popular, Emilio Silva ha contestado que “hay dos informes del Alto Comisionado de Naciones Unidas que dicen que no prescriben y, en el caso de desaparecidos, es un delito que prescribe a partir de que el autor resuelve la desaparición”. “Cosa que aquí no ha ocurrido”, señaló. Además, afirmó que “hay numerosa legislación internacional que dice que España tiene la obligación de investigarlo”.

La polémica por el traslado de los restos de Queipo de Llano en Sevilla, llega al New York Times

http://www.radiocable.com/ny-traslado-restos-queipo423.html



La sociedad española sigue teniendo muchos problemas para ajustar cuentas con su pasado franquista y el debate sobre la posibilidad de sacar los restos de Queipo de Llano de La Macarena que ha reabierto viejas heridas es el último ejemplo. Es lo que señala el diario estadounidense en un reportaje de Raphael Minder sobre la controversia abierta en Sevilla por la exhumación del general franquista. Cita a varios historiadores que argumentan contra la figura de Queipo de Llano, pero subraya que en la Hermandad de la Macarena, el traslado de sus restos es un asunto que genera mucha irritación.
The New York Times explica que “según a quien se pregunte” Gonzalo Queipo de Llano fue un criminal fascista de la Guerra Civil o un héroe nacional que protegió a los católicos y al país de la amenaza del comunismo. Pero advierte que la respuesta es clave para determinar si sus restos deben ser exhumados y trasladados de la basílica de La Macarena que ayudó a construir en Sevilla, un asunto que ha generado toda una disputa en la ciudad. Aunque sobre todo subraya que el caso es otra de las numerosas controversias que se siguen dando en toda España reflejando las fisuras ideológicas que aún persisten décadas después de la Guerra Civil y la dictadura de Franco.
El reportaje detalla algunos aspectos de la vida de Queipo de Llano, uno de los militares que protagonizó el golpe de 1936, cuyos restos quiere exhumar la Junta de Andalucía tras aprobar una ley regional para revitalizar la Ley de Memoria Histórica de 2007. Cita a historiadores como Paul Preston que califican al general franquista de “inestable, irascible y siempre dispuesto a recurrir a la violencia” y recuerda que bajo su jurisdicción murieron 45.000 personas. Pero también al presidente de la Hermandad de la Macarena que defiende que Queipo de Llano fue un protector de la Iglesia Católica y critica que “se reabran heridas”, resaltando la irritación que provoca la posibilidad de su exhumación entre los miembros de la Hermandad.
El New York Times se publica desde 1851 y está considerado como el diario más influyente de EEUU y el mundo. Es propiedad de la familia Ochs Sulzsberger y el magnate mexicano Carlos Slim también tiene acciones del diario. Su tirada en 2013 fue de 731.395 ejemplares en papel y 1.133.923 suscriptores on line, lo que deja una circulacion total de 1.865.318. Además su website recibe más de 30 millones de visitantes únicos al mes. Su línea editorial está considerada como liberal/progresistaEn 2012, publicó un reportaje documentando sobre cómo la crisis económica estaba causando miseria y hambre en España, que provocó un gran impacto.
Raphael Minder es corresponsal del New York Times para España y Portugal desde 2010. Nacido en Suiza empezó su carrera en Bloomberg para luego incorporarse al Financial Times, para el que trabajó como corresponsal durante 10 años en París, Bruselas, Sydney y Hong Kong. Ha sido el autor de algunos reportajes que han dado mucho que hablar en España cómo el que evidenciaba el servilismo de la prensa española con el poder político e incluía las crítica a El País de Miguel Ángel Aguilar. También es autor de una información sobre el “Pequeño Nicolás” y la importancia de las conexiones personales en España o un artículo sobre Emilio Botín en 2011, resaltando su influencia y siendo de los primeros en hablar abiertamente de su cuenta en Suiza. Y en 2017 ha publicado el libro “The Struggle for Catalonia” sobre el conflicto y la sociedad catalana.
Advertencia: Por respeto a la ley L.P.I. española, radiocable.com ni reproduce textualmente ni publica links a los textos externos que han llamado la atención de nuestro equipo. Si desea conocer la literalidad del artículo acuda directamente al medio referido.

¿Quién financió la Guerra Civil?


http://www.publico.es/actualidad/financio-guerra-civil.html


El empresario y economista José Ángel Sánchez Asiain analiza en la obra 'La financiación de la guerra civil española', ganadora del Premio Nacional de Historia de España.



Antes incluso de comenzar la descripción del sistema financiero de la República española y del ejército de Franco, señalado en la obra como Gobierno de Burgos, José Ángel Sánchez Asiain, autor de la obra La financiación de la guerra civil española (Editorial Crítica), ganadora del Premio Nacional de Historia de España, hace la siguiente reflexión: la Guerra Civil la pagaron los ahorros y el sufrimiento de los ciudadanos del Estado español. 'La República pagó el coste del la Guerra Civil con cargo al ahorro que los españoles habían acumulado en el pasado, y el Gobierno de Burgos lo financió con el ahorro futuro. Con lo que los españoles se iban a ver obligados a dejar de consumir en los años sucesivos para satisfacer esa deuda de guerra', escribe el autor.
A partir de ahí, la obra realiza un análisis pormenorizado de las ayudas financieras que recibió cada uno de los contendientes, el sistema financiero de los dos territorios, el comportamiento de la banca y las cajas de ahorro, la financiación exterior, y los diferentes sistemas de captación de fondos de ambos bandos en sus respectivas sociedades. El presente artículo, dada la extensión del análisis de la obra de Sánchez Asiain, se limita a recoger los nombres, entidades financieros o países que  prestaron dinero al Gobierno republicano o a los sublevados, sin entrar en los métodos de recaudación en el interior mediante suscripciones e incautaciones o responsabilidades políticas por daños de guerra. 
Una de las principales conclusiones que se pueden obtener de la detenida lectura de la obra en los mencionados aspectos es que, por una parte, prácticamente nadie, salvo la URSS y de una manera muy discreta Francia, comerció con la República española ya sea por miedo al comunismo o a sus aliados nazi-fascistas. Y, por otro lado, que el golpe de Estado que provocó la Guerra Civil y que tuvo su única justificación en la consigna de 'salvar España' estuvo financiado prácticamente en su integridad por capital extranjero que impuso altos intereses. Curiosa manera de salvaguardar los intereses de España.
La financiación y ayuda monetaria y bélica que reciben los primeros conspiradores, después golpistas y, finalmente, ejército de Franco en la Guerra Civil debe ser analizada en tres fases: la primera arrancaría el mismo 14 de abril de 1931, fecha de la proclamación de la II República; la segunda sería la preparación del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 hasta noviembre de 1936 cuando Franco renuncia a intentar tomar Madrid y, por último, la financiación de los tres años de Guerra Civil. 
La conspiración para poner fin a la República había comenzado, de hecho, el mismo 14 de abril cuando un reducido grupo de 'personajes significativos' se reunió en casa del conde de Guadalhorce (Rafael Benjumea, miembro del directorio civil de Primo Rivera y presidente de Renfe durante la dictadura de Franco) para derrocar 'por todos los medios' a la nueva República. Carlistas y monárquicos comenzaron a perfilar el bloque y los socios exteriores necesarios para la sublevación del 18 de julio. Como apunte sirve introducir que en 1932, los monárquicos ya habían conseguido 20 millones de pesetas para la causa visitando a españoles residentes en Francia.
Sin embargo, no sería hasta marzo de 1936 cuando se comenzara a concretar la sublevación. Se formalizó en casa del agente de cambio y bolsa y diputado de la CEDA José Delgado, y su objetivo no era otro que organizar un 'movimiento militar destinado a preservar al país de la ruina y del desmembramiento'. 'La operación se hacía en nombre de España, con exclusión de toda otra etiqueta', escribe el autor. En aquella reunión, según apuntó el historiador Jellinek, había asegurado a los generales asistentes que el Vaticano reconocería inmediatamente la sublevación, y apenas podía haber dudas de que así lo harían Alemania, Italia y Portugal.
Las primeras ayudas, por tanto, al golpe de Estado militar del 18 de julio de 1936 vendrían de tres fuentes fundamentales: Navarra, Juan March y Portugal, sin contar con la inestimable ayuda de Italia, Alemania y diferentes bancos, que se analizará más adelante. 'Cada día parece más claro que sin esas tres fuentes de financiación, la sublevación no hubiera triunfado de ninguna manera y se hubiera desmoronado en pocas semanas', agrega Sánchez. 
Juan March. El banquero y contrabandista Juan March, cuya familia sigue disponiendo de una amplia fortuna, era el hombre más rico e influyente de la España de 1936 y no tuvo ningún reparo en financiar todo tipo de acciones para socavar la República. Primero alentando la 'conspiración' luego facilitando medios para que la rebelión fuera una realidad en 1936, y  posteriormente, siendo generoso con su dinero, especialmente en los primeros momentos, a la hora de financiar la compra de todo tipo de material de guerra.

Hoy día es todavía imposible cuantificar cuánto dinero puso March a disposición de los militares sublevados. Las cifras de historiadores y periodistas han oscilado entre los mil millones de pesetas a 15 millones de libras esterlinas más la financiación de buena parte de la intervención italiana en Mallorca.

De cualquier modo, sí está claro que ya March en los primeros días del golpe de Estado puso a disposición del general Mola 600 millones de pesetas de la época a través de una cartera de Valores. Así, tampoco dudó en financiación el alquiler del avión inglés que llevó a Franco de Canarias a Marruecos y en avalar cuantos créditos fueran necesarios para la causa franquista, no sin establecer unos intereses beneficiosos para él y sus socios.

El banquero, asegura la obra, también se ocupó de dar solución a una cuestión de tanta importancia para un conflicto militar como el suministro y financiación del petróleo que utilizó el llamado 'Gobierno de Burgos'. March ofreció las garantías suficientes a la empresa norteamericana Texaco para financiar los primeros envíos de petróleo a los sublevados, que dejaron de suministrar petróleo a la República, a pesar de los acuerdos firmados por ésta. El autor, además, añade: 'No está documentado pero parece también claro que España recibió petróleo de Portugal siendo también March el financiador de esas compras'

El dinero de Juan March también sirvió para sufragar las escuálidas arcas de Falange. El propio José Antonio Primo Rivera había afirmado en 1934 que 'uno de los primeros actos del Gobierno de la Falange será colgar al multimillonario contrabandista Juan March'. Sin embargo, 1936 el dinero de March ya fluía en las arcas revolucionarias de los falangistas, primero a disgusto de José Antonio y después con su aprobación.

Portugal.  'La ayuda del Gobierno de Portugal a la sublevación fue realmente importante y generosa. Aunque dada, la limitación de recursos que Portugal disponía, esa ayuda fue, en su volumen y regularidad, muy inferior a la ayuda prestada por italianos y alemanes', escribe el autor. No obstante, la ayuda de Portugal, ya en manos de Salazar, fue 'muy oportuna y notablemente eficaz'. Especialmente durante las críticas primeras semanas.

El gobierno portugués puso a disposición de los militares golpistas todo tipo de recursos financieros, créditos por parte de bancos portugueses, pero también una amplia protección política y diplomática. 'Así, queda constancia de que en 1937 y desde el Banco Espíritu Santo de Lisboa, se comunicaba a 37 representantes diplomáticos españoles que les remitían unas determinadas cantidades económicas'.

También ayudó Portugal en el suministro de armas al bando rebelde. Portugal se convirtió de hecho en el receptor formal de armas por cuenta de Franco. 'De tal manera que Portugal salió de la insignificancia como consumidor de armamento, para ocupar en la lista de clientes de la industria bélica alemana el tercer lugar mundial y el primer europeo', explica. Asimismo, la ayuda portuguesa fue también muy importante en cuanto al suministro de infraestructuras y servicios. El territorio portugués se convirtió en la retaguardia de apoyo logístico ya que servía de comunicación de la zona en manos de los militares golpistas, que había quedado partida en dos tras el fallido golpe de Estado.

Navarra. En 1936, Navarra gozaba de un régimen foral que otorgaba a la Diputación Foral el control económico y fiscal de ese territorio. A partir de esa especial situación de su Hacienda Pública, la Diputación Foral de Navarra mantuvo una 'importante, generosa y constante ayuda institucional a los sublevados'. Sirve como ejemplo que solamente tres días después del golpe de Estado la Dipuación Foral ya había hecho un llamamiento a los navarros aplaudiendo 'su patriotismo al sumarse a la causa del movimiento salvador en defensa de la religión, la paz material y nuestras libertades forales', tomando medidas inmediatas para 'el buen funcionamiento de la sociedad navarra al servicio de la guerra'.
El 24 de julio, el general Mola dio orden a la Diputación para que le habilitara un crédito por dos millones de pesetas para hacer frente a los gastos originados por 'el movimiento emprendido para salvar España', crédito que posteriormente sería liquidado sin ser abonado. Así, la Diputación también llamó a todos aquellos que 'disfrutaban de una posición económica desahogada' a realizar una contribución a la causa.En suma, todos los impuestos de guerra que creó la Diputación de Navarra sirvieron para recaudar 13.942.813 pesetas que fueron puestos a disposición de la 'causa nacional'. Este dinero sirvió para, entre otras cosas, adquirir aviones para la defensa de Pamplona, cancelar el crédito a Mola, poner un coche blindado a disposición de Franco, motocicletas para el general Varela, una pensión de 1.840 pesetas a las hijas de Mola para gastos educativos o el pago de la factura de 4.700 pesetas presentada por el Colegio de Arquitectos vasco-navarro por confección del proyecto del chalet para la viuda del General Mola. 
Los carlistas. Otra importante fuente de financiación de la sublevación fueron los donativos que hizo un grupo muy selecto de carlistas, económicamente bien situados, entre los que pueden citarse Joaquín Baleztena, Miguel María Zozaya y Fernando Contreras. Pero lo que constituyó una excepcional fuente de financiación, explica el autor, fue el sistema regular de cuotas que los carlistas tenían establecidos desde 1934, de acuerdo con el cual todos los afiliados debían pagar al 'Tesoro de la Tradición' una suma, 'por lo menos igual a la pagada en imposición directa al Estado'.

Francesc Cambó. El político catalán, cofundador y líder de la Liga Regionalista, descrito por Romanones como 'el mejor político del siglo XX', ayudó a recaudar en el extranjero 410 millones de pesetas para financiar la sublevación de los militares golpistas. Asimismo, avaló o ayudó a conseguir créditos que pudieron ascender a 35 millones de dólares.

Aportaciones judías. A pesar de las amenazantes frases lanzadas por Radio Sevilla por Queipo de Llano, las grandes familias judías de Melilla 'destinaron cuantiosas sumas de dinero a la causa rebelde'. Franco, que estaba gestionando créditos con la banca judía de Tetuán y Tánger, se vio obligado a desautorizar las emisiones de Mola y el 15 de agosto de 1936 dirigió una carta al Consejo Comunal Israelita de Tetuán pidiéndoles que no prestarán atención alguna a las emisiones antisemitas.

Italia. El autor argumenta que hay dos tipos de razones que justifican la ayuda de Mussolini a España con la intensidad con la que lo hizo. Unas son razones de tipo político y económico, y se refieren a la necesidad que el Gobierno italiano tenía que dominar como fuera el Mediterráneo y, en todo caso, impedir su bloqueo mediante un pacto hispano-francés. Las otras se refieren a la creencia de Mussolini de que su misión en la Historia era luchar contra el comunismo. 'En todo caso, también influyó el hecho de que España ofrecía un buen campo de experimentación para el nuevo armamento', añade el autor. 
Más allá de la cuantiosa ayuda militar que Italia destinó a España en forma de aviones Savoia y cazas Fiat, armas y militares de las que, especialmente el historiador Viñas ha dado buena cuenta, cabe destacar la ayuda financiera como es objeto de este artículo y de la investigación de García. En este sentido, y una vez acabada la guerra, representantes italianos y españoles, valoraron que el total del crédito que Italia había puesto a disposición de los golpistas ascendía a 6.926 millones de liras. No obstante, el Gobierno italiano, mucho más generoso que el alemán, propuso fijar en 5.000 millones de liras la deuda total del Gobierno español por suministro de material de guerra de todas clases y diferentes gastos hechos hasta el 31 de diciembre de 1939. El resto quedaba condonado. Este acuerdo fue firmado el 8 de mayo de 1940. 
Alemania. El proceso oficial de petición de ayuda de los sublevados a Alemania comenzó el 21 de julio de 1936, cuando Franco, tratando de llegar a Hitler de la forma más directa posible y rápida, recibió a Johannes Bernhard, del que se sabía que estaba en condiciones de contactar con facilidad, y sin trámites administrativos, con el propio Hitler.

Cuando la petición de ayuda llegó a Hitler, los ministros del Aire, Goering, y de Guerra, Blomberg, animaron a Hitler a prestar ayuda e involucrarse en la operación tanto 'por simpatía hacia sus planteamientos anticomunistas, como para utilizar el conflicto español como un laboratorio para mejorar las técnicas de los ejércitos alemanes'. Goering también recordó a Hitler que, a cambio de los aviones, Alemania podría obtener de España los minerales que tanto necesitaba.

De tal manera que la intervención alemana en la Guerra Civil española, dice el autor, no puede entenderse sin tener en cuenta la política de aprovisionamiento de materias primas, especialmente de minerales aplicados a las necesidades de la guerra. Sobre esta base, los rebeldes firmaron con Hitler el 20 de marzo de 1937 un Protocolo de Amistad. Las operaciones entre ambos países durante la guerra fueron múltiples, todas con 'olvido sistemático' de las opiniones españolas imponiéndose en todo momento el deseo alemán.

Una parte considerable de la deuda que España contrajo con Alemania fue pagadas por compensación, es decir, con exportaciones españolas a Alemania, sobre todo de minerales. Una vez terminada la guerra Alemania fijó la deuda en 372 millones de marcos, incluyendo el coste de la Legión Cóndor, que los alemanes cifraron en 99 millones de marcos. No obstante, la dictadura de Franco y la de Hitler jamás llegaron a un acuerdo para calcular el importe de la deuda aunque sí que encontraron una solución política de entendimiento mutuo para demorar el problema firmado en 1941 que permitía a los alemanes hacer compras en España sin pagar su importe. 'Y minerales, aceite y naranjas, entre otras cosas, fueron enviados a Alemania sin generar divisas para la economía española'. 

Sociedade Geral de Comércio, Industria e Transportes Limitada. Este holding de empresas portugués dispuso de un crédito de hasta un límite de 175.000 libras esterlinas para los golpistas el 8 de agosto de 1936 con un interés del 5,5% anual.

Compañía General de Tabacos de Filipinas. Dispuso un crédito de un millón de dólares, ampliado en 200.000 dólares más. Fue otorgado el 22 octubre de 1936. Sin intereses.

Kleinwort, Sons & Co. El banco inglés otorgó un crédito de 800.000 libras con una remuneración del 4% anual el 15 de septiembre de 1937. Apenas un mes después, la misma entidad concedió otro crédito de hasta 1.500.000 libras esterlinas con un interés del 3% anual.

Société de Banque Suisse. Concedió otro crédito de hasta un millón de libras esterlinas el 20 de octubre de 1938.

Caixa Geral de Depósitos. La entidad bancaria portuguesa concedió un crédito hasta el límite de 50 millones de escudos portugueses el 28 de febrero de 1939 con un interés del 4% anual.

Consorcio bancos italianos. Independientemente de la ayuda prestada por el Estado italiano, un consorcio de bancos italianos que presidía el Banco de Italia, con la colaboración de los bancos Hispano Americano y Español de Crédito puso a disposición de los sublevados un crédito de hasta 125 millones de liras el 20 de noviembre de 1937 alcanzando un total de 300 millones de liras en 1939.
El endeudamiento exterior como fórmula de financiación de la guerra fue una importante fuente de recursos para el bando de los militares sublevados, pero apenas contribuyó a las finanzas de la República. La  primera operación conocida de financiación exterior de la República se hizo en julio de 1938, fecha en que se intentó colocar en el mercado una emisión de obligaciones al 3,5%. 'Una operación que no tuvo éxito por la negativa de la banca internacional a facilitar ese apoyo', escribe el autor, que añade que también tuvo mucho que ver con esa negativa, sin duda, el miedo del capitalismo internacional a apoyar a lo que podía desembocar en una 'república bolchevique'. El historiador inglés Hugh Thomas señaló a este respecto: 'Los grandes financieros de Europa y América no sólo esperaban una victoria de los nacionalistas, sino que además la deseaban'. La República tuvo, por tanto, prácticamente imposible acudir al exterior en busca de créditos o ayudas. De hecho, algunos grandes bancos extranjeros boicotearon y ralentizaron sus operaciones financieras.
La obra aporta varios ejemplos de boicot de la banca a la República. Entre ellos figuran los británicos Midlang Bank; Barclays, que llegó a justificarse en la 'política de la monarquía' inglesa para boicotear a la República; el Martin's Bank o el British Overseas Bank; entre los estadounidenses: Chase, Guarantee Trust o Amalgamted Bank. 'Así pues, la República no pudo servirse de Wall Street, ni de la City de Londres, porque desde el principio de la guerra ambos mercados le fueron abiertamente hostiles, a pesar de que había cumplido rigurosamente con todas sus obligaciones financieras internacionales', señala el autor José Ángel Sánchez.
La venta del oro del Banco de España. Negado el crédito internacional, la principal fuente de financiación de la República partió de las reservas de oro que había en el Banco de España, con sede en Madrid. Según los cálculos del historiador Ángel Viñas, el 18 de julio de 1936 el Banco de España poseía 708 toneladas de oro fino, de las cuales 638 se conservaban en Madrid, 53 en en la sucursal de Mont de Marsan del Banco de Francia y el resto en manos de corresponsales. El valor en dólares era de 718 millones, lo que excluida la URSS, colocaba a España en cuarto lugar en el ranking de los países occidentales, en relación con el volumen de sus reservas, detrás de Estados Unidos, Francia y Reino Unido. 
Desde el 18 de julio y hasta enero de 1937, el Banco de España había suscrito con el Tesoro nueve convenio de préstamo por un total de 290 millones de pesetas valor nominal oro. Estos convenios de préstamos se habían traducido en 12 operaciones de venta de oro amonedado o en barras por un total de 580 millones de pesetas valor nominal oro, lo que equivalían a 168,4 toneladas de oro fino. Todas con destino al Banco de Francia. La contrapartida en divisas que recibió España por la venta de oro ascendió a 3.922 millones de francos.
El 6 de octubre de 1936 un acuerdo del Consejo de Ministros autorizó al presidente del Gobierno, Largo Caballero, y al ministro de Hacienda, Negrín, a trasladar el oro 'fuera del territorio patrio'. El 25 de octubre, 7.800 cajas conteniendo 510 toneladas de oro fueron embarcadas rumbo a Odessa y luego trasladas por tren hasta Moscú, donde se formalizó la entrega. Se depositó el oro español en Rusia fue el Depósito de Metales Precioso del Estado del Comisariado del Pueblo en la Hacienda.

La justificación al traslado fue la incapacidad de la República de obtener armas en el mercado internacional y la negativa de ayuda de las potencias occidentales. Al iniciarse la Guerra Civil el Gobierno republicano contaba con el 47% del ejército, el 65% de la aviación y la marina, el 51% de la Guardia Civil, el 65% de los Carabineros, más del 70% de la Guardia de Asalto y el 59% de la población. Pero la importancia de estas cifras comenzaron a perder fuerza cuando empezaron a llegar noticias de Roma y de Berlín sobre la posición que podían adoptar los Gobiernos italiano y alemán.

El mismo 19 julio el presidente Giral remitió un telegrama al presidente francés, Blum, solicitando urgentemente armas. Pero la ayuda de Francia fue parcial y clandestina. Gran Bretaña, indirecta o directamente, dice el autor, ayudó a la caída de la República. México, por el contrario, la apoyó. No se adhirió al pacto de no intervención y a pesar de sus limitados recursos, el general Lázaro Cárcenas envió a los republicanos 20.000 fusiles máuser, 20 millones de cartuchos y diversas vituallas. Pero al final tuvo que ser la URSS el principal proveedor de armas. 
Con el oro ya en Moscú, se pagaron los armamentos y el material bélico que se suministraron, en una operación puramente comercial, a España. También con cargo a ese oro se pagaron, entre otras partidas, los suministros de material y armas procedentes de terceros países, la ayuda para crear en España una industria bélica, los salarios del personal que luchaba o trabajaba en España, los subsidios y las pensiones a las familias de los caídos y el adiestramiento en la Unión Soviética de especialistas para el ejército popular. Hasta que el oro se agotó, y con él la práctica totalidad de la posibilidad de financiarse de la República. 'En resumen, de las 638 toneladas de oro fino disponibles en Madrid a 18 de julio de 1936, más de dos terceras partes se enviaron a Rusia y fueron adquiridos por el Gosbank. La mayor parte del tercio restante se vendió en Francia. En conjunto la República ingresó más de 600 millones de dólares', escribe el autor. La investigación de Ángel Viñas al respecto confirmó que la República había gastado absolutamente todo el oro disponible, por lo que en la URSS, primero, y después en Rusia, no quedaba ni un lingote español. Su investigación concluía que en Rusia no quedaba oro español, que los rusos no parece que estafaran a España, pero que cobraron por todos los servicios y que el oro se vendió en Moscú, pero sólo una parte se gastó en la URS, en la medida en la que millones de dólares se transfirieron a París.

LAS MASACRES DE REPUBLICANOS EN HUESCA, perpetradas por criminales franquistas en 1936.


https://documentalismomemorialistayrepublicano.wordpress.com/2018/03/20/las-masacres-de-republicanos-en-huesca-perpetradas-por-criminales-franquistas-en-1936-parte-1-preparacion-de-los-asesinatos/

LAS MASACRES DE REPUBLICANOS EN HUESCA, perpetradas por criminales franquistas en 1936. Parte 1, Preparación de los ASESINATOS

Saca Huesca 1 word pressEl 19 de Julio de 1936, los golpistas arrancaron con una escala de asesinatos que dejó a la población aterrorizada e incapaz de actuar. Falangistas, guardias, militares extendieron un plan de exterminio y represión brutal por la ciudad. Desde los púlpitos los curas caldeaban, comenzó la caza de Republicanos.
Julio, Agosto, continuaba el goteo de asesinatos en Huesca, caían sindicalistas, obreros de Almudévar, algún maestro como Alfredo Atarés. Pero el 6 se atrevieron ya con gente significada como Ramón Acín, y el 11 con el médico afiliado al PSOE Pablo Montañés, inspector provincial de Sanidad. Los falangistas detuvieron a Mariano Santamaría uno de los industriales más prósperos de Huesca, presidente de la Cámara de comercio y teniente de alcalde por Izquierda Republicana. El día 13 fue transportado junto al exalcalde Manuel Sender y al alcalde Mariano Carderera, maniatados de 2 en 2 con alambres, ya que atraparon a un 4º reo, Miguel Sauras Serveto, barrendero cenetista de Benasque. En el cuartel de la estación fueron fusilados por falangistas. Mariano Santamaría, malherido, recuperó el sentido, emprendió el camino de Huesca desorientado, lo volvieron a detener, y lo volvieron a fusilar.
El día 15 de agosto las sacas iban entreveradas de anarquistas, el secretario del gobierno civil y el director del diario Pueblo, 10 en total. Se llevaron a Pedro Cajal, biesquense responsable del Partido Comunista y el 18 cayó la primera mujer, Victoria Pardo, el ex secretario del PSOE oscense Ángel Gavín Pradilla, abogados o profesores acusados de masones. En la prisión se amontonaban Republicanos detenidos para ser ejecutados sin razón legal, matarlos sin dejar huella, muchos eran ciudadanos responsables de tareas del gobierno provincial y local, funcionarios, había 6 mujeres, una al menos embarazada. Los presos eran obligados a hacer fosas y osarios en el cementerio de Las Mártires, y luego a excavar trincheras en la ribera del Isuela y actual Paseo de Ramón y Cajal, todo habilitado para la gran tragedia que se estaba preparando.
La jornada más dramática, aciaga y triste de la historia de Huesca fue el 23 de agosto de 1936. No menos de 95 de Republicanos fueron fusilados en la tapia oeste del cementerio de la carretera de Zaragoza. Ese día la aviación republicana bombardeó la ciudad, provocando 2 muertos y 7 heridos. Algunos ultraderechistas implicados en la represión desde sus inicios, los hermanos Ena Mallada, el funcionario Salvador Cañiz, el concejal Agustín Soler Chías, el abogado del Estado Cirilo Martín Retortillo, pidieron a Luis Soláns Lavedán, gobernador militar de la plaza represalias sobre los Republicanos detenidos. Soláns accedió de inmediato.
El juez de la Audiencia Juan Llidó Pitarch, de 39 años, carecía de significación partidista y no le valió de nada. Llidó, castellonense destinado a Huesca en 1933, con su esposa y 2 hijos, fue detenido por no simpatizar con las derechas. Las denuncias y delaciones llenaron las cárceles de presos políticos en las primeras semanas de terror caliente. Al carnicero anarquista Miguel Jalle Vivas, lo denunciaron para quitar del mercado a un competidor. El comerciante José Blanch Pujadó fue detenido por haber prosperado demasiado según otros empresarios. El vendedor Ramiro el Monje denunció a la frutera Eugenia Funes Tornes, que ingresó en prisión el 21 de agosto acusada de no se sabe qué.
Políticos locales, concejales, miembros de la Diputación, de la Cámara de Comercio, se les persiguió con saña. El farmacéutico Jesús Gascón de Gotor, celebró la llegada de la República como “presidente de la Cámara de Comercio Republicana” y no se lo perdonaron; Adrián Bonet Ulled, comerciante y concejal republicano con el alcalde Mariano Carderera también pagó con su vida la dedicación a su ciudad. El abogado y masón Antonio del Pueyo Navarro, que había presidido la Diputación Provincial, quedó detenido. Lorenzo Bescós Santalucía, hombre de negocios, promotor de la Editorial Popular que puso en circulación el diario republicano “El Pueblo”, concejal de Izquierda Republicana, fue detenido a mediados de agosto y torturado con demencial ferocidad.
Emilio Coiduras quizá no lo habían apaleado en la prisión lo suficiente y por eso intentó la fuga imposible. No pudo ni siquiera pensar en tal posibilidad el médico militar jubilado y convencido azañista Alfonso Gaspar y Soler, valenciano de 50 años, afincado en Huesca desde 1918, que había combatido con el capitán Francisco Franco en África, en la batalla de El Biutz, lugar próximo a Ceuta, donde el futuro caudillo resultó gravemente herido y salvado, precisamente, por el cirujano Gaspar. Cuando lo detuvieron, su esposa, Rosalía Auría pidió clemencia al antiguo compañero, pero éste la disuadió, Franco había demostrado su falta absoluta de compasión y no le hubiera salvado. Apaleado brutalmente, con cada golpe le recordaban los mítines en los que intervino, las consultas que dispensaba sin gastos a la gente humilde, su prestigio social, la militancia política, las dañinas amistades izquierdistas. Incluso después de muerto fue pateado al pie de la tapia donde cayó. Su consulta y su casa, como la de otros muchos detenidos, fueron saqueadas y muebles, libros, joyas y objetos de todo tipo, repartidos como botín de guerra por los señoritos de la Falange local.
Mataron a mujeres como Concha Monrás, viuda de Ramón Acín, las hermanas Barrabés Asún, Victoria y Rafaela, de 20 y 21 años respectivamente, apresadas al no encontrar en casa a sus hermanos, a los que perseguía la policía del nuevo régimen; A la activista María Sacramento Bernués Estallo, de 43 años, que ya había sido arrestada con anterioridad y en cuyo expediente carcelario se anota “no muestra ningún arrepentimiento”; A Francisca Mallén Pardo, detenida el 18 de agosto por ser novia del anarquista José Espuis Buisán, también fusilado el mismo día.

Documentos: Ver el libro de Víctor Pardo Lancina y Raúl Mateo OtalTodos los nombres. Víctimas y victimarios (Huesca, 1936-1945)Anselmo Gascón de Gotor GiménezMemorial HuescaEntrevista con Víctor PardoCambiar Huesca (Víctor Pardo Lancina). República Huesca. Gracias al archivo fotográfico de Pedro Moliner, de donde prodeden las imágenes. Lista de fusilados en Huesca entre julio de 1936 y enero de 1945.

Republicanos, FIRMAD por el reconocimiento de los Soldados Republicanos Españoles, que sufrieron ejecuciones y exterminio tras su heroico combate contra el franquismo. En Europa se les honra por su lucha contra el nazismo, pero en España siguen olvidados, FIRMA Y COMPARTE AQUÍ




https://documentalismomemorialistayrepublicano.wordpress.com/2018/03/20/las-masacres-de-republicanos-en-huesca-perpetradas-por-criminales-franquistas-en-1936-parte-2-la-matanza/


LAS MASACRES DE REPUBLICANOS EN HUESCA, perpetradas por criminales franquistas en 1936. Parte 2, LA MATANZA


La comandancia entregó a 95 Republicanos presos a grupos de oscenses, que los maniataron en camiones. No se especificó ningún cargo de delito sobre ellos, no fueron juzgados por tribunal alguno, simplemente 95 ó 96 personas fueron linchadas por auténticos carniceros, con la complicidad de los militares y la Iglesia local. Algunas damas de la buena sociedad increpaban con saña a las mujeres que iban camino de la muerte, desde sus balcones señoriales. Los camiones con presos salieron de la cárcel a media mañana y solo a última hora de la tarde cesó el cortejo de muerte. Cuerdas o alambres servían para sujetar por las muñecas, de dos en dos, a los reos que descargaban de los camiones a culatazos y patadas. Los enterradores no daban abasto en medio de aquella orgía de sangre. La matanza tuvo lugar en Las Mártires, en las afueras de Huesca.
Entre los hombres que volvían de la matanza, uno alto y corpulento con “mono” de trabajo manchado de sangre, se ufanaba muy excitado a gritos de haber matado a varias personas “sin malgastar balas”, con una especie de gran cuchillo que portaba, utilizando artes y técnicas propias de su oficio de matarife. Los muros quedaron literalmente acribillados a balazos. Al pie de la pared, la tierra, amasada con sangre, tenía un color parduzco. La cal aparecía salpicada de cabellos y de sesos humanos. Dentro del cementerio, unas inacabables fosas comunes daban testimonio de lo implacable de la represión fascista. A unos 200 metros del camposanto, semioculto en un cañaveral, el cadáver de un obrero que al sentirse alcanzado por las balas había echado a correr para desangrarse bajo las estrellas con las manos atadas. El empleado de banca Emilio Coiduras Ascaso logró zafarse de las ataduras y corrió por el cementerio tratando de salvar la vida. “Emilia, Emilia –gritaba impotente nombrando a su mujer-, por favor, perdóname…”, fue abatido por los implacables perseguidores.
Muchos de los asesinados en Huesca en esas fechas, sobre todo en la saca del 23 de Agosto, aparecen en el siguiente listado, el número exacto oscila entre 96-100:
– Algunos procedentes de Almudévar que vinieron a Huesca a defender la legalidad del Gobierno republicano fueron: Máximo Atarés TolosanaJosé Azorín FerrizMacario Gil AlastrueyJosé Laliena LasierraFrancisco Martínez DenaDesiderio Maurel PuyolAlberto Pueyo PeleatoFaustino Pueyo PeleatoJosé Sansan ViuPedro Sanz CipriánPedro Sanz PeralJosé Sarasa JuanInocencio Tolosana AlayetoSeveriano Alvárez Saavedra y Francisco Ciprés López.
– Luis Aineto Bimbela Sacristán, miembro de CNT.
– José Allué Martínez, natural de Coscullano de 36 años y casado. Era jornalero, cenetista, de su calle fueron fusiladas 4 personas, los hermanos anarquistas Bonet Oberé y Facundo Chías, guardia municipal fusilado en diciembre.
– José Arnal Mur de Angüés, 26 años, miembro de la CNT detenido el 24 de julio, soltero y labrador. En Angüés fueron detenidas y asesinadas un gran número de personas tomadas como rehenes por la Guardia Civil del puesto.
– Ramón Arriaga Arnal, de Huesca, contable en Tormos, 35 años, casado, culto. Intentó huir a Ayerbe donde lo cogió la Guardia Civil.
– Clemente Asún Bergés, republicano de los de toda la vida, de Izquierda Republicana.
– Antonio Bajén Blanch de Monzón, albañil. ECasado con un hijo, tenía 30 años cuando fue linchado.
– Rafaela y Victoria Barrabés Asún, hermanas de 21 y 20 años respectivamente, de las Juventudes Libertarias, hicieron frente a los militares el 19 de julio. Sus 3 hermanos, José, Faustino y Juan Manuel también eran cenetistas.
– Eduardo Batalla González, oscense de Izquierda Republicana, abogado empleado en la Diputación, casado y asesinado con 38 años por masón.
– María Sacramento Bernués Estallo, casada con Julián Grimal, ambos de la CNT. El 8 de agosto fueron a su casa preguntando a por su marido que pudo evadirse; atraparon a Sacramento, que con 43 años, 3 hijos pequeños, embarazada, fue cargada en el camión para ser linchada.
– Lorenzo Bescós Santalucía. Militaba en Izquierda Republicana, concejal y gestor en la Diputación. Acusado de masón, al igual que su hermano Roque.
– José Blanch Pujadó. Natural de La Llaneça (Barcelona), 30 años, casado con hijos, regentaba el comercio La Reina de las Medias. Del camión al linchamiento.
– Adrián Boned Ulled de Huesca, comerciante de 38 años y soltero. Militante de Izquierda Republicana o del PSOE, antiguo concejal.
– José María Borao Belenguer, 21 años, empleado de banca, socialista, detenido el 19 de julio por oponer resistencia a los golpistas. La federación altoaragonesa del PSOE jamás ha tenido ningún reconocimiento para este y otros socialistas linchados por defender la legalidad.
– Gabriel Buendía Barea, jornalero de Andújar, 26 años. Había ingresado en la cárcel 2 días antes, probablemente por estar afiliado a algún sindicato de izquierdas.
– José Cajal Jalle, panadero de Larrés. Debía de ser de CNT. Detenido con Saturnino Villacampa.
– Alejandro Calvo Campo, de Huesca, casado, 3 hijos, alumno de Ramón Acín, lo lincharon con 39 años.
– Modesto Casasín Mavilla, albañil de Angüés, 46 años, casado, de CNT.
– Francisco Castán del Val, cenetista de Gurrea. Vino a Huesca desde su pueblo para defender el Gobierno legítimo.
– Mariano Catalina Mata, 27 años, herrero, detenido por enfrentarse al golpe el 19 de julio.
– Emilio Coiduras Ascaso de Ayerbe, 27 años. Vocal del PSOE, presidente del Comité de Banca.
– Desiderio Conte Guiral, jornalero nacido en Liesa de 32 años.
– Carlos Elías Hernández, pintor madrileño casado.
– Martín Escar Belenguer, cenetista, ejecutado el día 22 o 23, con 23 años.
– Francisco Escario Allué, alguacil de Lascasas, natural de Fañanás. Tenía 32 años y 4 hijos.
– José Espuis Buisán. Carpintero, cenetista oscense de 28 años.
– Valeriano Estaún Ramón. Maestro.
– Eduardo Estrada Acedos, madrileño, casado, con 2 hijos. 42 años.
– Antonio Ferrer Escartín, 36 años, con mujer y 3 hijos, trabajaba en la zapatería La Verdad, actual pastelería Ortíz.
– Antonio Forcada Visús, de Loarre. Empleado de banca, secretario de la Agrupación Local del PSOE de Huesca. Tenía 30 años.
– Eugenia Funes Tornes, regentaba una frutería, detenida y ejecutada por orden de un industrial falangista, Tenía 34 años y un hijo.
– Jesús Gascón de Gotor. Zaragozano, farmacéutico, de Izquierda Republicana colaboraba en el Diario Pueblo. Asesinado el 23 de julio, tenía 39 años.
– Alonso Gaspar Soler, de Izquierda Republicana y acusado de masón. Era comandante médico retirado.
– Ángel Gavín Pradel. Natural de Alcubierre, 45 años, del PSOE. Abogado laboralista. Acusado de masón. Casado con un hijo.
– José María Gracia Bretos, de Bentué de Rasal, ejercía el magisterio e Huesca. Casado con 2 hijos y 46 años.
– José María Gracia Cabellud, de Siétamo, 17 años. Sus hermanos Ángeles, Emilia y Benito fueron también detenidos.
– Gregorio Gracia Lanuza de Igriés, carnicero, casado, 55 años.
– Cándido Iguacel Campo, de Jaca, barbero. Tenía 20 años, apresado el 20 de julio por oponerse al golpe militar.
– Manuel Jal Viñola, de Huesca, albañil de 36 años.
– Carlos Jos Fontana, panadero en Ayerbe, 29 años, mujer y 2 hijos.
– Manuel Lalana Vicente, de La Granja de Almudévar, tenía mujer, 2 hijos y 29 años.
– Jesús Lamela Bolea, mecánico de 21 años.
– Santiago Lanao Sanvicente, pintor.
– Mariano Laplaceta Carrera, de Almudévar, carretero. Lo mataron con 25 años y a su hermana Rosario una semana después, con apenas 19.
– Máximo Larripa Bardají de Valfarta. Con otros obreros del pantano de Tormos fue a Huesca a defender la legalidad por lo que fue detenido y ejecutado con 22 años.
– Gaspar Larroche Salillas, pintor de 24 años.
– Manuel Lasierra, vino desde Alcalá de Gurrea para oponerse a los militares.
– Jesús Latorre Clavería.
– Alejandro Luzán Biarge, cartero de Grañén, casado con un hijo y 32 años.
– Juan Llidó Pitarch de Artana (Castellón). Juez de instrucción en Huesca. Muchas de sus sentencias contra obreros anarquistas llevan su firma. Al final todos fue fusilado junto a muchos de ellos. Los fascistas sabían que no tenía ninguna militancia.
– Francisca Mallén Pardo nacida en Loarre, arrestada por auxilio a la rebelión. Tenía 23 años, su hermana Isidra de 18 años había sido detenida una semana antes.
– Guillermo Marzal Gómez, hospiciano, hojalatero, sindicalista, acusados de auxiliar a la aviación republicana.
– Augusto Miñón Alonso de Bentretea (Burgos), soltero, 37 años, vendedor. Estaría vinculado a algún grupo de acción anarquista.
– Pío Monclús Lafarga de 40 años, cenetista, bracero.
– Concha Monrás Casas, casada con Ramón Acín. Los falangistas la torturaron obligando a Ramón a entregarse, siendo inmediatamente fusilado.
– Santiago Muñoz Nogués, de Ansó, tipógrafo, de la CNT.
– Francisco Obis Lisa, de Estadilla. Muerto con 33 años acusado de tenencia de armas.
– Pablo Ordás Tafalla. Tenía 25 años, vivía con su hermana casada y con 2 hijos. Jornalero detenido por defender la legalidad en la calle.
– Jesús Otal Viela, de Bolea, tenía 22 años, era panadero, de la CNT, 
– Jesús Pallarés Ferrer, casado, 29 años, detenido por oponerse al golpe militar.
– José Pascual Labarta. Jornalero de Alcalá de Gurrea, cenetista activo.
– Adolfo Pastor Santamaría. Ingeniero de Caminos de Alcoy. Tenía 36 años casado.
– Antonio del Pueyo Navarro, de Unión Republicana, con mujer e hijo, abogado, 37 años, masón, presidente de la Diputación con el gobierno de Portela Valladares.
– Francisco Puig Capdevila, de Zaragoza. Con mujer y 2 hijos, oficial de hacienda. Tesorero del PSOE y secretario de las Juventudes Socialistas.
– Carlos Raimúndez Marco, de Ayerbe. Ferroviario de 29 años.
– Francisco Ramón Doz, de Huerto, jornalero, cenetista, viudo sin hijos, 58 años.
– Andrés Rivas Ferrer. Sastre oscense de 48 años.
– Saturnino Rodellar García, de Grañén, detenido por una columna militar de Huesca. Labrador de 28 años.
– Isaac Royo Alfonso, ingeniero turolense de 33 años, podría haber hecho frente a la rebelión.
– José Ruiz Galán natural de Aldeanueva de Ebro, Inspector de Primera Enseñanza, 32 años, casado, miembro del Triángulo Joaquín Costa con el sobrenombre de Libertad.
– Antonio Sanagustín Sanagustín, hospiciano de la Puebla de Castro, obrero de 39 años.
– Jerónimo Sánchez Cama. De Estada, funcionario de Correos, del PSOE. Tenía mujer y un hijo. 33 años.
– Jerónimo Sanz Arbona, de Vir de Bigorre, Francia, peón, casado con hijos, 26 años.
– Jesús Sarraseca Fau, cenetista de Gurrea.Tenía 20 años.
– Manuel Soneiro Casasnovas. Maestro de Hecho. Soltero de 24 años.
– José María Teller Torres (Escartín). Cenetista de Ayerbe.
– Fidel Torres Escartín. Hermano del conocido anarquista Rafael, sufrió prisión y continuas torturas.
– Ramón Val Bernal. Miembro del Comité de Grañén, 24 años, labrador.
– Baltasar Villacampa Oliván, de Nocito, vivía con su mujer y sus 2 hijos. Agente de seguros, tenía 33 años.
– Lázaro Viñau Aranda. Jornalero cenetista de Gurrea, tenía 40 años.
– Saturnino Virto Anguiano, industrial de San Pedro Manrique (Soria). Tenía 41 años.
Aquél día una losa de dolor y de olvido interesado cubrió la memoria oscense, nadie iba a recordar pues todos éramos cómplices. Pero ya no, ha llegado el momento en que los hechos deben trascender en una ciudad donde nos han vendido que nada ocurrió, que todos fueron buenos y que cuantos colaboraron y callaron deben presidir con sus nombres las calles donde vivimos. Huesca ha inaugurado el pasado día 23, un memorial para las 548 personas fusiladas entre agosto de 1936 y enero de 1945. La obra, realizada por el artista Óscar Lamora, se sitúa en una pared del cementerio oscense donde fueron fusilados los primeros 95 republicanos. En el acto han participado numerosos familiares de las víctimas.

Documentos: Ver el libro de Víctor Pardo Lancina y Raúl Mateo OtalTodos los nombres. Víctimas y victimarios (Huesca, 1936-1945)Anselmo Gascón de Gotor GiménezMemorial HuescaEntrevista con Víctor PardoCambiar Huesca(Víctor Pardo Lancina). República Huesca. Gracias al archivo fotográfico de Pedro Moliner, de donde prodeden las imágenes. Lista de fusilados en Huesca entre julio de 1936 y enero de 1945.

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