Lugares del horror para Las Merindades XI
(Nota: Una compañera está realizando un trabajo sobre este campo de concentración, rogaríamos a familiares de presos en él se pongan en contacto con el blog: merinmemo@gmail.com)
Como casi todo el sistema represivo carcelario de Burgos el Campo de Concentración de Miranda de Ebro se desarrolla con la caída del frente norte en 1937. Miles de soldados son copados y detenidos junto con cientos de civiles y huidos, hasta entonces se les fusilaba (asesinaba). Inicialmente hubo que alojarlos en prisiones provisionales como conventos, colegios, teatros… donde vivían en condiciones inhumanas, hacinados y desatendidos. En Miranda, tras tener a los prisioneros en la plaza de toros y en la azucarera, se llevan al C.C., que ellos mismo tienen que seguir levantando y acondicionando.
La condición de encrucijada de caminos y nudo ferroviario de Miranda de Ebro facilitaba su accesibilidad, siendo sus comunicaciones inmejorables. Así, quizás se trate del campo de concentración de Miranda más importante de los que se establecieron, tanto por su volumen como por ser el mayor centro clasificador de prisioneros, incluso después de la guerra. El emplazamiento del C.C. de Miranda contaba con la presencia del ferrocarril a escasos metros y por otro lado del mismo el río Bayas
Creado en 1937, se sitúa en los terrenos de la fábrica Sulfatos Españoles S.A, además también se requisaron otros terrenos de cultivo de hasta conseguir una superficie total de unos 42.000 m. Se procedió a alambrar el terreno y a instalar garitas. Se habilitó el edificio de oficinas de la antigua fábrica para el regimiento encargado de la dirección. Entre el material que se requisó para levantar el campo figuraban los carromatos de un circo American Circus que estaba parado por la guerra. Con ellos se hicieron los primitivos barracones y edificios del campo. Se conservan escasos restos del campo y los terrenos en los que su ubicó, un pequeño recorrido marginal junto a la vía del tren. Los restos no son del campo, sino barracones auxiliares que pertenecían a la compañía de escolta. Unos muros y unos lavaderos sirven de referencia a la hora de ubicarlo sobre el terreno. El depósito de aguas y la base de una garita son también ruinas reconocibles..
CONDICIONES DE VIDA EN EL CAMPO
Durante una década pasaron 80.000 prisioneros, hasta que se clausuró en 1947, de ellos alrededor de 15.000 extranjeros, muchos de ellos refugiados franceses. El máximo de presos que hubo fue de 4.200, lo que generó una huelga de hambre en el 43. La capacidad del campo estaba cifrada en unas 1500 personas, pero pronto se excedió ese límite, lo que deterioró las condiciones de vida de esos hombres, a lo que hubo que añadir que las instalaciones que tenía el campo en la época inicial eran ruinosas: no se contaba ni con letrinas; el frío y la humedad de los barracones minaban la salud de los prisioneros, e incluso un barracón llegó a hundirse hiriendo a 150 personas durante el Invierno de 1937. Posteriormente las instalaciones fueron mejorando, en Agosto de 1938 ya había nuevos barracones hechos de ladrillo con más capacidad y “comodidades”. Un problema grave era el abastecimiento de agua ya que durante todo un año los miles de prisioneros que había contaron para su higiene con una sola fuente, en la que eran frecuentes las colas, Algunos murieron por miranditis, como llamaban a una enfermedad que desarrollaban al beber agua sin filtrar del río.
Otro rasgo importante de la represión que sufrieron los prisioneros republicanos fue el intento de conversión: el capitán del campo y el capellán arengaban casi todos los días instando a las maravillas que haría el Generalísimo y la paz que traería, insultando a los desgarradores de la Patria. Eran obligados a cantar himnos falangistas y monárquicos y a saludar con el brazo a la romana mientras, como cada mañana, se izaba la bandera nacional. Si no se atenían a estas normas, o se burlaban al cumplirlas corrían el riesgo de sufrir severos castigos.
También hubo muertos. Fernández ha localizado 162 oficialmente en los libros de defunción y enterramientos del Juzgado de Miranda, pero hubo muchos más según testimonios de los presos. Hubo intentos de fuga que acabaron con los disparos de los guardias. Los “oficiales” fallecieron por “muerte natural”, es decir, tifus, pulmonía, escorbuto… enfermedades consecuencia de las malas condiciones carcelarias.
Palizas y represión también hubo, especialmente en la primera etapa, la misma en la que los prisioneros eran llevados a Batallones de trabajadores para hacer trincheras y otras obras para el régimen de Franco. Como sucederá en los demás campos, Miranda recibirá solicitudes de diversas procedencias de mano de obra, unas veces por parte de la Diputación Provincial para obras de tipo público, entre las que se cuentan iglesias, cauces de ríos, puentes o carreteras, y otras por particulares, sin vinculación alguna con el interés público. Los presos hicieron entre otras cosas varios cortafuegos en los montes del entorno, la carretera de San Juan del Monte o la reparación de la quemada iglesia de Santa María.
ETAPAS
Prisioneros republicanos (1937-1941) El 11 de Septiembre de 1937 había 340 prisioneros en Miranda, su número iría en ascenso ya que continuamente llegaban convoyes de trenes desde el norte cargados de hombres. Al llegar al campo todos los prisioneros eran clasificados para determinar su labor en el mismo o su traslado a otro centro. Dependiendo de los cargos eran incorporados al campo de concentración o a batallones de trabajo. Esa era la pena para los desafectos con y sin responsabilidad. Los criminales eran enviados a prisión y, si el delito era menor, liberados ante la saturación. Muchos de los prisioneros que llegaban a Miranda marchaban a otros campos o a batallones de trabajo en pocos días, la población variaba constantemente. Para 1941 casi no quedaban españoles.
Prisioneros de las brigadas internacionales (1937- 1944) Los primeros voluntarios internacionalistas conducidos a Miranda fueron los hechos presos en el Frente Norte aunque todavía no estaban encuadrados en las futuras Brigadas Internacionales . A partir de Abril de 1938, tras la ofensiva de Aragón, empezaron a reagrupar a los extranjeros dispersos por prisiones, batallones de trabajo y campos de concentración como el Monasterio de San Pedro de Cardeña en la cercana Burgos.
Es importante destacar el trabajo que la Gestapo : a partir de la visita de Himmler a España en Octubre de 1940 se establecieron oficialmente agentes . Su objetivo era doble, por una parte identificar y detener a espías de los países aliados y por otra repatriar a sus propios campos de concentración a los brigadistas austriacos, checos, rusos y, sobre todo alemanes . El 23 de Octubre de 1941 llegaron por primera vez. Para finales de 1942, Franco, al ver el nuevo curso que tomaba la Segunda Guerra Mundial comenzó a distanciarse de Hitler y Mussolini. Las visitas de la Gestapo se hicieron menos frecuentes y ya no dispusieron de la anterior libertad para interrogar y repatriar.
Prisioneros del bando aliado (1940-1945). Pasan los años y comienza la Segunda Guerra Mundial, tras la invasión por parte del Eje de media Europa y sobre todo de Francia, muchos franceses y otros europeos que huían de la barbarie nazi (hasta 33.000 personas) cruzaron los Pirineos . Una vez detenidos serían internados en los campos de concentración del norte peninsular como Miranda. Es de destacar la presencia de muchos judíos que huyeron de los nazis y; la curiosa presencia de aviadores ingleses y estadounidenses que eran abatidos en el sur de Francia pasaba a España.
Presencia de nazis y colaboracionistas (1944-1946) Tras el desembarco de Normandía y el avance aliado por Francia, unidades del Ejército nazi desertaron y huyeron junto con fascistas italianos y colaboracionistas franceses previendo una represalia. Como cuatro años antes muchos franceses, cruzaron la frontera hacia España, en busca de la salvación. Muy pronto hubo fricciones entre los presos de ambos bandos. Los presos fascistas disfrutaban de trato benévolo..
Clausura del campo. Con el traslado en Enero de 1947 de los últimos prisioneros al campo de Nanclares de Oca (Álava), quedó finalmente clausurado. Más tarde, de 1949 a 1953 se convirtió en un centro de instrucción para reclutas, que en 1954 fue desmantelado y ya en la década (1960) siguiente fue instalada en sus terrenos una fábrica de resinas y poliuretanos: Reposa S.A.
CIUDADANOS DE LAS MERINDADES QUE SABEMOS QUE ESTUVIERON PRESOS EN EL CAMPO DE CONCENTRACION DE MIRANDA DE EBRO
1. Baranda Pagazaurtundua, Manuel vecino de Vallejo, preso 3 años en Santoña, Bilbao, Miranda de Ebro….
2. Díaz Vigo Francisco 43 años, jornalero y vecino de Herbosa (Valle de Valdebezana).
3. Fernández Campos Darío 27 años. Labrador, vecino de Gallejones (Valle de Zamanzas).
4. García Martínez Clemente 58 años, labrador, vecino de Agüera (Merindad de Montija)
5. Gil Cirión Fernando 33 años Administrador , vecino de Mena Mayor (Valle de Mena)
6. Gómez Fernández Macario 41 años, Comerciante de Quintanilla Rebollar (Merindad de Sotoscueva)
7. Íñiguez Solenat Federico 24 años herrador de Población de Arreba (Valle de Manzanedo)
8. Lafuente Riancho Paulino. de 20 años, Carpintero de Quintanaello (Valdebezana)
9. López Azcona Macario 34 años, cantero de Dosante (Merindad de Valdeporres).
10. Orive Llano Honorato 27 años, labrador de Angulo (Valle de Mena) .
11. Pereda Linares Víctor 39 años, ferroviario vecino de Cueva de Sotoscueva (Merindad de Sotoscueva)
12. Ruiz López Ángel 32 años, jornalero, de Quintanaentello (Valle de Valdebezana)
13. Sainz de la Maza Celedonio 35 años, panadero vecino Espinosa de los Monteros.
14. Sainz Sainz Venancio 21 años labrador de Santa Gadea de Alfoz (Alfoz se Santa Gadea)
15. Saiz Sainz Pascual 34 años, labrador de Quintanilla de Colina (Alfoz se Santa Gadea)
16.Rojo Rojo, Moisés : natural de Manzanedo, hijo de Francisco Rojo González. Luchó en el batallón que cayó en el monte Carrales, del que su tío Augusto era responsable, allí fue trasladado y enviado al campo de concentración de Miranda de Ebro. Fue enviado a un batallón de trabajadores cerca de San Mateo (Castellón). Regresó a casa antes de 1940, seguramente en 1939.
Para realizar esta entrada hemos tomado como referencia estas fuentes:
Relacionado
No podemos menos que aconsejaros esta visita a Miranda, donde continúan con la creación de lugares de memoria en torno al Campo de concentración de Miranda de Ebro. Al itinerario y centro de interpretación a los que se unen visitas guiadas, en un principio ocasionales. Enhorabuena por estos pequeños pasos, pero firmes.
Una visita guiada al Campo de Concentración de Miranda, que comienza en
el Jardín de la Memoria, un parque ejecutado que mantiene vivo el recuerdo de lo presos del antiguo espacio de Miranda,
los restos de la «prisión» y el
centro de interpretación.
Ayuntamiento de Miranda puso en marcha en memoria de los prisioneros en homenaje a los más de 100.000 presos, tanto nacionales como extranjeros, que pasaron por él entre 1937 y 1947 (republicanos, brigadistas internacionales y miembros del bando aliado durante la Segunda Guerra Mundial). El espacio recibe «cada vez más visitas» «para recordar a los prisioneros» y para «tener presente que esta es una parte de la historia que nunca debería haberse producido y que no debe volver a ocurrir».
EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN
Creado hace 72 años a partir de una orden del Gobierno de Franco, fechada el 5 de julio de 1937 para que albergase a los numerosos prisioneros de guerra que procedían de la caída de Bilbao, el Campo de Concentración de Miranda de Ebro se emplazó en el paraje de la Hoyada, en unos terrenos ubicados junto al río Bayas y a la línea férrea Castejón-Bilbao, ocupando una superficie de unos 42.000 m2.
Con una población media de unos 3.700 reclusos en el campo de concentración mirandés estuvieron recluidas personas pertenecientes a más de 58 nacionalidades distintas. En total, 100.000 personas pasaron por allí. Las principales etapas por las que pasó fueron tres. La primera de ellas (1937-1944) fue en el que ocuparon este campo prisioneros republicanos y de las Brigadas Internacionales; en la segunda (1940-1945) albergó a internos extranjeros de los países aliados que entraban a España huyendo del avance alemán; y en una tercera (1944-1947) en él se instalaron soldados alemanes que escapaban del hundimiento del Tercer Reich.
Maqueta que se encontraba en el museo de la Resitencia de París.
Aquí escribimos más sobre el campo:
CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE MIRANDA DE EBRO (1937-1947)Son pocos los restos que quedan de aquellas instalaciones, ya que fueron destruidas por la construcción de un complejo fabril: el
depósito elevado de agua, el
lavadero, la base de
torre de vigilancia además de los
restos del muro de cierre perimetral y un pequeño edificio que por aquel entonces era la
caseta de los guardias. Se conservan algunos objetos y escritos que actualmente se exponen en el Centro de Interpretación del campo de concentración.
LA EXPOSICIÓN
El Centro Cívico Raimundo Porres acoge una exposición, de carácter permanente, sobre el Campo de Concentración de Miranda de Ebro, último campo de concentración que existió en España tras la Guerra Civil con un periodo de vigencia de diez años (de 1937 a 1947). La exposición exhibe varias clases de documentos, objetos y archivos gráficos y sonoros relacionados con el Campo de Concentración. Seis paneles hacen un recorrido por la historia del campo.
Cuenta con una
maqueta del mismo, que tuvo una superficie de 42.000 metros cuadrados; tres reproducciones de las
garitas de vigilancia; dos figuras representativas, de un preso y un soldado, en tamaño natural, realizadas ex profeso para este Centro de Interpretación y una recreación de uno de los
barracones a la que se puede acceder y en la que se puede contemplar elementos de la vida cotidiana de los presos. Se suma un
punto interactivo en el que el visitante puede consultar un álbum fotográfico del campo, así como imágenes de un padrón de habitantes municipal de 1940 en el que aparecen relacionadas todas las personas tanto presas como soldados que en esos momentos se encontraban en el Campo de Concentración.
También hay
material audiovisual:
proyección de un fragmento del
documental ‘Ecos de la Memoria’, fotografías que existen del campo, recogidas en diferentes archivos españoles y europeos y nueve reproducciones de ilustraciones realizadas por prisioneros. El recorrido de la muestra también pasa por archivos audiovisuales y cuatro
vitrinas con documentos varios.
Todo ello se complementa con una mesa en la que se puede consultar bibliografía relacionada con los campos de concentración y publicaciones de memorias realizadas presos sobre su vida en aquel periodo y una mesa con la bibliografía.
El centro de interpretación, que dispone también de audioguías (en francés e inglés)