En El Rastrel, a las 18.00 horas, con José Sarrión, Roberto García, Raúl Vacas, Fernando Saldaña y Virginia Carrera
El Partido Comunista de Salamanca (PCE), en colaboración con la Juventud Comunista de Salamanca (UJCE), realizará este domingo un acto público en homenaje y recuerdo al poeta y comunista salmantino Marcos Ana, fallecido en Madrid el pasado 24 de noviembre.
El acto tendrá lugar en el bar El Rastrel (Calle Grillo nº 21) a partir de las 18.00 horas y él se proyectará un breve documental sobre la vida de Marcos Ana, así como se recitarán varios de sus poemas. Participarán, entre otros, el procurador en las Cortes de Castilla y León por Izquierda Unida-Equo José Sarrión Andaluz, el actor Roberto García, el poeta Raúl Vacas, el cuentacuentos Fernando Saldaña y la concejala de Ganemos en el Ayuntamiento de Salamanca Virginia Carrera.
Con este acto, el PCE quiere rendir homenaje y recuerdo a este poeta comunista y luchador por la libertad, ejemplo de luchador comprometido, que sufrió la represión de la dictadura por defender los ideales de la democracia y la justicia social, pero a pesar de ello fue siempre un gran defensor de la necesidad de reconstruir nuestro país no desde la venganza, sino desde la esperanza en lograr un futuro de Justicia, sin olvidar el pasado recordando a los que perdieron la vida y sus derechos durante la dictadura.
Marcos Ana
Fernando Macarro Castillo, verdadero nombre de Marcos Ana, nacido el 20 de enero de 1920 en la localidad salmantina de Ventosa del Río Almar. Hijo de Marcos y Ana (de aquí su pseudónimo literario), su infancia transcurrió en el seno de una familia pobre de jornaleros del campo. Asiste poco tiempo a la escuela, donde sólo aprendió a leer y escribir. Pronto hubo de ayudar a su familia en las faenas agrícolas, tarea que compaginó con la venta ambulante de pequeños artículos campesinos, ayudado de un carrito de mano para el transporte.
En 1936 estalla la sublevación franquista. Marcos Ana, cumplidos sus quince años de edad, se va voluntario al frente. Allí conoció a Rafael Alberti y María Teresa León, encuentro que supuso para él un hecho decisivo en su vida literaria posterior. Por este tiempo ingresa en el Partido Comunista de España (PCE). Finalizada la contienda, en 1939, fue detenido, junto a millares de demócratas, y condenado a muerte. Permaneció encarcelado durante 23 años ininterrumpidos: toda su juventud y la mitad de su vida. En esa Universidad dolorosa escribió los poemas que traspasaron las cárceles y llevaron su nombre a través del mundo, contribuyendo a desencadenar una campaña de solidaridad en su favor.
Fue uno de los primeros presos políticos españoles defendidos por Amnistía Internacional. Al ser liberado en 1961, Marcos Ana recorrió Europa y gran parte de América, siendo recibido en Parlamentos, Universidades y centenares de concentraciones populares, promoviendo y organizando la solidaridad con los presos políticos y sus familias y denunciando las prácticas fascistas que, por entonces, se realizaban en España.
Fundó y dirigió en París, hasta el final de la dictadura franquista, el Centro de Información y solidaridad con España (CISE), que presidió Picasso. Apoyado por personalidades de la cultura y la política europeas, este Centro organizó la defensa de los derechos humanos, la acción por la Amnistía general y la ayuda moral y material a todas las víctimas de la represión política. Tras la muerte de Franco regresó a España en 1976, continuando en la legalidad sus actividades como miembro del Partido Comunista de España (PCE)
Su poesía ha sido calificada de “poesía de trinchera”, caracterizándose por la “fuerza de la convicción, la sentida sinceridad poética, la angustia, el miedo del hombre en el presidio”. En 2007 publicó un libro de memorias “Decidme cómo es un árbol”, prologado por José Saramago, que ha sido traducido a otras lenguas.
En 2009 fue propuesto como candidato al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. También a finales de dicho año, el Gobierno de España le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. En enero de 2010 Marcos Ana fue el primer galardonado con el Premio René Cassin de Derechos Humanos, otorgado por el Gobierno Vasco. En abril de 2011, el Consejo de Ministros de España le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.