Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme.....
"Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
hace unos meses, conseguí identificar a uno de sus miembros que no había visto hasta entonces. Se trata de Salvador García Motos, piloto de la 3ª escuadrilla de Moscas, nacido el 3 de marzo de 1918 en Requena (Valencia).
A pesar de las búsquedas realizadas para tratar de localizarlo después de mediados de julio de 1940, fecha en la que, con toda probabilidad, fue como la gran mayoría de sus compañeros del 185 CTE entregado a las autoridades franquistas, no he podido encontrar la más mínima pista que pudiera ayudarme.
Por lo tanto, lanzo esta petición de ayuda con la esperanza de conseguir una traza que me permita avanzar.
Con todo mi agradecimiento por su atención y ayuda.
j’ai réussi, il y a quelques mois, à identifier un de ses membres que jusqu’alors je n’avais pas repéré. Il s’agit de Salvador García Motos, pilote de la 3ème escadrille de Moscas, né le 3 mars 1918 à Requena (Valence).
Malgré les recherches menées pour tenter de le localiser au-delà de la mi-juillet 1940, date à laquelle, selon toute vraisemblance, il fut comme la grande majorité de ses camarades de la 185ème CTE, remis aux autorités franquistes, je n’ai pas pu trouver le moindre indice qui puisse m’aider.
Je lance donc cette demande d’aide dans l’espoir de recueillir un indice susceptible de me permettre d’avancer.
Avec tous mes remerciements pour votre attention et votre aide.
Una chapa circular de oro con brillantes engarzados y unos extraños dibujos grabados puede convertirse en el primer rastro expuesto en una vitrina de un campo de concentración de la Guerra Civil española. Fue hallada en los márgenes de la prisión al aire libre de Albatera (Alicante). Los arqueólogos especulan sobre su origen: puede tratarse de una joya perdida durante la visita de algún familiar a un preso, mientras se comunicaban desde ambos lados de la valla con el beneplácito de un carcelero sobornado; o ser el precio pagado en el mercado negro de alimentos. También el de un billete hacia el exilio. “Una posesión así marcaba la diferencia entre vivir o morir de hambre”, dice Felipe Mejías, director de la excavación en la que se encontró la pieza, junto a unas estructuras de piedra que facilitarían que se convierta en un museo. El Gobierno autonómico planea hacerlo, aunque antes hace falta adquirir la parcela y obtener el presupuesto necesario.
Mejías lidera un equipo que trata de arrancar del silencio los restos del campo de concentración de Albatera, ubicado en el término municipal de San Isidro. Tras tres años de trabajo para ubicar las fosas comunes de la provincia de Alicante, Mejías dio con la historia de esta estructura penitenciaria, un campo de trabajo republicano que se convirtió en un infierno de hambre y enfermedades tras el fin de la guerra. “Era un asunto que se silenció”, explica el arqueólogo, “pero me encontré con muchos testimonios de agricultores que contaban que habían hallado restos humanos en la zona, que habían llenado capazos de huesos”. El municipio de San Isidro se encuentra en la comarca de la Vega Baja de Alicante, una zona eminentemente de huerta.
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Con ayuda del Ayuntamiento de San Isidro, un pueblo de apenas 1.900 habitantes, Mejías presentó un proyecto a la Consejería de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática de la Generalitat Valenciana. Con 17.600 euros, reclutó a un equipo y comenzó a finales de octubre la prospección arqueológica de una parcela privada en la que sospechaba que se ocultaba el acceso al campo de concentración, tras estudiar la escasa documentación existente, ya que se trata de estructuras que el franquismo intentó borrar de los papeles.
El campo de Albatera nace en octubre de 1937. La República cercó 140.000 metros cuadrados y encerró allí a unos 1.400 prisioneros de guerra. Mejías ha rescatado cuatro fotografías del archivo del Comité Internacional de la Cruz Roja, en Suiza. “La dinámica era diferente, la República invitaba a periodistas extranjeros o miembros de la Cruz Roja a visitar las instalaciones, para que vieran que los presos estaban bien atendidos”, asegura. Todo cambió el 1 de abril de 1939. Franco multiplica por diez la población penitenciaria del campo, que se cierra, “tras una gestión desastrosa y negligente”, apenas siete meses después.
La idea de Mejías era “localizar al menos una fosa común”, que no ha aparecido. A cambio, en poco más de un mes de trabajo con sondeos, excavaciones y un georradar procedente de la Universidad de Cádiz, han salido a la luz los cimientos de los habitáculos en los que se hacinaban “entre 14.000 y 16.000 prisioneros”, según sus estimaciones. “Hemos encontrado la estructura de tres barracones”, un tesoro arqueológico que puede convertir el campo de Albatera “en el primero de España en condiciones de musealización”, asegura Mejías.
Junto a estas estructuras, el equipo arqueológico halló también restos humanos, entre los que destacan “un fragmento de cráneo y una tibia”. Y cartuchos de Mauser (el arma habitual de los militares franquistas), monedas republicanas y franquistas, un colgante, cucharas, tenedores y latas de lentejas y sardinas. “Eran la única comida que recibían los presos”, relata Mejías, “una lata cada dos días para dos personas y un trozo de pan para cinco”. El hambre y las enfermedades intestinales fueron la principal causa de muerte en Albatera. “Sabemos que se produjeron fusilamientos. Hemos podido documentar ocho”, afirma el arqueólogo.
Estos descubrimientos han motivado la preparación de otra campaña para finales de la primavera que viene. Tras solicitar ayudas a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y, de nuevo, a la consejería de Calidad Democrática, Mejías, que prepara su tesis doctoral sobre el campo de Albatera, sondeará el terreno en busca de la fosa común. Los hallazgos, de momento, están depositados en el Museo Arqueológico de Alicante (Marq). Y tanto el Gobierno autonómico como el Ayuntamiento de San Isidro ya han iniciado los movimientos para llevar la parcela a dominio público, el primer paso para convertirla en el primer centro de interpretación de la memoria de un campo de concentración español.
Reunión sobre el futuro del pazo de Meirás
El secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, presidirá este martes en A Coruña la constitución de la comisión técnica sobre el pazo de Meirás, que la familia Franco entregó a la Administración el pasado jueves. La comisión, integrada por representantes del Ministerio de la presidencia, la Xunta de Galicia y los Ayuntamientos de Sada y a Coruña asumirá la gestión del inmueble hasta que haya una sentencia firme sobre la devolución definitiva al Patrimonio del Estado. Martínez se reunirá, además, con expertos sobre la historia del pazo.
Cuando solo queda un compañero de la liberación vivo, el papel de los franceses durante la ocupación alemana sigue siendo objeto de un debate histórico y social.
Un oficial de la resistencia francesa enseña a su compañeros cómo usar un subfusil en marzo de 1944.MONDADORI / GETTY IMAGES
Cuando solo queda un miembro de la Resistencia francesa vivo, Hubert Germain, de 100 años, la lucha o la colaboración contra los nazis se mantiene todavía como uno de los asuntos más controvertidos de la Segunda Guerra Mundial: el papel que tuvieron, o no tuvieron, los franceses en su liberación sigue siendo objeto de debate y polémica. El reciente fallecimiento del penúltimo Compañero de la Liberación, Daniel Cordier, y la publicación de un nuevo ensayo sobre el periodo, Français, on ne vous a rien caché (Franceses, no os han escondido nada, Gallimard), de François Azouvi, han vuelto a poner de actualidad una polémica interminable y una historia que ha ido cambiando con los años.
Al terminar la guerra, el general Charles de Gaulle, líder de la Francia Libre, que regiría los destinos de Francia en la posguerra hasta 1969 (falleció en 1970), impuso la idea de que los franceses tuvieron un papel decisivo en la liberación del nazismo y que solo unos pocos ciudadanos se convirtieron en colaboracionistas a las órdenes del Gobierno traidor del mariscal Pétain. Las deportaciones de judíos fueron asunto de los boches, término despectivo con el que se identifica a los alemanes. Sin embargo, una película documental que tuvo problemas para estrenarse en 1969 ofrecía una imagen completamente diferente: La pena y la piedad (Le chagrin et la pitié), de Marcel Ophüls, causó un impacto enorme porque describía una situación mucho más parecida a una guerra civil entre franceses y mostraba una significativa colaboración con el invasor. El filme acabó convertido en un clásico; de hecho, Woody Allen le rinde un homenaje al final de Annie Hall.
Otra película, estrenada en 1974, terminó por abrir los ojos sobre la cruda realidad de la ocupación, durante la que los resistentes fueron una minoría, perseguidos tanto por los nazis como por la milicia de Vichy. Se trata de Lacombe Lucien, dirigida en 1974 por Louis Malle y escrita por el premio Nobel de Literatura Patrick Modiano. Aunque tuvo menos impacto que las anteriores, un filme autobiográfico de Claude Berri, El viejo y el niño, ya había abierto la veda en 1967. La película relata la historia de un niño judío escondido en el campo con una familia que no conoce su origen. El campesino que le cuida, profundamente antisemita y petainista, le trata como un nieto adoptivo, ignorando que es un judío al que, en teoría, odia. Sobre este filme expresó François Truffaut: “Durante 20 años, estuve esperando la auténtica película sobre la Francia auténtica durante la auténtica Ocupación, la película sobre la mayoría de los franceses, los que no estuvieron envueltos ni en la colaboración, ni en la Resistencia, los que no hicieron nada, ni bueno ni malo, los que sobrevivieron como los personajes de una obra de teatro de Beckett”.
Más allá del cine, el investigador estadounidense Robert Paxton publicó en 1972 un libro crucial, La Francia de Vichy (1940-1944), en el que revelaba, entre otros muchos otros detalles sobre los que se había corrido un tupido velo, la participación de las fuerzas de seguridad francesas, no de las SS o del Ejército alemán, en el arresto de cientos de miles de judíos, que fueron deportados a los campos de exterminio nazis. Hasta los años noventa, no se reconocería oficialmente este hecho en las placas que ahora se encuentran en muchas sinagogas y colegios de Francia, donde se deja claro que fueron franceses los que cometieron ese crimen contra la humanidad.
“Francia fue derrotada y ocupada por Alemania. Cuando fue liberada y unificada de nuevo, se crea una historia única que mantiene que todo el país alcanzó la libertad unido bajo el liderazgo de De Gaulle y ese relato fue propagado a través de medallas, ceremonias, títulos”, explicó en una entrevista Robert Gildea, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Oxford y autor de Combatientes en la sombra (Taurus), un libro que desmonta muchas falsas ideas sobre la resistencia. Su teoría es que se minimizó a los republicanos españoles que huyeron del franquismo, a los judíos de Polonia o Rumanía, a los comunistas, así como a las mujeres, cuya labor como resistentes también ha sido infravalorada.
Sin embargo, el reciente libro de François Azouvi desafía ese relato. Su tesis es que los franceses tuvieron a mano toda la información necesaria sobre lo que ocurrió desde los primeros momentos de la liberación. “Desmitificar la Resistencia y la Francia Libre se impuso a mi generación –la nacida después de la guerra– como un programa epistemológico y terapéutico cuya justificación parecía tan fuerte que la mayoría de las veces estaba desprovista de explicación”, escribe Azouvi, filósofo e historiador. “Contrariamente a la creencia popular, todo se puso sobre la mesa de inmediato, los franceses pudieron saber todo lo que querían aprender y ninguna censura impidió que nadie mirara atrás en los años oscuros. Y los franceses de la posguerra no se privaron de ello”, prosigue.
Sin embargo, es un hecho que la Francia oficial tardó décadas en reconocer, con actos, placas y nombres de lugares públicos, la diversidad y complejidad de la Resistencia. Hasta 2015, cuando fue inaugurado un parque dedicado a los combatientes de la Nueve junto al Ayuntamiento de París, no se homenajeó oficialmente a los republicanos españoles que participaron en la liberación de la capital. Anarquistas curtidos en mil batallas contra el fascismo que formaban La Nueve, uno de los batallones de la segunda división del general Leclerc, fueron los primeros en entrar en París el 24 de agosto de 1944 en blindados que llevaban nombres de batallas de la Guerra Civil. Primero una investigación de la historiadora Evelyn Mesquida —La Nueve, los españoles que liberaron París (Ediciones B)— y luego un tebeo de Paco Roca que alcanzó una gran repercusión —Los surcos del azar (Astiberri)— recordaron una hazaña injustamente olvidada. “La historia ha sido durante años y años la de la Resistencia francesa y eso es mentira”, afirmó Mesquida (Alicante, 1945) en una entrevista con este diario cuando publicó su segundo libro sobre el tema, Y ahora, volved a vuestras casas.
Los republicanos españoles no solo estuvieron en primera línea en la liberación de París, sino que tuvieron un papel crucial en la toma de Toulouse, cosa que no le hizo ninguna gracia a De Gaulle. Guidea cuenta que el general visitó Toulouse muy rápidamente, porque no quería perder el control sobre los territorios liberados. Los republicanos participaron en el desfile con cascos de los soldados alemanes pintados de azul. Cuando De Gaulle lo vio, exclamó: “¿Qué hacen todos esos españoles desfilando con las Fuerzas Francesas Libres?”.
El resistente a cargo de las fuerzas que combatieron a los nazis en la región de Toulouse y que dirigió la liberación de la ciudad fue un hombre discreto y sabio, uno de los héroes morales de la Francia de la posguerra: Jean Pierre Vernant (1914-2007). Militante comunista, aunque muy crítico con la URSS, hombre libre, pensador fecundo y comprometido con muchas causas, Vernant fue uno de los mayores helenistas europeos, autor de libros fundamentales para conocer la Grecia clásica, como Los orígenes del pensamiento griego, Mito y pensamiento en la Grecia Antigua o Mito y religión en la Grecia Antigua.
Vernant nunca se jactó de su pasado como héroe de la Resistencia y habló muy poco de ello. En sus memorias, que publicó ya jubilado, hizo una breve referencia en el primer tomo, Entre mythe y politique (1996), y se extendió un poco más en el segundo, La traversée des frontières (2004). Algunos colegas contaban que descubrieron su importancia en la Resistencia cuando, en los actos oficiales, le reservaban un lugar de honor porque era uno de los Compañeros de la Liberación, la orden que creó De Gaulle para homenajear a los que lucharon contra los nazis desde el Maquis y que también fue criticada por sus numerosos olvidos.
Habló no para contar hazañas bélicas, rompió el silencio sobre su pasado para homenajear a dos personas que nunca supo quiénes eran, pero que le salvaron la vida porque le advirtieron anónimamente de que podía ser detenido. También quiso reivindicar el honor de Lucie Aubrac, y de su marido Raymond, acusados falsamente de haber delatado a Jean Moulin, una información envenenada que salió desde la defensa del Klaus Barbie, el carnicero de Lyon, asesino de Moulin, juzgado en Francia en 1987 y condenado a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad.
Su objetivo fue también lanzar un humilde mensaje a la sociedad francesa. Su nieto, Julien Blanc, historiador de la Resistencia, lo recoge en un ensayo que escribió sobre una de las primeras células que se organizaron, en el Museo del Hombre de París, Au commencement de la Résistance: “En la Resistencia, las identidades solo estaban marcadas con respecto al enemigo. Estaba formada por personas muy diversas. La Resistencia fue, en el fondo, una especie de crisol en el que se elaboró una cierta concepción de Francia y del progreso social”. “Lo esencial está ahí”, acota su nieto, Julien Blanc. “Las opciones políticas no están grabadas en mármol. La Resistencia fue un periodo extraordinario de aceleración temporal y maduración política”. Vernant rompió su silencio para no olvidar esa verdad esencial de la lucha contra el totalitarismo, enterrada bajo décadas de polémicas y discusiones: que la Europa posterior al nazismo tenía una obligación moral con la libertad.
LIBROS SOBRE LA RESISTENCIA
'Au commencement de la Résistance. Du côté du musée de l’homme' (1940-1941). Julien Blanc. París, Seuil, 2010. 512 páginas, 23,50 euros.
'Combatientes en la sombra'. Robert Gidea. Madrid, Taurus, 2016. Traducción de Federico Corriente. 693 páginas. 10,44 euros (ebook).'Entre mythe y politique / La traversée des frontières'. Jean Pierre Vernant. París, Seuil. 612 páginas, 9,95 euros primer tomo – 222 páginas, 8,30 euros (segundo tomo).'Français, on ne vous a rien caché'. François Azouvi. París, Gallimard, 2020. 608 páginas, 24 euros (impreso) / 19 euros (ebook).'Lacombe Lucien'. Patrick Modiano. Traducción de María Teresa Gallego Urrutia. Barcelona, Anagrama, 2018. 160 páginas, 16,9 euros.'La France de Vichy'. Robert Paxton. París, Seuil. 475 páginas, 11 euros (existe una versión española de 1974 en la editorial Noguer que se puede encontrar en librerías de segunda mano).'La Nueve, los españoles que liberaron París'. Evelyn Mesquida. Barcelona, Ediciones B, 2019. 344 páginas, 20,90 euros (impreso) / 7,59 euros (ebook).'Los surcos del azar'. Paco Roca. Bilbao, Astiberri, 2013. 328 páginas. 25 euros (impreso) / 7 euros (ebook).'Y ahora, volved a vuestras casas'. Evelyn Mesquida. Barcelona, Ediciones B, 2020. 320 páginas, 20,90 euros.
El exilio cultural provocado por el franquismo no solo tuvo como consecuencia la pena de huida de grandes talentos. A ese sufrimiento real y ausencia de la tierra que te vio nacer, habría que añadir otro que en algunos casos perviven aún: el olvido de esos intelectuales tras su vida y muerte a miles de kilómetros de España. Lo podríamos denominar como una especie de segundo exilio. Nuestros artistas exiliados, reprimidos y perseguidos por el franquismo y, en algún caso, como el de nuestro personaje, perseguida y detenida por los nazis, corrieron distintas suertes. Unos tuvieron la “fortuna” de partir a nuevas patrias de acogida y desarrollar allí sus carreras. En cambio, otros, se quedaron en los frentes de batalla o fueron fusilados.
Traemos a nuestras páginas el recuerdo de la vida y obra, ambas prolíficas e intensas, de una mujer de nacimiento catalán y de orígenes andaluces y vascos. Hablamos de la gran pintora surrealista, Remedios Varo Uranga. La vida de esta artista se asemeja más a la de una protagonista de una novela que a un ser humano tradicional. En solo 55 años de vida vivió en decenas de sitios, conoció profundamente a los más altos representantes del arte de su tiempo, fue perseguida por el fascismo y detenida por el nazismo, se exilió dos veces, trabajó interdisciplinarmente para sobrevivir pero sobre todo amó y fue amada pasional e intensamente por varios hombres.
Infancia y orígenes familiares de Remedios Varo
De nombre completo María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga nació un 16 de diciembre de 1908 en Anglés (Girona) y falleció el 8 de octubre de 1963 en México. Su padre, Rodrigo Varo y Zajalvo, fue ingeniero hidráulico nacido en Cabra (Córdoba) y al que su trabajó le obligó a distintos destinos tales como Girona, Marruecos y Madrid. La madre de Remedios Varo, Ignacia Uranga Bergarecheera de ascendencia vasca. El matrimonio tuvo tres hijos, Rodrigo, Remedios y Luis siendo la pintora la segunda. Remedios Varo llega con su familia a Madrid cuando contaba 9 años. Desde esa etapa de su vida sufrió problemas cardíacos que le marcaron el resto de su vida y el final de esta. Esto no fue óbice para que Remedios llevara una vida intensa y llena de emociones en lo artístico y en lo personal. Alegre, vitalista y apasionada en el amor, destacan de ella un detalle que le adelantó su súbito fallecimiento: “bebía café casi todo el día y fumaba hasta tres paquetes de cigarrillos”. Pero lo que realmente importa es que tras su exilio en distintos lugares y su estancia definitiva en México, se convirtió en la líder del movimiento pictórico surrealista en Latinoamérica teniendo una parte amplia obra en un museo mexicano. Pero en España, salvo para los círculos artísticos, sigue siendo una gran desconocida a pesar de que su legado podría ser doble, desde un punto de vista de su enorme pintura así como la destaca impronta feminista de su obra.
Juventud y estudios de Remedios Varo
Remedios Varo fue pionera femenina en cursar estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (ingresó con 15 años en 1924) y como artista del surrealismo. Allí recibió clases del famoso pintor, paisano de su padre, el cordobés Julio Romero de Torres. En la Residencia de Estudiantes de Madrid conoció a García Lorca o Salvador Dalí con los que entabló debates, reuniones y amistad. Tras la conclusión de sus estudios en 1930, Remedios Varo contrajo matrimonio con un compañero de la Academia de San Fernando, Gerardo Lizarraga Ortiz y se trasladaron durante un año a París. A su vuelta en 1932 fijaron su residencia en el barrio de Gracia barcelonés. En la Ciudad Condal Remedios trabaja como diseñadora publicitaria y se une al grupo surrealista catalán denominado “logicofobista” (fobia a lo que parece lógico).Se trataba de una nuevageneración de surrealistas que buscaban además dotar de implicación social a este movimiento. La pintora se incorporó plenamente a la vanguardia artística catalana con su amigo Salvador Dalí como la gran referencia.
En mayo 1936, participó en una histórica exposición logicofobista con la idea inicial de hacerla itinerante por toda España. La guerra civil truncó el proyecto. Su apoyo a la causa republicana fue claro y muy activo. Por ello y por el desprecio ignorante de los fascistas a las tendencias modernas como el surrealismo, obligan a Remedios a exiliarse a París junto con su nueva pareja Benjamin Péret uno de los poetas surrealistas franceses más importantes e influyentes y que fue “su gran amor” tras romper su relación con Gerardo Lizarraga aunque antes, tras su regreso a Barcelona, ya había comenzado una relación con el pintor surrealista Esteban Francés. En la capital francesa ahondó más en el movimiento surrealista. Por medio del exponente máximo del surrealismo literario, André Breton conoció y se codeó con Max Ernst, Víctor Brauner, Joan Miró, Wolfgang Paalen y Leonora Carrington. En 1937, Remedios Varo muestra su obra en la Exposición Internacional del Surrealismo en Tokio.
Tras la ocupación nazi de París en 1941, Remedios es detenida por ser la compañera de Benjamin Péret (fue delegado del Partido francés obrero internacionalista unificador del trotskismo. También luchó junto a los anarquistas de la Columna Durruti dirigiendo una unidad que combate en el Frente de Teruel). Toda una odisea de artimañas posibilitó que finalmente ambos lograran huir a México. Fueron los últimos días de Remedios Varo en España, ya nunca regresó a su país.
Etapa mexicana
Merced a la política de acogida a exiliados españoles del presidente mexicano Lázaro Cárdenas, Remedios y Benjamín se establecen y trabajan en México. Remedios trabajó en artesanía, decoración y publicidad. Destaca su labor con Marc Chagall en el vestuario para el ballet Aleko. En 1947 Remedios Varo y Benjamin Péret se separa y el poeta vuelve a su tierra natal, París. De la bondad de Remedios Varo da cuenta el hecho de que apoyó económicamente a Benjamín y lo acompañó a la hora de su fallecimiento en 1959.
Dos años en Venezuela
Una faceta de Remedios fue su conocimiento científico. Gracias a ello y a sus contactos en 1947 integra una expedición científica a Venezuela para realizar estudios microscópicos de mosquitos contra el paludismo. Desde Venezuela trabaja para el laboratorio Bayer realizándole carteles publicitarios.
Regreso a México
Tras esta etapa venezolana en 1949 vuelve a México intensificando su trabajo como ilustradora publicitaria. Un nuevo amor y un nuevo matrimonio surge en su vida tres años después de su regreso a la capital azteca: Walter Gruen, un austriaco admirador de su obra. De origen judío y miembro de Partido Socialdemócrata de Austria, Gruen fue detenido por la Gestapo y enviado al campo de concentración de Dachau y luego al de Buchenwald. Sobreviviente del horror nazi también decidió establecerse en México. El austríaco le proporcionó a Remedios estabilidad tanto económica como emocional a la artista y fue el artífice de lograr que Remedios se dedicara exclusivamente a la pintura. No en balde esta fue la mejor época artística y de labor pictórica de Remedios junto a figuras como Frida Kahlo y Diego Rivera. Es en ese momento cuando por fin logra vivir de la pintura. Sus empleos anteriores fueron labores artísticas de supervivencia, especialmente como ilustradora publicitaria.
La vida de Remedios se plasma en sus obras: misticismo, teoría psicoanalítica incluso alquimia, tal como se expresa en múltiples cuadros suyos. La variedad de trabajos acometidos fue enorme, desde pintar instrumentos musicales y muebles, decorados de películas o diseño de trajes para teatro y ballet junto a Leonora Carrington y Marc Chagall. Su obra, bellísima, es un compendio de mundos oníricos, trufados con misticismo y paisajes con personajes inverosímiles. Denunció el submundo en que las mujeres se veían obligadas a vivir. Como señaló Kate Hodges ensu libro “Vidas extraordinarias”, “Sus cuadros poblados de personajes andróginos que unas veces desempeñan actividades científicas, otras que se sitúan en entornos místicos y otras representan la supresión de las mujeres en el arte, empezaron a exponerse y venderse. Por desgracia la carrera de Varo se vio truncada al morir de un ataque al corazón, a la edad de 55 años”. La escritora mexicana Elena Poniatowska escribió que Remedios “era capaz de crear etiquetas y propaganda, diseñar trajes, hacer esculturas con huesos de pollo y espinas de pescado, restaurar cerámica precolombina y, sobre todo, pintar cuadros”.
Remedios Varo falleció con 55 años el 8 de octubre de 1963, en la Ciudad de México, de un infarto de miocardio. Gracias al esfuerzo y empeño de Walter Gruen un aparte importante de la obra de Remedios varo se pueden admirar en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México que además realiza con asiduidad exposiciones temporales de la pintora.
Reconocimientos póstumos a Remedios Varo
A pesar de que en 2007 Zoé Valdés publicase la novela “La cazadora de astros” con la historia de la artista y de que, en 2008, Barcelona la reconociese con una placa y poniendo su nombre a unos jardines del barrio Diagonal Mar. A pesar de todo ello y de que la Universidad de Barcelona organizase entre 2008 y 2009 seminarios internacionales para celebrar el 70º aniversario del exilio de Remedios Varo, con todo ello, Remedios varo, sigue siendo otra gran olvidada, otra gran sufridora del “segundo exilio”, ese que te relega a la desmemoria. Sería justo y obligatorio esa reparación moral y cultural porque como Octavio Paz dijera de la artista de Gerona, de padre egabrense y madre vasca, que “Remedios ríe pero su risa resuena en otro mundo”, es necesario que esa risa también llegara e inundara a la gente del país que le vio nacer, donde vivió y que tuvo que abandonar huyendo del fascismo y de la barbarie fascista.
Serà l’exhumació més nombrosa de víctimes del franquisme que s’ha fet fins ara
14.12.2020 12:48
En la fossa 21 del cementeri de Paterna es buscaran les restes de setanta-vuit persones. Es tracta d’una actuació demanada per l’Ajuntament de Quart de Poblet. En la 126 es preveu de recuperar els cossos de dues-centes trenta-vuit persones que van ser empresonades en cinc saques diferents i, segons la informació de què es disposa, les van afusellar entre el 27 d’agost i el 14 de setembre del 1940.
La consellera de Participació, Transparència, Cooperació i Qualitat Democràtica, Rosa Pérez Garijo, ha explicat que aquesta operació en la fossa més gran del País Valencià pretén avançar en l’objectiu que es va marcar al principi de la legislatura d’aconseguir un territori lliure de fosses.
Per a poder fer aquestes exhumacions, el departament de Pérez Garijo ha previst un pressupost de 662.464 euros. I és per això que la licitació s’ha publicat al Diari Oficial de la Unió Europa
La Generalitat va començar a exhumar víctimes de la guerra i de la repressió franquista, de manera directa, el mes de juny passat als cementiris de Castelló i de Monòver. També han fet actuacions a Oriola i està previst de començar els treballs a Sogorb i a la fossa número 10 d’Alacant.
La Conselleria treballa en un mapa de fosses del País Valencià i té previst publicar-lo en línia les pròximes setmanes perquè puga ser consultat i ampliat si s’escau.