dissabte, 17 de febrer del 2018

El invierno que estalló en hielo y fuego en la batalla de Teruel


https://elpais.com/cultura/2018/02/12/actualidad/1518448115_126321.html




Un libro homenajea a los corresponsales extranjeros que cubrieron hace 80 años el combate que destruyó la ciudad en la Guerra Civil


Ernest Hemingway (en el centro), Herbert Matthews (detrás con boina), el brigadista Malcolm Dubar (izquierda) y una persona desconocida.
Ernest Hemingway (en el centro), Herbert Matthews (detrás con boina), el brigadista Malcolm Dubar (izquierda) y una persona desconocida. MAGNUM / CONTACTO
"El viento cortaba de forma angustiante, nada servía de protección frente a las rachas heladas. Nuestros ojos se llenaban de lágrimas constantemente...". Herbert L. Matthews, periodista de The New York Times, describió así el intensísimo frío invernal, que rondaba los 20 grados bajo cero, padecido por los civiles, soldados y corresponsales en los más de dos meses que se prolongó la batalla de Teruel en la Guerra Civil, desde el 15 de diciembre de 1937, cuando los republicanos iniciaron la ofensiva con la que tomaron la ciudad, hasta el 22 de febrero, día en que las tropas de  Franco la recuperan. Un libro del escritor y periodista Vicente Aupí, Crónicas de fuego y nieve (Dobleuve Comunicación), recupera —cuando se cumplen 80 años de la batalla—, las crónicas, vivencias y fotografías de los enviados especiales de los principales periódicos internacionales. Aupí explica qué se les perdió en aquella ciudad de 12.000 habitantes a tanto gran reportero.
Matthews y Capa se jugaron el tipo, bloqueados por las ventiscas y amenazados por los ataques
VICENTE AUPÍ
"Fue una página importante del periodismo de guerra", dice Aupí (Valencia, 1960) por teléfono. "Era un momento en que las espadas estaban en alto en la guerra tras unos meses de parón y no había otro gran foco internacional al que acudir, así que los medios consideraron que había que estar en Teruel". Uno de los informadores desplazados más interesantes fue Henry Buckley, del diario conservador londinense The Daily Telegraph, que había llegado a España en 1929 y fue conocido en la guerra “por su compañerismo”, subraya Aupí. Buckley, para quien “de aquella guerra no dependía sólo la suerte de España, sino la de toda Europa”, vivió su momento más especial en la Nochevieja de 1937, que él, católico, pasó junto a unos milicianos, ateos, cantando villancicos y calentados por una hoguera en un establo de Teruel.
Autor del libro autobiográfico Vida y muerte de la República española, Buckley se convirtió años después en director de la agencia Reuters en España, se casó con una española y falleció en 1972. Ramón Buckley, hijo del matrimonio, recordó a su padre en la presentación de Crónicas de fuego y nieve, en la librería Sin Tarima, de Madrid, el pasado jueves 8. “Le interesaba la división de un país tan católico y en el que, a la vez, había tanta injusticia”.
La ofensiva republicana en Teruel, que había caído en manos de los sublevados al comienzo de la guerra sin apenas resistencia, fue una maniobra de distracción porque “todos esperaban el ataque definitivo de Franco a Madrid”. Y funcionó, porque “retrasó los planes de los nacionales”. Sin  embargo, la reconquista de las nevadas ruinas turolenses por los franquistas, el 22 de febrero, "propició que llegaran en unas semanas al Mediterráneo, dividieran el eje Barcelona-Valencia y la guerra se convirtiera ya en un desastre republicano".
El centro de la ciudad de Teruel tras la batalla.
El centro de la ciudad de Teruel tras la batalla. BIBLIOTECA NACIONAL
En aquel “desolado y remoto rincón de España”, como lo llamó Buckley; “el Polo Norte”, como lo bautizó, con humor, el brigadista y fotógrafo Harry Randall, sobresalió también el trabajo del enviado especial de The New York TimesHerbert L. Matthews, prorrepublicano, que "siempre quería estar en el lugar de los hechos para contarlos sin recurrir a las notas oficiales". El riguroso Matthews acudió 11 veces a Teruel. Una de ellas fue el 3 de enero de 1938, acompañado del fotoperiodista Robert Capa, tras un viaje de tres días en coche desde Barcelona. La razón fue el parte oficial de los sublevados proclamando en Nochevieja que habían vuelto a tomar la ciudad, pero los dos periodistas no se lo creyeron.
“Matthews y Capa se jugaron el tipo, bloqueados por las ventiscas y amenazados por los ataques”, apunta Aupí. En su crónica, Matthews aclaró qué pasaba: “Los soldados republicanos se rieron cuando les conté lo que decían los insurgentes”. En realidad, el coronel Domingo Rey d’Harcourt estaba a punto de entregar la única capital de provincia que conquistó la República. Un joven Capa fotografió los feroces combates cuerpo a cuerpo. "Era el novato del grupo y por eso le trataban como a un aprendiz". Una compatriota de Capa, la extraordinaria fotorreportera húngara Kati Horna, tomó imágenes conmovedoras de los habitantes y soldados.
Más conocida era la figura de Ernest Hemingway. Con un estilo literario y un afán por revisar una y otra vez sus textos, para desesperación de sus editores, el escritor estadounidense fue otro de los periodistas que entró en Teruel con las tropas republicanas del general Juan Hernández Saravia, el 21 de diciembre. Trabajaba para una agencia que le pagaba 500 dólares por crónica. Entre botella y botella de whisky, Hemingway buscaba personajes para sus novelas, como hizo patente con el brigadista Robert Hale Merriman, en quien se inspiró para el protagonista de Por quién doblan las campanas.

MUERTE EN NOCHEVIEJA

La Nochevieja de 1937 sucedió en el frente de Teruel un hecho que causó conmoción en el extranjero. Bradish Johnson, del semanario estadounidense Newsweek; Edward J. Neil, de la agencia Associated Press; y Richard Sheepshanks, de la británica Reuters, perdieron la vida cuando circulaban en coche por la localidad de Caudé por la metralla de un obús disparado desde las líneas republicanas. Los tres iban con un convoy de las tropas nacionales, y su muerte fue recogida por periódicos de medio mundo. Aupí subraya que “la mayoría de enviados especiales a Teruel eran prorrepublicanos, que creían que España era campo de pruebas para una guerra mundial”. Luego había “un grupo reducido de fieles a Franco, convencidos de que la Unión Soviética quería convertir España en un satélite comunista, y por último, un puñado de periodistas más imparciales, destinados en el bando nacional, como los tres que murieron”.
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Autor: Vicente Aupí Royo.
Editorial: Dobleuve Comunicación (2017).
Formato: tapa blanda (224 páginas).

ERC pide se dignifique el espacio de memoria histórica del Camp de la Bota








Sant Adrià de Besòs (Barcelona), 17 feb (EFE).- La diputada de ERC en el Congreso Ester Capella ha pedido hoy que se dignifique el espacio de memoria histórica del Camp de la Bota, pues considera que "sigue siendo un espacio indigno y no se ha puesto en valor de manera suficiente lo que representa para la memoria colectiva".
Estas declaraciones las ha hecho durante un acto conmemorativo, organizado por la sección local de ERC en Sant Adrià de Besòs (Barcelona), donde se ha rendido homenaje a las más de 1.700 personas que fueron fusiladas en el Camp de la Bota por las tropas franquistas tras el final de la Guerra Civil.
En el acto han participado, además de Capella, el concejal de ERC en Sant Adrià Antoni Vélez y los miembros de la sectorial de memoria histórica de ERC Antoni Bou, Mati Duque y Meritxell Benedí.
Vélez ha recordado que el año pasado se aprobó una moción en el Ayuntamiento de Sant Adrià para "dignificar el espacio", pero considera que "no se ha avanzado mucho" y que por eso volverán a reclamar que se dignifique el espacio.
En la moción que presentó la sección local de ERC se instaba al Ayuntamiento de Sant Adrià a crear "un espacio memorialístico de primer orden" que rindiera homenaje a las víctimas de la represión franquista que fueron ejecutadas en ese lugar.
"España sigue teniendo una cuestión pendiente con la memoria histórica. No ha sabido poner el acento donde hay que ponerlo, que es en la justicia, la verdad y la reparación. No ha habido voluntad política por parte del Estado para llevar a cabo políticas de memoria histórica efectivas", ha asegurado Capella.
La diputada de ERC ha recordado que el año pasado se cumplieron diez años de la aprobación de la ley de memoria histórica, una ley "que ERC impulsó pero que no votó a favor", porque "no cumplía los requisitos y parámetros internacionales para las políticas de memoria".
Capella ha aprovechado un momento del acto para trasladar a los asistentes un mensaje que el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras ha querido transmitir a los militantes de su partido, a quienes ha pedido que perseveren y no tengan miedo de "seguir con el proyecto de la república". EFE




El Camp de la Bota, un espacio histórico olvidado

Josep Maria Monferrer, historiador de la Mina y del Camp de la Bota, explica a través de una ruta como se ha transformado un espacio que durante la guerra civil y la posguerra sirvió para atemorizar a la población. Se produjeron más de 1700 fusilamientos y el Castillo de las Cuatro Torres servía para reprimir los movimientos obreros.

Situado en el Barrio del Besòs Maresme, en el distrito de San Martí, encontramos el espacio del Fórum. Un espacio conocido antiguamente como el Campo de la Bota y que englobaba cuatro barrios: el de Pekín Nuevo, el de Pekín Antiguo, la Catalana y el Parapeto, ya en Sant Adrià de Besòs. Precisamente en este último lugar se produjeron unos hechos muy desagradables durante la guerra civil y la posguerra. 1734 personas fueron fusiladas mientras los hechos se silenciaban al resto de la población.
Justo donde ahora está el Museo Azul , en la esplanada del Fórum, había el Castillo Militar de las Cuatro Torres, que el Capitán General de Cataluña Joan Zapatero hizo construir para reprimir los movimientos obreros de los ciudadanos que intentaban escapar de las represiones del Parque de la Ciutadella.
Durante la ruta, los participantes también han podido degustar un poco de pan “xusco “, un alimento típico de la posguerra que ha hecho revivir momentos duros donde la comida era escasa y el hambre abundaba. Esta y muchas otras anécdotas e historias relacionadas con el Campo de la Bota están explicadas en el libro de Josep Maria Monferrer “El Campo de la Bota un espacio y una historia”, que se ha convertido en una visita guiada para reivindicar el papel de un espacio olvidado. Además, el Centro Cívico Besòstambién recoge una exposición fotográfica con imágenes de la época.
Le Camp de la Butte
El origen de este espacio tan emblemático proviene del año 1800, cuando los franceses lo usaron como un campo de prácticas de tiro. Ellos lo llamaban “Le Campo de la Butte” y, aunque butte significa colina, finalmente el nombre se catalanizó como “El Camp de la Bota”.







Las ‘11 rosas’ fusiladas en el Camp de la Bota

  • El Arxiu Històric de La Mina ha liderado la edición de un vídeo que recuerda a las únicas mujeres que fueron fusilada en el parapeto del Besòs




Las ‘11 rosas’ fusiladas en el Camp de la Bota
Placa de recuerdo a las 11 fusiladas del Camp de la Bota (LV)


“Esta mañana a las cinco me van a fusilar”, escribía en su carta de despedida la primera catalana en ser ejecutada por el Franquismo, horas antes de su muerte. El testimonio fue recuperado gracias al hallazgo de la misiva de Carme Claramunt, a la que, por desgracia, siguieron al paredón del parapeto del Camp de la Bota otras 10 mujeres de distintas edades y procedencias que también fueron fusiladas. Fueron las únicas mujeres de un listado de ejecuciones fundamentalmente masculino, con alrededor de 1.700 hombres en la lista.
A todas ellas ha querido rendir homenaje el Arxiu Històric del Camp de la Bota i La Mina, encabezado por el activista vecinal Josep Maria Monferrer, que ha liderado la edición de un vídeo que recuerda la historia de esas 11 mujeres y que trata la represión femenina tras la Guerra Civil.
El audiovisual, preparado durante meses, se estrenó hace escasas semanas en la Biblioteca Font de La Mina y desde entonces no ha dejado de participar en ‘bolos’. “El vídeo ha tenido un gran recibimiento y despierta muchas emociones. Tiene documentos sobrecogedores. Lo hemos presentado ya en distintos actos y entidades y nos están pidiendo que lo hagamos en otras tantas”, explica este profesor jubilado y vecino de La Mina.
Se trata de 45 minutos de vídeos que repasan el encarcelamiento y ejecución de mujeres sobre todo en los primeros años del Franquismo. También aborda el trato que el régimen daba al género femenino, con especial atención en las 11 mujeres que fallecieron en el Camp de la Bota: Carme Claramunt, Eugènia González, Cristina Fernàndez, Ramona Peralba, Dolors Giorla, Magdalena Nolla, Elionor Malich, Virgínia Amposta, Asumpció Puigdelloses, Inés Giménez y Neus Bouza. La producción, liderada por Monferrer i el Arxiu pero elaborada con la colaboración de personas como el historiador Emili Ferrando o entidades de Sant Adrià y Barcelona, cuenta con imágenes, textos y cartas escritas por las mujeres antes de ser ejecutadas.


Camp de la Bota

  • Castell del Camp de la Bota
  • Monument a la memòria del Camp de la Bota
Entre Barcelona i Sant Adrià de Besòs, on avui hi ha els terrenys del Fòrum es trobava el Camp de la Bota un espai aïllat sense construccions. Va ser un terreny ideal, al costat de la ciutat però suficientment aïllat i despoblat perquè els francesos, durant la Guerra del Francès (1808-1814), instal·lessin allà un camp de pràctiques de tir.
Posteriorment, cap a 1858 és va construir un castell militar, el Castell del Camp de la Bota o de les Quatre Torres pel capità general de Catalunya, Juan Zapatero. L'edifici es va convertir en l'Escola de Pràctica d'artilleria fins a l'inici de la Segona República. El sorral del Camp de la Bota, disposava d'un parapet o mur de tres metres d'alt per quaranta de llarg, on és realitzaven les pràctiques de tir.
De les més de 3.000 persones que van ser executades a Catalunya un cop acabada la guerra, 1.717 ho van ser en aquest lloc. Aquest espai va ser utilitzat com a lloc d'afusellament primerament per les autoritats republicanes durant la guerra civil. Allà arribarien a ser executats quaranta-quatre militars rebels el setembre i l'octubre del 1936, i posteriorment es documenten que entre 1939 i 1952 1.706 homes i 11 dones van ser afusellades pel règim franquista, en una planificada operació de repressió d'estat a partir de judicis sumaríssim, consells de guerra fraudulents sense cap garantia legal.
El 14 de febrer de 1939, només dinou dies després de la caiguda de Barcelona, l'advocat i diputat Eduardo Barriobero va tenir el dubtós honor de ser el primer afusellat al Camp de la Bota a mans de les tropes franquistes. El compliment de les condemnes de mort es portava a terme tan aviat com es rebia el "enterado" del dictador general Franco. Els republicans eren traslladats en grups des de la presó Model de Barcelona o la Presó de dones de les Corts al Camp de la Bota on els esperava un piquet de la Guàrdia Civil per complir la sentència.
L'aleshores vicari de Sant Adrià de Besòs , mossèn Pere Ribot, recordava com a les matinades de 1941 " El meu despertador era quan a les set del matí afusellaven a els condemnats. I pels trets de gràcia sabies quants havien mort cada dia".
Les darreres execucions van Tenir lloc el 14 de març de 1952 , tretze anys després d'acabada la Guerra Civil. Van ser morts zinc dels integrants del grup anarquista Talió (Pere Adrover , Jordi Pons, Josep Pérez , Genís Urrea i Santiago Amir ) acusats d'una sèrie d'atracaments .
Els sentenciats a la pena capital eren nou , però la pressió internacional , sobretot de França ( André Breton , Jean Pau Sartre , Albert Camus ) va aconseguir escurçar la llista . A mes, el bisbe de Tolosa va fer saber que no és traslladaria a Barcelona amb ocasió del Congrés Eucarístic Internacional si no s'acabava el sagnant reguitzell de morts.
COLOMENCS AFUSELLATS AL CAMP DE LA BOTA
  • Santiago Diego Clavero, 55 anys, afusellat el 26 de març de 1939.
  • Lorenzo Ros Paisa, afusellat el 28 de maig de 1939
  • Juan Campos Miñarro, executat el 6 de juliol de 1939
  • Pascual Millares Soler, afusellat el 2 d’agost de 1939
  • Juan Pablo José, executat el 8 d’agost de 1939
  • Celestí Boada Salvador, afusellat el 18 d’octubre de 1939
  • José Muro Arias, afusellat el 25 d’octubre de 1939
  • Joan Pla Aulet, afusellat el 4 de novembre de 1939
  • Alberto Riquelme Almarcha, afusellat el 4 de novembre de 1939
  • Pedro Alfaro Sacasa, afusellat el 12 de juny de 1940
  • Esteban Barrot Brell, afusellat el 6 de juliol de 1940
  • Manuel Campeny Pueyo, afusellat  el 29 de juliol de 1940
  • Pelayo Giménez Palacios, afusellat el 14 de novembre de 1940
  • Hilario Martínez Alarcon, afusellat el 4 de juny de 1943
  • Eduardo Grau Estiarte, afusellat el 8 de juliol de 1943
  • Pedro Blasco Pascual, afusellat el 29 de juliol de 1943
  • Juan Hernandez Lizan, afusellat el 25 de febrer de 1946