dissabte, 16 de març del 2024

Les fotos inèdites de la rereguarda republicana: “Per a estar 86 anys amagades, estan en bon estat”

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Arturo Loreido en una de les fotografies.

Lucas Marco

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Arturo Lodeiro Sánchez, un anarquista d’origen val·lisoletà, va retratar amb una càmera fotogràfica la vida quotidiana en la rereguarda republicana durant l’estiu del 1937. Afusellat al costat de les tàpies del cementeri de l’Este de Madrid el 27 d’abril de 1940, es va casar el mateix dia de la seua mort amb Julia Muñoz, amb qui va tindre una filla. Els descendents de Lodeiro van conservar els negatius de quasi 700 fotografies captades a València, Xiva o Granollers. “Per a estar 86 anys amagades, la major part estan en bastant bon estat, encara que algunes les hem hagut de restaurar”, explica José López Camarillas, editor de Llibres de l’Encobert i impulsor d’una campanya de micromecenatge per a la publicació d’Estiu del 37, un llibre en edició bilingüe en castellà i valencià que inclou centenars d’imatges captades per Lodeiro.

López Camarillas, professor de Llengua i Literatura i traductor, va trobar el valuós material gràfic mentre treballava braç a braç amb els familiars de represaliats del franquisme agrupats en l’associació Memoria y Libertad, en l’obra Cartas de la memoria, editada i compilada per Tomás Montero.

En aquest llibre, editat el 2023, figuren les cartes escrites per Lodeiro a Julia Muñoz des de la presó de Las Comendadoras (Madrid). La família d’Arturo Lodeiro conservava centenars de fotografies sense revelar. La parella es va conéixer a Madrid (ella era oriünda de Jaén) i va passar la primavera i l’estiu del 1937 a Xiva, una localitat valenciana de la comarca de la Foia de Bunyol, entre altres llocs de la rereguarda.

L’anarquista, militant de la CNT i manyà i mecànic de professió, va fotografiar la seua parella, la platja del Saler, escenes quotidianes d’esmorzars, alguns milicians i cartelleria de l’època. “La major part de les fotos són de Xiva, n’hi ha unes poques de Cartagena i unes quantes de Granollers, on van anar a visitar el germà aviador d’Arturo”, afirma José López Camarillas.

El fotògraf, que circulava en un vehicle probablement expropiat amb un tret en la lluna davantera, va treballar en fàbriques d’armes de la rereguarda republicana. “Era militant de la CNT i, abans de la guerra, ja havia sigut empresonat per participar en vagues revolucionàries”, diu l’editor de l’obra, que inclou un pròleg de l’historiador Vicent Baydal, cronista de la ciutat de València.

‘Querido Eugenio’, de Juana Doña

Les sinergies amb les famílies dels represaliats agrupades en l’associació Memoria y Libertad van propiciar un segon projecte. La campanya de micromecenatge també inclou l’edició de Querido Eugenio, de l’escriptora i dirigent comunista Juana Doña (Madrid, 1918 - 2003).

“És un llibre molt citat bibliogràficament, però molt difícil d’aconseguir, les famílies consideraven que seria interessant per a les noves generacions que pogueren conéixer la història de Juana Doña, referent del socialisme, del feminisme i de la defensa dels drets humans”, afig López Camarillas.

Juana Doña va passar 18 anys en les presons franquistes. En Querido Eugenio recull el testimoniatge que el seu marit, Eugenio Mesón, va escriure a la presó abans de ser afusellat el 1941. “En un moment en què és evident l’amenaça del feixisme, necessitem tindre exemples de resiliència”, conclou l’editor.

JOAN PEIRÓ BELIS, MINISTRO DE TRABAJO DE LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA Y DESTACADO ANARCOSINDICALISTA, FUSILADO POR LA DICTADURA FRANQUISTA.

 


El 24 de julio de 1942 era fusilado en Paterna Joan Peiró i Belis, que fuera ministro de Industria de la República, y destacado anarcosindicalista.
Peiró nació en Sants en 1887. Era todavía un niño cuando comenzó a trabajar en el vidrio. No sabía leer ni escribir, un aprendizaje que tardaría muchos años en cumplir. En 1907 se casó con Mercedes Olives Bonastre.
Joan Peiró comenzó muy pronto a tener una clara conciencia social y a demostrar unas evidentes dotes organizativas. Su militancia sindical comenzaría en 1906. En 1916 fue elegido secretario general de la Federación Española de Vidrieros y Cristaleros, responsabilidad que mantuvo hasta 1920. También fue director de La Colmena Obrera, el órgano de la Federación Local de Sociedades Obreras de Badalona, que una fuente de primera magnitud para conocer el movimiento obrero de Badalona y catalán. Esta Federación se iría acercando a la CNT. En esta publicación comenzaría Peiró a escribir sus primeros artículos sindicalistas y anarquistas, bajo el pseudónimo de J. Fuentes. También participó en El Vidriero, portavoz de los vidrieros federados. Peiró siempre tuvo una evidente inclinación hacia la prensa obrera. Muy posteriormente, en 1930 sería director de Solidaridad Obrera y, en la guerra, del vespertino Revista de Cataluña.
Peiró recibió una clara influencia del sindicalismo revolucionario francés, la CGT y la Carta de Amiens. Esta declaración de 1906 de la Confederación General del Trabajo buscaba la autonomía de acción de los sindicatos frente a los partidos políticos, algo muy distinto a lo defendido por los socialistas. La Carta de Amiens es fundamental en la Historia del anarcosindicalismo.
El Congreso de Sants de 1918 fue determinante porque su vinculación a la CNT. Defendió la acción sindical directa referida a la resolución de los conflictos laborales entre el sindicato y la patronal sin intervenciones ajenas, y la formación de sindicatos únicos. En el Congreso de 1919 defendió a las federaciones de industria, pero fueron rechazadas.
El comienzo de los años veinte fue muy duro para Peiró. Sufrió dos atentados y estuvo en prisión. Pero también es cierto que fue el inicio de su protagonismo en la CNT. En 1922 fue elegido secretario general. En ese momento se celebró el Congreso de Zaragoza donde se tomó la decisión de que la CNT se saliese de la Internacional Sindical Roja y la afiliación a la Asociación Internacional de los Trabajadores. Debemos recordar que un año antes la CNT se había integrado en la ISR gracias a los delegados en Moscú: Nin y Maurín entre otros. En clave interna, Peiró apoyaría a Salvador Seguí y Ángel Pestaña, que defendían lo que se ha conocido como la “moción política”. El texto proclamaba la independencia de la CNT en relación con los partidos políticos, pero su plena implicación en todo lo que tenía que ver con los trabajadores. Se hacía una definición de la CNT como un organismo revolucionario, “a la vez integral y absolutamente político puesto que su misión es la de conquistar sus derechos de revisión y fiscalización de todos los valores evolutivos de la vida nacional y (…) ejercer la acción determinante por medio de la coacción derivada de los dispositivos y manifestaciones de fuerza de la CNT”. Los más ortodoxos criticaron la ponencia porque se hablaba de política, aunque se quiso dejar claro que no se refería a la forma de gobernar, sino a las actuaciones de los individuos y colectividades.
Peiró participó con evidente protagonismo en la conversión de las Cristalerías de Mataró en una Cooperativa. Se encargó de la redacción de sus estatutos en los años veinte. Debemos reseñar que esta Cooperativa fue la principal productora de bombillas de España, aunque la gama de productos que fabricaba era muy amplia.
La Dictadura de Primo de Rivera trajo una época muy difícil para la CNT y para el propio Peiró, dada la persecución constante que sufrió el anarcosindicalismo. Peiró sería encarcelado en numerosas ocasiones. En 1927 fue, de nuevo, elegido secretario general hasta 1929. Durante la Dictadura criticó con dureza a la UGT por su participación en la organización sindical que había establecido el nuevo régimen, un capítulo más de las complejas relaciones entre los dos sindicalismos. Por otro parte, Peiró, siempre fiel a su defensa del sindicalismo, no era proclive a la existencia de grupos de acción y minorías dirigentes. Aunque se inscribiría en la FAI nunca fue muy partidario de la misma. En la época de la Dictadura maduró mucho sus ideas en relación con los sindicatos como organismos de clase, por lo que el anarquismo no podía regular el funcionamiento de la CNT.
En el período previo a la llegada de la República se implicó en la llegada del nuevo régimen, al tener relación estrecha con la oposición republicana. Firmó el Manifiesto de Inteligencia Republicana, lo que le generó fuertes críticas en la CNT. Tuvo que retirar su firma. En el Congreso de 1931 defendió la ponencia sobre la posición de la CNT frente a las Cortes Constituyentes por la que se creía que la llegada de la República supondría un avance para los trabajadores. Aunque la ponencia sufrió algunos recortes sería aprobada frente a los faístas. Peiró y Pestaña mantenían un claro antiparlamentarismo, pero también pensaban que había que exigir al Gobierno soluciones a los problemas socioeconómicos. La República podría ser un momento importante en favor de los derechos sociales y sindicales. Pero para los defensores de la FAI eso era reconocer que los organismos políticos, aunque fueran republicanos, podían ser eficaces, algo imposible porque eran burgueses. En ese mismo Congreso consiguió el apoyo de las federaciones de industria frente a los que defendían las organizaciones territoriales.
Peiró fue uno de los firmantes con otros cenetistas, como Ángel Pestaña, del Manifiesto de los Treinta de agosto de 1931 donde, además de la crítica al Gobierno republicano, se hacía otra hacia los más radicales en la CNT, frente a la FAI, ya que la CNT debía ser una organización revolucionaria, pero no dedicada a la algarada y el motín, a cultivar la violencia, a la revolución por la revolución. Se pretendía, por lo tanto, una cierta desmitificación del mito revolucionario.
Todo esto provocó la escisión en 1932 en los dos sectores. Peiró estuvo en todo este proceso, pero siempre defendiendo posiciones de conciliación. Al final, se produciría la reunificación en 1936.
Al estallar la sublevación, Peiró se hizo cargo de la vicepresidencia del Comité Antifascista de Mataró. Dos de sus hijos fueron a la guerra. Peiró, fiel a sus ideas desde los tiempos del fin de la Dictadura de Primo, defendió la presencia de la CNT en la Generalitat y en el Gobierno de la República. Justificaba esta presencia porque parecía necesaria para evitar políticas contrarias a los obreros. Llegó a pensar en una especie de República Social Federal para cuando terminase la guerra. También fue muy crítico con los grupos descontrolados que proliferaron en el verano de 1936 en Cataluña.
Peiró sería, junto con Federica Montseny, Juan López Sánchez y Juan García Oliver, uno de los cuatro anarquistas que entrarían en el Gobierno, de la mano de Largo Caballero, un hecho inaudito en el mundo. Peiró se haría cargo de la cartera de Industria. Estando al frente de este Ministerio se elaboró el decreto de incautaciones y se proyectó la creación de un banco de crédito industrial. Negrín, como ministro de Hacienda, siempre se opuso a sus proyectos.
Cuando Largo Caballero dejó su responsabilidad de dirigir el Gobierno, Peiró regresó a Mataró y la Cooperativa. Pero, además, dictó conferencias y se dedicó a atacar a los comunistas en la prensa en relación con el asunto del POUM.
Posteriormente, sería nombrado comisario general de energía eléctrica. Peiró defendió con energía una postura antiderrotista y denunció el quintacolumnismo, además de la necesidad de que el anarcosindicalismo hiciera una reflexión sobre su papel en la guerra. En esa época estuvo preparando un libro sobre la gestión de recursos económicos españoles.
En febrero de 1939 pudo cruzar la frontera francesa. En Perpiñán sería detenido, y luego pudo marchar a Narbona donde se encontraba su familia. En París fue el representante de la CNT en la JARE, es decir, Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles. Peiró consiguió sacar a muchos anarcosindicalistas de los campos de concentración franceses y que pudieran marchar a México.
Fue detenido y las autoridades policiales francesas emitieron una orden de expulsión, por la que podría pasar a la Francia no ocupada, pero los nazis no estaban dispuestos a permitir que se escapara Peiró. Fue de nuevo detenido y enviado a Alemania. El Gobierno franquista, a través de Serrano Súñer, solicitó en 1941 su extradición. El 19 de febrero fue entregado en Irún. Fue conducido a Madrid para ser interrogado y torturado. En abril pasaría a Valencia.
En diciembre comenzaría a ser juzgado. Se da la circunstancia que destacados responsables de la administración franquista emitieron informes favorables, destacando el falangista Luys de Santa María. Al parecer, fue uno de los que le ofreció que colaborase en el nuevo sindicalismo, lo que explicaría la tardanza en comenzar a ser juzgado. En todo caso, Peiró se negó en redondo a colaborar para salvar la vida, y eso provocaría que después de esta tardanza, se acelerase el proceso en la primavera de 1942. También la policía de Barcelona confirmó que Peiró se había distinguido contra la represión indiscriminada en la guerra. En su contra se encontraba la Falange de Mataró. El fiscal llegó a acusar a Peiró de ser uno de los organizadores de la Semana Trágica del verano de 1909, pero su principal delito, en realidad, había sido ser ministro de la República.
El 21 de julio de 1942 fue declarado culpable. Junto con compañeros de la CNT sería fusilado en Paterna tres días después.

“La fosa del horror”: víctimas del franquismo exigen que Sevilla abra una tumba con más de 2.600 asesinados

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Marcha ciudadana en el cementerio de San Fernando exigiendo la apertura de la fosa Monumento.

Juan Miguel Baquero

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Pico Reja entregó 1.786 cuerpos. Pero la tarea no termina ahí. Las víctimas del franquismo exigen que los trabajos arqueológicos continúen para buscar a los asesinados por el franquismo. Y una marcha ciudadana, este sábado, ha señalado el siguiente punto donde meter pico y pala: Monumento, la mayor fosa común del cementerio de San Fernando (Sevilla) con más de 2.600 cadáveres sobre el papel. Hay que abrir “la fosa del horror”, sostienen. Permitir que la tierra siga contando “la verdad”.

La reclamación ciudadana –secundada por decenas de personas– llega apenas diez días después que todas las administraciones anunciaran un acuerdo para repetir en esa tumba ilegal la fórmula de Pico Reja. El pacto entre Gobierno de España, Junta de Andalucía, Diputación de Sevilla y Ayuntamiento hispalense promete un máximo de cuatro años para culminar la tarea con un presupuesto estimado de 1,8 millones de euros. Pero las víctimas desconfían del pacto. O más bien de su cumplimiento.

“Lo queremos ver y lo queremos ver ya, que no haya demoras”, incidía Juan Valencia, de la Asamblea Memorialista de Gavidia. De ahí la “campaña” organizada por el Colectivo Memorialista de la Provincia de Sevilla –que culmina el próximo 14 de junio, día oficial de las víctimas del franquismo en Andalucía– para estar “vigilantes” y exigir el fin de la “paralización” de las políticas públicas sobre Memoria Histórica que aplican, según denuncian, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla (gobernadas por el PP).

La experiencia en Pico Reja –uno de los mayores enterramientos colectivos exhumados en Europa Occidental– constata la necesidad de las víctimas de rescatar a los desaparecidos. De aplacar la desmemoria, demandan, en una región que suma un tercio de la represión golpista en toda España y supera al terrorismo de Estado en las dictaduras de Argentina y Chile juntas: 50.000 víctimas civiles asesinadas en 900 fosas comunes, según las cifras actualizadas por el Gobierno de Juanma Moreno (PP), como desveló elDiario.es Andalucía.

“Una herida social”

“Esta fosa –de Monumento– fue utilizada entre septiembre de 1936 y enero de 1940, se estima que hay sepultados unos 7.500 cuerpos de los cuales más de 2.600 pertenecen a víctimas de la represión”, ha contextualizado el historiador Manuel Velasco Haro. Para abrir la tumba ilegal es preciso “arrancar a las administraciones públicas las obligaciones que les corresponden” aunque subraya la dificultad creciente ante “el intento de desmantelar en todo el Estado las políticas de Memoria por parte de los sectores más reaccionarios”.

“Sus verdugos y sus herederos pensaron que ocultando a nuestros familiares en la fosa del horror caerían en el olvido y sus crímenes seguirían impunes, pero se han equivocado, porque no vamos a descansar hasta que todas las víctimas del fascismo sean sacadas de las fosas y las cunetas”, en palabras de Ana Sánchez, familiar de una de las víctimas del golpe de Estado de 1936 durante el acto celebrado a pie de fosa. “Quien realmente ha abierto las fosas han sido los familiares y colectivos de Memoria”, secunda Paqui Maqueda.

“El alcalde –de Sevilla– habló de despilfarro y ya se está comiendo sus palabras”, dice la activista en relación al acuerdo entre instituciones. “Porque esto es una herida social y aquí hay personas de Sevilla y sus pueblos y de otras provincias y países”, ha continuado en el acto celebrado en Monumento.

Ahí, justo encima de la fosa común, ha leído un manifiesto el escritor y colaborador de elDiario.es Isaac Rosa. “La magnitud del genocidio perpetrado por el franquismo fue una monstruosidad” y la violencia de Estado ejerció una “arquitectura y pedagogía del terror” que sepultó “la verdad junto a los cadáveres”, ha referido. “La democracia española tiene una deuda que aún no está saldada” y yace en “las más de 100.000 víctimas del franquismo aún desaparecidas”, incidió.

Modelo Rajoy

El Gobierno local del PP pregona que las competencias para abrir las fosas comunes son “impropias” de un Ayuntamiento, como informó este periódico. Y que se implicaría si las administraciones responsables –aludiendo a Gobierno central y Junta de Andalucía– ponían en marcha algún proyecto. Como es el caso con el acuerdo a cuatro bandas que incluye a Diputación. El pico y la pala están en el tejado municipal y la tierra del cementerio de San Fernando, en espera.

El Ayuntamiento de Sevilla calca hasta la fecha el ‘modelo Rajoy’: cero euros y olvido a las víctimas del franquismo. El PP ha dejado sin presupuesto a la Memoria Democrática y el nuevo alcalde, José Luis Sanz, habla de “despilfarro” en el asunto. El bloqueo ha llevado incluso a quitar el dinero ya acordado en las partidas del año 2023 para abrir la fosa de Monumento y desviarlo para otras obras.

“No es despilfarro” sino “cumplir la ley” y “un deber moral”, corrigen al alcalde desde Colectivo Memorialista de Sevilla. “Una cuestión de Derechos Humanos y de justicia”, en palabras de Rogelia Beltrán, descendiente de víctimas de la represión fascista e integrante de la Asamblea de la Memoria de Gines. La Memoria no implica “abrir viejas heridas” y sí cumplir con personas que “tienen derecho a saber dónde están sus familiares”. “Muchos compañeros nos han dejado sin poder cumplir su sueño”, han lamentado.

Los familiares de las víctimas afean una embestida que genera la “paralización absoluta” de estas políticas públicas. Y ponen cartas sobre la mesa: el Gobierno local del PP ha “desmantelado” la Oficina Municipal de Memoria y el proyecto del Centro memorialista en La Ranilla, no convoca el Consejo Local Sectorial de la Memoria y hasta ha frenado la recogida de muestras genéticas para identificar los restos humanos extraídos de la fosa de Pico Reja.