dissabte, 22 de desembre del 2018

Los curas obreros: cuando la lucha antifranquista nacía del Evangelio.

https://www.eldiario.es/andalucia/curas-obreros-lucha-antifranquista-Evangelio_0_848316257.html


Bajaron del púlpito para meterse en el tajo. De la quietud noble de los recintos eclesiásticos a la algarabía empobrecida de los excluidos. Tomaron partido por el pueblo y, por esto, fueron conocidos como los curas obreros. Unos 800 sacerdotes que desde los años 60 del siglo XX lucharon por las libertades democráticas renunciando a su salario oficial para vivir, y trabajar, junto a los más necesitados.
Es la historia que cuenta el documental De la cruz al martillo, una cinta que recupera la memoria olvidada de un compromiso social con génesis en la iglesia y raíz en el campo. Porque los curas obreros optaron por cumplir aquello que marca el Evangelio: estar con los pobres.
Algunos destacados protagonistas de aquellas protestas recuerdan en De la cruz al martillo, un puñado de décadas después, cómo rompieron con la tradición del nacionalcatolicismo. Cómo decidieron ir más allá de los dogmas, en plena dictadura, y cómo pagaron la osadía con represalias, cárcel y multas.
Es el caso de religiosos como Antonio QuitiánÁngel Aguado y los hermanos Joséy Manuel Ganivet. Comparten testimonio junto a la exmonja Encarnación Olmedo y con Elías AlcaldeEnrique Priego y Esteban Tabares. O con la historiadoraBasilisa López y el teólogo José María Castillo. Además de los exdirigentesIsidoro Moreno, del Partido del Trabajo de España (PTE), el expresidente de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Alfonso Alcaide, y Francisco Casero, del Sindicato de Obreros del Campo (SOC).

Curas a la vendimia

Un titular de prensa: ‘Cien mil españoles a la vendimia’. Y Diamantino García Acosta pregunta a las puertas de la parroquia donde acaba de aterrizar. ¿Dónde van todos? A trabajar, le responden. Durante la campaña en el pueblo solo quedan los niños, los viejos y el cura. “Pues a partir de ahora tampoco quedará el cura”, decide.
Una 'cuadrilla' de jornaleros y, entre ellos, el cura obrero Diamantino García Acosta (derecha). | PLANO KATHARSIS
Una 'cuadrilla' de jornaleros y, entre ellos, el cura obrero Diamantino García Acosta (derecha). | PLANO KATHARSIS
“La reforma agraria es una tomadura de pelo”, queda titulada una entrevista al cura Diamantino. De estas luchas acompañando a los jornaleros andaluces nace el SOC. Cuando estos curas obreros acaban siendo también braceros, comiendo en el tajo, calmando la sed bajo el mismo sol, secando el sudor en las mismas pobres vestimentas.
‘La tierra para el que la trabaja’ es el lema al que agarrarse en los estertores de la dictadura de Francisco Franco. Las ocupaciones de fincas son un campo de lucha entre finales de los 70 y comienzos de los 80. Ahí queda el cortijo de El Humoso como recuerdo, y emblema, de Marinaleda (Sevilla).
Ese rastro de libertades conquistadas a destajo está en el documental De la cruz al martillo, dirigido por José Antonio Torres, que firma el guión de la obra con el periodista Rafael Guerrero, también narrador, y cuenta con la realización dePablo Coca y música de Pablo Peláez. El audiovisual está producido por Plano Katharsis con la colaboración de Canal Sur Radio y Televisión.
“Desde los años 50 en Andalucía, y en el resto de España, movimientos minoritarios de curas y seglares lograron anticiparse a la llamada transición política impulsando el movimiento obrero y ciudadano”, señalan los autores de la pieza. “La influencia, que les llegaba de los curas obreros franceses de la posguerra, les hizo evolucionar más deprisa que la propia sociedad y evidentemente que la jerarquía eclesiástica”, apuntan.

Cambiar el franquismo desde la iglesia

“Me di cuenta de que había que cambiar las cosas, la sociedad tal como estaba” diseñada por el franquismo, cuenta en la cinta el cura obrero Antonio Quitián. Y este objetivo “requería una posición personal”. Un compromiso claro que chocaba con el nacionalcatolicismo reinante en un país donde todavía resonaba el eco de la  represión fascista y la  colaboración de la Iglesia católica con el régimen de Franco sigue siendo intensa.
“Yo no quería ser monja de rezar y cosas de esas, quería estar cerca de la gente humilde y que pasaba necesidades”, rememora Encarnación Olmedo. “No bastaba con ayudar a los más necesitados”, sino que había que “compartir la vida con los más necesitados”, subraya uno de los curas obreros.
Esteban Tabares (izquierda) y Enrique Priego, dos curas obreros, en una iglesia. | PLANO KATHARSIS
Esteban Tabares (izquierda) y Enrique Priego, dos curas obreros, en una iglesia. | PLANO KATHARSIS
“La gente se da cuenta de que el régimen franquista no tiene salida en términos de evangelización”, dice el expresidente de la HOAC. La visión de muchos barrios del extrarradio de las ciudades, de muchos pueblos, es de miseria congénita. “¿Qué puedo hacer yo en Venezuela que no pueda hacer aquí en Granada?”, se pregunta un jesuita.
Desde las iglesias, los curas obreros asumen la vida humilde y contactan con el movimiento obrero. Eran “aquel joven clero que se encontraba abierto al cambio” como una suerte de “visionarios de unas transformaciones que ya se estaban produciendo lentamente en la sociedad española”.

Tres muertos en la huelga de los 70

Los curas obreros dejaron una profunda huella en los movimientos reivindicativos surgidos durante el tardofranquismo y en la Transición. De manera especial en Andalucía. Y muchos de ellos vinculados a la Hermandad Obrera de Acción Católica.
La huelga de la construcción de los años 70 fue un paradigma. La manifestación recorre las calles de Granada cuando las autoridades piden que se disuelva la marcha. Un grupo responde lanzando piedras. La policía con disparos.  Tres obreros caen asesinados: Antonio Huertas Remigio, Cristóbal Ibáñez Encinas y Manuel Sánchez Mesa.
El cura Diamantino, en la vendimia. | PLANO KATHARSIS
El cura Diamantino, en la vendimia. | PLANO KATHARSIS
O los encierros en la  Curia granadina en 1975 para protestar por la dramática situación provocada por los altos índices de paro. Otro grupo de sacerdotes participaba de forma activa desde Sevilla. Y el propio Francisco Casero, Paco, quedaba hospitalizado tras un mes en huelga de hambre.
Había, también, “lucha por las viviendas”, rescata la exmonja. Como en la Huerta de la Virgencica “de Graná”. ‘Obreros sin hogar’, refiere un titular a cinco columnas. Eran peleas por un alojamiento digno para los trabajadores. “O para que llegara el autobús” al barrio, en palabras de Olmedo.
Trabajo y techo como reivindicaciones básicas. Igual que ahora, siguen pensando. “La pobreza y la exclusión siguen reinando”, lamenta Alfonso Alcaide. Una asignatura pendiente, dice, “y en eso hemos ido para atrás”. La sociedad está “perdiendo la memoria”, enlaza Paco Casero en el preestreno de De la cruz al martillo, en la sede sevillana de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo.

Curas obreros, poco "reconocidos"

"En los años 70 la lucha no era nada fácil pero teníamos muy claros conceptos como dignidad y libertad", asegura el exdirigente del Sindicato de Obreros del Campo, Paco Casero. Hoy, un proyecto análogo, "costaría mucho llevarlo adelante", subraya. Porque tenían "como sueño una democracia diferente a la que se ha ido desarrollando".
Pretendían crear otro relato distinto al que gobierna "estos tiempos de incertidumbre, no sólo en España sino en Estados Unidos, Brasil…". Rescata la historiadora Basilisa López durante el metraje la historia de "un cura que lee en el frente de La Alpujarra a Marx, Bakunin…", mientras las balas silban sobre las cabezas.
Como dicen los autores del documental, acaso estos curas obreros hicieron una "gran e influyente labor" por la que nunca fueron "suficientemente reconocidos". Siquiera, entienden, "por sus 'compañeros de viaje' laicos de partidos de izquierda”. Una rémora en la memoria a más de cuatro décadas de la génesis de aquel protagonismo histórico que fue del púlpito al tajo.

Comisión Dignidad recuerda declaración reparación Companys ya se hizo en 2009.

https://www.lavanguardia.com/politica/20181222/453694283682/comision-dignidad-recuerda-declaracion-reparacion-companys-ya-se-hizo-en-2009.html



Barcelona, 22 dic (EFE).- La Comisión de la Dignidad ha recordado hoy que la declaración de reparación del presidente de la Generalitat, Lluís Companys, ya se hizo en 2009, por lo que cree que la aprobación del Gobierno es un "brindis al sol de signo propagandístico" y un "menosprecio" a las instituciones catalanas.
El Consejo de Ministros, reunido ayer en Barcelona, aprobó una declaración en la que rechaza y condena el consejo de guerra que en 1940 condenó a muerte a Companys, y proclamó además su reconocimiento y la restitución de su dignidad como presidente de la Generalitat.
En un comunicado, la Comisión de la Dignidad subraya que la declaración de ayer es una reiteración de la de 2009, lo que supone para esta entidad un "menosprecio" hacia las instituciones catalanas al "instrumentalizar" la figura del presidente de la Generalitat.
"Una humillación más. No se puede permitir que la falta de propuestas -a la situación de Cataluña- se quiera esconder con una declaración simbólica hecha hace nueve años" al amparo de la Ley de Memoria Histórica de 2007 impulsada por el Gobierno de Zapatero, subraya.
Además, la Comisión de la Dignidad señala que ya en 2009 criticó esta declaración por no tener un carácter jurídico, y que ya entonces reclamó al Gobierno que anulase la sentencia que condenó a muerte al entonces presidente de la Generalitat.
Considera que el Estado "va tarde" a la hora de declarar la nulidad de las sentencias de los consejos de guerra durante el franquismo, y que por ello debe hacer una declaración "reconociendo el crimen de Estado" que se cometió contra Companys. EFE

El Consejo de Ministros rechaza y condena el consejo de guerra contra Companys.

https://elpais.com/ccaa/2018/12/21/catalunya/1545394626_316868.html

El Gobierno "proclama solemnemente el reconocimiento de la plena dignidad" del expresidente catalán, fusilado por el franquismo



El Consejo de Ministros en Barcelona. MASSIMILIANO MINOCRI
El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes en Barcelona una declaración que rechaza y condena el consejo de guerra que condenó a muerte a Lluís Companys, presidente de la Generalitat republicana y fusilado por las tropas franquistas en 1940 en el castillo de Montjuïc de la capital catalana.
"Se proclama publica y solemnemente el reconocimiento de la plena dignidad del presidente Companys, así como el carácter injusto y la ilegitmidad de la condena", ha dicho la portavoz Isabel Celaá al finalizar la reunión ministerial.
Fuentes de la vicepresidencia del Gobierno han explicado que la ley de memoria histórica ya declaró la ilegitimidad de las condenas dictadas por los tribunales durante la Guerra Civil y el Congreso también acordó en septiembre de 2017 una declaración para anular la sentencia contra Companys. Sin embargo, no se había ido más allá de estos acuerdos declarativos.
Se trata, pues, de un acuerdo de simbolismo político que no cubre tampoco las expectativas que viene reclamando desde hace años Esquerra Republicana. Companys lideró este partido durante la II República y fue ministro de la Guerra. La demanda para anular su juicio ha sido planteada por este partido en numerosas ocasiones, con el apoyo del PDeCAT, pero también de los socialistas catalanes.
Joan Tardà, portavoz de ERC en el Congreso, condicionó el pasado verano el apoyo al decreto ley del Gobierno para exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos, a la anulación de la sentencia contra Companys.


El Gobierno de España rechaza la condena a muerte de Lluis Companys. La dictadura de Francisco Franco ejecutó al presidente de la Generalitat en 1940. Pero el Consejo de Guerra que mandó al paredón al político catalán sigue vigente. ¿Cómo se anulan los juicios del franquismo? ¿Y para qué serviría que el Estado asuma esta revisión?
La ley de Memoria Histórica declara la "ilegitimidad" de los tribunales franquistas. El Congreso de los Diputados fue un poco más allá y en  septiembre de 2017 señaló como "radicalmente nulas e injustas"  las sentencias dictadas en este marco jurídico.
Queda el gran paso, reclamado por las asociaciones memorialistas como una reivindicación básica: anular la parafernalia judicial franquista. Requiere una modificación del marco legal que está en trámite en el Parlamento gracias a un acuerdo de PSOE y ERC, como aclaran fuentes de Moncloa.
La tarea es, sin embargo, enorme y compleja. Porque el propio concepto de víctima es muy amplio. Desde los  esclavos del franquismo a los bebés robados, desde los muertos tirados en cunetas a los  disidentes sexuales y los  presos políticos del tardofranquismo. Miles de expedientes, centenares de miles de afectados. Porque fueron 40 años de dictadura y de represión poliédrica.
¿Para qué serviría la anulación de la justicia de Franco? Como elemento reparador, y quizás solo simbólico, para las víctimas y sus familiares. Que el propio Estado subraye el carácter ilegítimo de aquellas sentencias declarando, por tanto, que los condenados por la judicatura golpista eran inocentes.

La justicia al revés

Los golpistas de Franco, rebeldes contra el Gobierno de la República, juzgaron por un delito de rebelión a quienes defendían la democracia. Era la justicia al revés. De ahí, el régimen franquista quedó asentado sobre una encarnizada matanza fundacional que nació de la aplicación de los Bandos de Guerra que permitía ejecuciones extrajudiciales y arbitrarias.
Es decir: quienes dan el golpe de Estado matan sin abrir juicio, emitir sentencia, ni otorgar capacidad de defensa para los asesinados. Como sucedió con el Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante, por ejemplo, y decenas de miles de personas que siguen tiradas en centenares de fosas comunes y cunetas.
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Trabajos arqueológicos en una fosa común en Monturque (Córdoba). | JUAN MIGUEL BAQUERO
Desde febrero del 37 los rebeldes intentan vestir con un halo de legalidad a las ejecuciones por motivos ideológicos, sociales y políticos. Pasan de la represión caliente a celebrar una suerte de juicios farsa: los Consejos de Guerra. Como el que condenó a Companys. Y, de nuevo, a otros miles de republicanos.
Los 'juicios sumarísimos' son una carta común en los cajones de miles de familias en España. Mientras la justicia franquista siga viva, aquellos asesinados, torturados, encarcelados, depurados profesionalmente… seguirán siendo, de manera oficial, delincuentes.

Única vía: reformar la ley

La declaración de "reparación" a Lluis Companys ha dejado encima de la mesa, de nuevo, el asunto. El reconocimiento aprobado en el Consejo de Ministros celebrado en Barcelona es el primero de este tipo que realiza un Ejecutivo español.
El Gobierno de Pedro Sánchez proclama "su reconocimiento y la restitución de la dignidad de Companys como presidente de la Generalitat". Y rechaza y condena el Consejo de Guerra que sentenció a muerte al político catalán, como apuntó en rueda de prensa la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá.
El Gobierno condena el consejo de guerra que acordó la ejecución de Companys y afirma la "plena dignidad" del político
La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, tras el Consejo de Ministras que condenó la sentencia a muerte de Companys.
La postura gubernamental casa con la ya adoptada en el Congreso, señaló la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet. La nulidad de los juicios franquistas, no obstante, "requiere una previsión normativa y legal" que está contemplada en la propuesta de reforma de la ley de Memoria Histórica que ya tramita el Congreso.
Un retoque a la legislación memorialista que, eventualmente, puede ser aprobada, subrayó. La memoria de las víctimas, y sus familias y las asociaciones de derechos humanos, esperan. Como en el caso de Companys, detenido por los nazis en colaboración con el 'cazados de rojos', el espía de Franco que también rastreó a Manuel Azaña.

Miles de casos en espera

Como espera la memoria de Blas Infante. Y la del poeta Miguel Hernández, del comunista Julián Grimau, el socialista Julián Besteiro o el anarquista Salvador Puig Antich, condenados a muerte, encarcelados, ejecutados... O los presos políticos que acabaron siendo torturados por Billy el Niño, los dirigentes de Comisiones Obreras juzgados en el Proceso 1001… Y tantos otros.
Pero hay más. Miles de víctimas anónimas. Decenas de  miles de casos que esperan respuesta. Como aquellos generados en la maraña represora que significó el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo (de 1940 a 1971). O centenares de cajas con expedientes condenatorios del Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas (de 1936 a 1945).
Y la represión continuada en el tardofranquismo, asumiendo lo que la dictadura consideraba "delitos políticos" desde el Tribunal de Orden Público (TOP), creado en 1963 y que en 1977 mutó a Audiencia Nacional. O todos los afectados por la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social del año 70 que sustituía a la Ley de Vagos y Maleantes, aplicada contra los "antisociales": mendigos, homosexuales, "vándalos", consumidores de drogas, prostitutas… e inmigrantes ilegales.
La memoria espera una decisión final, anular la justicia franquista, que no es fácil de ejecutar por la magnitud del aparato judicial y represor de la dictadura de Franco. Pero que dejaría a cambio un elemento reparador que, aunque simbólico en muchos casos, sigue siendo un reclamo de las familias de las víctimas y las asociaciones memorialistas. Un camino que muestra el Gobierno con la declaración de "reconocimiento" a Companys y sobre el que se siguen dando pasos en el Congreso con la reforma de la ley de Memoria Histórica.

’La Memoria’ emite una serie de programas sobre el exilio republicano español en el Norte de África


http://blogs.canalsur.es/lamemoria/2018/12/18/%EF%BB%BFla-memoria-emite-una-serie-de-programas-sobre-el-exilio-republicano-espanol-en-el-norte-de-africa/?fbclid=IwAR26i5wLYYFtZNT6TaitMSaKRwAZ89b9IzvDXSC4CaFAUtOkJxAIQ7uV0nA



– Entre 12.000 y 20.000 republicanos buscaron refugio en el Magreb huyendo de la represión franquista especialmente en barcos hacinados
–  Las autoridades francesas decepcionaron a los refugiados al impedir primero su desembarco, y al recluirlos después en centros de internamiento y en campos de concentración para trabajos forzados
– Entrevista con la investigadora Eliane Ortega Bernabeu
El programa La Memoria de Radio Andalucía Información, dirigido y presentado por Rafael Guerrero, inicia esta semana una serie de programas dedicados al exilio republicano español en el Norte de África, coincidiendo con que se cumplen 80 años de este proceso migratorio forzado  por la persecución franquista por motivos políticos. El flujo de refugiados recorrió entonces el camino inverso en el Mediterráneo por el que ahora transitan inmigrantes y refugiados que huyen de la guerra, la represión y de la miseria en sus países africanos de origen.
Entre 12.000 y 20.000 republicanos españoles buscaron refugio en un Magreb que formaba parte del imperio colonial francés, pero las autoridades galas les decepcionaron ya que primero les impidieron desembarcar y después los trataron como a delincuentes, recluyendo a mujeres y niños en centros de internamiento y a los hombres en campos de concentración sometidos a realizar trabajos forzados. Hubo un centenar de campos de concentración, 70 de ellos en la actual Argelia y los otros 30, repartidos en los actuales territorios de Marruecos y Túnez, país este donde recaló buena parte de la Marina republicana. En este primer programa sobre el desconocido exilio español en el Norte de África interviene la investigadora e hija y nieta de exiliados Eliane Ortega, nacida en Orán, capital de Argelia, y quiere que familiares de exiliados le escriban para completar su investigación a  esta dirección:  ortega_bernabeu_eliane@hotmail.com
En la sección La Cultura de la Memoria, Susana Aguilar aborda los acuerdos hispano-americanos de 1953 que permitían la construcción de bases americanas, entrevistando a la directora del documental ‘Rota’n Roll’ Vanessa Benítez sobre cómo cambió la vida cotidiana de Rota. Rafa Alvarez interpreta la canción ‘Americanos’, melodía entonada en la cinta de Berlanga ‘Bienvenido Mr. Marshall’ por la actriz y cantante Lolita Sevilla
Emisión.- Viernes, 21 de diciembre de 2018, a las 20,30 horas en Radio Andalucía Información.
Descarga en internet.- Los últimos programas, a través de www.rtva.es por “radio a la carta” y el histórico de todos los programas emitidos, a través del blog del programa “La Memoria”: http://blogs.canalsur.es/lamemoria/
Suscripción por internet.- Se aconseja la suscripción por podcasting, siguiendo las instrucciones en www.rtva.es a través de “radio a la carta”. También, seguimiento en Twitter como @lamemoriaradio y en Facebook como Programa La Memoria.
Aplicación para móvil.- La nueva aplicación de Canal Sur Radio para móvil permite descargar, gratis y sin registro, cualquier programa al teléfono cuando y donde se quiera.