dissabte, 23 de març del 2019

Aurora Picornell, la Pasionaria de Mallorca que el franquismo asesinó por comunista, feminista y republicana.


https://www.eldiario.es/sociedad/Aurora-Picornell-pasionaria-Mallorca-republciana_0_879462265.html?utm_source=adelanto&utm_medium=email&utm_content=Socio&utm_campaign=2019-03-23-adelanto&goal=0_10e11ebad6-a41dd147d0-56368913&mc_cid=a41dd147d0&mc_eid=c4fc502c5a


"Podéis matar a hombres, a mujeres, a niños como el mío que todavía no han nacido. ¿Pero, y las ideas? ¿Con qué balas mataréis las ideas?". El imaginario colectivo atribuye esta frase a la activista Aurora Picornell, asesinada por el franquismo en la noche de reyes de 1937. Antes de abandonar la cárcel con las tropas del régimen, dicen que la joven se despidió de sus compañeras de celda, llevando con ella una bobina de hilo que prometió hacerles llegar si sobrevivía. Después de ser torturada, fue fusilada y enterrada en una fosa común. La bobina nunca regresó.
Caída en desgracia durante la dictadura, Picornell se ha convertido en democracia en un icono de la memoria histórica y del republicanismo, tanto que popularmente se le conoce como la Pasionaria de Mallorca. El auge de la figura de Picornell ha culminado con la instalación de un busto en su memoria en el barrio palmesano del que era vecina: El Molinar. Al acto, impulsado por el Ayuntamiento de Palma y el Consell de Mallorca en el marco de la iniciativa "Mallorca té nom de dona", asistió la nieta de Picornell, Catalina, cuyo padre también fue asesinado por el régimen.
Catalina, nieta de Aurora Picornell, frente al busto de su abuela
Catalina, nieta de Aurora Picornell, frente al busto de su abuela JAUME OLIVER RIPOLL
Picornell fue un "personaje absolutamente rompedor", una persona que consiguió desmontar "el rol tradicional de las mujeres" a principios del siglo XX, como comenta el historiador David Ginard Féron. Autor de Aurora Picornell: feminismo, comunismo y memoria republicana en el siglo XX (2018) y de Aurora Picornell: de la historia al símbolo (2017), Ginard es uno de los expertos más reconocidos en este ámbito. "Picornell es el icono perfecto: tiene un nombre emblemático, es mujer y, además, activista. Hasta hay camisetas de ella", comenta a eldiario.es.
Nacida en 1912, Picornell destacó desde muy joven en una sociedad cerrada, católica y tradicional como la mallorquina. Ginard comenta que Picornell se movió en dos ámbitos novedosos para la mujer de la época: el laicismo –en 1930 pasó a formar parte de la Liga Laica de Mallorca– y el feminismo –en 1928 hizo el prólogo del libro La mujer, ¿es superior al hombre?, de la escritora Margarita Leclerc. Picornell dio importantes pasos en el feminismo de los años 30 y fue la primera en impulsar actividades por el día de la mujer en Baleares en 1934.
Aurora Picornell con militantes comunistas
Aurora Picornell y otros militantes comunistas CEDIDA POR DAVID GINARD FÉRON
Tras la instauración de la Segunda República, Picornell se incorporó en el Partido Comunista de España y se convirtió en "la figura más importante del partido en la isla, a pesar de ser solo una militante", afirma Ginard. Su capacidad de oratoria, unida a su empatía y movilización constante, la llevaron a dar el salto al mundo sindical: como se dedicaba al textil, al igual que gran parte de las mujeres mallorquinas, organizó el Sindicato de Sastrería de Mallorca.
La sastre Picornell adquirió una "enorme popularidad", como recuerda Ginard. "Incluso, las personas jóvenes escribían cartas a la prensa obrera diciendo que querían ser como ella", recuerda el historiador. Por ello, no le sorprende que fuera una de las primeras personas en ser detenidas tras el golpe militar el 18 de julio de 1936. Mallorca estuvo, desde el principio, en la zona sublevada. Picornell fue llevada a la prisión provincial de Palma, mientras el régimen franquista tumbaba la República en la que la Pasionaria mallorquina profesaba.
Poco tiempo duró en prisión: en la noche de reyes del '37, del 5 al 6 de enero, el régimen la mató. Tenía 24 años. "Fueron unas circunstancias particularmente trágicas, la asesinaron junto a cuatro mujeres, una era una madre que estaba con sus dos hijas", dice Ginard. Las cinco fueron asesinadas mediante la técnica de las "sacas de presos": con una orden de liberación firmada por el gobernador civil, los agentes sacaban a los prisioneros para "ponerlos en libertad", aunque en realidad terminaban matándoles a sangre fría.
Aurora Picornell y otros militantes comunistas
Aurora Picornell, en una de las fotos más conocidas de la activista CEDIDA POR DAVID GINARD FÉRON
Picornell y sus cuatro compañeras fueron asesinadas en el cementerio de Porreres. El cuerpo de la sastre fue enterrado en la fosa común del Camposanto y sus restos no han sido localizados. Pero la tragedia en torno a la Pasionaria de Mallorca no terminó tras su asesinato: el franquismo también mató a su padre y a sus dos hermanos. Además, su marido, al acabar la Guerra Civil, intentó organizar la resistencia en el Partido Comunista. Acabó detenido, torturado y asesinado. 

Una vecina más de El Molinar

Picornell ha vuelto a ser noticia tras la instalación de un busto suyo en el barrio de El Molinar (Palma), gracias a la iniciativa "Mallorca té nom de dona", del Consell Insular. "El objetivo es poner, en el espacio público, nombres de mujeres que han significado mucho para la isla", explica Jesús Jurado, vicepresidente segundo y conseller. La familia dice que está "muy contenta de que se reconozca la figura de Aurora y de que se haya hecho al menos un poco de justicia".
No es casualidad que Picornell sea una de las mujeres escogidas para feminizar el espacio público. "Ella ha sufrido un proceso de simbolización. La sociedad la ha convertido, mientras estaba viva y una vez muerta, en un icono", comenta Ginard. El historiador menciona, incluso, todas las teorías que giran en torno a la sastre: por ejemplo, que uno de los asesinos se paseó por los bares de El Molinar con un sujetador de Picornell lleno de sangre. "Es parte de la cultura popular, aunque solo sea una de los 1.5000 republicanos muertos en Mallorca", concluye.

La Subbética cordobesa albergó dos campos de concentración franquistas.

http://www.lavozdelasubbetica.es/articulo/subbetica/subbetica-cordobesa-tuvo-campos-concentracion-franquistas/20190320111913011359.html?fbclid=IwAR0W8esoI5zvsb7tontxOULN1kB4Y8EZEo-opvc515ZpObBQTqE4CZ7y1sg

ESTOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN ESTUVIERON UBICADOS EN LUCENA Y CABRA


Una investigación del periodista Carlos Hernández de Miguel localiza dos de estos centros de detención y trabajos forzados en nuestra comarca
En nuestro país existieron cerca de 300 campos de concentración franquistas por los que se estima que pasaron entre 700.000 y un millón de españoles. El periodista Carlos Hernández de Miguel ha investigado durante más de tres años sobre este capítulo de nuestra historia prácticamente olvidado y poco conocido para la mayoría de la población. 
Los resultados de esta investigación están recogidos en el libro 'Los campos de concentración de Franco' (Ediciones B), una publicación que acaba de ver la luz y que ha dado a conocer que existieron un 50% más de campos de concentración de los que se creía hasta ahora. 
La Subbética cordobesa no se libró de estos campos de concentración o de trabajos forzados que existieron prácticamente en todas las provincias de España. En concreto, el estudio de Carlos Hernández de Miguel hace referencia a la existencia de dos centros de detención en nuestra comarca: uno en Cabra en un edificio situado en la Plaza Calvo Sotelo (actual Plaza Vieja) y otro en las escuelas del convento de los Padres Franciscanos en Lucena. 
Este libro contabiliza una docena campos de concentración en Córdoba y su provincia. En algunos casos, como en el Valle del Guadiato, fueron pueblos enteros los que se convirtieron en 'cárceles' tras ser rodeados por alambradas (La Granjuela, Valsequillo y Los Blázquez). También hay constancia de la existencia de campos de concentración en Córdoba capital, Peñarroya-Pueblonuevo, Fuente Obejuna, Cerro Muriano, Montilla y Aguilar de la Frontera. 

La matanza de Badajoz: otra deuda pendiente de la democracia española.

https://diario16.com/la-matanza-de-badajoz-otra-deuda-pendiente-de-la-democracia-espanola/?fbclid=IwAR0Yaz8Wxv5cwEESiygjASnz_rEENZ8192DpXyMCfDSRqdxmIyQnykPixzA

Más de cuatro mil personas fueron exterminadas entre el 14 y el 15 de agosto de 1936 por orden del general Yagüe, uno de los peores genocidios de la Guerra Civil
 

El Ejército de Yagüe se ensañó con la población.
La batalla de Badajoz fue una de las más sangrientas de la Guerra Civil. Tras día y medio de combates, entre el 14 y el 15 de agosto de 1936, los legionarios entraron en la ciudad bajo la cobertura de un intenso fuego de artillería. En apenas unas horas, los soldados de Franco “limpiaron” la zona a fondo. “La matanza fue indescriptible”, asegura el historiador Manuel Tuñón de Lara en su obra La España del siglo XX.
Según algunos corresponsales de guerra extranjeros, la sangre corría “como ríos” por las calles de la ciudad. El periodista del Herald Tribune Reynolds Packard dejó constancia en sus reportajes de que “tan pronto como eran detenidos los defensores republicanos eran ejecutados en masa”. No hubo piedad para los prisioneros. El enviado especial del periódico Le Temps escribió sobre el terreno que “los milicianos sospechosos detenidos son inmediatamente ejecutados”, de tal forma que al caer el día ya habían sido exterminadas más de 1.200 personas. Aquello fue un infierno difícil de imaginar y un episodio resultó especialmente dramático: a un grupo de republicanos capturados en el coro de la Catedral ni siquiera los sacaron a la calle. Los fusilaron delante del altar, bajo las imágenes cristianas.
El genocidio fue ordenado sin duda por el general Juan Yagüe, ya que era él el responsable de las operaciones en el frente de Extremadura. Tras la negra jornada Yagüe, uno de los militares más violentos y sangrientos de entre los sublevados, se sentó frente al corresponsal de Le Temps y le hizo una confesión fría y cruel: “Ha sido una espléndida victoria. Antes de seguir adelante vamos a terminar la limpieza de Extremadura ayudados por los falangistas”, afirmó sin inmutarse.
La consigna era el exterminio total. No dejar supervivientes, arrasarlo todo. La aniquilación absoluta de los resistentes formaba parte de la estrategia militar. El propio Yagüe hizo a John T. Whitaker, corresponsal del New York Herald Tribune, otra bestial declaración: “Naturalmente que hemos matado. ¿Qué suponía usted? ¿Que iba a llevar cuatro mil prisioneros rojos con mi columna teniendo que avanzar contra reloj? ¿O iba a dejarlos en la retaguardia para que Badajoz fuera rojo otra vez?”
La limpieza étnica fue brutal. Según el censo de 1930, único dato fiable de que se dispone, Badajoz contaba con 41.122 habitantes en aquellos años, por lo que de ser correcta la cifra de 4.000 ejecutados –muchos de ellos en la Plaza de Toros–, al menos el 10 por ciento de la población fue exterminada. Hoy apenas quedan supervivientes de aquella salvajada. Tiempo atrás, el historiador pacense Francisco Pilo consiguió localizar a varios de ellos y plasmó sus testimonios en uno de sus libros. Un empleado del Ayuntamiento aporta un testimonio aterrador. La Guardia Civil fue a buscarlo a su casa a las tres de la madrugada del 15 de agosto, porque había trabajo. “Uno de los civiles dijo que cogiera el camión del corral, que nos teníamos que ir a la plaza de toros”. A las tres y media llegaron a la plaza. “Dentro del ruedo, a mano izquierda, había varios muertos en fila y nos dijeron que los cargáramos en el camión y nos los lleváramos al cementerio”. Volvieron a la plaza y dentro había más cadáveres, “pero no todos juntos, sino un montón aquí y otro más allá”. “Después supe que los sacaban por tandas y los iban fusilando. Aquel día dimos por lo menos seis viajes”, aseguró el superviviente.
Los sucesos de Badajoz causaron un gran impacto en todo el mundo y tuvieron consecuencias en el desarrollo de la guerra. La prensa extranjera informó ampliamente de la matanza y a partir de entonces Franco ordenó a sus generales que tuvieran más cuidado con ese tipo de acciones militares de “represalia”, ya que la trascendencia mediática internacional podría perjudicar la imagen del Ejército nacional. A su vez, el bando republicano dio amplia propaganda al episodio y le sirvió como justificación para posteriores venganzas como la Matanza de la Cárcel Modelo de Madrid o la matanza de Paracuellos.
La masacre de Extremadura pasó a la historia como una de las páginas más ignominiosas de la Guerra Civil española y a partir de ese momento a Yagüe se le conoció como El carnicero de  Badajoz. De haberse producido hoy aquel terrible genocidio, el general africanista –militante convencido de Falange y amigo de José Antonio Primo de Rivera− habría sido sin duda juzgado y condenado a la cadena perpetua por crímenes contra la humanidad, como ha sucedido hace solo unos días con el ex líder serbobosnio Radovan Karadzic, quien durante la guerra de los Balcanes ordenó el genocidio de Srebrenica ocurrido en 1995 durante la contienda civil en Yugoslavia. Al menos 8.000 musulmanes fueron fusilados en aquella operación militar.
Yagüe fue uno de los treinta y cinco altos cargos del franquismo imputado por la Audiencia Nacional en el sumario instruido por el juez Baltasar Garzón por delitos de detención ilegal y crímenes contra la humanidad cometidos durante la guerra y en los primeros años del régimen franquista. Ninguno de ellos fue procesado finalmente, al comprobarse su fallecimiento, pero la democracia tiene una deuda pendiente. Solo un millar de personas asesinadas tras la batalla de Badajoz han sido identificadas hasta el momento, de tal forma que por cada caso documentado hay hasta cuatro que no lo están. Se sospecha que pueden estar enterradas en fosas comunes. De ahí que la Ley de Memoria Histórica, esa que algunos pretenden liquidar para borrar la verdad, sea tan importante. No es una cuestión de unos cuantos rencorosos “buscahuesos” que tratan de abrir viejas heridas, como ha dicho de forma vergonzante el diputado andaluz de Vox Benito Morillo. Sino una cuestión de dignidad, de justicia y de reparación moral con las familias de los represaliados. Tres principios fundamentales sin los cuales la democracia pierde todo su sentido.

Exilio en México: documentales.






En 1937 llegaron a la ciudad de Morelia 456 niños procedentes de España. Venían con la promesa de regresar con sus padres en cuanto terminara la Guerra Civil, misma que, pensaban, ganaría la causa republicana. Pero no fue así, y los niños envejecieron solos, lejos de casa. Solamente seis de ellos continúan viviendo en Morelia. Este documental recoge su historia 23,936 días después.







https://www.ccma.cat/tv3/alacarta/el-documental/sinaia-mes-enlla-de-locea/video/4101033/

https://www.filmin.es/pelicula/sinaia-mas-alla-del-oceano?fbclid=IwAR2lEssUhYAVDnKu2PqTBeCq8x9WnC9LA5TPkO-wwNgOC_hn23VvD7M49gA


A partir de 1939, con la Guerra Civil española se detona uno de los más emblemáticos exilios del siglo XX: el exilio español. Entre los destinos más importantes de los cientos de miles que abandonaron España, México ocupó un lugar fundamental tanto en el sentido de ser nación de acogida como en el sentido de ser gobierno y régimen gestor y operador de movilizaciones y desplazamientos de republicanos. Alrededor de 20 mil refugiados españoles conformaron la masa crítica que a tierras mexicanas llegó y se instaló. Una instalación que, aunque gradual y en un primer momento considerada exclusivamente temporal, hubo de traer frutos institucionales, culturales, científicos e intelectuales para México. El proceso general de llegada y recepción, no obsante, estuvo lejos de ser armónico y homogéneo, sin problemas, lo que hace necesaria, a 70 años de distancia, una reinterpretación crítica de tan sustantivo acontecimiento para el México contemporáneo, que debe ser considerado en todo caso, tal es nuestro punto de vista, como un capítulo más tanto de la historia de España como de la historia de México y América. http://www.plazadearmas.tv/pro/pb028.htm





En estos días se conmemora la efemérides de dos acontecimientos trascendentales en la historia de España. El primero, por orden cronológico en años, lo celebraremos, el próximo 14 de abril cuando se cumplirán 83 años de la proclamación de la II República; el segundo, sucedió el uno de abril de 1939, hace 75 años, con el final la guerra, el inicio del exilio republicano y el comienzo de la dictadura franquista. La II REPÚBLICA fue el primer régimen democrático de nuestra historia que instauró un verdadero Estado de Derecho, y proclamó la primera constitución democrática de España. Esta Constitución plasmó el principio de igualdad de los españoles ante la ley, al proclamar, España, como una República de Trabajadores de toda clase que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia. El principio de soberanía popular establece el sufragio universal para hombres y mujeres mayores de 23 años. En economía la propiedad privada quedó sujeta a los intereses de la economía nacional. Se constituyó un estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones. Se establece el principio de laicidad. El estado, las regiones, las provincias y los Municipios, no mantendrán, favorecerán, ni auxiliaran económicamente a las iglesias, asociaciones e instituciones religiosas. Además, se reconoció el matrimonio civil y el divorcio, así como la enseñanza primaria laica, gratuita y obligatoria; y se reconoce la libertad de cátedra. El exilio de cerca de un millón de españoles, del que tampoco se ha hablado, que abandonaron su tierra, y a la que muchos de ellos jamás volvería a pisar; es, sin lugar a dudas, la historia más triste de las historias de España. Con este acto, contra el olvido, pretendemos revindicar la II República, su legado y, así mismo, conmemorar los 75 años de la salida, desde el puerto francés de Seté, del primer barco, El Sinaia, con 1.620 exiliados republicanos españoles. Este primer contingente de exiliados desembarcó en el puerto de Veracruz de México, al que se sumaron muchos más, y que devino en una inmigración que ha dejado grandes y valiosos beneficios a México y a los españoles. Los hechos siguen confirmando, hasta este día, que México se enriquecería en lo humano y material y que serían muchos y muy variados y valiosos los beneficios que recibiría del exilio republicano español. Ávila, 3 de abril de 2014



Relatos del Exilio, España, el primer exiliado por su condición sexual


Más de cuatro mil personas fueron exterminadas entre el 14 y el 15 de agosto de 1936 por orden del general Yagüe, uno de los peores genocidios de la Guerra Civil.


https://diario16.com/la-matanza-de-badajoz-otra-deuda-pendiente-de-la-democracia-espanola/


Más de cuatro mil personas fueron exterminadas entre el 14 y el 15 de agosto de 1936 por orden del general Yagüe, uno de los peores genocidios de la Guerra Civil

El Ejército de Yagüe se ensañó con la población.
La batalla de Badajoz fue una de las más sangrientas de la Guerra Civil. Tras día y medio de combates, entre el 14 y el 15 de agosto de 1936, los legionarios entraron en la ciudad bajo la cobertura de un intenso fuego de artillería. En apenas unas horas, los soldados de Franco “limpiaron” la zona a fondo. “La matanza fue indescriptible”, asegura el historiador Manuel Tuñón de Lara en su obra La España del siglo XX.
Según algunos corresponsales de guerra extranjeros, la sangre corría “como ríos” por las calles de la ciudad. El periodista del Herald Tribune Reynolds Packard dejó constancia en sus reportajes de que “tan pronto como eran detenidos los defensores republicanos eran ejecutados en masa”. No hubo piedad para los prisioneros. El enviado especial del periódico Le Temps escribió sobre el terreno que “los milicianos sospechosos detenidos son inmediatamente ejecutados”, de tal forma que al caer el día ya habían sido exterminadas más de 1.200 personas. Aquello fue un infierno difícil de imaginar y un episodio resultó especialmente dramático: a un grupo de republicanos capturados en el coro de la Catedral ni siquiera los sacaron a la calle. Los fusilaron delante del altar, bajo las imágenes cristianas.
El genocidio fue ordenado sin duda por el general Juan Yagüe, ya que era él el responsable de las operaciones en el frente de Extremadura. Tras la negra jornada Yagüe, uno de los militares más violentos y sangrientos de entre los sublevados, se sentó frente al corresponsal de Le Temps y le hizo una confesión fría y cruel: “Ha sido una espléndida victoria. Antes de seguir adelante vamos a terminar la limpieza de Extremadura ayudados por los falangistas”, afirmó sin inmutarse.
La consigna era el exterminio total. No dejar supervivientes, arrasarlo todo. La aniquilación absoluta de los resistentes formaba parte de la estrategia militar. El propio Yagüe hizo a John T. Whitaker, corresponsal del New York Herald Tribune, otra bestial declaración: “Naturalmente que hemos matado. ¿Qué suponía usted? ¿Que iba a llevar cuatro mil prisioneros rojos con mi columna teniendo que avanzar contra reloj? ¿O iba a dejarlos en la retaguardia para que Badajoz fuera rojo otra vez?”
La limpieza étnica fue brutal. Según el censo de 1930, único dato fiable de que se dispone, Badajoz contaba con 41.122 habitantes en aquellos años, por lo que de ser correcta la cifra de 4.000 ejecutados –muchos de ellos en la Plaza de Toros–, al menos el 10 por ciento de la población fue exterminada. Hoy apenas quedan supervivientes de aquella salvajada. Tiempo atrás, el historiador pacense Francisco Pilo consiguió localizar a varios de ellos y plasmó sus testimonios en uno de sus libros. Un empleado del Ayuntamiento aporta un testimonio aterrador. La Guardia Civil fue a buscarlo a su casa a las tres de la madrugada del 15 de agosto, porque había trabajo. “Uno de los civiles dijo que cogiera el camión del corral, que nos teníamos que ir a la plaza de toros”. A las tres y media llegaron a la plaza. “Dentro del ruedo, a mano izquierda, había varios muertos en fila y nos dijeron que los cargáramos en el camión y nos los lleváramos al cementerio”. Volvieron a la plaza y dentro había más cadáveres, “pero no todos juntos, sino un montón aquí y otro más allá”. “Después supe que los sacaban por tandas y los iban fusilando. Aquel día dimos por lo menos seis viajes”, aseguró el superviviente.
Los sucesos de Badajoz causaron un gran impacto en todo el mundo y tuvieron consecuencias en el desarrollo de la guerra. La prensa extranjera informó ampliamente de la matanza y a partir de entonces Franco ordenó a sus generales que tuvieran más cuidado con ese tipo de acciones militares de “represalia”, ya que la trascendencia mediática internacional podría perjudicar la imagen del Ejército nacional. A su vez, el bando republicano dio amplia propaganda al episodio y le sirvió como justificación para posteriores venganzas como la Matanza de la Cárcel Modelo de Madrid o la matanza de Paracuellos.
La masacre de Extremadura pasó a la historia como una de las páginas más ignominiosas de la Guerra Civil española y a partir de ese momento a Yagüe se le conoció como El carnicero de  Badajoz. De haberse producido hoy aquel terrible genocidio, el general africanista –militante convencido de Falange y amigo de José Antonio Primo de Rivera− habría sido sin duda juzgado y condenado a la cadena perpetua por crímenes contra la humanidad, como ha sucedido hace solo unos días con el ex líder serbobosnio Radovan Karadzic, quien durante la guerra de los Balcanes ordenó el genocidio de Srebrenica ocurrido en 1995 durante la contienda civil en Yugoslavia. Al menos 8.000 musulmanes fueron fusilados en aquella operación militar.
Yagüe fue uno de los treinta y cinco altos cargos del franquismo imputado por la Audiencia Nacional en el sumario instruido por el juez Baltasar Garzón por delitos de detención ilegal y crímenes contra la humanidad cometidos durante la guerra y en los primeros años del régimen franquista. Ninguno de ellos fue procesado finalmente, al comprobarse su fallecimiento, pero la democracia tiene una deuda pendiente. Solo un millar de personas asesinadas tras la batalla de Badajoz han sido identificadas hasta el momento, de tal forma que por cada caso documentado hay hasta cuatro que no lo están. Se sospecha que pueden estar enterradas en fosas comunes. De ahí que la Ley de Memoria Histórica, esa que algunos pretenden liquidar para borrar la verdad, sea tan importante. No es una cuestión de unos cuantos rencorosos “buscahuesos” que tratan de abrir viejas heridas, como ha dicho de forma vergonzante el diputado andaluz de Vox Benito Morillo. Sino una cuestión de dignidad, de justicia y de reparación moral con las familias de los represaliados. Tres principios fundamentales sin los cuales la democracia pierde todo su sentido.

divendres, 22 de març del 2019

La exhumación de la fosa de la represión franquista de Pico Reja, en Sevilla, aún no tiene fecha de inicio.

https://www.publico.es/politica/memoria-historica-exhumacion-fosa-represion-franquista-pico-reja-sevilla-no-fecha-inicio.html

La consejera de Cultura, Patricia del Pozo (PP), se reúne con el alcalde de Sevilla, Juan Espadas (PSOE) y le manifiesta su voluntad de colaborar en la exhumación, pero no queda cerrada una fecha para la firma del convenio que dé inicio a los trabajos. La voluntad de Espadas es hacerlo cuanto antes


Pepita Amado, cuyo padre fue concejal republicano del Ayuntamiento de Sevilla, se hace la prueba del ADN.

Un día después de que en el Parlamento de Andalucía se viviera una bochornosa sesión en la que el diputado de Vox, Benito Morillo, despreció a las víctimas del franquismo, la consejera andaluza de Justicia, Patricia del Pozo (PP), y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas (PSOE), mantuvieron una reunión de trabajo en el que, entre otros asuntos, trataron de la exhumación de la fosa de Pico Reja, en la que se cree que hay más de 1.100 cadáveres de la represión franquista.
En el encuentro, según indicaron a Público tanto fuentes del Ayuntamiento de Sevilla como de la Consejería de Cultura, Del Pozo se comprometió con Espadas a colaborar en los trabajos de exhumación. Hay voluntad, por tanto, como ya había anunciado la consejera en el Parlamento hace unas semanas, pero aún falta la fecha concreta para la firma del convenio y, por ende, para que comience la exhumación. El Ayuntamiento ya ha recopilado más de 230 muestras de ADN de las famlias de las víctimas. La idea del alcalde Juan Espadas es que se haga cuanto antes.
El coste total de las actuaciones ha sido tasado en 1,2 millones de euros, de los cuales la Junta de Andalucía y la Diputación de Sevilla aportarían casi la mitad, 265.000 euros cada una de ellas. El resto de las aportaciones serían realizadas por el Estado y por el propio Ayuntamiento. 
Las políticas de memoria histórica de las que se ocupa Del Pozo están en el ojo del huracán debido a que los conservadores necesitan, para seguir en el Gobierno andaluz, del apoyo de los ultras de Vox, autoerigidos en “la voz de aquellos que tuvieron padres en el bando nacional”, el franquista.
Juanma Moreno, para ser presidente, firmó con Vox “promover” una Ley de Concordia que sustituya a la Ley de Memoria Histórica”. Y el partido de ultraderecha se lo recuerda cada vez que tiene ocasión. Hasta el punto de que Moreno, el mismo día en que Vox arremetía contra “los buscadores de huesos”, no afeó a los ultras su conducta, sino que reiteró su compromiso de cambiar la ley.
Y en paralelo, la izquierda, PSOE y Adelante Andalucía, reclaman que se aplique la Ley de Memoria Histórica en todos sus términos y de manera inmediata.
Así las cosas, la consejera, desde que tomó posesión de su cargo, navega entre dos aguas y ha tratado de despejar las dudas sobre lo que va a hacer. Del Pozo, en sus intervenciones públicas y también privadas, ha intentado dejar claro que las víctimas y sus familias pueden estar tranquilas y que la ley se va a aplicar “a rajatabla” mientras esté en vigor. Cuenta para ello con el respaldo del consejero de la presidencia, Elías Bendodo (PP), y con el del vicepresidente Juan Marín(Ciudadanos).
No parece que Vox y PP vayan a obtener la mayoría necesaria para cambiar la ley, habida cuenta del desinterés actual de Ciudadanos por impulsarla. Tanto Morenocomo Marín son personas de talante moderado y dirigían los grupos parlamentarios que se abstuvieron en la votación de la Ley de Memoria en la pasada legislatura. No la votaron en contra. Fuentes del Gobierno andaluz aseguraron a Público que la idea no es sacar un proyecto de Ley de Concordia desde el Ejecutivo, sino que los grupos parlamentarios de PP y Vox se pongan de acuerdo y hagan una proposición de ley.

Unanimidad en Sevilla

Lo cierto es que la mayor fosa de la represión franquista exhumada hasta ahora en España se hizo en Málaga con un alcalde del PP en la oficina, Francisco de la Torre. De la Torre prefirió colaborar con la Junta de Andalucía y el Gobierno de España, entonces en manos socialistas -Manuel Chaves y José Luis Rodríguez Zapatero-, para, antes de hacer un parque, dignificar la memoria de los represaliados. Esta manera de actuar de De la Torre, discreta, sin ofender a la izquierda ni humillar sus causas justas, es una de las claves que explican la longevidad del regidor en la alcaldía de Málaga, para la que ahora opta a la reelección. Lleva desde el año 2000: 18 años.
El Pleno del Ayuntamiento de Sevilla ya aprobó el pasado 28 de enero por unanimidad una moción presentada por el Grupo Socialista en la que se instaba al gobierno de la Junta de Andalucía a mantener los compromisos con el Consistorio para llevar a cabo la exhumación de los restos de las personas que fueron asesinadas entre julio y agosto de 1936 como consecuencia del golpe militar de Francisco Franco y enterradas en la fosa común de Pico Reja en el cementerio de San Fernando de la capital hispalense, en la que podría estar Blas Infante, considerado el padre de la patria andaluza.
En la fosa de Pico Reja, según se desprende de los trabajos del historiador José Díaz Arriaza, hay más de 1.100 cuerpos, que fueron arrojados en los meses posteriores al levantamiento militar de Franco. De hecho, se cree que quedó colmatada en agosto de 1936, algo más de un mes después del golpe.
Los trabajos que se van a realizar incluyen, entre otras cosas, la exhumación e individualización de los cuerpos de las víctimas de la guerra civil y la dictadura franquista que pudieran hallarse; el estudio sobre los restos que fueran recuperados, la compilación de información de los familiares que puedan asociarse a cada una de las víctimas, y la dignificación del espacio en que ha sido localizada la fosa.
En el cementerio de Sevilla hay además otras dos fosas, la de Antigua y la de Monumento. En total, se calcula que hay unos 4.500 cadáveres. Aquí se puede consultar su ubicación.