La familia del edil monfortino asesinado en 1938 no sabía dónde estaba enterrado
monforte / la voz, 20 de mayo de 2016. Actualizado a las 05:00 h. 4
La familia del antiguo concejal socialista monfortino Ramón Somoza Álvarez, asesinado en 1938, pedirá a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) que exhume sus restos, que fueron localizados recientemente por esta entidad en el cementerio de la parroquia de Castroncelos, en A Pobra do Brollón. José Antonio Somoza, sobrino y ahijado del edil, se puso ayer en contacto con miembros de la referida asociación para realizar una solicitud en este sentido. La ARMH, que trabaja desde el 2000 en la localización de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista, solo realiza intervenciones de este tipo cuando hay una petición expresa de los familiares de los fallecidos.
José Antonio Somoza, natural de Monforte y actualmente domiciliado en Ourense, está lejos de ser el único pariente directo que queda del antiguo edil -que estaba soltero y murió sin dejar descendencia-, aunque la familia vive hoy dispersa en distintos lugares. «Tengo una hermana en Inglaterra y hay otros parientes que están en América, Barcelona y otros sitios», explica. Hasta ahora no sabía con certeza dónde había sido sepultado su tío, aunque tenía la idea de que había sido ejecutado de forma extrajudicial en algún lugar de A Pobra do Brollón.
Según explica su sobrino, Ramón Somoza fue ganadero, una actividad que compartió con su hermano y su padre. La familia, como muchas otras durante la primera mitad del siglo pasado, se dedicaba a distribuir reses a través de la estación ferroviaria de Monforte. «La casa de mi abuelo, Rodrigo Somoza, estaba en la calle Concepción Arenal, y él compraba ganado por las ferias para enviarlo por ferrocarril a sitios como Madrid, Barcelona o Bilbao», señala José Antonio Somoza. Sus hijos continuaron con esta labor.
Circunstancias poco claras
El sobrino del histórico concejal dice no conocer muchos detalles sobre las circunstancias en las que murió su tío, ya que por entonces él era un niño pequeño. El ambiente de represión en el que se produjeron los hechos, además, hacía imposible que la familia pudiese obtener una información fiable sobre lo sucedido. Según los datos recogidos en una lista de víctimas de la represión franquista en la provincia que elaboró la historiadora María Jesús Souto, en la documentación que se conserva la causa oficial de su muerte fue atribuida simplemente a una «hemorragia». Lo mismo ocurrió con otras muchas víctimas de ejecuciones extrajudiciales en esa época.
No obstante, José Antonio Somoza dice haber oído contar a su padre que el edil logró eludir la persecución en un primer momento y refugiarse en algún lugar seguro. «Parece ser que lo delató un hombre que también era socialista y vivía en Monforte, y que fue apresado por los franquistas», dice. «Según contaba mi padre, a ese hombre le dijeron que le perdonarían la vida si les decía dónde estaba mi tío, pero cuando lo encontraron los fusilaron a los dos», añade. José Antonio Somoza no conserva ningún retrato de su tío ni sabe quién puede guardar alguno.
Detenido con otros ocho directivos socialistas por el hallazgo de explosivos en 1934
El nombre de Ramón Somoza Álvarez figura en numerosos documentos históricos por el hecho de haber sido una de las personas detenidas en Monforte en los días previos a la insurección de octubre de 1934 contra el gobierno derechista presidido por Alejandro Lerroux durante el llamado «bienio negro» republicano. Somoza fue uno de los dos concejales socialistas del municipio que resultaron encarcelados en esas fechas. El otro era Juan Tizón, que había ocupado la vicepresidencia de la Diputación lucense y que en 1936 sería elegido alcalde. Al mismo tiempo fueron arrestados otros siete directivos de la agrupación socialista local, todos ellos ferroviarios.
El pretexto para estas detenciones fue el hallazgo de un depósito de explosivos que -según informaron en su día las autoridades de la época- estaba formado por 95 bombas, 1.874 balines, dos cajas de materias explosivas y varios cartuchos. Todo este material, de acuerdo con las mismas fuentes, fue aprehendido a finales de septiembre en una bodega situada en la parroquia de Reigada que era propiedad de Ramón Somoza. Por aquellos días también fueron detenidos el alcalde de Sober, José Gayoso, y el de Ribas de Sil, Marcelino Fernández.
En la época en la que se produjeron estas detenciones, el sur lucense fue escenario de otros hechos relacionados con el movimiento revolucionario, como la voladura con dinamita de la línea que abastecía de luz eléctrica a Monforte, el corte de vías férreas y carreteras con barricadas y enfrentamientos entre manifestantes y policías.
Un cuñado del abogado y político Víctor Martínez, otra víctima de la represión política durante la guerra
En la documentación histórica que se conserva sobre Ramón Somoza Álvarez no se menciona el hecho de que era cuñado del abogado y político Víctor Martínez Rodríguez, que ejerció igualmente como concejal en la corporación monfortina y también fue víctima de la violencia política de la época. «Víctor Martínez estaba casado con la hermana de Ramón, que era conocida por Maruca», señala a este respecto José Antonio Somoza.
Martínez fue fusilado en Lugo el 22 de mayo de 1937 tras ser condenado a muerte por un tribunal franquista por el presunto delito de «rebelión militar», un cargo que fue atribuido con mucha frecuencia por los sublevados a los defensores de la legalidad republicana. En el momento de su muerte tenía solo 27 años de edad. Pese a su juventud, contaba por entonces con una amplia trayectoria política, que comenzó en la Federación Universitaria Escolar -una organización estudiantil de carácter progresista- cuando estudiaba derecho en Santiago. Después militó en la Organización Republicana Gallega Autónoma, fundada por Santiago Casares Quiroga. Más tarde ingresó en Izquierda Republicana, formación que creó y dirigió Manuel Azaña. Víctor Martínez presidió la agrupación local de este partido en Monforte y fue concejal bajo sus siglas.
Mandato de Tizón
Somoza y Martínez ejercieron como ediles durante el período del gobierno municipal del último alcalde republicano de Monforte, Juan Tizón Herreros, una de las personalidades más conocidas del socialismo gallego en aquellos tiempos. A diferencia de ellos, Tizón no fue asesinado ni encarcelado al estallar la guerra, ya que consiguió huir a Portugal, donde falleció en 1945 acogido en casa de una familia de Oporto. «Oí hablar alguna vez a mi familia del alcalde Tizón, pero no sé nada de la relación que tuvo con mi tío ni de sus actividades políticas, porque yo en esa época era un niño de seis años y más tarde, cuando crecí, ya no se podía hablar de esas cosas», señala a este respecto José Antonio Somoza.