dissabte, 12 de juny del 2021

Gipuzkoa recupera del olvido a sus ochenta deportados a los campos de concentración nazis.

https://www.naiz.eus/eu/info/noticia/20210612/gipuzkoa-recupera-del-olvido-a-sus-ochenta-deportados-a-los-campos-de-concentracion-nazis


Transcurridos 76 años de la caída del régimen nazi, las ochenta personas de origen guipuzcoano que sufrieron hambre, enfermedad, torturas y muerte en los campos de concentración del Tercer Reich han sido desagraviadas por sus conciudadanos de la mano de la Diputación de Gipuzkoa.

La Diputación de Gipuzkoa ha celebrado esta mañana un acto con el que ha querido recuperar del olvido a las ochenta personas originarias de ese herrialde que fueron deportadas y murieron en los campos de concentración nazis.

Una parte de estos guipuzcoanos, fugitivos del franquismo, fueron trasladados a los campos en la fase inicial de la Segunda Guerra Mundial tras ser hechos prisioneros en el frente occidental, mientras que el resto fueron internados con el conflicto ya avanzado, al ser arrestados por su implicación en acciones de resistencia en la parte ocupada del Estado francés.

Este sábado, la Diputación de Gipuzkoa ha rendido un sentido homenaje a todos ellos en un acto solemne, el primero de estas características que reciben en su tierra de origen, y que ha servido para recuperar del olvido los horrores que se vieron obligados a vivir en lugares de siniestro recuerdo como Mauthausen, Buchenwald o Dachau, donde muchos de ellos perdieron la vida.

En el acto de reconocimiento, que ha contado con la actuación musical de Iñaki Diéguez, han participado también los investigadores Etxahun Galparsoro, autor del estudio sobre la deportación de los vascos a los campos de Tercer Reich, y Florentino Mariñelarena, miembro del colectivo ‘La Ilusión’.

«Queremos romper el silencio y reivindicar la memoria de los guipuzcoanos que sufrieron el horror nazi», ha afirmado el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, durante el homenaje, celebrado en la sede del Palacio Foral, en Donostia, ante familiares de 27 de aquellas 80 víctimas del nazismo.

«Ochenta nombres con sus apellidos, personas con familiares y seres queridos, con sus ideales y sus proyectos de vida. La maquinaria del Tercer Reich los quiso convertir en números, como si eliminando sus nombres les despojaran de su dignidad como personas, pero hoy los recordamos con sus nombres y apellidos», ha señalado el diputado general.

Unos guipuzcoanos que además de vivir en primera persona el horror nazi, sufrieron luego «el castigo añadido de la falta de memoria», ha añadido Olano, quien ha explicado que con este homenaje, la Diputación pretende ahora «poner su grano de arena para romper ese silencio y reivindicar su memoria».

«El ejercicio de la memoria histórica -ha añadido- supone devolver a estas personas sus nombres y apellidos, reivindicar su memoria y, al mismo tiempo, contribuir al desarrollo de una cultura democrática verdadera en nuestra sociedad».

«En uno de los episodios más oscuros de la historia de Europa, aquellas personas padecieron directamente el azote del totalitarismo. Algunos ya se habían enfrentado a la dictadura que se alzó al poder en España a través de las armas. Más tarde trataron de escaparse de las garras de la Alemania nazi, pero no lo consiguieron. En todos los casos, tuvieron enfrente a quienes trataban de erradicar la convivencia y la democracia de nuestra sociedad», ha resumido.

El máximo mandatario guipuzcoano ha asegurado que muchos de estos deportados llegaron a darlo «todo» en su lucha a favor de los ideales democráticos, tanto en la guerra para frenar el golpe de 1936, como en el frente occidental ante los nazis o más tarde en las redes de la resistencia.

El turista indignado ante el olvido del Parador de León como campo de concentración: "Debería dejar de ser un hotel".

 https://www.eldiario.es/sociedad/turista-indignado-olvido-parador-leon-campo-concentracion-deberia-hotel_1_8025764.html



Presos en el patio del campo de concentración de San Marcos de León

Wilfried Stuckmann prendió la llama. Lo hizo con la gasolina de la sorpresa y la indignación del extranjero que con tanta frecuencia carece el español. El principio de esta historia habría que situarlo en las vacaciones de Semana Santa de un turista alemán en el mes de abril del año 2014. Wilfried y su esposa recorrían la cornisa cantábrica y decidieron pasar dos noches en San Marcos, el impresionante Parador Nacional de León. ¿Qué es lo que sabían los Stuckmann de aquel lugar antes de llegar? Lo que habían leído en la central de reservas Booking: la exaltante belleza renacentista del edificio, su concepción original como convento, la decoración dotada de fastuosos muebles y tapices, y las habitaciones con wifi gratuita. Ni una sola mención a lo que, una vez allí, les despertó una profunda repulsa.

San Marcos, el parador reabierto que fue campo de concentración franquista

San Marcos, el parador reabierto que fue campo de concentración franquista

En su primer día en la ciudad vieron las procesiones y, al caer la noche, tomaron una copa en la Plaza Mayor y se fueron a dormir. A la mañana siguiente, visitaron el claustro del antiguo monasterio y leyeron la información que se les proporcionaba sobre el edificio, como por ejemplo que en el siglo XVI, fue la prisión en la que estuvo encarcelado el ilustre poeta español Francisco de Quevedo. No fue hasta que rebuscaron más, fijándose como solo se fijan los visitantes ociosos, que en la parte de atrás del claustro encontraron unos carteles en los que se explicaba que aquello había sido un campo de concentración entre 1936 y 1940, durante la Guerra Civil española y algo más allá.

"Nos quedamos en shock", confesó en aquel momento a este diario, que contó que su enfado ante la ausencia de un dato tan relevante como aquel en la plataforma de reservas, le movió a escribir un comentario de queja. La sorpresa siguió en aumento al comprobar que se rechazaba la publicación del comentario porque la política de uso del sitio prohíbe dejar comentarios que hagan alusiones a las guerras. Stuckmann siguió poniendo reclamaciones, pues aseguró que jamás se habría alojado en un lugar donde se hubiera humillado y maltratado a personas de aquella manera, de haberlo sabido. La empresa prefirió devolverle el dinero de su alojamiento antes que publicar sus palabras. El turista decidió donar esos 396 euros a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).

El pequeño gesto de Wilfried hizo su historia grande y mucha más gente, no los que van y vienen sino los que cada día pisan el mismo suelo que se pisó hace ochenta años, comenzaron a ver lo que estaba delante de sus narices: el Parador de Turismo de León había sido un campo de concentración y nada parecía recordarlo. Los que sí lo recordaban, se estaban muriendo, y a menudo callaban. Siete años después, se ha instalado un panel explicativo que antes no existía y se ha rendido homenaje a los presos de esos muros, con la presencia del más longevo de ellos, Josep Sala, de 101 años. No obstante, ni la página de Booking ni la de Paradores advierte a los viajeros que por allí pasaron alrededor de 20.000 presos republicanos y que entre 1.500 y 2.900 murieron por enfermedades, maltrato o asesinato.

Por otro lado, la placa que solicita la ARMH no es tal, sino el mencionado panel explicativo, que el presidente de la asociación, Emilio Silva, valora que es demasiado pequeño y está mal ubicado. "Esa placa es microscópica y está detrás de una puerta que está cerrada, por lo que solo se visita si específicamente lo pide un cliente", dice. Silva recuerda que Antonio Gamoneda escribió un manifiesto para la recogida de firmas que se titulaba Una puerta para la memoria, "pero han puesto una puerta cerrada", añade. Tras esa puerta cerrada, está también la escultura formada por piedra de talco y una chapa de hierro que hasta ahora era el único recuerdo del campo de concentración. Forma parte del Museo de León y está acompañada del texto de Quevedo: "Vivo en conversación con los difuntos y escucho con los ojos a los muertos" y una dedicatoria a "quienes sufrieron prisión, tortura y muerte en San Marcos durante la Guerra Civil (1936-1939)". Un homenaje que tampoco gusta a Emilio Silva, cuya asociación nació en León, en Ponferrada: "Ni dice quiénes sufrieron prisión ni quiénes los reprimieron, y habla de Guerra Civil pero en León no hubo Guerra Civil", como recordaba la periodista Olga Rodríguez en su intervención: "No hubo Guerra Civil porque el golpe triunfó a pocas horas del inicio ni hubo bandos enfrentados. Se produjo una persecución sistemática contra quienes pensaban de forma diferente a los franquistas, un plan estudiado para eliminar a quienes tenían unas ideas políticas determinadas y asesinadas por no apoyar el golpe". Por todo eso, la ARMH va a realizar una queja ante Paradores para que el tablón informativo se sitúe en un lugar de paso, para que sea más visible y que se incluya un párrafo sobre el campo de concentración en la web oficial de este hotel de lujo.

En este tiempo, Wilfried ha seguido las actividades de la ARMH y volvió a saber que nada había cambiado en el Parador de León cuando elDiario.es se puso en contacto con él en diciembre de 2020. En ese momento, dijo que estaba dispuesto a hacer otra donación para conseguir que se instalara la placa que la Asociación llevaba tiempo pidiendo, incluso con una recogida de firmas encabezada por literatos de alta fama. "Supe que el Parador iba a ser renovado y que se estaba intentando borrar el recuerdo de los crímenes fascistas", explica a elDiario.es desde Berlín tras la celebración del homenaje .

"Es una gran pena que el Parador no haga referencia oficial a su pasado", dice Stuckmann al respecto de la ausencia de información en la web de Paradores. En el acto de esta semana en San Marcos, en el que además de Josep Sala asistió el poeta Antonio Gamoneda, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, el director del Instituto Cervantes Luis García Montero y los periodistas Olga Rodríguez y Carlos Hernández, hizo la presentación Óscar López, presidente de Paradores. López dijo: "En Paradores no ocultamos la historia". Que se recoge la información al respecto del campo de concentración en la web es una petición que también viene haciendo en este tiempo la ARMH. "Nunca nos habríamos alojado en un lugar como ese, de haberlo sabido", dice Wilfried. Hay información que no es fácil de obtener, como dijo Carlos Hernández durante el homenaje, "la historia de San Marcos es muy conocida en León pero muy desconocida en el resto de España", pero tampoco tan difícil, pues Hernández es el autor del libro Los campos de concentración de Franco: Sometimiento, torturas y muerte tras las alambradasFueron más de 300.

En su presentación, que fue seguida por los medios por streaming ya que se realizó únicamente para un pequeño grupo de invitados, Óscar López habló de que aquel era "un acto para reconocer a las personas que sufrieron por lo que sufrieron", en un edificio "que tiene mucha historia y por lo tanto no toda ella es positiva, evidentemente". "Hoy se dedica a cosas mucho más positivas de las que se dedicó en el pasado", añadió. Y se despidió dedicando el acto "a la memoria de Josep Sala y de los miles como él que vivieron lo que vivieron en estas cuatro paredes". Unos minutos después, en su intervención, Carlos Hernández pidió a la gente que se aloja en el Parador que "disfrute pero con memoria" y que "no se esconda nunca más la historia, y mucho menos la historia de las víctimas de lugares como este, debajo de la alfombra".

Carlos Hernández califica el campo de San Marcos como uno de los más "letales y terribles" de los 300 que existieron. Zapatero, en su intervención, le contestó diciendo que lamentaba que España "no reparase en que existieron cientos de campos de concentración", con "personas que estuvieron presas, que fueron fusiladas o que simplemente desaparecieron". Hernández, contundente en su intervención, indicó que había que "sacar del olvido una página ignorada en los libros de historia y los educativos y es que en España hubo un sistema de campos de concentración, lo cual no es una definición subjetiva, si no que así lo llamaban las tropas franquistas y así lo llamaba la dictadura cuando terminó la guerra". Un sistema de campos y batallones por el que pasaron cerca de un millón de prisioneros, en su mayor parte hombres. "Hubo exterminio selectivo, investigación a los prisioneros para que ninguno quedara sin purgar, explotación laboral para realizar trabajos forzados por toda España", añade. San Marcos "era un sitio punitivo y reeducación, donde querían lavarles el cerebro después de haberles derrotado en el campo de batalla".

Wilfried Stuckmann está aprendiendo español y espera volver pronto de viaje. Ha seguido las reacciones a su pequeña cruzada y también los comentarios en Twitter de familiares de presos que han visibilizado las historias poco a poco olvidadas. "Por otro lado, sigo siendo de la opinión de que el Parador de León no debería ser un hotel, sino exclusivamente un lugar de recuerdo", señala Stuckmann cuyo ojo está entrenado no solo por la distancia sino también por ser alemán. "Puede ser que en Alemania nos importe más que en España la revalorización histórica de los crímenes fascistas", dice. "Tal vez, pero también en nuestro país vuelven a sonar voces retrógradas que trivializan los crímenes de los fascistas. Todos, en todos los países del mundo, no debemos cejar en el empeño de mantener viva la memoria de los crímenes", señala.

Antropólogo Jorge Moreno: «En España, según cifras públicas habría unas 3.000 fosas comunes con cerca de 115.000 cuerpos»

 https://www.elciudadano.com/actualidad/antropologo-jorge-moreno-en-espana-segun-cifras-publicas-habria-unas-3-000-fosas-comunes-con-cerca-de-115-000-cuerpos/06/09/


El investigador habla del proyecto Mapas de Memoria como una iniciativa por reconstruir la memoria histórica de la Guerra Civil española y su impacto en la actualidad

Por Sofia Belandria

Hace 2 días

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Actualidad / Entrevistas

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Con Mapas de Memoria, un grupo heterogéneo de expertos españoles ha montado un portal para mostrar los lugares de esta provincia donde enterraron algunos cuerpos sin identificar. También cuentan su historia, después de años de documentación. Ya hay una placa en Piedrabuena y se ha iniciado la exhumación en Almagro, con 26 fusilados.

Una rosa destaca sobre el resto. Sus pétalos rojos saltan a la vista en un fondo blanco. En el ramo, un mensaje: «Tu hijo Dionisio nunca te olvidó. Tus nietas, tampoco». La plegaria no se dirige a un féretro, sino a un muro. En él, una placa recuerda a quienes yacieron en el abismo de una fosa común por culpa de la Guerra Civil española y la dictadura franquista. Abuelos, abuelas, padres, madres, hermanos o hermanas que no tuvieron el sepulcro donde redimir la pena.

Estamos en Piedrabuena, una localidad de la provincia de Ciudad Real. En su cementerio reposaban en el anonimato 48 cuerpos. 30 de ellos fueron fusilados a lo largo de 1939. El resto perdió la vida en prisión o en posteriores enfrentamientos. Hasta finales de 2020, nada les rendía el homenaje deseado por los familiares y que ninguna administración llegó a ofrecerles.

Señalización de la fosa en el cementerio de Piedrabuena (Ciudad Real) - Sputnik Mundo, 1920, 25.05.2021
Señalización de la fosa en el cementerio de Piedrabuena (Ciudad Real)
© Foto : Cortesía de Mapas de Memoria

Sin embargo, un grupo heterogéneo —formado por antropólogos, maestros o historiadores, entre otras disciplinas— ha querido reparar esa laguna. Con el proyecto Mapas de Memoria han investigado los crímenes de la contienda y han marcado los lugares donde aún había huesos que identificar. 43 puntos de esta región española donde, gracias a una labor de investigación, se han podido cauterizar las heridas abiertas por el olvido.

«Comenzó en 2009 o 2010 con el proyecto Todos los nombres de la represión de posguerra. Queríamos sacar a relucir las personas que se quedaron sin sepultura por la Guerra Civil en Ciudad Real, donde la represión fue muy dura», adelanta Jorge Moreno, el director del proyecto. Doctor en Antropología Social y Cultural de la Universidad de Educación a Distancia (UNED), el miembro de la plataforma se refiere a la idea como un «laboratorio» en el que se podían sacar conclusiones «con muchos matices» y «extrapolables al resto del país».

Las cifras que manejaban cuando se lanzaron a este trabajo eran de unas 2.500 personas represaliadas por el Régimen solo en esta provincia. Después aumentaron a 4.000. «Queríamos dignificarles y señalar algo tan básico como dónde fueron enterrados. El objetivo no es más que establecer puentes que nos permitan comprender la memoria, la violencia y el trauma», apunta Moreno, comentando cómo iniciaron el registro: «Tuvimos entrevistas iniciales con familiares y un proceso muy labor de investigación en documentos de la época».

En el portal creado en internet aluden a «una metodología etnográfica e historiográfica» guiada por «un constante diálogo entre familiares, investigadores y archivos». Así, se han basado en «líneas temáticas» como la «materialidad y afecto, representación y daño, archivos del terror o la memoria de los victimarios» para proceder a esta señalización y a su difusión a través de charlas, talleres o un libro. Se consiguió gracias al Centro Internacional de Estudios de Memoria y Derechos Humanos (Ciemdh) de la UNED y ha contado con el apoyo de la Diputación de Ciudad Real.

La sobrina de Alfonso Campos, asesinado durante la Guerra Civil, con una imagen suya - Sputnik Mundo, 1920, 25.05.2021
La sobrina de Alfonso Campos, asesinado durante la Guerra Civil, con una imagen suya
© Foto : Cortesía de Mapas de Memoria

«Lo más sorprendente es el desconocimiento de la sociedad española», subraya Moreno, nacido en 1981 en Ciudad Real. Se refiere a la Ley de Memoria Histórica aprobada en 2007 por el antiguo Gobierno socialista, liderado por José Luis Rodríguez Zapatero, como un impulso. «Estamos en colaboración con los responsables», anota el antropólogo, «y es una manera de hacer público el duelo». En España, según se ha publicó a raíz del decreto, habría unas 3.000 fosas comunes con cerca de 115.000 cuerpos. Entre 2000 y 2018, según expone el Ministerio de Justicia, se abrieron 740 y recuperaron más de 9.000 cadáveres.

Moreno, no obstante, se queja de las sucesivas trabas que se han ido poniendo para esta recuperación de la memoria. Los fondos destinados a lo largo de los más de 40 años desde que se acabó la dictadura han sido nimios. Nadie quería levantar la alfombra. Mientras, el duelo seguía latente y se perdían datos en las siguientes generaciones. «Muchos testimonios eran orales, no estaban registrados. Los asesinatos se hacían en secreto», afirma el profesor de la UNED, subrayando la dificultad de aclarar lo que ocurrió en un sitio determinado.

A la iniciativa todavía le falta materializarse en los 53 rincones estudiados. Aunque desde la web se pueden visitar virtualmente y leer la historia de cada uno. Incluso hay una exposición itinerante con algunos elementos encontrados en casas de allegados o en las propias fosas: cajetillas de tabaco, fotos remendadas con hilo, misivas en billetes de lotería… Objetos cotidianos que esconden una historia detrás de terror o nostalgia: Petra, por ejemplo, encargó un marco de 10.000 pesetas para inmortalizarse con su padre. A costa de arrancar garbanzos un verano y de perpetuar la pobreza.

Pero la placa de las fosas y los nombres —con un código QR para acceder a la información— solo se ha colocado en Piedrabuena. De este pueblo con menos de 4.500 habitantes se transita por la provincia hacia Tomelloso, en el este, o a Puerto Lápice, en el sur. Aquí, por ejemplo, se enfatiza que la represión se sintió “con intensidad” sobre sus vecinos. «La muerte en prisión o ante pelotones de fusilamiento en las inmediaciones de los cementerios de Alcázar de San Juan o Ciudad Real será el destino de muchos de ellos», anotan, resaltando la historia de Santiago Vaquero Alba.

«Tenía 41 años, estaba casado y se ganaba la vida como cartero. Fue asesinado el 5 de abril de 1939 y su cuerpo arrojado a la fosa del cementerio de Puerto Lápice, una fosa que aún no ha sido posible localizar. Dos días después de su muerte, su nombre, esta vez sí, fue inscrito en el Registro Civil de esta localidad», esgrimen.

En Solanilla del Tamaral, por ejemplo, relatan la trayectoria de la fosa. «Fue exhumada parcialmente el 11 de diciembre de 2003, a raíz de la investigación realizada por el historiador jienense Luis Miguel Sánchez Tostado», adelantan. «El lugar exacto donde se hallaban los cuerpos fue indicado por la misma persona que los enterró, Santiago Poyatos Morenas, conocido como Cigüeño«, narran.

Libro de enterramientos en Almadén (Ciudad Real) - Sputnik Mundo, 1920, 25.05.2021
Libro de enterramientos en Almadén (Ciudad Real)
© Foto : Cortesía de Mapas de Memoria

Francisco Pacheco Moreno se encontraba en este sepulcro. Jornalero de 33 años y militante del Partido Comunista de España en Andújar (Jaén), fue enlace entre el comité provincial del PCE y la guerrilla, explican. «Arriesgó muchas veces su vida. Cuando llegaba la noche salía a escondidas con comida que su mujer preparaba para los guerrilleros y cargado de noticias para ellos. Lo detuvieron durante una redada contra los integrantes del PCE de Andújar», prosiguen.

«La Guardia Civil lo llevó al monte para que les indicara dónde se ocultaban los de la sierra. Se zafó de ellos y alcanzó a la guerrilla de El Gafas para advertirles del peligro que corrían. Sus compañeros sospecharon de él al descubrirle, escondido en una alpargata, un salvoconducto de la Guardia Civil y lo sentenciaron a muerte», resumen. Lo ejecutaron a mediados de septiembre de 1945 y la familia no volvió a tener noticias suyas. Pensaron que había logrado exiliarse.

Y no era así. Cuando abrieron el hoyo, entregaron sus restos María, Dolores y Francisca, sus hijas. Ellas los llevaron hasta el cementerio de Andújar, donde reposan por fin junto a los de su esposa, Dolores Capilla. El acto, describen, estuvo cargado de emoción. Como el caso de Doroteo Cerro Carnero, en este mismo enclave. «Era un vecino de Argamasilla y minero en Puertollano», recuerdan, «un enlace de la guerrilla en la zona».

Un exguerrillero colaborador de la Guardia Civil les tendió una trampa y propuso reunirse con el grupo. Todos lo rechazaron. Solo Doroteo, su amigo, se ofreció voluntario. Y cayó en la trampa. Al ponerse al descubierto en el llano fue acribillado a tiros por la Guardia Civil. Todos sus compañeros lograron huir ilesos. Era el 20 julio 1948. La emboscada acabó con su vida. Su cuerpo fue cargado en un burro. Doroteo nunca supo que su hermano, Vicente, había muerto en el campo de concentración de Gusen, campo anexo a Mauthausen, seis años antes.Otra paradigmática es la de Almagro. Conocida como el «corral de los desgraciados», resguarda 26 cuerpos. Casi todos, según Moreno, a partidos como el PSOE o el PCE y a sindicatos como UGT o CNT. «Son jornaleros, campesinos. Hay un sastre, un médico, un albañil…», enumera el director del proyecto. Se llamaba así en contraposición al corral de comedias del centro de la localidad, lugar de espectáculos teatrales. Aquí, adyacente al cementerio, no había risas: enviaban a «los fusilados que no habían confesado, las personas que se habían suicidado y bebés sin bautizar», según explicaba María Benito, directora de la excavación, en el acto público de apertura: «Como estaba prohibido entrar, los familiares lanzaban flores».

Hija de Santiago Ruiz, asesinado por el régimen franquista - Sputnik Mundo, 1920, 25.05.2021
Hija de Santiago Ruiz, asesinado por el régimen franquista
© Foto : Cortesía de Mapas de Memoria

Familiares como Regina Robledo, a punto de cumplir 86 años. Su padre, Emilio, reposa bajo tierra. Lo mataron cuando ella era una niña y aún recuerda cómo se agarró a su pantalón cuando lo detuvieron.

«Yo, cuando venía, miraba por el agujerito», relataba al diario El País: «Mi madre nunca se atrevió a venir. Soñaba con mi padre, por las noches creía que la llamaba… Esto le destrozó los nervios». Se lo llevaron con 35 años y 80 después podrá cerrar ese duelo. Antes, le extraen muestras de su ADN y ella repite: «Gracias, gracias, gracias».Cada testimonio es un pedazo de un tiempo descifrado por entregas. «Nos ha interesado mucho ver cómo se ha mantenido la memoria y cómo se transmite el duelo», sostiene Moreno, hablando de «prudencia» a la hora de seguir dando pasos. «Siempre van saliendo problemas. Lo importante es continuar haciéndolo y hacerlo bien», arguye.

Fosas marcadas por el proyecto Mapa de Memoria en la provincia de Ciudad Real (España) - Sputnik Mundo, 1920, 25.05.2021
Fosas marcadas por el proyecto Mapa de Memoria en la provincia de Ciudad Real (España)
© Foto : Cortesía de Mapas de Memoria

Muchas veces, ese obstáculo es sencillo: no queda nadie que pueda rememorar a la persona fusilada. También hay trabas técnicas, como conseguir los permisos para exhumar, o la oposición de esa fracción del país que suele alistarse en el bando de «no remover» el pasado. «Uno de los inconvenientes es que no sabemos nada. Según vamos trabajando se va adivinando la dimensión del drama», sentencia Moreno.

Esa tragedia es la que Machado simbolizaba con el famoso «corazón helado» y que desde Mapas de Memoria quieren atenuar. Aunque sea colocando una placa en un cementerio donde cicatrizar la tristeza o mostrar el cariño retenido. Ya sea con un ramo de rosas o, simplemente, con el suspiro de un consuelo liberado.

Cortesía de Alberto García Palomo Sputnik


“La fosa nº 1”: documental para reparar a las víctimas del franquismo en Toledo

 https://www.clm24.es/articulo/toledo/memoria-democratica-dictadura-espana-fosa-1-documental-reparar-victimas-franquismo-toledo/20210610175421321538.html?fbclid=IwAR1mCtLini8y1BUrQHVx8pvoKEnKQpnp0u7EfeDiDpdSLYbtFHbCxQfAnSU


El vicepresidente ha presentado el documental, posible gracias la colaboración del Gobierno la Diputación de Toledo, la Federación Estatal de Foros por la Memoria y la Asociación La Gavilla Verde

La Diputación Provincial de Toledo ha financiado la película documental “La fosa nº1. Menasalbas 1939-2010”, que muestra el proceso de exhumación de los cuerpos de 17 republicanos fusilados y enterrados en una fosa común en 1939 y la labor que se ha realizado para la reparación del daño causado a las víctimas del franquismo en el municipio toledano de Menasalbas.

El vicepresidente la Diputación, Fernando Muñoz, ha presentado la película este jueves junto al presidente de la Federación Estatal de Foros por la Memoria (FEFFM), Arturo Peinado, y el diputado de Unidas Izquierda Unida Podemos, Mario García, familiar de uno de los asesinados y cuya formación política planteó esta iniciativa al Gobierno de la Diputación en la pasada legislatura.

El documental, de una hora de duración, ha sido elaborado por la productora toledana Wai Films y recoge los trabajos de exhumación llevados a cabo por la FEFFM para recuperar los restos de los 17 republicanos que fueron fusilados y enterrados en 1939 en una fosa común junto a la tapia del cementerio de Menasalbas.

El diputado Mario García hizo un listado con la asociación de familiares para identificar quién estaba en la fosa y en 2010, se pudo localizar el lugar exacto donde los vecinos recordaban que habían sido enterrados.

Los asesinados, según García, eran soldados que volvían del frente republicano, familiares que salieron a recibirlos y otros habitantes del pueblo que fueron detenidos.

En el proceso de exhumación han participado más de 100 personas voluntarias entre historiadores, antropólogos, abogados y comunicadores, y según ha declarado el presiente de la FEFFM, hay al menos dos fosas más documentadas en Menasalbas, "dos fosas desaparecidas que no son recuperables".

El coste total de más de un año de trabajo ha sido de unos 9.000 euros, según ha apuntado Fernando Muñoz, una cantidad que se ha retirado de una partida presupuestaria de 15.000 euros anuales que existe desde el año 2015 para la recuperación de memoria histórica.

Desde el año 2000, la labor de las asociaciones de memoria histórica, en su trabajo por exhumar e identificar personas desaparecidas de la Guerra Civil y el franquismo, ha permitido recuperar cerca de 800 fosas y más de 9.000 cuerpos en España, "que es el segundo país con más fosas del mundo", ha recordado Muñoz.

Los trabajos en la enorme "fosa de la cultura" de Paterna exhuman a 26 víctimas de la represión franquista en casi dos meses de excavación.

 https://www.eldiario.es/blog/memoria-democratica/trabajos-enorme-fosa-cultura-paterna-exhuman-26-victimas-represion-franquista-meses-excavacion_132_8017380.html


Los familiares de los fusilados, ante la fosa 114 de Paterna.

La "fosa de la cultura" del cementerio de Paterna (Valencia) es, junto a la fosa 126, una de las más grandes localizadas en el territorio valenciano. En su interior se encuentran los cuerpos de unos 180 fusilados por la represión franquista en la inmediata posguerra. Así, la fosa 114 está conformada por cinco sacas de fusilados entre el 9 de mayo y el 28 de junio de 1940.

La primera saca alberga los restos de 31 personas, incluyendo al editor de la revista La Traca, Vicent Miquel Carceller, así como el dibujante de la revista satírica valenciana Carlos Gómez Carrera, conocido como ‘Bluff’, y dos alcaldes de Godella y uno de Foios.

Entre los represaliados tirados en la fosa también figura Manuel Contreras García, abuelo paterno de Carlos Contreras, secretario de la junta directiva de la Asociación de Familiares de Víctimas de la Fosa 114 de Paterna. Manuel Contreras García fue concejal de Godella, apenas 23 días antes de acabar la Guerra Civil, y afiliado a Izquierda Republicana.

Los trabajos realizados por el equipo especializado Arqueoantro han detectado el mismo patrón que en otras fosas que han exhumado en los últimos años: sacas de fusilados separadas por capas de cal y cuerpos tirados en desorden. Los restos, según explica el arqueólogo por teléfono a elDiario.es, presentan un buen estado de conservación.

"A grandes rasgos en Paterna, excepto algunas fosas muy concretas, suele salir un estado de conservación muy bueno, puede haber problemas de humedad al estar cerca del nivel del mar y por la lluvia, pero no hay corrientes de agua pasando de forma constante como pasa en el cementerio de Castellón", apostilla Calpe. Los trabajos han localizado "huesos largos bastante compactos", lo cual "es una buena señal".

Los trabajos sí que han detectado el "descolgamiento" de algunos cuerpos, un fenómeno que provoca que al descomponerse los restos se queden pegados en las paredes de la fosa. "Son muchos cuerpos juntos y la tendencia es que, cuando se descomponen, se unen desde el centro", sostiene el arqueólogo. "Había pasado antes pero no tan exageradamente, conforme vayamos abriendo entenderemos mejor la diferencia", agrega. 

En una primera fase, según explica el arqueólogo de Arqueoantro, los responsables de la exhumación quitan toda la tierra de alrededor para localizar exactamente el lugar donde reposan los cuerpos y poder asegurar el agujero. En ese momento es cuando retiran los cuerpos de los enterramientos rutinarios por muertes naturales que no tienen nada que ver con la represión franquista (en la zona oeste de la fosa 114 han localizado cuatro esqueletos).

Una vez apuntalada la fosa para evitar derrumbes y que los especialistas de Arqueoantro puedan trabajar con seguridad, continúa el cribado de la tierra y, a unos dos metros de profundidad, surge la primera capa de cal que sella los cuerpos. Con la cal, los responsables de la represión franquista pretendían acelerar la descomposición de los cuerpos para que disminuyeran su volumen, tal como explica Calpe en un video colgado en YouTube para que los familiares de los represaliados puedan seguir los trabajos telemáticamente.

"En los videos, ahora con una periodicidad mensual, damos unas pinceladas para informar a las familias que están muy atentas al proceso de exhumación", señala Calpe. Los especialistas de Arqueoantro, un grupo compuesto por arqueólogos y antropólogos, entre otros, prevén localizar hasta cinco capas y excavar hasta unos cinco metros de profundidad en, al menos, los próximos cuatro meses.

La saca del 28 de junio de 1940 incluye, según las investigaciones previas y los trabajos del historiador Vicent Gabarda, a una treintena de represaliados, de los que ya han conseguido exhumar a 26. "Esto es algo que acabaremos de dilucidar en los próximos días porque hay zonas de la fosa en las que se ve tierra donde no salen restos, creemos que estamos cerca del final de la saca", explica el arqueólogo. "En principio son las cifras que esperamos, no vamos por mal camino", agrega Calpe.

Finalizada la primera saca, la excavación continúa hasta localizar la segunda capa de cal. Y así hasta las cinco sacas de fusilados que conforman la denominada "fosa de la cultura", cuya exhumación financia la delegación de Memoria Histórica de la Diputación de Valencia. Los cuerpos repiten el patrón que han observado los especialistas de Arqueoantro en otras exhumaciones: "Están mal posicionados, como suele ser habitual, eso no cambia. Por desgracia, el patrón se sigue repitiendo y es lo que hemos visto ya en una decena de fosas", apostilla el arqueólogo Álex Calpe.

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