http://heraldodemadrid.net/2015/10/09/el-filme-fuego-en-espana-1937-en-la-argentina/
Emeterio Díez Puertas
La Guerra Civil Española es una realidad compleja: el golpe militar, los combates en el frente, los paseos y depuraciones, los bombardeos de las ciudades, la colectivización del campo, las mujeres milicianas, el teatro de urgencia… De todo este complicado contexto, lo que la diplomacia argentina en España experimenta más de cerca, allí donde quiere que su país sea agente de la historia, es en el tema de los refugiados, los prisioneros y, en definitiva, en las iniciativas de paz y reconciliación. Pero también otra cuestión, aunque en menor escala, merece la atención de los funcionarios argentinos: los bombardeos de ciudades.
Precisamente, cuando el gobierno republicano decide montar una película destinada a comunicar en Iberoamérica esa compleja realidad que es la Guerra Civil Española, elige el bombardeo de la población civil en las ciudades como base de su película Fuego en España(1937), convirtiendo lo que en la documentación diplomática argentina es un tema circunstancial en una cuestión capital. La República española, en concreto, escoge una realidad comunicativa que llamamos el cronotopo de la “Madre Patria en llamas”. Se toma un espacio (España) y un tiempo (en llamas: 1936-1939) y se realizan tres operaciones: 1) se destaca un contenido (en este caso, los bombardeos de ciudades); se le aplica un tono a ese contenido (el sensacionalismo: imágenes de niños y mujeres muertos, edificios civiles ardiendo, etc.); y 3) se le dicta un enfoque (el sectarismo: ocultación de información, manipulación de imágenes, etc.). La República considera que este tipo de narrativa es la mejor para conseguir en el extranjero el apoyo político, social y económico que tanto necesita. Fuego en España, en otras palabras, usa el cronotopo del país en llamas para despertar a aquellas naciones que, como dice Álvarez del Vayo en un momento del filme, duermen la siesta, es decir, se desentienden del conflicto español.
En concreto, Fuego en España es una producción confeccionada a partir de materiales procedentes, fundamentalmente, del noticiario republicano España al día. Según informaciones de la época, fue proyectada en pase privado para el presidente Roosevelt, el cual manifestó grandes elogios hacia ella. La película en su estreno en Argentina tiene una duración de 1 hora y 28 minutos (algunas fuentes hablan de 120 minutos), mientras que la copia hoy conservada en Filmoteca Española solo llega a 58 minutos. El filme contiene informaciones sobre la guerra que llegan hasta el verano de 1937. Hay una mezcla de imágenes heroicas y de imágenes dramáticas. Contiene, al mismo tiempo, un tono de epopeya y un tono patético. Una modulación épica en todo el filme supondría falso triunfalismo, mientras un continuo modo patético conduciría al derrotismo. Evidentemente, el cronotopo de la España en llamas se observa mejor en la parte patética, en especial, en las imágenes sobre el bombardeo de Madrid.
En realidad, el cronotopo de la España en llamas está presente en películas de todo tipo y signo rodadas durante el conflicto. Se manifiesta en imágenes de edificios ardiendo, fuego de disparos, explosiones de bombas, etc. Incluso aparece en los propios títulos de algunos documentales previos al que aquí estudiamos, como el filme norteamericano Spain in Flames (1936), de tendencia republicana, y el documental España en llamas (1936), de tendencia nacionalista. Hasta puede verse este cronotopo en las primeras imágenes del filme fascista Arriba España (1937). Por supuesto, la imagen del país ardiendo (literal o metafóricamente) también se halla en los libros que tratan del conflicto y, sobre todo, en numerosos titulares de prensa, que es de donde, seguramente, el cine lo toma. De hecho, Paramount News presenta en Buenos Aires en octubre de 1936 una noticia cinematográfica sobre la guerra española titulada: “Irún en llamas”.
Pues bien, la distribuidora de Fuego en España, Hispano Argentina Film, prepara la recepción de la película con una campaña publicitaria especialmente destinada a los periódicos argentinos neutrales para insistir en que la película también es neutral. El estreno se fija para el jueves 16 de septiembre de 1937 en la sala Teatro Argentino. La presentación del filme es todo un evento, pues cuenta con la presencia de autoridades y diplomáticos y un lleno completo. Muchos de los que acuden a comprar entradas, incluidos algunos obreros que han cambiado su turno en el trabajo, tienen que quedarse a las puertas del cine. Según el diario Crítica, las entradas estaban agotadas desde días antes del estreno y centenares de personas se quedan en la calle. Durante la proyección, los espectadores aplauden las imágenes que muestran las defensas de Madrid y a los líderes republicanos, como Largo Caballero, Miaja, Álvarez del Vayo o La Pasionaria. Sin embargo, al día siguiente, la prensa neutral denuncia el sensacionalismo de algunas de sus imágenes, señala su sectarismo o bien el filme recibe duros ataques desde la prensa nacionalista. Pero ni unos ni otros impiden que Fuego en España sea un gran éxito. La película está más de dos meses en cartel en la capital y luego recorre el país con la ayuda de las organizaciones a favor de la República. Por ejemplo, Juan V. Ituarte, secretario de Amigos de la República Española (ARE) en San Rafael, en la provincia de Mendoza, paga 70 pesos por ella y la proyecta el martes 19 de julio de 1938, coincidiendo con el segundo aniversario del golpe de estado de Franco.
En cambio, el alcalde de San Juan prohíbe la película en mayo de ese mismo año. Lo hace, además, en medio de un debate en el que se discute si en Argentina deben prohibirse las películas de “carácter tendencioso”, esto es, los filmes que hacen apología de algún ideario político ajeno al país o bien de gobiernos extranjeros, en especial, de signo fascista. También con esta medida se quiere evitar que los espectadores más encrespados provoquen desórdenes públicos, pues en algunos cines de Argentina la exhibición de noticias sobre la guerra española suele terminar en peleas en la platea. Pero no tenemos noticias de que el tono sensacionalista y el enfoque sectario de Fuego en España se tradujesen en algún tipo de algarada. La productora se había prevenido contra estos incidentes colocando unos letreros que al comienzo de la película dicen: “Abstente de hacer manifestación alguna en el curso de la película, poniendo freno a tus impulsos”.
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